VII: XX Century A finales del siglo XIX la hegemonía inglesa comenzó su declive. La cultura, sin embargo, especialmente la herencia de la época Victoriana, mantenía su importancia. Se sentaron nuevas bases ideológicas con la intención de actualizar determinados valores, especialmente los religiosos. Existió una cultura del esteticismo, así como un cierto hedonismo y culto a la naturaleza. Otros autores, por el contario, seguían apoyando y creyendo en el imperialismo, hablando del poder civilizador del Imperio Británico. Los movimientos literarios, que hasta este momento parecía que duraban largos períodos de tiempo, se sucedieron durante este siglo con mayor rapidez, existiendo un ritmo más dinámico en la sucesión de estos, llegando a superponerse. Se puede realizar una división basada en acontecimientos ajenos a la literatura: Período previo a la I Guerra Mundial. Período de entreguerras. o Paréntesis literario: impacto de la Guerra Civil Española en la literatura inglesa. Segunda mitad del siglo XX. Esta época puede subdividirse en base a autores, corrientes literarias, áreas temáticas… La literatura inglesa del siglo XX está prácticamente unificada con la literatura irlandesa. Esta fue una época de relativa estabilidad política en Inglaterra. Se realizaron reformas en la educación, la sanidad y la política, las cuales tuvieron reflejo en las elecciones. Los movimientos sindicales (Trade Unions), de corte marxista en su mayoría, tuvieron gran protagonismo. La independencia de Irlanda fue un hecho remarcable, así como el crecimiento de las ciudades y la consiguiente despoblación de las zonas rurales. La Gran Guerra (the Great War) supuso un gran impacto en la sociedad. Desde el punto de vista social, se produjo una gran extensión de la educación, basada en algunas leyes ya aprobadas con el fin de generalizar la escolarización de los ingleses (Education Act, 1870). Esto influyó directamente en la literatura al aumentarse significativamente el mercado de difusión de esta. Se consideraba un negocio y una profesión más. Esto trajo consigo una gran explosión de la publicación de libros, muchos de ellos de escasa calidad. En esta literatura se reflejaban los males y los prejuicios de la Revolución Industrial, algo ya tratado en los tiempos de Dickens. La novela fue el género dominante y se consideró un producto artístico puro. Surgieron nuevas formas estilísticas y expresivas, así como modos de componer los textos y caracterizar a los personajes. Se buscó la manera de expresar en el papel el torrente de pensamientos que circula en la mente. Se publicaron novelas con fines sociales, pero también realistas. El realismo sigue siendo uno de los flancos que trata todo escritor. Se consolidó, además, la short story, que hasta el momento se había considerado un género menor o de prueba para aquellos autores que comenzaban su carrera en la escritura, tomó protagonismo llegando a situarse a la misma altura que el resto de la novela. Las narrativas francesa y rusa supusieron una gran influencia para la literatura inglesa del siglo XX. Escritores como Balzac y Flaubert o Tolstoi y Dostoievski fueron considerados modelos a seguir por estos autores ingleses. Se escribió también teatro, que sacaba a la luz temas sociales, tanto recurriendo a formas serias como humorísticas. En este ámbito destacaron George Bernard Shaw y John Millington Synge, ambos de origen irlandés. Comenzaron nuevas formas de experimentación y valores en la poesía. Nuevos autores reunificaron la poesía, produciendo algunos cambios considerados revolucionarios, pero, al mismo tiempo, coexistiendo con la poesía y sus valores más tradicionales. No obstante, hasta los años 30, aproximadamente, la poesía ocupó el último lugar en popularidad, repercusión en el público y número de publicaciones, muy alejada de la narrativa. 1 James Joyce James Joyce (1882-1941) nació en Dublín, ciudad en torno a la que giran varias de sus obras, en el seno de una familia acomodada. Tuvo una educación religiosa (jesuita) y se graduó en el University College. En 1904 conoció a la que posteriormente sería su mujer, Nora Barnacle. El Bloomsday, que se celebra todos los 16 de junio en Irlanda, está tomado de la obra de Joyce, lo que permite hacerse una idea de su influencia. Como consecuencia de la situación política de la Irlanda de la época, que aún pertenecía al Reino Unido, existieron numerosos movimientos que buscaban la independencia del país. Ante esto, Joyce confiaba más en el uso de la palabra, la filosofía y la educación que en la violencia. Los personajes de Joyce se desenvuelven en el período de la niñez principalmente, época que el autor pasó en Dublín. Posteriormente abandonó Dublín y vivió en Trieste, Zurich (donde se refugió durante la I Guerra Mundial), París y, nuevamente, Zurich, cuando estalló la II Guerra Mundial. En los últimos años de su vida sufrió graves problemas de visión, por lo que en ocasiones tuvo que dictar sus obras para poder plasmarlas en el papel. Sus obras incluyen descripciones de olores o tactos que tratan de suplir, en cierta manera, las carencias de su vista. Se le suele definir con el término modernista, que alude a aquellos escritores que no se ciñen a las convenciones tradicionales, que quieren romper con la forma tradicional de narrativa. El libro Ulysses, por ejemplo, cuenta detalladamente la acción de un único día. Stream of conciousness es una expresión utilizada recurrentemente para calificar este tipo de estilo narrativo. James Joyce ha sido visto como un crítico para Irlanda, al referirse a ella en ocasiones como "la isla de los cardos". Su aire presuntuoso hizo que no cayese demasiado bien entre los habitantes de esta isla. Fue un joven sin el fervor nacionalista que imperaba en su época. Se defendía diciendo que el movimiento literario irlandés era un movimiento provinciano, insular, sin conexión con Europa y otras corrientes europeas. Opinaba que los escritores ingleses debían imitar e inspirarse en otros movimientos en lugar de basarse en el problema irlandés. Tenía claro que la relación entre los movimientos nacionalistas y el arte no era una buena unión. Para él, el nacionalismo siempre era un movimiento incoherente, excluyente, inasible y sostenía que todos sus tipos eran manifestaciones trasnochadas de un espíritu primitivo y antidemocrático. Se refería al patriotismo como una "big word that makes us so unhappy". Decía que el verdadero artista debía aislarse de las multitudes si quiere mantenerse como tal, o acabará contagiándose de la mediocridad ambiental. La sociedad irlandesa de la época era una sociedad poco desarrollada, sin muchas industrias, por lo que no había muchos movimientos reivindicativos de corte laboral, lo cual limitaba el campo de acción de los intelectuales, incluido Joyce. Irlanda era un dominio británico, básicamente agrícola. Quienes se oponían a lo que Joyce decía lo acusaron de cobarde, diciéndole que prefería marcharse a coger las armas y defender a su país. Mantuvo una relación amor-odio con Dublín, que supone el centro del que parte toda su obra. La frustración con los movimientos nacionalistas de su juventud se nota en sus obras, especialmente en ciertos relatos de Dubliners como The Sisters. Se consideraba a sí mismo como una especie de socialista, con ciertas características libertarias y anarquistas, pero sin ningún interés por la política del momento. Manifestó que no le gustaban las monarquías ni las repúblicas y se mostró escéptico ante los remedios propuestos ante el caos de la época. No tuvo un gran amor al "pueblo", que considera una chusma rastrera, manipulable y despreciable. La gran 2 mayoría de la gente hablaba inglés, no gaélico. Estaban bajo la reina inglesa, pero se consideraban completamente diferentes a los ingleses, tanto histórica como religiosamente. Se autoexilió pero nunca renunció a su patria. Consideraba que ese ambiente coartaba su libertad y, cada vez que sufrió un revés es su carrera de escritor, buscó los motivos en su condición de desterrado. En 1912 realizó un viaje a Inglaterra, que consideró una experiencia negativa al fracasar sus intentos de negociaciones para publicar Dubliners. Para Joyce al nacionalismo y el irlandés como lengua tienen que ver con la idea de dominio y patriotismo. Nunca militó a favor de la lengua irlandesa, a diferencia de muchos otros escritores. Le rinde una cierta tradición, sin embargo, a través de numerosos vocablos, dichos y expresiones vernáculas. Fue un gran conocedor de la historia de su país, de todas las rebeliones de la historia en contra del dominio de los ingleses. Consideraba que no se debía recurrir a la violencia nuevamente, ni a la creación de nuevos mártires por la causa. Políticamente se sentía más nacionalista estando en el continente europeo que en su país. Sus obras principales son: Dubliners es una colección de 14 relatos breves que tienen en común su emplazamiento (Dublín), sus personajes (todos dublineses) y la visión de Joyce de los ambientes de esta ciudad. Comenzó a escribirlo en 1904 y lo terminó en 1907, aunque no encontró editor fácilmente al poner de manifiesto en esta obra aspectos de los dublineses que no resultaban muy halagadores. En 1912 encontró un editor que, sin embargo, poco antes de sacarla a la venta, temió las repercusiones que esta publicación podría tener, destruyó toda la edición. Finalmente, Dubliners se publicó en 1914 en Londres. La última narración de Dubliners se titula The Dead. Ulysses (1922). Esta obra incluye varios puntos de vista, tratando el mismo hecho desde distintas perspectivas. El autor intenta recrear con la mayor precisión posible los caminos irregulares por los que discurren los pensamientos de los personajes en el mismo momento en el que se producen (stream of conciousness). Ulysses estuvo prohibida durante varios años en EEUU e Inglaterra. Joyce dijo que, si Dublín desapareciese, podría ser reconstruido basándose en las descripciones contenidas en esta obra, debido a su detalle y exactitud. La obra comienza a las 8 de la mañana del día 16 de junio y termina en las primeras horas de la madrugada del día 17. En sus páginas se detalla la vida cotidiana de Dublín, las personalidades de los personajes… Incluye juegos de palabras, referencias lingüísticas y religiosas, elementos sensoriales, etc. Es una especie de manifestación literaria en la que todo está en todo, en la que nada es producto de la casualidad. Es una obra compleja, intrincada, difícil de seguir… Portrait of the Artists as a Young Man (1916) es una novela de carácter autobiográfico, iniciada en 1903, que reproduce una gran parte de la vida del propio Joyce, aunque con otro nombre. Fue traducida en 1926 por Dámaso Alonso, bajo un pseudónimo. Finnegans Wake (1939). Joyce comenzó a escribirla 17 años antes de su publicación. Está considerada como la obra más radical y más experimental de toda la literatura universal. Si Ulysses narra muchas historias de un solo día, Finnegans Wake es un libro sobre una sola noche, en la que el autor recurre a la lógica de los sueños para contar la historia de una familia de dublineses. Se sirve para ello de múltiples juegos de palabras extraídos de diferentes lenguas, de mitos, de alusiones… Esta obra presenta el lenguaje como liberador del tiempo, forjador de la historia y representante de la realidad humana. 3