La codicia que mata el alma del país

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La codicia que mata el alma del país
Reflexiones a partir de una entrevista al empresario chileno Jorge Errázuriz,
en donde re define el concepto de la “codicia” … para comentarlo.
Quién haya leído
las reflexiones
de este gran referente
de los empresarios del
país el sábado 25 de
octubre 2008 en el
Mercurio,
creo que al menos le
debería
provocar cierta molestia
o un repudio extremo.
Para quienes no lo leyeron,
entre otras dijo:
"Estigmatizar la codicia le ha hecho mal a Chile...
que es algo malo, que uno se va a ir al infierno…
Pero tenemos que incentivarla, si no hay codicia, nadie
va a crear una empresa...
El ser humano y el mercado funciona en base de la
codicia y el miedo.
Míralo en los animales: ven un potrero todos corren a
comérselo, la codicia... el ser humano se mueve en
manadas igual que los animales... necesitamos muchos
nuevos ricos, mucha gente con codicia..."
1 ¿Qué surge en usted al leer este verdadero atentado a la civilidad y
convivencia? Cuando en los colegios se desean implementar planes de mirada
de país, de apertura hacia la realidad social, de formar una mayor conciencia
por la repartición de la riqueza en Chile. Este Señor nos llama a una demencial
propuesta: crear un país de violentos antropófagos, que se fagociten unos
contra otros, en quererlo todo, lo de todos.
Siguiendo su mal ejemplo de los caballos Señor Errázuriz, un caballo no
compite contra otros para comer más praderas o para llenar sus silos...
tampoco la sociedad es una "manada", somos personas que nos necesitamos
unos de otros a partir de la solidaridad.
Le dejo algunas ideas de hombres sabios:
"Quieres ser rico? (Jorge)
Pues no te afanes en aumentar tus
bienes, sino en
disminuir tu
codicia".
Se lo dice Epicuro de Samos,
año 341 a.C.
2 “No me negarás, Alexandre, que tenías más salud siendo Rey de
Macedonia que no ahora que eres señor de toda la tierra; porque
los trabajos excesivos hacen a los hombres no estar
concertados.
No me negarás, Alexandre, que cuanto más ganas y tienes,
crece en ti más el apetito de ganar y tener; porque al
corazón que arde en llamas de codicia no le han de cargar de
leña de riqueza, sino ahogarle con tierra de la sepultura”.
(Antonio de Guevara
. Reloj de Príncipes
, Valladolid 1529).
Una más reciente: “La codicia es la otra gran
emoción que mueve muchas veces los
entornos económicos. Este sentimiento no
es generalizado. Hay muchas personas que
no entran en la escalada de enriquecimiento
a toda costa” (José María Gasalla, profesor
de la escuela de negocios Esade y escritor,
España 2008).
Un autor chileno: “Ella fue el pecado original que fracturó el alma
de la tierra. Arrastra grilletes y harapos. Escapó del infierno y se
enquistó entre los hombres para dividirlos. Los ha repartido por
difusas soledades que se fagocitan, trastorna las almas en
locura de egoísmo. Es la codicia”.
“Es tiempo de frenarla. Qué espíritus fraternos procuren
reconquistas. Blindaje de oraciones desmonte sus mentiras.
Sembrar con sacrificio un campo necesario. Vayamos con el
viento hermanando un compromiso. Un nuevo fundamento que
rompa la avaricia.” (Hernán Narbona Véliz, poeta chileno , 2008).
Es tiempo de levantar la mirada, de ver tanta publicación y tantos gurúes que
atentan contra lo esencial de la vida de un país: su convivencia.
Es tiempo de mantener la conciencia activa y despierta, especialmente
aquellos que no tenemos acceso a los macro cambios, que no bajemos la
mirada, que no dejemos pasar reflexiones brutales como la de este señor que
es presentado como modelo de éxito y prototipo de un ejecutivo eficiente,
puede que lo sea, pero ¿a qué precio?
3 ¿Será que no entiende bien el significado de sus palabras?:
“Codicia: Un deseo o apetito ansioso y excesivo de bienes o riquezas: es un
avaro cuya codicia no tiene límites”. (Diccionario de la lengua española © 2005 EspasaCalpe S.A., Madrid).
Al leer sus reflexiones, lo imagino como quien desea mostrarse como un
modelo a seguir. ¿Qué pasaría si nuestra juventud siguiera sus enseñanzas?
¿No tendríamos un mundo de brutales consecuencias en que el vivir sería la
codicia, el deseo excesivo de poseer muchos bienes y riquezas... a cualquier
precio, logrando una brutal conexión entre los bienes materiales (por cierto
necesarios) y la calidad de vida centrada en ellos.
Como educadores soñamos con jóvenes emprendedores, creando empresas y
trabajos, ganando sueldos dignos, creando riqueza repartida con justicia,
logrando los bienes necesarios para vivir, pero también pensando en el país
que soñamos más allá de la locura de tenerlo todo, lo de todos.
Gracias a Dios que existen jóvenes educados por padres que les han
enseñado a conjugar el verbo dar, compartir, competir solidariamente, crecer
con otros... ¿locura?, mayor locura es la liberalización del concepto de
codicia, una locura que ojala sea rechazada por muchos, de los que creemos
que es posible convivir socialmente de una forma totalmente contraria a la de
este señor, a pesar de que nuestra voz valga poco... no bajemos la mirada, no
anulamos nuestras protestas y propuestas.
Winston H. Elphick D.
OJO:
Este mensaje debe ser repartido a lo menos 10 veces, sino
el Señor Errázuriz se convertirá en el mago de la tribu y nos
convertirá a todos en sapos para adornar sus hermosos
jardines… no se ría, puede que en este momento su
mente, sino se rebela contra estas cosas, ya se esté poco
a poco convirtiendo en la de un amable y paciente batracio.
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