ÁREA 3. CUADERNOS DE TEMAS GRUPALES E INSTITUCIONALES (ISSN 1886-6530) www.area3.org.es Nº 16 -Invierno 2012 El Grupo Operativo como espacio político Gladys Adamson 1 El Grupo Operativo, la técnica creada por el Dr. E. Pichon-Rivière, tiene como característica la de ser un conjunto de personas puestas a pensar sobre una problemática o un tema en común y que revela toda su operatividad cuando se aplica a un conjunto de personas que buscan organizarse y tomar decisiones en pos de un bien común. Por ejemplo, un grupo de padres preocupados por el futuro de sus hijos o una Sociedad de Fomento buscando mejoras para su Barrio o un conjunto de vecinos tramitando un Plan de Viviendas en la Municipalidad, etc., etc. Y esta es mi propuesta: el Grupo Operativo tal como lo pensó Pichon-Rivière es un espacio político. Fundamento mi planteo en la concepción de lo político tal como lo concibe la filósofa Hannah Arendt en ¿Qué es la política? (2005). Según esta autora la mejor expresión del sentido primigenio de la política es la que se dio en Atenas en el siglo V antes de Cristo, en el llamado siglo de Pericles. El Ágora era la plaza que operaba como centro cultural, económico y político de la polis. En ella los ciudadanos atenienses planteaban libremente sus problemáticas, tanto las referidas a la ciudad como las referidas a la política exterior. Decidían aquello que era mejor para organizar su convivencia y también cuestiones muy fundamentales como podía ser si emprendían una guerra o negociaban una paz. Este espacio político era el Ágora. Una plaza pública donde los ciudadanos atenienses se encontraban para comerciar, hablar sobre cuestiones de la ciudad e incluso sobre filosofía. Sócrates era un Gladys Adamson es psicóloga. Rectora de la Escuela de Psicología Social del Sur. Buenos Aires 1 1 asiduo asistente al Ágora. El hecho que fuera un espacio para ciudadanos excluía a los esclavos, los bárbaros y las mujeres. Tal como lo plantea Hannah Arendt el ámbito del Ágora era un espacio plural que se caracterizaba por estar más allá de la familia y más allá del hombre individualmente concebido. Este espacio se creaba entrelos-hombres y consistía en que todos hablaban libremente sin ningún tipo de coacción o dominación, los temas eran libremente elegidos y por consenso. Era un espacio ineludible para entender la realidad de la polis. Desde esta concepción ningún sujeto por sí mismo podía acceder objetivamente al mundo en que vivía. Desde la posición individual se visualiza y aprehende el mundo desde una perspectiva en la que se está involucrado. Para conocer el mundo de la polis en el cual vivían debían incluir las distintas perspectivas de los muchos que también vivían en ese espacio. Este espacio de libertad de palabra, de acuerdos por consenso es un espacio político y de libertad. Aquí Hannah Arendt identifica lo político con la libertad porque ese espacio entre iguales, al no estar sometido a ninguna coacción ni dominación, es libre. Tal como lo plantea esta autora el Ágora es un ámbito que une y que separa, es un espacio de integración y de lucha, pero una lucha simbólica. Es una “batalla” que se da a través de las palabras, palabras tienen el valor de una acción. No son palabras conceptuales, teóricas, son palabras que incluyen la experiencia, el saber de la práctica social cotidiana. Se excluye la violencia porque, ésta anula la libertad y por ende lo político. La violencia solamente se la justifica, como política exterior, cuando hay que proteger a la polis del bárbaro o el extranjero. La violencia puede llegar a ser un medio para que la polis y por ende la política puedan existir, pero no es propiamente política. Actualmente se suele identificar a la libertad con el libre albedrío y con el alejarse de lo político y de la acción. Lo político suele asociarse más a dominación y a violencia por lo cual estaría en las antípodas de la libertad individual. Desde esta concepción contemporánea sólo se puede ser libre si cada uno se retrae sobre sí mismo, se aleja del mundo y evita lo político. Por el contrario, para Hannah Arendt la libertad es propia del espacio del Ágora. La política y la libertad están allí, en esa relación, en ese mundo que se crea entre muchos para tratar entre-los-hombres asuntos que son humanos. Esta libertad está asociada a la acción. Este espacio de lo político, de la palabra es también el de la acción. 2 Para nuestra autora el espacio de lo político y el de la libertad permite que los seres humanos puedan actuar en el sentido de llevar a cabo lo improbable, lo impredecible y que además lo puedan hacer continuamente. Se suele identificar la política también como un medio puesto al servicio de un fin exterior a ella que es el cuidado y la conservación de la vida. El fin elevado sería la vida misma y para ello tiene que asegurar formas de convivencia y organización social que brinden bienestar para el cual la política sería el medio para la vida misma. Aquí aparece la idea que el Estado por poseer el monopolio de la violencia evita que se desencadene una guerra de todos contra todos. Para Hannah Arendt la política no es un medio para otro fin que sería más elevado. Ese espacio político es el que crea el mundo, el que crea la realidad porque es construida allí. Para los griegos atenienses tener el Ágora como espacio político y ser libres era uno y lo mismo. El sentido de lo político era esa libertad, ese espacio donde los hombres se tratan entre ellos como iguales, creando un espacio de lucha, sin violencia, coacción ni dominio, regulando los asuntos humanos persuadiéndose entre sí. Si no hay un espacio entre iguales no hay política ni libertad. Según H. Arendt este mundo de Atenas era heredero de Homero. La polis se formó alrededor del ágora homérica, el lugar de reunión y discusión de los hombres libres que se centraban en hablar sobre algo a y con los demás. Homero relató en la Odisea cómo en la Tienda de Agamenón se reunían todos los grandes Jefes helenos para debatir acerca de la marcha de la guerra contra Troya y las estrategias a implementar. El Ágora homérica tuvo su plena realización en Atenas. La polis incorporó a su forma de organización el concepto de la lucha simbólica, de debate como el modo no solo legítimo sino en cierto sentido superior de la convivencia humana. También lo que se denomina el espíritu agonal de los griegos, ese empeño de ser siempre y en todas partes el mejor, afán del que Homero ya habla y que entendía no solo como una aspiración sino como una actividad que colmaba la vida. Este espíritu tenía su modelo en la lucha pero con independencia de quien triunfe o sea derrotado. La lucha entre Aquiles y Héctor, entre griegos y troyanos les da la oportunidad de mostrarse plenamente lo que demuestra que hay algo divino en ambos bandos aunque uno fracase. La guerra contra Troya tiene dos contendientes, pero Homero ve esta lucha con los ojos de los troyanos no menos que con los de los griegos. La guerra, a pesar de su espanto, permite que el hombre pueda mostrar toda su energía y potencia porque lo pone a prueba frente a algo o alguien. 3 En la Asamblea de la polis, las dos caras de todas las cosas, que todavía en Homero se daban en la lucha, se produce exclusivamente en el ámbito del hablar, donde toda victoria es ambigua, como la victoria de Aquiles, y una derrota puede ser tan célebre y digna como la de Héctor. De esta lucha de dos que Homero escenificaba en la guerra troyana resulta ahora, en el Ágora, una multiplicidad de planteos presentados por los atenienses, los cuales, al ser tratados por muchos en la presencia de otros tantos, son puestos a la luz de lo público donde están obligados a mostrar todos sus lados. Únicamente en tal heterogeneidad de perspectivas puede un asunto aparecer en su plena realidad. Toda circunstancia puede mostrarse en tantas facetas y perspectivas como seres humanos implique. Para los griegos el espacio político-público es lo común (koinon) el lugar en que todos se reúnen y es solo éste el territorio en que todas las cosas, en su multiplicidad, adquieren validez. Esta capacidad de los griegos de la polis está basada en último término en aquella imparcialidad homérica que solamente veía un asunto desde el contraste de todas sus partes. Se obtiene así la facultad de ver los temas desde distintos lados, lo que políticamente permite que cada uno perciba los muchos puntos de vista posibles. Esto significa por un lado la exclusión del propio interés, ya que es a partir de él que solo se obtiene algo negativo y comporta el riesgo de perder el vínculo con el mundo y la inclinación por sus objetos y asuntos. La facultad de mirar el mismo tema desde los más diversos ángulos pertenece a lo humano, crea el mundo humano y capacita para intercambiar el propio y natural punto de vista con el de los demás junto a los que se está en el mundo consiguiendo así una verdadera libertad. Esto presupone un tipo de libertad que no reside ni se basa en el propio punto de vista. Esta situación permite lograr lo que los griegos denominaban el discernimiento, que en un contexto político significa obtener y tener presente la mayor panorámica posible sobre las posiciones y puntos de vista desde los que se considera y juzga un estado de cosas. Este discernimiento era la virtud política cardinal para Aristóteles. Esta libertad de lo político depende por completo de la presencia e igualdad de derechos de los muchos. Un asunto sólo puede mostrarse bajo múltiples aspectos cuando hay muchos a los que respectivamente se les aparece desde perspectivas diversas. El individuo en su aislamiento nunca es libre, solo puede serlo cuando pisa y actúa sobre el suelo de la polis. La libertad no es una distinción para un hombre o un tipo especial de hombre, es un atributo para una forma determinada de organización de los hombres entre sí. El lugar donde nace la libertad no es el interior del hombre, ni su voluntad, ni su pensamiento o sentimientos, sino el espacio-entre, que sólo surge allí donde algunos se juntan y la libertad sólo subsiste mientras 4 permanecen juntos. Este espacio de libertad vuelve libre a quien tiene acceso a él y no es libre quien queda excluido de este espacio. En la polis ateniense la libertad era un bien para el individuo no menos decisivo para su vida que la riqueza o la salud. En el grupo operativo: Si pensamos qué tienen en común estos dos espacios: el Ágora griega del siglo de Pericles y el Grupo Operativo, encontraremos varios puntos: En el Grupo Operativo se establece un encuadre, un marco de trabajo que tiene un espacio, un tiempo y un ritmo o frecuencia de reuniones. El encuadre delimita un espacio como lo hacen los muros de la polis o el perímetro del Ágora en la polis. Tanto el Ágora como el Grupo Operativo son un espacio plural. Surge más allá de la familia, mas allá del hombre individualmente concebido. Los integrantes son diversos, no hay familia, no hay ninguna homogeneidad entre ellos. Allí se encuentran para hablar de un tema o problemática común que acuerdan por consenso. No están sujetos a ninguna coacción externa, no hay un amo al que responder. Eligen su tema y la forma de debatirlo con libertad. La producción es conjunta y la apropiación también. Construyen entre todos un mundo que es su realidad. No es una realidad individual, es un mundo creado a partir de las distintas perspectivas. Por eso cada grupo construye sus propios códigos y estilos de abordaje a su tarea. El espacio que crean los reúne y los separa, los integra y los heterogeiniza simultáneamente. Es un espacio de lucha pero de lucha simbólica, lucha múltiple como debate de ideas a través de la palabra. La palabra no es meramente teoría, tiene que ver con la acción y la verdad. Incluye la palabra como producto de un saber que proviene de la experiencia cotidiana. Excluye la violencia porque ella anula la libertad y por ende la tarea. El objeto de conocimiento según Pichon-Rivière es polifacético, un campo de saber complejo y que requiere múltiples perspectivas para aprehenderlo en su objetividad. La libertad es lo que caracteriza a este espacio, pero no como un medio para lograr un fin que estaría en otro lugar. La libertad es la esencia misma del Grupo Operativo y de la política. La libertad es individual pero no ancla en el individuo, se basa en esa capacidad de construir una realidad entre muchos que incluye una multiplicidad de perspectivas de las cosas. Se logra así el discernimiento, esa panorámica amplia que incluye los diversos 5 puntos de vista desde donde se juzga y se resuelve un hecho, se logra una meta. A modo de conclusión, creemos que la articulación entre los conceptos acerca de lo político de Hannah Arendt y la especificidad de la trama vincular tal como emerge en la Técnica creada por E. PichonRivière, es fructífera ya que le otorga a dicha técnica una perspectiva filosófica, brindando nuevos sentidos al Grupo Operativo. BIBLIOGRAFÍA Arendt H.: (2005) ¿Qué es la política? Buenos Aires. Paidos. Arendt, H. : (1993) La condición humana. Barcelona. Paidos. Pichon-Rivière, E.: (1998) Psicología de la vida cotidiana. Buenos Aires. Nueva Visión. Pichon-Rivière, E: (1997) El proceso grupal. Buenos Aires. Nueva Visión. 6