DÉFICIT SELECTIVO DE IgA INFORMACIÓN PARA PACIENTES Y FAMILIARES UNA PEQUEÑA NOCIÓN DE INMUNOLOGÍA BÁSICA Existen cinco tipos (clases) de inmunoglobulinas o anticuerpos en la sangre: IgG, IgA, IgM, IgD e IgE. La IgG es la clase de inmunoglobulina más abundante en la sangre, seguida de la IgM e IgA. La IgD es mucho menos abundante, y la IgE se encuentra en mínimas cantidades, en personas sanas. Las superficies de nuestro cuerpo que están en contacto con el ambiente (boca, oídos, senos, nariz, garganta, vías respiratorias, tracto gastrointestinal, ojos y genitales) deben estar protegidas. Si las superficies mucosas de nuestro organismo se desplegaran, cubrirían un área equivalente a una pista y media de tenis, es por esta razón que la protección de nuestra superficie mucosa es importante. La inmunoglobulina que principalmente está implicada en esta protección es IgA. Los anticuerpos IgA son transportados en las secreciones hasta las superficies mucosas. Otras clases de inmunoglobulinas también se encuentran en las secreciones de las mucosas, pero en una concentración muy inferior a la de IgA. Es por esta razón que a IgA se la conoce también como el anticuerpo secretor. La IgA tiene algunas características químicas especiales. En las secreciones, está presente en forma de un complejo constituido por dos moléculas de anticuerpo IgA unidas por una cadena denominada J (J de “joining”, unir). Para poder ser secretado, este complejo debe unirse a otra molécula denominada pieza secretora. Así pues, la unidad IgA implicada en la protección de nuestras superficies mucosas está formada por dos moléculas IgA, una cadena J y una pieza secretora. A pesar de que los individuos con déficit selectivo de IgA no producen IgA, producen el resto de clases de inmunoglobulinas. Además, la función del resto de componentes del sistema inmune, es normal. Es por esta razón que hablamos de déficit selectivo de IgA. Las causas del déficit selectivo de IgA son desconocidas. Es posible que existan múltiples causas y que éstas varíen de persona a persona. También es relativamente común encontrar personas con bajos niveles de IgA en suero (aunque no indetectables, como en el caso de la ausencia selectiva de IgA). Como ocurre en los pacientes con déficit selectivo de IgA, la mayoría de la gente con niveles plasmáticos bajos de IgA está asintomáticos, aunque algunos de ellos presentan síntomas similares a las personas con inmunodeficiencia variable común (otra inmunodeficiencia con descenso de IgG e IgA y/o IgM). DEFINICIÓN Y PREVALENCIA El déficit selectivo de IgA se define como la ausencia total de Inmunoglobulina de tipo IgA en sangre mientras el resto de inmunoglobulinas y las subclases de IgG son normales. El déficit selectivo de IgA es una de las inmunodeficiencias primarias más comunes. Múltiples estudios han descrito una prevalencia en la población de hasta 1 caso por cada 500 individuos. MANIFESTACIONES CLÍNICAS DEL DÉFICIT SELECTIVO DE IgA La mayoría de los pacientes están asintomáticos, o presentan una sintomatología tan leve que no les lleva a consultar al médico, por lo que una importante proporción de personas con déficit selectivo de IgA están sin diagnosticar. En cambio, hay personas con déficit selectivo de IgA que presentan enfermedad significativa. Actualmente, se desconoce por qué ciertos pacientes se mantienen asintomáticos mientras que otros presentan sintomatología grave. Tampoco se conoce con precisión el porcentaje de pacientes que pueden desarrollar complicaciones: se estima que un periodo de 20 años aproximadamente entre un 25-50% de los pacientes con déficit selectivo de IgA presentará alguna complicación. Diferentes estudios sugieren que algunos de estos pacientes pueden desarrollar déficit de una fracción de otra inmunoglobulina, la IgG (subclases IgG2 y/o IgG4) y que serían estos pacientes los que presentan una mayor susceptibilidad a las infecciones. Como ya hemos comentado, la susceptibilidad a las infecciones es uno de los principales problemas de los pacientes con déficit selectivo de IgA. Las infecciones más frecuentemente detectadas en estos pacientes son las infecciones óticas de repetición, las bronquitis y las neumonías. Algunos presentan también infecciones gastrointestinales y/o diarrea crónica. El por qué presentan este tipo de infecciones es fácilmente comprensible si se tiene en cuenta que la IgA protege las superficies mucosas. Estas infecciones pueden necesitar tratamientos antibióticos más prolongados de lo habitual para su resolución e incluso pueden llegar a cronificarse. Otro de los principales problemas del déficit selectivo de IgA es el riesgo de aparición de enfermedades autoinmunes, detectadas en aproximadamente el 25-33% de los pacientes. En las enfermedades autoinmunes, los individuos producen anticuerpos o linfocitos T que reaccionan contra sus propios tejidos provocando inflamación y daño. Algunas de las enfermedades autoinmunes más frecuentemente asociadas con el déficit selectivo de IgA son: artritis reumatoide o artritis idiopática juvenil lupus eritematoso sistémico y púrpura trombocitopénica autoinmune. Estas enfermedades pueden cursar con inflamación y dolor de las articulaciones de las manos y rodillas principalmente; erupción cutánea en la cara; anemia (recuento disminuido de las células rojas) o trombocitopenia (recuento disminuido de plaquetas). Otros tipos de enfermedades autoinmunes menos frecuentes en estos pacientes pueden afectar al sistema endocrino y/o al sistema gastrointestinal. Las alergias pueden ser también más frecuentes en los pacientes con déficit selectivo de IgA que en la población general. Se han detectado en un 10-15% de los pacientes. Una de las enfermedades alérgicas más frecuente en estos pacientes es el asma. Se ha sugerido que en estos pacientes el asma puede ser más grave y puede presentar una peor respuesta al tratamiento. Otro tipo de alergia asociada al déficit de IgA es la alergia alimentaria. Los síntomas más frecuentemente asociados a las alergias alimentarias son la diarrea y el dolor abdominal. En los pacientes con déficit de IgA se considera que existe un riesgo aumentado de reacciones anafilácticas cuando reciben hemoderivados (productos derivados del plasma sanguíneo), incluidas las gammaglobulinas endovenosas. Los hemoderivados, contienen entre otras muchas moléculas, inmunoglobulinas, incluida la IgA. En algunos pacientes con déficit selectivo de IgA podemos encontrar en su plasma sanguíneo anticuerpos IgG (o posiblemente IgE) anti-A, que reconoce la IgA presente en el hemoderivado desencadenando su destrucción. No obstante, se ha observado que algunos pacientes con déficit selectivo de IgA no presentan reacciones adversas a los hemoderivados o a las gammaglobulinas endovenosas. A pesar del peligro que suponen este tipo de reacciones, no existe un acuerdo sobre la necesidad o no de evaluar la presencia de anticuerpos anti-IgA previamente a la administración de sangre o gammaglobulinas endovenosas en estos pacientes. DIAGNÓSTICO DEL DÉFICIT SELECTIVO DE IgA Habitualmente se sospecha el diagnóstico de déficit selectivo de IgA en pacientes con infecciones recurrentes o crónicas, alergias, enfermedades autoinmunes o combinaciones de estos problemas. El diagnóstico se establece cuando la analítica sanguínea muestra ausencia de IgA con valores normales de las otras principales gammaglobulinas (IgG e IgM) siempre en pacientes con una edad superior a los 4 años. La mayoría de estos pacientes presentan una correcta producción de anticuerpos, es decir, son anticuerpos funcionalmente activos. Existe, pero, una pequeña proporción de pacientes con déficit de las subclases IgG2 y/o IgG4 y/o un déficit en la producción de anticuerpos, es decir, con una función alterada. El número y la función de los linfocitos T es normal. Otros estudios que se realizarán en pacientes seleccionados a criterio médico son: estudio de la función pulmonar, estudio de tiroides, estudio de la función renal, estudio de la absorción de nutrientes, y la presencia de anticuerpos dirigidos contra tejidos de nuestro propio organismo (autoanticuerpos). Habitualmente los controles médicos en los pacientes con déficit selectivo de IgA son anuales o bienales si el paciente presenta una buena evolución clínica, o más frecuentes en caso de complicaciones. TRATAMIENTO DEL DÉFICIT SELECTIVO DE IgA Actualmente no es posible reemplazar de forma selectiva la IgA, aunque existen investigaciones en curso con el objetivo de purificar IgA humana y evaluar si su administración en estos pacientes resultará efectiva. Por el momento, el tratamiento de los pacientes con déficit de IgA está enfocado en el tratamiento de cada problema en particular que pueda presentar. Por ejemplo, el tratamiento de los pacientes con infecciones crónicas o de repetición se basa en la administración de los antibióticos adecuados para el organismo específico que ha causado la infección. Algunos pacientes que presentan sinusitis o bronquitis crónicas, pueden precisar tratamiento antibiótico profiláctico durante tiempo prolongado. Es importante una comunicación estrecha entre el paciente y el médico para conseguir una terapia antibiótica adecuada a cada situación. Como se ha mencionado anteriormente, algunos pacientes con déficit de IgA presentan también déficit de las subclases IgG2 y/o IgG4 y/o déficit en la producción de anticuerpos. No obstante, estos hallazgos no siempre permiten predecir una mayor frecuencia o gravedad de las infecciones. En aquellos pacientes con déficit de IgA e IgG2 que no responden adecuadamente a antibióticos, el uso de gammaglobulina puede resultar útil para disminuir la frecuencia de infecciones. Existen diferentes opciones terapéuticas para tratar las enfermedades autoinmunes. Los fármacos antiinflamatorios, como el ibuprofeno, han demostrado ser eficaces en el tratamiento de ciertos cuadros inflamatorios. Asimismo, los corticoides pueden resultar útiles en el tratamiento de ciertas enfermedades autoinmunes. Si el trastorno autoinmune afecta al sistema endocrino, puede ser necesaria la administración de hormonas sustitutivas. El tratamiento de las alergias asociadas al déficit de IgA no difiere del tratamiento habitual de las alergias en la población general. Se desconoce si la inmunoterapia (vacunas) resulta eficaz en las alergias asociadas al déficit de IgA, aunque tampoco hay evidencias de que supongan un riesgo aumentado. Una adecuada comunicación entre el paciente y el médico que permita identificar y tratar de forma precoz los problemas, es el aspecto más importante en el tratamiento del déficit de IgA. PRONÓSTICO DE LOS PACIENTES CON DÉFICIT SELECTIVO DE IgA A pesar de que el déficit selectivo de IgA es habitualmente una de las inmunodeficiencias primarias más leves, es difícil predecir cuál será la evolución de un paciente con déficit selectivo de IgA. El general, el pronóstico depende del pronóstico de las enfermedades asociadas. Es importante que el médico interrogue y reevalúe a estos pacientes por la posibilidad de desarrollar enfermedades autoinmunes o progresar a otras inmunodeficiencias más complejas. Por ejemplo, excepcionalmente, el déficit de IgA puede progresar hacia inmunodeficiencia común variable con déficits en IgG y/o IgM. Asimismo, el paciente debe informar al médico de cualquier síntoma inusual, como fiebre, erupción en la piel o artralgias. La clave para un buen pronóstico es la adecuada comunicación con el médico y el inicio de un tratamiento adecuado tan pronto como la enfermedad sea reconocida. Redactado en agosto de 2008 y revisado en abril de 2014. Unitat de Patologia Infecciosa i Immunodeficiències Primàries. Hospital Universitari Vall d’Hebron. Barcelona.