Luis Sánchez Feijoo Ferrol, capital de las anclas A finales de los años noventa se inició en el Arsenal una primera identificación y catalogación de las anclas locales por el entonces CNI Castro Luaces jefe de la ICO y de su hijo el Ingeniero Naval José Castro. Se agruparon, a falta de un lugar más adecuado, en el patio de levante del entonces edificio de Ingenieros y edificio de Herrerías hoy Centro Social de la Armada en Ferrol y Museo de la Construcción Naval, respectivamente. También se situaron en torno a estos edificios y en la entrada del Museo Naval, donde muchas aún siguen en pie, altivas. También se depositaron anclas en organismos oficiales ajenos a la Armada, como la Universidad de Ferrol, donde lucen y recuerdan permanentemente el vínculo de Ferrol y de España con la mar y Ferrol Ana lisis 26.indd 299 la Armada, algo que, por otra parte habría de ser innecesario. Se ubicaron cartelas con la descripción de cada ancla, aunque, lamentablemente las cartelas fueron desapareciendo con el tiempo. Posteriormente, se mejoró el trabajo de catalogación por el autor del libro cuando fue Conservador del Museo Naval en Ferrol. Existe un meritorio Museo de Anclas en Castrillón, Asturias, en la playa de Salinas, que cuenta con quince anclas, cifra importante pero que palidece comparada con la colección de Ferrol que comprende casi un centenar de anclas, con fechas que datan desde el medievo hasta nuestros días. Hay que reconocer, sin embargo, algo evidente: La colección de Ferrol no se aprecia en toda su grandeza e importancia, apoyadas como están las anclas en los edificios mencionados, sin orden o criterio histórico y escaso acierto estético. Me atrevería a decir que las anclas necesitan aire, vale decir espacio, también agua, proximidad al mar, o mejor, contemplación del mar y, curiosamente, hierba para poder pasear entre ellas, comprender su significado e imaginar las historias que podrían contarnos allí, frente al océano. Creo que es la colección más importante del mundo y que habría que hacer algo para significarla: Reubicación en un lugar adecuado, promoción, exhibición orgullosa. Les invito a entrar en este mundo de la mano de L. Sánchez-Feijoo. Miguel Ángel Fernández y Fernández. Almirante de la Armada Española. F a historia Anclas en Ferrol Este interesante artículo constituye prácticamente el primer capítulo del «Libro de las Anclas», un concienzudo y documentado trabajo de Luis Sánchez-Feijoo, en donde tienen un excepcional protagonismo las anclas de Ferrol, el lugar donde existe la mayor y mejor documentada colección de anclas del mundo. El autor me ha invitado a hacer una introducción que hago con mucho gusto, con la fundada esperanza de que su libro encuentre eco en el Ministerio de Defensa, a donde ha sido enviado. Considero de gran importancia para la Armada, para la ciudad de Ferrol y su Ayuntamiento la idea de un museo-colección de anclas en la ciudad, especialmente ligado a la Ilustración y a la propuesta de Patrimonio de la Humanidad, que tan desafortunadamente está siendo postergada. 299 4/11/11 20:04:27 F errol , capital d e las anclas 300 Historia de las anclas El ancla es el símbolo característico de todas las Marinas. Decir ancla es pensar en salvación. Desde los primeros tiempos de la navegación el navegante sintió la necesidad de detener la marcha de su embarcación pues necesitaba abrigarse, descansar, comerciar, pescar, en definitiva dejarla segura en un determinado lugar. Lo primero que hizo para ello fue varar su embarcación en un lugar aplacerado de la ribera y lo suficientemente alejado del agua para que ni las riadas ni las mareas se la llevasen. que era peor que también cortaban los livianos cables de amarre, tuvo que trabajarlas para que adoptasen formas esferoides, o elegir cantos rodados fluviales o recoger lajas de piedra ya talladas por la naturaleza. Las piedras paralelepípedo-esferoidales seguían originando problemas de rozamiento con las amarras, o de deslizamiento por falta de rugosidad, por lo que el navegante decidió praticarles un orificio y pasarle la amarra de modo que disminuyese la zona de contacto amarra-piedra y por tanto aminorase el rozamiento (fig 1). Otro tanto hizo con las piedras planas. embarcación debido al peso de la piedra semienterrada, pero con la piedra plana o laja lo que pasaba es que actuaba como un patín deslizante sobre el fondo. En fondos de fango, la piedra se enterraba ocasionando dificultad para su levado pero la losa se enterraba verticalmente, lo cual facilitaba el levado pero agarraba mal. Para resolver esas desdichas el navegante hizo otro orificio más abajo del primitivo de modo que cobrando de la amarra que pasaba por él, le ayudaba a despegar la piedra o losa del fondo para a continuación levarla ayudándose con la amarra superior (fig 2). Fig. 1. Otra forma que el navegante tuvo de concebir el fondeo con piedra fue el colocarla sobre una base alargada de madera que la sobresaliese y trincarla a ella con estacas flexibles que abrazasen a la piedra y la inmovilizasen. La base actuaría como unos falsos brazos y los tirantes como lo que después se conocería con el nombre de caña. Los tirantes que comenzaron siendo dos aumentaron de número o de formas conforme a las zonas de utilización. Y a esto se le llamó y se le llama potala o potada, usada en nuestros días sin gran variación de su fábrica original (fig 3). Un paso más fue amarrarla con cabos vegetales o de cuero a algún árbol ribereño sólidamente enraizado que al navegante le ofreciese confianza en lo relativo a la seguridad de su embarcación y a que la distancia a la orilla fuera la adecuada para permitir su desembarque y posterior embarque. El navegante actuaría de igual modo si en vez de árboles encontrase rocas. F a historia Paralelamente, en zonas desérticas y sin rocas llevaría a bordo unas estacas afiladas en punta que permitiesen su fácil clavado en la orilla a la vez que un tope superior impediría el zafado de la amarra. Estamos ante un esbozo de bolardo. Este madero de quita y pon hacía las funciones de un árbol o de un tocón. Ferrol Ana lisis 26.indd 300 Hasta ese momento todo lo conseguido servía para amarrar en las orillas pero no se podía separar de ellas, por lo que al navegante se le ocurrió llevar a bordo una piedra de peso manejable y con cualquier forma volumétrica, informe, de tal modo que amarrándole un cable la pudiese echar por la borda y que aguantase a la embarcación. Como esas piedras amorfas y con aristas le cortaban las manos, y lo Ya tiene el navegante la posibilidad de fondear en aguas abiertas siempre dependiendo de la longitud de la amarra, forma y peso de la piedra, desplazamiento de la embarcación, calidad del fondo y resistencia de la embarcación al viento y a la corriente. Igual que ahora y siempre. El navegante disponía de una piedra perforada, cuyo orificio sería el antecesor del arganeo que a su vez lo sería del grillete. El navegante siguió superando inconvenientes. En fondos de arena, la piedra volumétrica mantenía su Fig. 2. 4/11/11 20:04:28 Luis Sánchez Feijoo de fondeo siempre se clavase unió con ligadas vegetales dos artilugios como el anterior, uno opuesto al otro, que al llevar su piedra cruzada en la rama larga obligaba a una de las cortas a clavarse, siempre. Nacían las anclas con cepo (fig 6). 301 Hasta esos tiempos el ser humano no disponía de la metalurgia. Fig. 3. Fig. 4. La solución para un fondeo seguro no llegaba a cuajar por lo que el navegante cruzó con un palo al orificio bajo de la piedra para que opusiese resistencia a la tracción y ayudase al agarre como si fuesen brazos. Era el principio del rezón. Pero con este sistema como en el mejor de los casos sólo se enterraría un brazo en el fondo, el navegante puso otro palo encima y cruzado con el de abajo, por lo que aumentó el poder de agarre; en el peor de los casos se clavaría un solo brazo y quedarían otros dos posados en el fondo. Con este tipo de fondeo la piedra de forma piramidal mejoraba el resultado. Se había asegurado siempre el agarre y duplicado su resistencia al arrastre (fig 4). El rezón se había descubierto. de modo que quedase perpendicular a la corta y así se aseguraba al 50% el que la rama corta se clavase (fig 5). Para conseguir que este tipo Ferrol Ana lisis 26.indd 301 Fig. 5. Fig. 6. El hierro fue sustituyendo a la madera conforme avanzaba la metalurgia. Aparecen entonces las primeras anclas de hierro que debido a su poco espesor eran forradas; o con plomo para darles peso (fig 7) o con madera para aumentar la sección y con ello evitar su enterramiento en el fango. Sus menores dimensiones respecto a las de madera facilitaban la estiba. A pesar de su peso no agarraban bien debido a que no estaba conseguida la forma idónea de los brazos, ni de su ángulo de presa ni su relación peso-longitud. Solían tener orificios para un cable F a historia El navegante siguió ingeniándoselas para mejorar el agarre de los fondeos. A una horquilla de madera, un tronco largo de un árbol cortado aprovechando la unión con una rama más pequeña, le amadrinó a la de mayor longitud una piedra alargada para darle peso. La facilidad del amarre tenía el inconveniente de que la rama-brazo le podía quedar sin enterrar por lo que debía efectuar numerosas intentonas de fondeo hasta asegurar su agarre. Lo que a continuación discurrió fue cruzar la piedra en la rama larga Con el paso del remo a la vela aumentó enormemente el desplazamiento de las embarcaciones que necesitaron anclas con más peso que las de madera por lo que unos las clavetearon, otros les añadieron bronce o hierro, los de aquí las forraron con plomo, los de allá cubrieron sus uñas. La sustitución de las ramas cortadas por maderas labradas de forma rectangular representó una evolución considerable hasta llegar a la caña de sección rectangular cuyo lado mayor resultara perpendicular al cepo a fin de soportar su máximo esfuerzo en el crítico momento de zarpar. No sólo se forraron las cañas sino que se sustituyó el cepo de madera por otro de plomo que ofrecía un notable aumento en el peso aunque se deformase con facilidad. La madera usada solía ser de encina y siguió siéndolo durante siglos, mientras algún componente de las anclas fuese de madera. 4/11/11 20:04:30 F errol , capital d e las anclas 302 y además una cuarta estibada a estribor llamada «de la esperanza» y finalmente una quinta ancla llamada «de la caridad» colocada en la bodega. Eran anclas de hierro forjado con dos uñas y un cepo, perpendicular a éstas, de madera con zunchos de hierro (fig 9). Para fondearlas empleaban cabos de cáñamo de 120 brazas de largo llamados cables, que se afirmaban a bordo en las grandes bitas de madera situadas sobre la primera cubierta. Para levar las anclas se empleaban los cabrestantes por intermedio del Fig. 7. F a historia de fondeo, para un cepo de quita y pon así como otro entre los brazos para amarrar en él un cabo de recuperación y trincado a bordo. En España existía fabricación de anclas desde la Edad Media, antes que en cualquier otra parte de Europa. Igualmente en el siglo XIV las naves españolas ya usaban escobén, antes que las otras Marinas. Ferrol Ana lisis 26.indd 302 La metalurgia sigue desarrollándose y las delgadas anclas de hierro son sustituidas por anclas de más sección y peso, pues las naves siguen aumentando en desplazamiento. Los cepos sufren muchas variaciones: se fijan por dos orejetas en la parte superior de la caña en la misma cara que el orificio del arganeo; se elaboran en dos secciones unidas a paño por medio de pasadores y posteriormente por abrazaderas de hierro; sus extremos se curvan ligeramente hacia arriba como en los cepos de plomo romanos; el cepo aumenta su longitud superando a la de la caña; disminuye su peso en relación con el de los cepos anteriormente usados para aliviar el brusco impacto contra el fondo. Eso sí, conserva su fijación en perpendicular a los brazos (figs 8). Los navíos españoles del siglo XVIII llevaban generalmente tres anclas de leva o pendura para uso normal Fig. 8. Fig. 9. virador que era otro cabo formando un anillo que se unía al cable por los mojeles (fig 10). Los extremos de los cepos de madera se redondearon para evitar daños en los forros de cobre de las obras vivas de los barcos. Conforme la metalurgia avanzaba más y más, lo barcos se pudieron construir con cascos de hierro y los cables fueron sustituidos por cadenas. Las ventajas que trajeron las cadenas respecto a los cables fueron su mayor solidez, su gran peso que hace mejorar el agarre al ancla, su fácil limpieza y conservación, su cómoda estiba y su menor volumen. Si inicialmente las cadenas estaban constituidas por eslabones retorcidos que les hacían tomar vueltas, pronto fueron sustituidos por eslabones circulares a los que posteriormente se les incorporaron contretes que reforzaban su esfuerzo a la tracción a la par que disminuían las ocasiones de tomar vueltas (fig 11). Al usarse las cadenas desaparecen los arganeos en las anclas que son reemplazados por grilletes (fig 12). Para barcos de madera se usaban anclas con cepos de madera pero como con los nuevos cascos los cepos se rompían, éstos tuvieron que ser sustituidos por cepos de hierro que fueran fáciles de estibar a bordo, fabricándolos con barra rematada en dos bolas y con uno de sus extremos curvado para permitir amadrinar el cepo a lo largo de la caña. Ya estaban en la mar barcos con anclas de cepos de hierro cuyo primitivo modelo permanece en uso hasta nuestros días (fig 13). Para facilitar el trabajo a las dotaciones se estudiaron anclas ligeras y estibadas en cubierta en las que la caña terminaba en un brazo único articulado en balancín. Este sistema permitía que si uno de sus extremos 4/11/11 20:04:32 Luis Sánchez Feijoo 303 Fig. 10. Fig. 14. todavía en el escobén, aprovechando la tracción de la llamada de la cadena al levar, que metería la caña dentro quedando los brazos o uñas por el exterior del casco. quedaba enterrado el otro se plegaba sobre la caña evitando el daño a algún casco en sondas pequeñas, así como que no se enganchase el cable en el ancla debido al borneo del barco. Sólo enterraba un brazo por lo que su retención era mediocre (fig 14). El aumento de tonelaje de los barcos obligó a buscar un tipo de ancla de fácil estiba en cubierta o mejor Fig. 12. Fig. 13. Ferrol Ana lisis 26.indd 303 F a historia Figs. 11. Para su fácil estiba en cubierta y sin necesidad de grúas ni pescantes, que para su manejo obstaculizasen el campo de tiro, se diseñó un ancla con cepo corto y ancho situado en el plano de los brazos, de caña muy gruesa y masas bajas basculantes unidas a los brazos, a los que obligaba a enterrarse. Acababa de aparecer el ancla con brazos articulados. Este tipo de ancla podía estibarse verticalmente sobre un soporte basculante, por fuera de la borda. 4/11/11 20:04:36 F errol , capital d e las anclas 304 A partir de la aparición de las anclas con brazos articulados basculantes el cepo dejó de tener valor por lo que el ancla pudo estibarse en el escobén facilitando enormemente la engorrosa maniobra que durante siglos ocasionó la faena de anclas. Son las anclas sin cepo (fig 15). No obstante las ventajas que aportaban las anclas sin cepo con bloque basculante, apareció un nuevo tipo de ancla con cepo bajo, en forma de barra de reducida sección, situada en el mismo plano de los brazos que tuvo y tiene gran aceptación (fig 16). Es momento de hacer referencia a una de las anclas usadas desde los tiempos antiguos, el ancla flotante o de capa, que se da con tiempos duros para facilitar la navegación a la capa. Consiste en un tronco de cono de fuerte lona que tiene sus bases abiertas y se remolca. Para su recuperación lleva un cabo fino unido a su base menor. Hasta ahora se trató de anclas comunes pero también hay otros tipos de anclas no tan comunes como pueden ser las de hongo, cuya caña finaliza en una semiesfera y se usa para fondear boyas; las de tipo sumergidor, utilizadas por los buques-faro, que se caracterizan por su casquete esférico apenas vaciado en su interior, sin caña; las fluviales, cuyas largas uñas sustituyen a los brazos para agarrar con corrientes fuertes y fondos de fango; las utilizadas por los hidroaviones, que son muy ligeras y con cepo desmontable para permitir su estiba a bordo. Para embarcaciones de recreo proliferan anclas de tipo ligero de los más variados diseños: con cepo, sin cepo, con doble caña, con bandeja sustitutiva de la caña, con reja de arado articulada y sin articular (fig 17). F a historia Fig. 17. Ferrol Ana lisis 26.indd 304 cinemáticamente su modo de penetración en el fondo y su grado de enterramiento por lo que resultan tipos de anclas que se asemejan a las cucharas de las dragas, a las rejas de arado fijas y articuladas, a palas de excavadora, a depresores de dragaminas, a una combinación de rejas de arado y placas, a anclas yuxtapuestas, a anclas-bloque de hormigón. Para las plataformas petrolíferas se diseñan anclas con especificación propia, dependiendo del tipo de fondo, que soporten grandes esfuerzos. Suelen fondearse en número de 8 a 12 por plataforma (fig 19). Los retos para el diseño y evolución de las anclas continuarán mientras los constructores navales avancen en el diseño de nuevos tipos de embarcaciones y plataformas. Fig. 15. Fig. 16. Fig. 18. Desde hace pocas décadas comenzaron a emplearse anclas con un gran poder de agarre, 13 veces su peso en comparación con las 5 veces de las clásicas, en las que el cepo se sustituye por unos resaltes a ambos lados de los brazos (fig 18). Otros tipos de anclas de gran poder de agarre se diseñan considerando Aunque en todo este trabajo el único personaje presente es el navegante, utilizador de las anclas y por tanto el más interesado en su perfección pues la vida le va en ello, no se debe de olvidar a los diseñadores ni a los fabricantes de anclas ya que forman parte del triple compromiso que existe en este tema. Si no fuese por ellos es como para dudar de que el navegante hubiese sobrepasado a los tipos de anclas en madera. 4/11/11 20:04:38 Luis Sánchez Feijoo ANCLATERRA Ferrol tiene un papel preponderante en este trabajo pues considero que es la única ciudad del mundo en donde se pueden contemplar tan gran variedad de tipos de anclas con diversos modelos de cada tipo. En esta ciudad de la mar se dan singulares características que así lo determinan: su localización es privilegiada; alberga bases navales, astilleros, talleres, escuelas y museos; su población vive la mar; su diseño urbanístico es modélico; dispone de varios puertos selectivos; su escudo incluye anclas y por si fuera poco, dispone de un topónimo único en el mundo. La marinera ciudad está localizada en el golfo ártabro, situada por tanto en el noroeste peninsular ibérico, el cual es considerado desde siglos como un excelente tenedero capaz de cobijar muchos navíos de gran porte debido a sus notables dimensiones, a su abrigo de los vientos reinantes y a sus sondas con calidades de fondo adecuadas. En el plano geoestratégico tenía las indudables ventajas de estar lo suficientemente alejada del francés, además de estar situado entre el Flandes español Ferrol Ana lisis 26.indd 305 y Cádiz —llegada de los tesoros de Indias y nexo de unión con el mundo mediterráneo—. Estas inmejorables condiciones hicieron de las tres rías ártabras puerto principal de los Austrias para sus descubrimientos y empresas, siendo posteriormente la ría de Ferrol validada y habilitada por los Borbones como su mejor base naval. En consecuencia, a gran número y variedad de naves en sus aguas corresponde un mayor número de tipos y modelos de anclas. Esta ciudad gallega acomoda un sinfín de dependencias e instalaciones marineras tales como bases navales; astilleros y talleres auxiliares; escuelas de instrucción, de especialidades marineras, de construcción naval, de formación profesional técnico y náutico; un museo naval y otro específico de construcción naval; así como factorías logísticas de apoyo a buques y edificios oficiales o sociales navales. En todas estas instalaciones, sus logotipos y símbolos de reconocimiento se identifican con anclas. En la mayoría de las familias ferrolanas alguno o varios de sus componentes son gente de mar y el El modelo urbanístico ferrolano presenta notables campos, jardines y parterres de anclas distribuidos por la ciudad de la Ilustración; así como monumentos y obras artísticas en piedra, en forja, y en madera, en donde se aprecian anclas datadas en la época; en sus galerías de arte y museos se exponen las obras de sus considerados retratistas navales que reproducen fielmente todo tipo de anclas, a bordo o en tierra. Durante un recorrido por la ciudad se pueden encontrar hasta un centenar de anclas, de decenas de tipos diferentes: con cepo alto o bajo; con cepo de madera o de hierro; con caña sencilla o doble; sin cepo; sin brazos, con uno, dos, tres o más brazos; de brazos fijos, articulados o basculantes —hasta en la ría, entre castillos, se pueden ver en la bajamar anclas de una uña—. Es entretenido y gratificante para el hombre amante de la mar disponer para sus sentidos de 305 F a historia Fig. 19. resto de las familias vive la mar a través de un trabajo colateral, de una afición o de un conocido. Los marinos pueden pertenecer a la marina de guerra, a la mercante, a la pesquera, a la deportiva, a la aeronaval o a la subacuática, y todos y cada uno de ellos —como los de todas las naciones ribereñas del mundo— se distinguen por el botón de ancla, su símbolo. No lucen un remo, ni una ola, ni un pez, ni un pulpo... Tanto esos marineritos que se atreven a tutear a la mar, como los verdaderos marinos, que la respetan y la tratan como si estuvieran de visita ¡todos! todos saben que en la mar es la femenina ancla lo único que une a su embarcación con tierra —sumergida, pero tierra—, a semejanza de que la mujer que les espera es lo único que une a su pensamiento con el hogar-lar. De hecho sus tatuajes típicos consisten en anclas y rostros de mujer; una es su salvación, la otra es su obsesión y ambas juntas son su ilusión. 4/11/11 20:14:19 F e r r o l , c a p i ta l d e l a s a n c l a s F a historia 306 Ferrol Ana lisis 26.indd 306 tantos tipos de anclas con distintos modelos de cada uno debido a sus particulares dimensiones, pesos y diseños —entalingaduras, cepos, cañas, brazos, uñas, bloques oscilantes, accesorios, marcas de identificación e inscripciones— que han navegado en embarcaciones tan diferentes como puedan ser un portaaviones, un submarino o un bote de salvamento. Dentro de todas ellas se puede destacar como más característica una del tipo medieval, pero también son de observar anclas de otros tipos como las antiguas, las de cuchara, hongo, pedral, de una uña, las Martin, las Porter, la Warshore... De una inspección superficial alguien podría considerar que un ancla es idéntica a otra pues coinciden en el tipo, en el modelo y hasta en las características de diseño; pero no se aviene a conocer la composición proporcional de los minerales empleados en su fabricación, ni de las minas de procedencia de esos minerales, ni la hornada de la 4/11/11 20:14:20 Luis Sánchez Feijoo 307 fundición ni las condiciones ambientales de almacenamiento o de estiba a bordo. En anclas no se ha llegado a la partenogénesis ni a las células madre siendo cada una de ellas, de su padre y de su madre. Las anclas pasan su vida activa trabajando en solitario y por ello cuando les llega la jubilación se vuelven gregarias y les gusta tomar el sol juntas en un campo de anclas contándose batallitas las unas a las otras —como los difuntos en los camposantos—, y no estar aisladas cual cenotafios, pues a semejanza del hombre —su creador— «no es bueno que el ancla esté sola». Como apoteosis circunstancial se debe tener en cuenta que el escudo oficial de Ferrol, aprobado en el 1778, muestra, aparte del farol que le da nombre, un par de anclas de aquella época que corresponden a las de tipo antiguo, con cepo de madera enzunchada —se sobrentiende madera de encina—. Y ciudades que se podrían considerar tan similares a Ferrol, ya que cumplen con parecidas características, carecen de tan significativo motivo heráldico. ¡Y esto dice mucho! Ferrol Ana lisis 26.indd 307 En remate a este enaltecimiento del ancla en Ferrol queda por citar lo más curioso. En el planeta Tierra existen toponimios con referencia a anclas, pero todos designan fondeaderos, menos uno que es específico de anclas. Anchorage, Anchor Point y Anchorstock en Alaska; Anchorage Reef en Papúa; Anchor Islands en Nueva Zelanda; Anchor Bay en Indiana, USA; en nuestra Galicia tenemos dos Ancoradoiros, uno en Louro de la ría de Muros y el otro en la ensenada de Aldán en la ría de Pontevedra (todos ellos expresan anclaje-tenedero-surgidero-fondeadero). ¿Y en dónde está el que singularmente evoca ancla? Está situado en la costa norte de la ría de Ferrol. ¡Maravilloso! Es el aldabonazo perfecto. La punta de las Anclas, equidistante entre la punta de san Cristóbal y del castillo de san Felipe, se localiza un poco al oeste de la playa de la Caseta. Ferrol es la única ciudad del mundo cuya entrada principal —el mar— tiene en su puerta a la citada punta y además, un poco más a proa, está flanqueada por un par anclas en cada banda que indican al viajero que ya llegó al vestíbulo de la ciudad del mar. Una vez en puerto y bajado a tierra, el sorprendido forastero se da cuenta de que así es. ¡Y se entusiasma! Localización de figuras 7 en vestíbulo MNF*. 8 en monumento exterior a la puerta de armamentos del AF***. 9 en jardín AF***. 11 en muelle AF***. 12 en muelle AF***. 13 en la entrada al Centro Cultural Armada Ferrol. 14 en pasadizo de entrada al MNF*. 15 en pasadizo de entrada al MNF*. 16 en exteriores de la entrada del Centro Cultural de la Armada Ferrol. 18 en pasadizo de entrada al MNF*. 19 en pasadizo de entrada al MNF*. * MNF- Museo Naval Ferrol. ** MNCg- Museo Naval Cartagena. *** AF- Arsenal Ferrol. F a historia En los diversos puertos especializados que tiene el Ferrol militar, mercante, pesquero, deportivo y ahora también gasero, a menudo se encuentran amarrados variados tipos de barcos y por ello muestran distintos tipos de sistemas de fondeo, que le ofrecen al paseante su poderío. Toda embarcación lleva su artilugio para fondear —excepto la barca de Caronte y el arca de Noé por disfunción mitológica y bíblica; no así la barca «de pedra» del Apóstol porque no era de piedra sino que era «da pedra», cargaba piedra de estaño en derrota de Cassitérites a Fenicia— sea para navegar en mares, ríos o lagos; sea en superficie o en inmersión y hasta los hidroaviones fondean. 4/11/11 20:14:21