04-tu.qxd 9/17/04 9:09 PM Page 1 4 Atrapan a ladrón Con una barreta y una bordeadora Un sujeto de 21 años fue atrapado por la Policía cuando se encontraba robando en una vivienda de Melchor Romero. El hecho tuvo lugar en la calle 152 bis entre 520 y 521, donde el malviviente logró forzar una puerta con una barreta y apoderarse de una bordeadora eléctrica. El sujeto pretendía escapar cuando personal del Comando de Patrulla lo descubrió y procedió a su detención. El joven fue detenido acusado del delito de “tentativa de robo”. En tanto, en 140 y 529, personal del Subcomando de Olmos atrapó a un delincuente que momentos antes había interceptado a un joven en las inmediaciones y tras amenazas le había sustraído 320 pesos. El ladrón quedó detenido, acusado del delito de “robo calificado”, a disposición de la Justicia en turno. La Plata, sábado 18 de septiembre de 2004 EL PELIGRO ACECHA LA ZONA NORTE Cuatro hermanos se resistieron al ataque de dos feroces delincuentes Tienen 22, 20, 17 y 13 años. Se encontraban solos en su casa de City Bell cuando irrumpieron los ladrones. Los dos mayores fueron brutalmente golpeados. Los malvivientes les gatillaron en la cabeza, pero las armas no tenían balas Armados, pero sin balas Los dos ladrones tenían entre 18 y 20 años, ambos estaban armados con revólver, y según se comprobó después, ninguno estaba cargado. De no haber sido así, el hecho habría derivado en una tragedia. Las víctimas no llegaron a ver sus rostros porque se ocultaban detrás de cuellos polares Un barrio que era tranquilo Tienen 15 y 16 años Menores asaltan un kiosco Dos delincuentes de 15 y 16 años fueron detenidos poco después de asaltar un kiosco. El atraco tuvo lugar en las últimas horas, cuando los precoces delincuentes irrumpieron en el comercio ubicado en la calle 4 bis entre 610 y 611. En un primer momento los sujetos simularon ser clientes, pero poco después extrajeron un arma y redujeron a la propietaria, a quien obligaron a entregar el dinero de la recaudación. Los sujetos escaparon, pero la víctima logró dar aviso a la Policía, que salió tras sus pasos. Poco después, personal del Comando de Patrullas logró dar con los malvivientes. En su poder se incautó el dinero robado y una pistola calibre 32 que usaron para amenazar a la víctima. Peligrosos delincuentes Le robaron y le arrojaron piedras Un joven fue atacado por tres delincuentes que lo amenazaron para despojarlo de los elementos de valor que llevaba. La víctima logró escapar hasta su casa, pero los ladrones lo persiguieron a piedrazos. Poco después, los malvivientes fueron detenidos. El hecho se produjo en 77 y 119, donde Juan Pablo Giampieri, de 26 años, se dirigía a un almacén ubicado a pocas cuadras de su vivienda. Fue entonces cuando lo interceptaron los malvivientes, quienes tras amenazas le arrebataron el dinero que llevaba y los elementos de valor. El joven escapó a la carrera y se refugió en su casa, pero los sujetos lo siguieron y comenzaron a arrojar piedras contra la finca. Los vecinos llamaron a la policía y poco después los móviles del Comando arribaron al lugar y atraparon a los sujetos. A cualquier precio. Maximiliano Gorriz se resistió y fue golpeado. El y sus hermanos se salvaron de milagro Son cuatro hermanos. Todos varones de 22, 20, 17 y 13 años. Planeaban pasar unos días solos en la tranquilidad de su casa de City Bell, ya que su madre se encontraba de viaje. Nunca se imaginaron que iban a convertirse en los protagonistas de una madrugada de miedo y violencia desmedida. El hecho dejó como saldo múltiples heridas a una de las víctimas y la inexplicable sensación de inseguridad instalada entre las paredes de la vivienda ubicada en la calle 487 entre 12 y 13 del barrio Savoia. Todo comenzó cuando faltaban 20 minutos para la 5 de la madrugada. Maximiliano Gorriz (20) acababa de levantarse, como lo hace todos los días a la misma hora, para ir a trabajar a una fábrica de plásticos de la zona. En su habitación, ubicada en la parte posterior de la vivienda con una Maximiliano tuvo miedo de ser víctima de un delito aún mayor y se trenzó en lucha con los ladrones puerta que da al patio, aún se encontraba durmiendo Martín, su hermano mayor de 22 años. En tanto, en otros dos cuartos descansaban los hermanos menores de 17 y 13 años. Maximiliano ya había colocado sobre la mesa de la cocina su teléfono celular y la billetera con los únicos 100 pesos que poseía. También había llamado el remís que todos los días lo lleva hasta su lugar de trabajo. Nada parecía modificar la calma ha- bitual de una zona acostumbrada a la seguridad, hasta que el intenso ladrido de los dos perros de la casa lo puso sobre aviso. El joven miró, entonces, por la ventana de la cocina, y vio a su hermano Martín, arrodillado en el patio con dos sujetos encapuchados apuntándole a la cabeza. A los gritos, los delincuentes le exigieron que abriera la puerta. El joven obedeció y enseguida uno de los sujeto lo amenazó para que entregara el dinero y los objetos de valor. Maximiliano explicó que lo único que tenía era los cien pesos de la billetera, pero los ladrones pretendían mucho más. Durante varios minutos uno de los malvivientes mantuvo a los hermanos vigilados, mientras que su cómplice recorría la casa en busca de elementos para llevarse y los iba amontonando en un sector de la cocina. El ruido y los gritos lograron despertar a los menores, quienes durante algunas minutos más prefirieron hacerse los dormidos y continuar en sus habitaciones. Los golpes Furiosos por no hallar más plata, uno de los ladrones llevó a Maximiliano hasta el garaje, mientras el restante se quedó en la cocina junto a Martín, quien fue obligado a permanecer arrodillado en el piso con un revólver apuntándole a la cabeza. Pero en el garaje no había nada de valor para llevarse y Maximiliano temió por las intenciones de su atacante. Presintió lo peor y decidió resistirse con toda su fuerza. Con movimientos rápidos, el joven golpeó al sujeto, con quien forcejeó varios minutos para quitarle el arma. El hecho provocó la preocupación de su cómplice, quien intentó saber lo que ocurría. La distracción del ladrón fue aprovechada por Martín, quien lo golpeó y escapó en busca de ayuda. Lo mismo hizo su hermano de 17, quien logró escapar por una ventana. En medio de los golpes, gritos e insultos, uno de los ladrones gatilló el revólver. Fue entonces cuando Maximiliano comprobó que el arma estaba descargada, por lo que decidió pelear hasta expulsar a los intrusos de su casa. Los dos malvivientes golpearon varias veces al joven, especialmente en la cabeza, donde le provocaron al menos cinco heridas cortantes. Con la inocencia de quien aún no comprende la gravedad de lo que esta- Los ladrones gatillaron varias veces contra los jóvenes, pero las armas estaban descargadas ba pasando delante de sus ojos, el más chico de los hermanos Gorriz salió de su habitación, corrió hasta el living, se paró frente a los ladrones y les grito: “Chicos, paren y váyanse”. Y no imaginó que los ladrones lo obedecerían. Tras ver frustradas sus intenciones de robo, los sujetos decidieron escapar por la puerta trasera, ganar los fondos de la finca y desaparecer de la zona. Enseguida los vecinos llamaron a la Policía y los móviles del Comando se Según los vecinos, el barrio siempre fue tranquillo. “Hasta el sábado”, según aclaran, ya que ese día le robaron a un vecino de la cuadra en su casa y ayer a los hermanos Gorriz. Ayer la sensación de inseguridad había ganado a todos los habitantes del barrio, quienes buscaban nuevas medidas para protegerse de los ladrones La mamá está de viaje Aún ayer a la mañana, los hermanos no se habían comunicado con su madre para contarle las peripecias sufridas la madrugada anterior. La mujer viajó hace unos pocos días al interior de la provincia, sin imaginar la suerte que correrían sus cuatro hijos adolescentes, quienes se quedaron solos en la casa de City Bell. hicieron presentes en el lugar, pero los ladrones ya estaban lejos del barrio. En diálogo con Trama Urbana, los hermanos relataron la odisea que les tocó en suerte. Maximiliano aseguró que reaccionó porque temió ser víctima de un delito aún más grave. Además consideró: “Si quieren matarte, te van a matar de cualquier manera”. En medio del caos dejado por los malvivientes en el interior de la finca, la Policía secuestró en la casa dos cuellos polares usados por los ladrones para ocultar sus rostros y los restos del celular de Maximiliano, que los ladrones arrojaron al patio para impedir que pidieran auxilio. Como consecuencia de las heridas sufridas, el joven debió ser asistido en un centro de salud, pero se constató que las lesiones no revisten gravedad. En el hecho tomó intervención la comisaría Decimotercera, con jurisdicción en el lugar, donde se iniciaron actuaciones por los delitos de “robo, privación de la libertad y lesiones” a disposición de la Justicia en turno.