12 | Sábado, 6 de julio de 2013 LA PROVINCIA | DIARIO DE LAS PALMAS Gran Canaria A medida que transcurre el verano la panza de burro, según el anuario, se va disipando, se va encogiendo y suavizando, dejando a la Costa de Lairaga para lo último. Después de un mes de junio que según estadística fue el más frío de los últimos once años, y en un día, el de ayer, en el que el sol logra la marca de lejanía con el planeta, la playa de El Puertillo se convertía en la zona cero de la antiguamente denominada ‘barra de nubes’, un momento principal para concluir que cada persona es un termostato, desde el pelete que sufría Manuel ‘el Japonés’ Santana Recco a los divertidos calores de Adelina Viera Marrero. Panza de burro, zona cero Antonio Quintana Mientras la Península permanecía en alerta por temperaturas de casi 40 grados, El Puertillo vivía ayer su propio inviernillo P Los incondicionales de la cala la disfrutan haga frío o calor Juanjo Jiménez ARUCAS La playa de El Puertillo en Arucas era ayer la zona cero de la panza de burro en el norte grancanario, tras saberse que este junio fue el mes más húmedo en los últimos 11 años de los que se tiene constancia, y justo cuando el Sol, el bombillo que se supone da lustre en verano anda más lejos que nunca, a 152.096.000 kilómetros del planeta Tierra, en lo que viene a llamarse el afelio y que se produce cada año por estas fechas. Con este panorama que apunta más a costa borrascosa que a otra cosa un centenar de personas se apostaban entre el marisco y la arena a disfrutar de unos baños de asiento -los menos-, unas pescas a boya y unas lecturas de la prensa diaria. Y la conclusión es que cada individuo es de por sí un termostato de distintas necesidades. El de más pelete ayer era Manuel -el Japonés- Santana Recco, un marino y pescador de toda la vida apostado en la “piedra más fría de estos alrededores” y de cara al Atlántico profundo y la brisa oceánica pertrechado de baldes, cañas y otros aperos de capturar. Este hombre va equipado de calamares, vaqueros, camisa y chaleco con cuello de pana vuelta. Son las doce del mediodía pero según El Japonés, “esta mañana hacía hasta frío”, confirma, mientras enseña un fleje de bogas pescado durante este medio temporal. Lo estrambótico es que a solo unos pocos metros por debajo, y asocadas sobre unas piedras blancas que actúan de plancha solar se encuentran Margarita Hernández Santana, Adelina Viera Marrero y Juana Teresa Díaz Medina en formato estricto bañador y a una temperatura externa e interna varios puntos por encima de la tormentosa atmósfera que vive el Japonés. Adelina Viera, especialmente, se encuentra en estado de gracia con la panza de burro, “con nubes y claros se está mejor”. Resumiendo viene a decir que ni es fresco de tiritar ni calor de escocer, y que si a eso le añadimos una mayor pachorra del público para bajar a la pequeña cala, con un significativo descenso de pelotas brincando y rebotando, el karma está servido. Eso sí, el agua, que tarda lo suyo en ir cogiendo temperatura, no está al alcance de todas las sensibilidades. Hay quién mete el ñoño de termómetro y vuelve de regreso al no lograr la mínima para completar el proceso. Todo ello en un día 5 de julio mientras en una península con alerta por calor y temperaturas por encima de los 37 grados. Pero la gracia es que si se mira a medianías, al este y al oeste se encuentra totalmente despejado. Es la panza Ingenio solicita al Cabildo que recupere la residencia de mayores INGENIO El alcalde de Ingenio, Juan José Gil, y el concejal de Acción y Atención Social, Rayco Padilla, han planteado al consejero de Política Social, José Miguel Álamo, que el Cabildo recupere la gestión de la residencia de mayores, cedida al Ayuntamiento hace diez años. Ante la situación económica delicada que padece y la buena acogida de Álamo, el alcalde le instó ayer por escrito a que revise la situación del centro sociosanitario de la villa. “Si el Cabildo asume nuevamente la gestión de la Residencia, lsoges dejará de hacerlo y supondrá liberarnos de una gran carga ya que el centro supone un gran déficit”, apuntó Gil, quien añadió que las pérdidas mensuales ha pasado de 9.000 euros a unos 3.400 al mes. “Deseamos que esto se solucione con prontitud porque estamos financiando este déficit y esperamos que el Cabildo se ponga manos a la obra y vuelva a sacar a concurso esta instalación de interés para toda Gran Canaria”, indicó. El Cabildo insular estuvo a punto de cerrar la residencia con 21 mayores en febrero de 2011, distribuyéndolos entre otros centros. Pero, el grupo de gobierno del PSOE-NC, presidido por Juan Díaz, lo evitó asumiendo la gestión del centro. El Urban Mueve de Santa Lucía fomenta hábitos saludables entre 140 personas A. Quintana INGENIO YAIZA SOCORRO Cada persona, un termostato. En la imagen superior, Manuel -el Japonés- Santana Recco con un puño de bogas y un chaleco de pana vuelta. Debajo, Yolanda Traba, de Moya, y Nora Armas, de Agaete. Debajo, Margarita Hernández Santana y Adelina Viera Marrero a la plancha de las piedras y, al lado, un pescador entre la media marejada de ayer en El Puertillo. de burro con la zona cero en el Puertillo. Nora Armas y Yolanda Traba han quedado para reunirse allí. La primera es de Agaete, “hoy totalmente despejado”, y Yolanda de Moya, “lo mismo”. Ambas han quedado en ese punto equidistante para entrar en territorio de nubosi- dad. Traba, que ostenta, según califica ella, “un blanco nuclear”, afirma que ha sobrevivido al “junio más triste”, y si bien la panza de burro es un fenómeno de libro y puntualidad suiza, y del que se tiende a olvidar de un año para otro, asegura que no, que hace unos días se tuvo que poner “un peluche” del bi- ruje que pasó en Arucas, algo de lo que ella no tenía precedentes. En cualquier caso, y según Carlos García, allí cómodamente apoltronado en silla de playa con su padre Carmelo mientras lee un libro, El Puertillo, haga frío o calor y con su déjame entrar “es un lujo, ponga usted, una maravilla”. El programa Urban Mueve ha cerrado la temporada con la entrega de diplomas y con más de 140 jóvenes y mayores bailando por la salud en el escenario del Centro Cultural El Cine de Sardina. La acción forma parte del proyecto Escuelas de Salud en Movimiento Urban (ESMU), para prevenir la obesidad y fomentar los hábitos de vida saludable. Cerca de 90 menores y más de 50 personas mayores de 60 años de la zona, participaron en esta edición del Urban Mueve, que, con la colaboración del centro de salud de Doctoral, combina actividad física y contenidos nutricionales con otros relacionados con hábitos diarios, con el objetivo de combatir el sedentarismo y una alimentación inadecuada, fundamentalmente.