ESTADO DEL ARTE DE LA ACUMULACIÓN DE UAF Guillermo Forero Álvarez EXPERTO EN RURALIDAD, DERECHO AGRARIO Y AGROINDUSTRIAL ¿QUÉ ES EL DERECHO? ¿QUÉ ES LA LEGALIDAD? ¿QUÉ ES LA ILEGALIDAD? NORMAS TRADICIONALES DE INTERPRETACIÓN DEL DERECHO EN COLOMBIA VIGENTES DESDE EL AÑO 1887 HASTA NUESTROS DÍAS CAJA DE HERRAMIENTAS DE HERMENÉUTICA LEY 153/1887 Artículo 31 del CódiCivil: ¨Lo favorable u odioso de una disposición no se tomará en cuenta para ampliar o restringir su interpretación. La extensión que deba darse a toda ley se determinará por su genuino sentido, y s e g ú n l a s r e g l a s d e i n t e r p r e t a c i ó n p r e c e d e n t e s .¨ Artículo 26. Interpretación doctrinal. Los jueces y los funcionarios públicos, en la aplicación de las leyes a los casos particulares y en los negocios administrativos, las interpretan por vía de doctrina, en busca de su verdadero sentido, así como los particulares emplean su propio criterio para acomodar las determinaciones generales de la ley a sus hechos e intereses peculiares. Las reglas que se fijan en los artículos siguientes deben servir para la interpretación por vía de doctrina. Artículo 27. Interpretación gramatical. Cuando el sentido de la ley sea claro, no se desatenderá su tenor literal a pretexto de consultar su espíritu. Pero bien se puede, para interpretar una expresión oscura de la ley, recurrir a su intención o espíritu, claramente manifestados en ella misma o en la historia fidedigna de su establecimiento. Artículo 28. Significado de las palabras. Las palabras de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas palabras; pero cuando el legislador las haya definido expresamente para ciertas materias, se les dará en éstas su significado legal. Artículo 29. Palabras técnicas. Las palabras técnicas de toda ciencia o arte se tomarán en el sentido que les den los que profesan la misma ciencia o arte; a menos que aparezca claramente que se han formado en sentido diverso. Artículo 30. Interpretación por contexto. El contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de manera que haya entre todas ellas la debida correspondencia y armonía. Los pasajes oscuros de una ley pueden ser ilustrados por medio de otras leyes, particularmente si versan sobre el mismo asunto. Artículo 32. Criterios subsidiarios de interpretación. En los casos a que no pudieren aplicarse las reglas de interpretación anteriores, se interpretarán los pasajes oscuros o contradictorios del modo que más conforme parezca al espíritu general de la legislación y a la equidad natural. EL AUGE Y VIGENCIA DEL CLACISISMO TEXTUALISTA EN COLOMBIA EN 192 AÑOS DE TRADICIÓN HISTÓRICA EL AUGE DEL POSITIVISMO EN COLOMBIA (IDEOLÓGICO, METODOLOGÓGICO, TEÓRICO Y TEXTUALISTA) EL CONFLICTO ENTRE DERECHO Y MORAL ANULACIÓN LA REBELDÍA FRUSTRADA DE LOS AÑOS 30 CONTRA EL POSITIVISMO – TEXTUALISTA. LUIS EDUARDO NIETO ARTETA LA CONSOLIDACIÓN DE LA TEORÍA PURA DEL DERECHO. POSITIVISMO DE LA NEUTRALIDAD. EXCLUSIÓN DE LOS JUICIOS MORALES. LA FORMACIÓN DE LOS JURISTAS EN COLOMBIA EL TEMOR A LA DISCRECIONALIDAD. EL ENDOSO DE LA ¨MEJOR TEORÍA MORAL¨AL LEGISLADOR CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1991. HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO DISCURSO JURÍDICO: EL NUEVO DERECHO HACIA LA SUPERACIÓN DEL POSITIVISMO: EL CONSTITUCIONALISMO EL CONSTITUCIONALISMO EN COLOMBIA. CONSTRUCCIÓN DE MIXTURA. KELSEN – H.L. HART - DWORKIN LA SUPERACIÓN DEL LEGOCENTRISMO LA ENTRADA EN ESCENA DE ROBERT ALEXY: LA PONDERACIÓN CONSTITUCIONAL. EL JUEZ LEGISLADOR (NEGATIVO) ¿EL DERECHO SIGUE SIENDO AHORA COMO ANTES, MÁS EL FRUTO DE LA VOLUNTAD QUE DE LA RAZÓN, MÁS DE PODER QUE DE LA VERDAD? LA AGROINDUSTRIA COMO DERECHO FUNDAMENTAL CONSTITUCIONAL. ARTÍCULO 65 CARTA POLÍTICA DE 1991 JUICIO DE LEGALIDAD El último inciso del artículo 72 de la Ley 160 de 1994: ¨Las prohibiciones y limitaciones señaladas en los incisos anteriores, deberán consignarse en los títulos de adjudicación que se expidan.¨ ¿Estamos frente a un pasaje oscuro, ininteligible o incoherente? Bajo el supuesto de que sea oscuro, ¿cuál es el espíritu de ese inciso? ¿Cuál es el espíritu de ese inciso en el contexto del artículo 72? ¿Cuál es el contenido de ese inciso en el contexto de la Ley 160 de 1994 a la cual pertenece? ¿Cuál es el espíritu o propósito de ese último inciso frente a la Constitución de 1991? JUICIO DE PONDERACIÓN La prohibición de que trata el inciso noveno del artículo 72 no opera para los baldíos adjudicados antes del 5 de Agosto de 1994 (artículo 58 C.P.) Los baldíos adjudicados después de 1994 a personas que no sean sujetos de reforma agraria. Si la compra o adquisición de baldíos que hicieron las empresas agroindustriales para nada afecta el acceso progresivo a la propiedad de los trabajadores agrarios en los territories donde se hicieron las negociaciones. A manera de ejemplo, si en la Altillanura y en el Vichada se compraron 500.000 hectáreas, aún existen 1.500.000 hectareas que pueden ser adjudicadas a campesinos y trabajadores agrarios y la demanda de adjudicación se encuentra por debajo del área de la tierra existente para adjudicar. Así las cosas, no existe un vínculo de causalidad entre la compra y un daño cierto o potencial. Si las compras y la implementación de proyectos productivos no atenta contra la normatividad de conservación del medio ambiente. Si la tierra comprada o adquirida va a ser utilizada en tiempos razonables para la explotación agropecuaria o silvo pastoril. Si con los proyectos productivos se cumple con el postulado constitucional de la función social de la propiedad. Si se respeta la vocación y uso del suelo. Si el vendedor no ha sido defraudado. Si el predio inicialmente adjudicado como baldío fue adjudicado a campesion o a otro tipo de persona (clase media). CHOQUE DE TRENES LAS GRANDES MENTIRAS DEL IMAGINARIO COLECTIVO CONCEPTO DEL CONSEJO DE ESTADO Un confuso concepto del Consejo de Estado del 29 de Noviembre de 2012 M.P. Luis Fernando Álvarez Jaramillo, que fue dado a conocer el 3 de Junio de 2013, aunque no utiliza de manera expresa la expresión aplicación retroactiva, dejó en el ambiente la sensación de que la citada prohibición se aplica por lo menos desde el año 1961. Al parecer los motivos por los cuales se malinterpretó el concepto del Consejo de Estado, pueden ser: 1. Confundieron cuando la Sala se refiere a las prohibiciones para ADJUDICAR baldíos contenidas en la Ley 135 de 1961, la Ley 30 de 1988 y la Ley 160 de 1994, con la prohibición de ADQUIRIR la propiedad de predios rurales que en algún momento fueron baldíos y que ya no lo son, prohibición que nació a partir del inciso noveno de la Ley 160 de 1994 y que tuvo como único antecedente en la legislación colombiana lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley 30 de 1988 que no permitía acumular extensiones mayores a las de adjudicación de baldíos de esa época, en HECTÁREAS (NO UAF) sobre predios que fueran COLINDANTES. 2. No diferenciaron entre las prohibiciones para ser adjudicatario de baldíos con la prohibición para comprar predios de propiedad privada que en algún momento fueron baldíos, toda vez que la similitud que está haciendo el Consejo de Estado en ese aparte del concepto, entre las Leyes 135 de 1961, 30 de 1988 y 160 de 1994, no recae sobre la PROHIBICIÓN DE ADQUISICIÓN DE PREDIOS que fueron en un pasado baldíos sino sobre los ADJUDICATARIOS DE PREDIOS BALDÍOS que llegaren a ser favorecidos por el Estado. Situaciones completamente diferentes y diferenciables. CONCEPTO DEL CONSEJO DE ESTADO Respecto a la nulidad de las escrituras públicas de trasferencias de dominio de predios inicialmente adjudicados como baldíos, la Sala parte de la vigencia de la prohibición del inciso 9º del artículo 72 de la Ley 160 de 1994 y no como se malinterpretó, que la prohibición se aplica a partir de la Ley 135 de 1961, porque en dicha ley la prohibición no existía, y mucho menos se está refiriendo la Sala a la prohibición de acumulación de predios colindantes de que trataba la Ley 30 de 1988, ley completamente derogada como lo reconoce la Sala en la página 6 del concepto (pie de página), razón por la cual la Sala nunca expresó que la prohibición sobre predios colindantes de la derogada Ley 30 de 1988 tenga efecto ultractivos, es decir, que siga teniendo efectos a partir de su derogatoria. Es importante señalar que el concepto del Consejo de Estado, reitera lo que era absolutamente claro en la academia, en el ámbito judicial y en general en el mundo jurídico, consistente en que los Registradores y el Superintendente de Notariado y Registro no tenían la facultad para revocar las inscripciones de las escrituras públicas de compraventa en los respectivos folios de matrícula inmobiliaria, como lo hicieron, puesto que esa facultad no se puede ejercer sin que previamente los Jueces de la República declaren la nulidad absoluta del negocio jurídico mediante sentencia debidamente ejecutoriada. Corte Constitucional En la sentencia C-644 de 2012, por la cual se declaran inexequibles algunos artículos del Plan Nacional de Desarrollo del Presidente Juan Manuel Santos, no se aborda para nada el tema de la compraventa de predios que originalmente fueron baldíos u otras operaciones jurídicas para la adquisición de los mismos. Igualmente, la mencionada sentencia no aborda el tema de la retroactividad o irretroactividad en la aplicación del inciso noveno del artículo 72 de la Ley 160 de 1994 y mucho menos la prohibición contenida en el artículo 13 de la Ley 30 de 1988. Sencillamente, esta sentencia, muy importante por cierto, declara inexequibles los artículos 60, 61 y 62 del Plan Nacional de Desarrollo que permitían la consolidación de predios que fueron adjudicados inicialmente como baldíos, aún cuando el resultado de ellos fuese exceder la UAF de la zona, siempre y cuando esta consolidación estuviera vinculada a un proyecto especial de desarrollo agropecuario o forestal, previa autorización de un comité si se excedía de 10 UAF, o simple información, si era menor de 10 UAF. Corte Constitucional La justificación para declarar la inexequibilidad es que el gobierno nacional no pudo demostrar con estudios y datos, el beneficio de esta normatividad para el desarrollo agropecuario del país, y en consecuencia, por esa ausencia de demostración se consideró regresiva la norma legal. En esta sentencia se realiza una defensa de los derechos de los campesinos para acceder progresivamente a la propiedad de la tierra, la Corte encuentra que el gobierno colombiano no pudo probar los beneficios de los PDAF a los campesinos para este acceso, los beneficios para la sostenibilidad de la economía campesina y los beneficios para la seguridad alimentaria. Igualmente, la Corte Constitucional afirmó categóricamente que la historia de Colombia en el campo, se ha caracterizado principalmente por la organización de la economía campesina y que cualquier medida que se tome aún en aras del desarrollo rural del país, por ningún motivo puede sustraerse de la presencia activa del campesino. De ninguna manera, la Corte Constitucional excluyó la posibilidad de volver a regular en la legislación colombiana los PDAF con asociación de campesinos, toda vez que expresamente señaló, que la censura no va dirigida contra el modelo económico o el modelo que ideó el gobierno para impulsar el desarrollo rural, sino por la falta de su justificación y por ausencia del debate democrático que enmarca la discusión de una ley ordinaria o estatutaria, puesto que el escenario para tratar el tema de baldíos y UAF no es la Ley del Plan Nacional de Desarrollo. LA APLICACIÓN DEL CONCEPTO DE BALDÍO EN LA HISTORIA LEGISLATIVA COLOMBIANA ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LOS BALDÍOS EN COLOMBIA En Colombia para la época en que se instauró como nación (1819 – 1821), la mayor parte de la situación territorial se caracterizaba por una configuración de tierras baldías, valga decir, que no tenían dueño y en consecuencia pertenecían al dominio público. En 1850 el geógrafo Agustín Codazzi después de muchos años de estudio, concluyó que el 75% del territorio colombiano, equivalente a 98 millones de hectáreas se encontraban baldías, de las cuales nadie reclamaba propiedad. La propiedad existente para la fecha en que Colombia se hizo república, era la que provenía de adjudicación de tierras baldías por parte de la corona española mediante cédulas reales, que no superaba el 20% de la extensión territorial. De las primeras legislaciones que se expidieron por parte del Congreso de la naciente Colombia, fue la de validar la legislación española sobre el particular y expedir nuevas leyes que reglaban la adjudicación de baldíos. A partir de la independencia de la colonia española, desde el año 1820 se ha legislado sobre baldíos y son múltiples las funciones que han tenido y los fines que se han perseguido, tales como la obtención de recursos para el erario público, mediante la expedición de bonos de deuda publica, la atracción de varios inversionistas y la colonización. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LOS BALDÍOS EN COLOMBIA Como no existía y hasta el día de hoy no ha existido un censo de baldíos, nunca se ha sabido a ciencia cierta la extensión de ellos y mucho menos sus linderos, hasta el punto que el Estado Colombiano tenía que generar una cláusula en los actos de adjudicación para que el particular favorecido, se comprometiera a verificar si lo que le entregaba el Estado era del dominio público o de propiedad particular. Desde 1820 hasta 1870 las políticas de baldíos estuvieron basadas en una preocupación fundamental, la de financiar a un gobierno en quiebra. El Congreso colombiano emitía bonos y vales territoriales redimibles por baldíos a fin de respaldar la deuda nacional y pagar a los veteranos de la independencia; igualmente se usaron para subsidiar la construcción de carreteras y ferrocarriles y la usanza era entregar de 200 a 300 hectáreas de baldíos por cada kilómetro de carretera concluido. Los bonos eran negociables libremente y no existía ningún límite para que una sola persona pudiera adquirir tantos bonos como necesitara para luego redimirlos por baldíos y no era excluyente con las concesiones de tierras que entregaba el gobierno colombiano. Por otra parte, la política de la colonización en las diferentes regiones de Colombia, llevó a la entrega de miles de baldíos sin límite de extensiones. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LOS BALDÍOS EN COLOMBIA Igualmente, se buscaba con la adjudicación de baldíos otro medio de estimular la producción rural, hasta tal punto que la Ley 48 de 1882 declaró: “La propiedad de baldíos se adquiere por cultivo cualquiera que sea su extensión, con el plus de recibir la concesión del territorio explotado más otro adyacente de igual extensión.” Sobre el particular, es necesario citar a una de las más grandes estudiosas fenómeno de baldíos en Colombia, KATHERINE LEGRAN (1988), que señala: del “Así, en los años posteriores a 1870 el congreso colombiano reconoció explícitamente un conflicto potencial de interés entre colonos y grandes empresarios, y al hacerlo tomó partido por los colonos. Los cultivadores de baldíos fueron el único grupo campesino de Colombia cuyos derechos obtuvieron una definición legal explícita a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Al mismo tiempo, el gobierno colombiano incitaba a los colonos independientes a solicitar por vías legales la adjudicación de la tierra que cultivaban, pues sin títulos de propiedad no podían vender o hipotecar sus parcelas. Al fortalecer así los derechos legales de los cultivadores y al facilitarles la obtención de sus títulos de propiedad, el gobierno colombiano buscaba estimular la colonización y utilización económica de los baldíos por ambos, grandes y pequeños productores.” (Resaltado fuera de texto). Lo anterior es necesario tenerlo presente, porque fueron esas medidas las que contribuyeron significativamente a la concentración de la tenencia de la tierra no sólo en Colombia sino en otros países de América Latina como México durante el siglo XIX. La política de tierras en Colombia desde sus orígenes estimulaba tanto la inversión capitalista como la colonización campesina en las regiones de baldíos. ANTECEDENTES LEGISLATIVOS Estudiando la legislación agraria desde los orígenes de Colombia como Nación, se destacan: Ley 13 de 1821, Ley 20 de 1838, Ley 61 de 1874, Ley 48 de 1882, Ley 34 de 1936, Ley 200 de 1936, Ley 4 de 1943, Ley 135 de 1961, Ley 1 de 1968, Ley 4 de 1973, Ley 30 de 1988 Ley 160 de 1994, Ley 1152 de 2007 (inexequible). VIGENCIA DE LA LEY 200 DE 1936 A principios del siglo XX y en particular en la fallida reforma agraria de 1936, se quiso destinar preferencialmente la adjudicación de baldíos a campesinos sin tierra, pero frente a la redacción de los artículos primero y tercero de dicha ley, se terminó favoreciendo con la misma norma a empresarios que podían acumular grandes extensiones de tierra. En efecto los artículos pertinentes de la Ley 200 de 1936 son los siguientes: ARTICULO. 1.- Modificado, Articulo. 2, L. 4 de 1973. Se presume que no son baldíos, sino de propiedad privada, los fundos poseídos por particulares, entendiéndose que dicha posesión consiste en la explotación económica del suelo por medio de hechos positivos propios de dueño, como las plantaciones o sementeras, la ocupación con ganados y otros de igual significación económica. ANTECEDENTES LEGISLATIVOS El cerramiento y la construcción de edificios no constituyen por sí solos pruebas de explotación económica pero sí pueden considerarse como elementos complementarios de ella. La presunción que establece este artículo se extiende también a las porciones incultas cuya existencia se demuestre como necesaria para la explotación económica del predio, o como complemento para el mejor aprovechamiento de éste, aunque en los terrenos de que se trate no haya continuidad o para el ensanche de la misma explotación. Tales porciones pueden ser conjuntamente hasta una extensión igual a la mitad de la explotada y se reputan poseídas conforme a este artículo. ARTICULO. 2.- Se presumen baldíos los predios rústicos no poseídos en la forma que se determina en el artículo anterior. ARTICULO. 3.- Acreditan propiedad privada sobre la respectiva extensión territorial, y en consecuencia desvirtúan la presunción consagrada en el artículo anterior, fuera del titulo originario expedido por el Estado que no haya perdido su eficacia legal, los títulos inscritos otorgados con anterioridad a la presente Ley, en que consten tradiciones de dominio por un lapso no menor del término que señalan las Leyes para la prescripción extraordinaria. “Lo dispuesto en el inciso anterior sobre prueba de la propiedad privada por medio de títulos inscritos, otorgados entre particulares con anterioridad a la presente Ley, no es aplicable respecto de terrenos que no sean adjudicables, estén reservados, o destinados para cualquier servicio o uso público.” ANTECEDENTES LEGISLATIVOS Hasta el año 1988, mediante la expedición de la Ley 30, se legisló por primera vez sobre la prohibición de adquirir predios que originalmente fueron baldíos, sí con esas compras o adquisiciones se consolidaban en cabeza de un sólo propietario, extensiones que sumadas entre sí excedieran el límite de la adjudicación individual de baldíos y bajo la condición que se tratara de tierras colindantes. LEGISLACIÓN AGRARIA VIGENTE LEY 160 DE 1994 Mediante la Ley 160 de 1994, se creó una prohibición más general contenida en el inciso noveno del artículo 72, que dice: “Ninguna persona podrá adquirir la propiedad sobre terrenos inicialmente adjudicados como baldíos, si las extensiones exceden los limites máximos para la titulación señalados por la Junta Directiva para las Unidades Agrícolas Familiares en el respectivo municipio o región. También serán nulos los actos o contratos en virtud de los cuales una persona aporte a sociedades o comunidades de cualquier índole, la propiedad de tierras que le hubieren sido adjudicadas como baldíos, si con ellas dichas sociedades o comunidades consolidan la propiedad sobre tales terrenos en superficies que exceden a la fijada por el instituto para la Unidad Agrícola Familiar.” Esta es la prohibición que los funcionarios públicos y algunos parlamentarios de diferentes corrientes políticas quieren que opere de manera retroactiva, lo que sería un absurdo puesto que dejaría sin piso todas las operaciones de baldíos a las que nos hemos referidos desde el año 1820. IRRETROACTIVIDAD LEY 160 DE 1994 Por mandato de la Constitución Política de Colombia, en el artículo 58 se dispone: “Se garantizan la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con arreglo a las leyes civiles, los cuales no pueden ser desconocidos ni vulnerados por leyes posteriores. Cuando de la aplicación de una ley expedida por motivos de utilidad pública o interés social, resultaren en conflicto los derechos de los particulares con la necesidad por ella reconocida, el interés privado deberá ceder al interés público o social. La propiedad es una función social que implica obligaciones. Como tal, le es inherente una función ecológica. El Estado protegerá y promoverá las formas asociativas y solidarias de propiedad. Por motivos de utilidad pública o de interés social definidos por el legislador, podrá haber expropiación mediante sentencia judicial e indemnización previa. Esta se fijará consultando los intereses de la comunidad y del afectado. En los casos que determine el legislador, dicha expropiación podrá adelantarse por vía administrativa, sujeta a posterior acción contenciosa - administrativa, incluso respecto del precio. “ IRRETROACTIVIDAD LEY 160 DE 1994 Este artículo consagra la Teoría de los derechos adquiridos, que en la sociedades de mercado ha sido acogido como la garantía fundamental a la propiedad privada, teoría construida desde el derecho romano y que cogió gran fuerza en la modernidad a partir de la revolución francesa de 1789. Porque como contrapeso a la teoría absoluta de los derechos adquiridos se estableció el artículo 28 de la Ley 153 del 15 de Agosto de 1887, que señala: “Artículo 28.-Todo derecho real adquirido bajo una ley en conformidad con ella, subsiste bajo el imperio de otra; pero en cuanto a su ejercicio y cargas, y en lo tocante a su extinción, prevalecerán las disposiciones de la nueva ley.” Obsérvese, que la nueva Ley a la que se refiere el citado artículo 28, para el caso que nos ocupa, es la Ley 160 de 1994 y fue el Congreso de la República, en su soberanía y libertad configurativa de hacer las leyes, el que determinó que las prohibiciones del artículo 72 sólo regirían hacia el futuro, al redactar en tiempo futuro la orden de consignar las prohibiciones en los títulos de adjudicación que se expidan, norma ésta que se compadece perfectamente con la axiología, teleología y sistemática de los principios, normas, reglas y subreglas de la Carta de 1991, en lo tocante al ejercicio del derecho constitucional de la propiedad privada. En efecto, el último inciso del artículo 72 de la Ley 160 de 1994: IRRETROACTIVIDAD LEY 160 DE 1994 “Las prohibiciones y limitaciones señaladas en los incisos anteriores, deberán consignarse en los títulos de adjudicación que se expidan.” Este componente legislativo expedido por el Congreso de la República, vigente hoy en día, es la parte del rompecabezas que no han mirado algunos Congresistas y lo han olvidado muchos funcionarios de la rama ejecutiva, como si dicho fragmento de la Ley no existiera o hubiera algún pronunciamiento de la Corte Constitucional que lo excluyera del mundo jurídico. No es así, el ultimo inciso del artículo 72 está vigente y es el que precisamente descifra la confusión en que ha caído el gobierno colombiano y el congreso, no dejando duda alguna que los efectos de la prohibición del inciso 9º del artículo 72 sólo se aplica a baldíos adjudicados después de la expedición de la Ley 160 de 1994, como lo afirmó categóricamente en su momento el Dr. Juan Camilo Restrepo. IRRETROACTIVIDAD LEY 160 DE 1994 En conclusión, el último inciso del artículo 72 cumple una triple función: i. ii. iii. Señala que la aplicación de las prohibiciones es hacia el futuro y de ninguna manera retroactiva, respecto de predios adjudicados antes de 1994. Refuerza el principio constitucional de la publicidad al ordenar de manera imperativa (no facultativa) la obligación de consignar la prohibición en los títulos para que opere la prohibición. Responde al principio fundamental de cualquier organización social, estatal y democrática que es la seguridad jurídica. El único antecedente inmediato de prohibición de adquisición fue el citado artículo 13 de la Ley 30 de 1988, donde se explicitó que la restricción regía a partir de la vigencia de esa ley, es decir, hacia el futuro. NUEVOS INSTRUMENTOS JURÍDICOS: CIRCULAR NO. 1360 DEL 21 DE AGOSTO DE 2013. SUPERINTENDENCIA DELEGADA PARA EL REGISTRO Y PARA LA PROTECCIÓN, RESTITUCIÓN Y FORMALIZACIÓN DE TIERRAS REAFIRMACIONES PRINCIPIO DE PUBLICIDAD Las prohibiciones y limitaciones consagrados en los artículos 65, 72 y 73 de la Ley de 1994, tanto para los beneficiarios de predios adjudicados como baldíos, como para las que reacen sobre el ejercicio del derecho de domino sobre estos predios, deben estar plasmadas en los títulos de adjudicación. Además para una adecuada prestación del servicio público de registro, es necesario publicitarias dentro de los correspondientes folios de matrícula inmobiliaria. El Capitulo XII de la Ley 160 de 1994 (Baldíos Nacionales) no solo contempla obligaciones a las cuales quedan sometidos los beneficiarios de predios adjudicados como baldíos, sino que también existen prohibiciones para los posteriores adquirentes de estos predios, y que para que sean tenidas en cuenta por la comunidad de una forma eficiente, es preciso darlas a conocer de manera preventiva en el registro de instrumentos públicos, que de conformidad con literal b) del artículo 2 de la Ley 1579 de 2012 tiene como fin: "b) Dar publicidad a los instrumentos públicos que trasladen, transmitan, muden, graven, limiten, declaren, afecten, modifiquen o extingan derechos reales sobre los bienes raíces" REAFIRMACIONES PRINCIPIO DE PUBLICIDAD Con el propósito que el folio de matrícula inmobiliaria refleje las prohibiciones y limitaciones mencionadas a las que se encuentran sometidos los adjudicatarios de terrenos baldíos y los terceros adquirientes, deberán inscribirse de tal manera que se evidencie el régimen especial al cual se encuentra sometido el bien. LA TEORÍA DE LA FALLA DEL SERVICIO LA RESPONSABILIDAD Y LAS OMISIONES DEL ESTADO NO SE LE TRASLADAN A LOS PARTICULARES ¿HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA? ¿URRUTIA O NAPOLEÓN?