Evidencias arqueológicas de la relación del Hombre con los animales en la América Prehispánica mechanisms. In the archaeological record legacy of the great American cultures can verify the role of animals in these communities at different times and historical contexts before the Spanish conquest. Descargas Evidencias arqueológicas de la relación del hombre con los animales en la América Prehispánica Conferencia pronunciada el 14 de mayo de 2012, Casas del Tratado. Tordesillas1 Iván García Vázquez 2 Arqueólogo e Historiador Arbotante Patrimonio e Innovación SL ivangv@arbotante.com RESUMEN El hombre americano siempre ha coexistido con otros animales, desarrollándose, a través de un proceso secuencial milenario, diferentes relaciones entre ellos y su entorno. En este sentido, las fieras salvajes representan no solo un recurso material, si no que también se establecen una serie de mecanismos ideológicos. En el registro arqueológico legado de las grandes culturas americanas se puede comprobar el protagonismo de los animales en diferentes comunidades, en diversos momentos y contextos históricos previos a la conquista española. Palabras recolector, mitología. Iván García Vázquez clave: Amerindio, cazadorsedentarización, domesticación, ABSTRACT The American man has always coexisted with other animals, developing different relationships with each other and the environment. In this sense, the wild beasts represent a material resource, but also establishes a series of ideological 1 La caza de macrofauna como medio de subsistencia del periodo paleoindio pleistocénico (14.000 a.C.-7.500 a.C.) 1.1.- Las bandas cazadoras El Pleistoceno es una época de clima frío que culturalmente coincide con el Paleoindio, y se caracteriza por ser el contexto cronológico en el que se produce la colonización americana de gentes provenientes de Siberia, que entraron por el estrecho de Bering durante el periodo glacial, siguiendo a las grandes manadas de animales para subsistir. Aquellos contingentes humanos estaban formados por pocas bandas de unos 25 ó 30 miembros, que se dedicaban a la caza mayor de bisontes, mamuts, y otros grandes mamíferos. La técnica de caza era el hostigamiento y acorralamiento en cazaderos, donde les daban muerte a lanzadas, librando una dura lucha. Una vez muerto, el animal era desollado y descarnados aquellos mastodónticos cuerpos, aprovechando su piel como vestido, su carne como alimento y sus huesos para realizar útiles. Hacia el final del periodo se produce el calentamiento holocénico, que propició un cambio en los hábitats. Aquellos grandes herbívoros propios de un clima frío se extinguieron, desapareciendo hasta 200 géneros de animales entre los que cabe citar al mamut, mastodonte, smilodon, tapir, équidos, cérvidos, camélidos o felinos. Hallazgos de procedentes de Costa Rica, Panamá y Nicaragua son algunos caballos, perezosos gigantes, gliptodontes, mastodontes, tortugas, venados, tayasuidos y tapires, que han sido descubiertos en yacimientos como costarricenses de Finca Guardiria, o el valle del río Reventazón, ambos en el cantón de Turrialba, o en La Yeguada, en Panamá. 1 Conferencia pronunciada dentro del Congreso"El hombre y otros animales. Encuentros y desencuentros desde la Antropología" Centro tordesillas de Relaciones con Iberoamérica. Universidad de Valladolid 2 HTTP://WWW.LINKEDIN.COM/PUB/IV%C3%A1NGARC%C3%ADA-V%C3%A1ZQUEZ/49/818/221 1.2.- La cultura Clovis En 1927 se descubrió en Folsom (Nuevo México, EEUU) una punta de lanza 1 Evidencias arqueológicas de la relación del Hombre con los animales en la América Prehispánica tipo clovis entre dos costillas de un bisonte extinguido en el pleistoceno. Era la primera prueba de que el hombre paleoamericano había habitado allí en el pleistoceno, y de que se dedicaba a la caza de grandes mamíferos. En otros puntos de América han aparecido asociados arqueológicamente artefactos de piedra con huesos de caballo, camello y mastodonte, y también puntas vinculadas a restos de mamut, en contextos de cazadero de gentes de la cultura Clovis, que además cazaban otros grandes mamiferos como el bisonte, caribú, alce y buey almizclero. 1.3.- Adaptaciones y manifestaciones ideológicas En este periodo se documentan las primeras manifestaciones artísticas del hombre americano, representadas por dos piezas de arte paleoindio que plasman la relación del hombre y los animales en un contexto ideológico. La primera de ellas es la cabeza de un cánido similar a un coyote, tallada sobre la vértebra de un camello, que fue recuperada en Tequixquiac (México) en 1870. La segunda es parte de una pelvis de paquidermo, decorada con líneas incisas que representan a un tapir, dos bisontes y un mamut (Canby, 1979) procedente de Valsequillo (Costa Rica), y de difícil datación. 2 El periodo Arcaico y la especializada (7500 aC-2500 aC) caza La llegada del holoceno produjo un complicado abanico ambiental cuyos efectos se tradujeron en el desarrollo de multitud de adaptaciones culturales particulares: La dieta se orientó paulatinamente hacia la recolección de especies vegetales silvestres, y las actividades cinegéticas se enfocaron hacia animales más pequeños, desarrollándose técnicas novedosas como la caza a distancia con el empleo de arcos y proyectiles, lanzadores de dardos, boleadoras o cerbatanas, y la caza de seguimiento: acecho al animal, siguiendo su rastro, previamente a su captura. Es en este desarrollo de nuevas técnicas donde el hombre intenta comprender al animal acechado. Debe conocer que come cada animal, para saber cuando es el mejor momento del día, pero también conoce su hábitat, nidos, madrigueras, cuevas… el indígena americano desarrolla sistemas sostenibles: Iván García Vázquez evitar esquilmar las manadas o jaurías, respetando las épocas de cría. Se produce una diversificación de la dieta de tipo estacional: en época de recogida de frutos se caza menos que en invierno, y ello condiciona la estabilidad de los campamentos, que pueden durar desde semanas hasta estaciones completas. En Guilá Naquitz (Oaxaca, México) la cueva se utilizó anualmente entre agosto y diciembre, que es la época en la que se pudieron recoger nueces, frutos, vainas de legumbres, calabaza, mezquite y pencas de maíz para asar. Esta dieta fue complementada por la caza del ciervo de cola blanca, conejo, tórtola y varios roedores. La cueva era de nuevo abandonada a inicios de enero y sus habitantes se dispersaban en grupos más pequeños por diversas zonas del valle. 2.1.- Centroamérica En la bahía panameña resulta muy interesante el estudio de la pesca, sus técnicas y los peces recolectados. En Cerro Mangote, se ha constatado la presencia de arenga, roncador y caballita, peces de pequeño tamaño capturados con redes agalleras o plantas de barrera intramareal, a los que se añaden cangrejos, y algunas aves, iguanas, tortugas y mamíferos, que complementan la dieta. Contrario a este sistema surge en Cerro Mangote la captura de grandes cantidades de peces como el Dormitador latifons, mediante charcos costeros, y la pesca de especies carnívoras que alcanzan hasta 20 kg, mediante arpones y trampas sencillas. 2.2.- Área Amazónica: En la Amazonía pueden diferenciarse dos zonas con características propias: la tierra firme, en la que abundan animales como la paca, tapir, armadillo, tortuga, loro, o guacamayo, así como la miel y algunos insectos y larvas de alto contenido proteico, Y el bosque de várzea, donde existe una gran cantidad de vegetales y semillas que atraen diversos pájaros, y gran cantidad de peces con tamaños que oscilan entre los 140 kg como la piraiba o pez gato y la arapaima, que alcanza hasta 500 kg. Fósiles de este último se han 2 Evidencias arqueológicas de la relación del Hombre con los animales en la América Prehispánica encontrado en la Formación Villavieja del Mioceno, en Colombia. La técnica de caza es sencilla. Se trata de un tipo de pez cuya capacidad branquial no capta la cantidad de oxigeno necesaria, por lo que se ve obligado a salir a “boquear” a la superficie, momento aprovechado por los indígenas 3 para golpear y arponear estos ejemplares . La conciencia ecológica de los grupos amazónicos les llevó a tomar en consideración una serie de medidas para preservar las fuentes de proteínas como son el traslado quinquenal de los poblados, evitando esquilmar los cazaderos y pesquerías. Esto se ha constatado posteriormente en pueblos como los yanomami del río Branco y Orinoco, los mura del Bajo Madeira y los Yapurá del Río Negro. El arma tradicional es el arco, aunque se emplean trampas y pueblos como los shuar o jívaros y los ticuna, emplean el dardo y el propulsor, y cerbatanas con dardos impregnados en curare. Para la pesca empleaban el arco, pero en capturas grandes utilizan una lanza-arpón de punta desmontable. Poblaciones como los guaraníes, los tupí del río san francisco y los tupinambá de a costa atlántica, tallan las puntas de madera de sus flechas con dientes de roedor y dentaduras de piraña. 2.3.- Región Andina En esta zona, por sus características medioambientales, la caza y la pesca siempre estuvieron subordinadas a la agricultura. Los uru, cazaban con onda o a mano tanto pájaros, como gansos, perdices y algunas especies acuáticas. Los atacameños cazaban ocasionalmente guanacos y vicuñas, y algunas aves. Los huarpes, más próximos a la Pampa, cazaban guanacos, ciervos, ñandú y algunos pájaros. Llamas, vicuñas y conejos de indias complementaban la dieta cinegética. 2.4.- América Austral En la Pampa se realizaba la caza del guanaco y del ñandú, para lo cual se disfrazaban de arbustos. En la caza del 3 Parques Nacionales Naturales de Colombia. Info. Web (http://www.parquesnacionales.gov.co). Iván García Vázquez guanaco, los ona se pintan el cuerpo para disparar la flecha desde la menor distancia posible. Los pueblos de la Tierra del fuego cazaban focas, pájaros de mar, ballenas, pescados y mariscos. Las crías de foca eran acogotadas con palos, en tanto que las adultas se capturaban con un arpón realizado con hueso de ballena y anzuelos hechos con conchas de pequeño tamaño. 3 La domesticación de especies animales durante el Formativo (2.500 a.C.-1 d.C.) El Formativo es el gran periodo de innovación tecnológica del mundo americano, origen de las grandes culturas americanas, cuando surgen la cerámica, la agricultura y la domesticación de algunas especies animales, y cuando se van configurando los principales sistemas ideológicos del mundo americano. 3.1.- Mesoamérica y las cultura Olmeca y Colima El mundo mesoamericano es uno de los focos de la cuna cultural americana, y la civilización olmeca es la fuente de la que beben aztecas, mayas, toltecas y tlaxcaltecas. Por ello muchos de los paradigmas de los pueblos receptores surgen en la zona olmeca donde actualmente se encuentra Veracruz (México). Aquellos primeros agricultores, complementaban su dieta con la caza de ciervos y conejos, entre otros. A la escasez de algunos animales sobrevenida se une la imposibilidad de domesticar grandes herbívoros como ocurre en otras zonas del mundo, debido a la escasa variedad de especies potencialmente domesticables. El caballo y el camello se habían extinguido hacia el 7000 a.C., y bisontes, antílopes, y cabra montes no había cruzado la frontera del río Grande, quedando en el sur de los actuales Estados Unidos. Es por ello que aunque se conocía la rueda, al no existir bestias de carga, no fue empleada. Es el perro el primer animal domesticado, y aunque los olmecas ya disponen de ellos, lo cierto es que los primeros indicios de estos animales domesticados en América datan de hace 8 mil años. Existen testimonios procedentes 3 Evidencias arqueológicas de la relación del Hombre con los animales en la América Prehispánica Iván García Vázquez de Tlatinco (México), en cuya necrópolis se han recuperado varias estatuillas de perros. Por otro lado, la cerámica de la cultura colima representa gran número de perros en los que se intuye un engorde artificial con el objetivo de su ingesta posterior. Serían pues empleados como “conservas vivas” a disposición de sus amos. Pero los aztecas incorporan a su sistema de creencias una serie de dioses con atributos animales. Por su extensión, y tan solo como ejemplo puede citarse a Huitzilopotzli (Colibrí zurdo o del sur), Quetzalcoatl (serpiente emplumada), Tepeyollotl, ataviado con una piel de jaguar, Mixcoatl (serpiente nube). Los conocidos en España, Chile, Argentina y Uruguay como pavos, se denominan guajolote o Gallipavo en México y Pirú en Brasil. Los pavos fueron domesticados por los indígenas mesoamericanos hacia el 2.000 a.C., con el objeto de ser incluidos en su dieta. Constituían una ofrenda en los rituales, se utilizaban para el trueque y su plumaje en adornos ornamentales. Las plumas y las pieles daban prestigio a las élites. Posiblemente las plumas acercan a su poseedor al supramundo divino, y por ello es el quetzal el dios del cielo. El tercer animal en ser domesticado es el pato cuya existencia silvestre se constata hace 14.000 años, y fue asimilado hacia el 2.000 a.C. Existen varias representaciones olmecas, como la estatua de Tuxtla (México). La polémica reside en si eran consumidos o se empleaban como controladores de insectos en el interior de la vivienda (Angulo: 1998). Los olmecas incorporaron a los animales a su ideología y sistema de creencias. El jaguar es el animal totémico por excelencia. Es la principal deidad olmeca, identificada con los dioses de la lluvia de amplia tradición en la civilización mesoamericana; aunque también se les ha considerado como la expresión de un viejo mito que delega la creación de la Humanidad en la cópula del jaguar con una mujer, y origina un tipo ideal de hombre caracterizado por sus rasgos de felinos. Evidencias para esta teoría se hallan en tallas de Laguna de los Cerros y de Río Chiquito (México), aunque existen multitud de representación de hombres-jaguar o baby face. 4 La relación entre el hombre y los animales en las grandes culturas americanas del periodo Clásico (1 d.C. 1500 d.C.) 4.1.- Aztecas (1000 a.C.-1525 d.C) Los aztecas son herederos culturales del mundo olmeca: conocen el perro plenamente domesticado, así como los guajolotes y el pato. Siguiendo el mismo patrón, el jaguar, heredado del mundo olmeca, resulta igualmente interesante. Transferido al panteón azteca a través de Tepeyollotll, el cubrirse con su piel es símbolo de poder y de conexión con la propia divinidad. En las zonas de montaña se venera al puma. Finalmente, el empleo de animales en el mundo textil azteca favoreció el uso de la cochinilla para producir carmín. 4.2.- Mixtecas Por su parte los mixtecas empleaban el púrpura, colorante que se obtiene de una sustancia segregada por algunas especies de moluscos gasterópodos del género murex, que en el caso americano es el caracol púrpura pansa 4.3.- Mundo Maya (2.000 a.C. - 1.546 d.C.) La civilización maya fue la más avanzada de toda América. Los animales que se cazaban o pescaban tenían como destino la alimentación o el provecho de sus pieles, huesos, dientes y grasa. Eran venados, armadillos, pájaros, jaguares, iguanas… y en los ríos, lagos y costas de los mares, una gran variedad de peces, moluscos y crustáceos. Además, fueron excelentes apicultores. Comían carne de manatí, al que llamaban chiilbek (hombrepez), aunque cuidaban mucho su caza, pues era símbolo de la maternidad. Los animales constituyeron para los mayas una manifestación de las fuerzas divinas, a la vez que fueron su enlace con la naturaleza y adquirieron un estatus mágico-religioso siempre presente en la vida cotidiana del pueblo, rica en expresiones rituales. La fuerte carga simbólica de los animales en la cultura 4 Evidencias arqueológicas de la relación del Hombre con los animales en la América Prehispánica maya es sumamente compleja y está cargada de imágenes visuales y mentales presentes en el inconsciente colectivo; además, aún pervive gran parte de su esencia entre diversos grupos indígenas, de tal forma que incluso la danza rescata, en sus coreografías y atuendos, toda esta riqueza expresiva. Alessandro Lupo, en su ensayo "Nahualismo y tonalismo", explica: "Mientras que sólo a algunos individuos les está concedido el don de transformarse en animales (nahuales), todos poseen desde su nacimiento un alter ego, un doble animal que determina su carácter, su resistencia física y espiritual y, en última instancia, su destino". Entre los animales más importantes de la fauna maya, por su valor simbólico en su cultura está la tríada mesoamericana: Quetzal: fue símbolo de majestuosidad, belleza, fertilidad, abundancia y vida. Los adornos, atuendos y estandartes confeccionados con su plumaje eran la materialización del poder, el tributo y la riqueza. Nunca mataban a estas aves para quitarles sus plumas; las atrapaban, tomaban algunas de su cola y las dejaban en libertad, sabiendo que sus alas crecerían de nuevo. Jaguar: Balam para los mayas. Simbolizó el poder que acompañaba a los sacerdotes, guerreros y hechiceros. Estuvo ligado a las fuentes del agua y la fertilidad de la tierra; pero también a la oscuridad y al inframundo. Su piel moteada representó para los mayas el cielo estrellado. Serpiente: Kan, en maya o cóatl para los mexicas, es un animal sobresaliente en las culturas prehispánicas, baste pensar en Quetzalcóatl, la serpiente emplumada -Kukulcán para los mayas-. Las deidades del agua y la fertilidad de la Tierra están estrechamente ligadas a este poderoso animal. Existen otros animales. Entre las aves destaca el colibrí, que era admirado porque, a pesar de su tamaño, mostraba gran fuerza y poderío al volar, y el búho relacionado con la fertilidad, la muerte,y era el mensajero del inframundo. Entre los reptiles destaca el cocodrilo. Dentro de la cosmogonía maya, un enorme cocodrilo sostenía la Tierra. En Iván García Vázquez el centro ceremonial de la ciudad de Lamanai, en Belice, se veneró a este animal como fuente de poder. Se le representaba con el signo imix, relacionado con el maíz y la flor de mayo. Itzamná, deidad esencial del pueblo maya, considerada energía fecundante del universo, es a menudo representada emergiendo de las fauces de un cocodrilo. También se le relacionó con la ceiba, el árbol sagrado de los mayas. Bab era el nombre que los mayas daban al sapo, con los rituales de agua, y la tortuga, relacionada también con el agua. Para los mayas, el caparazón de la tortuga simbolizaba la forma circular de la Tierra, y se utilizó como instrumento musical, ya que reproducía el sonido de los rayos que anteceden a la lluvia. De los artrópodos, las mariposas tenían las almas de los guerreros muertos en batalla o sacrificio. Después de acompañar durante cuatro años al Sol en su recorrido diario, se convertían en este insecto. Los mayas relacionaban a la araña con Ixchel, diosa de los nacimientos, los embarazos y la fertilidad. Finalmente, de los mamíferos, el conejo, el mono, ligado a la concepción de que los primeros hombres fueron monos, el murciélago (tzotz), animal nocturno ligado con la muerte, los sacrificios y las fuerzas de la oscuridad. En la mitología maya, fue un venado el que, con su pezuña, formó los órganos sexuales de la luna. Además, era admirado por su belleza y agilidad. El Tlacuache, un musélido inteligente, con gran resistencia física y facultad para fingirse muerto ante el peligro. Para las culturas prehispánicas, era el viajero que transporta los bienes del otro mundo a éste. También está ligado a las "conspicuas costumbres" y aparece representado en el Códice Dresde. Entre los moluscos, el Caracol, símbolo del agua e instrumento musical. También recuerda el concepto maya de que el tiempo es cíclico y no lineal. Su particular sonido estaba ligado a los actos y celebraciones más importantes del mundo prehispánico. 4.4.- Mundo Inca (1200 a.C. -1532.d.C.) En el Área Andina emerge la cultura incaica, marcadamente diferenciada de sus coetáneas mesoamericanas. Esta diferenciación es perceptible en el hecho 5 Evidencias arqueológicas de la relación del Hombre con los animales en la América Prehispánica de que en el altiplano se desarrolla una interesante ganadería e industria textil en torno a la llama, tal vez desde los inicios del 3.000 a.C. Es al igual que vicuña, alpaca y guanaco un camélido que vive en Perú, Bolivia, Ecuador y norte de Argentina, en la cordillera de Los Andes, donde se desarrolló un pastoreo basado en la trashumancia estacional, lo que exige una residencia central familiar y varias secundarias a diferentes niveles de altitud. El pastor de la Puna aprovecha, además de la carne, los productos secundarios: leche, la lana y el estiércol, que se usa como combustible. Estos productos se intercambian por vegetales y tubérculos en la zona baja de los valles. Vinculada a la ganadería surge una potente industria textil incaica. También de gran valor económico fue la domesticación de un roedor, el cuy, coballa o conejo de indias, que se domestica hacia el 7.000 a.C. en Junín (Perú). Se han documentado restos en el Alto Marañón, Rapayán, Tactabamba, Contumarca, Jircán y Tantamayo, que son las que demuestran mayor adelanto técnico de crianza. Se estaría hablando de cuyes domesticados en el 9.000 años a.C., anteriores a los Incas en el Cerro Sechín (Casma), con 3.000 a.C. y en Ancón 1400 a.C. Otra especie es la gallina araucana o mapuche. Su origen es polémico, pero parece probable que podrían haber sido traídas por migraciones polinésicas antes de la llegada de los españoles. Esta última hipótesis tomó fuerza cuando, a principios de junio de 2007, antropólogos chilenos y neozelandeses, anunciaron haber encontrado unos cincuenta huesos de pollo en el sitio arqueológico de El Arenal, al sur del Chile. La trilogía incaica está formada por el cóndor, el puma y la serpiente, encarnada en Amaru. Además, el pájaro inti (un matamico andino), era el mensajero de los dioses inseparable del gran dios Viracocha. De las plumas de este pájaro se confeccionaba el penacho del emperador. 4.5.- Cultura Nazca No se puede obviar la aún hoy enigmática cultura Nazca, de la que tan solo mencionaremos la existencia de los Iván García Vázquez petroglifos de varios miles de metros de longitud, que representan a animales, de los que destacan el colibrí, el pelícano, mono, ballena, araña entre otros, y que tan sólo son perceptibles desde el aire. 5 Conclusiones El hombre siempre ha vivido vinculado a la presencia animal, y no se conoce a lo largo de la historia ninguna sociedad que haya vivido al margen de los animales. En el mundo amerindio, el hombre ha vivido un proceso paulatino y lento en el tiempo, en el que ha aprendido a interactuar con los animales. Se ha pasado de una fase inicial, en la que se perseguían grandes manadas de mamuts y bisontes, básica en su dieta, a una caza más selectiva y especializadaa, de animales de menor tamaño, pero que requiere más destreza en su captura, y que se complementa con especies vegetales. Un tercer estadio lo representa la estabulación de ganado: se trata de tener “conservas vivas” de animales. Entre estos: perros, guajolotes y patos en el área mexicana, y cuis y llamas, vicuñas y alpacas en la región andina. Del proceso de domesticación surgen lo que Sherrat definió como la revolución de los productos secundarios: el aprovechamiento de la carne como producto primario, y la transformación de la lana en tejido, de la leche en productos lácteos y del estiércol como combustible. Pero sin duda es la fuerza animal el mayor valor secundario producido por los animales. Paralelo a este proceso surgen las creencias que implican el protagonismo de algunos animales. En el mundo olmeca surge la figura indiscutible del jaguar y la serpiente emplumada (cueva de Juxtlahueca, Mexico). El mundo maya es una sociedad eminentemente agrícola, y los dioses se vinculan a los fenómenos naturales y al maiz. Solamente hay contados casos de representaciones de divinidades asociadas con animales. Este sería el caso de El dios Itzamná, a quien se representaba con forma de reptil o iguana, regía el Cielo en su conjunto. Ek Chuak, dios de los comerciantes, representado con cola de escorpión, Ah Muzenkab: dios de las 6 Evidencias arqueológicas de la relación del Hombre con los animales en la América Prehispánica Iván García Vázquez abejas y la miel, Chac: dios de la lluvia. Se le representa como un anciano con un ojo de reptil, una nariz larga enrollada y dos colmillos. Aparece con frecuencia en la decoración, debido a la importancia de la lluvia para las cosechas, Chac Bolay: dios jaguar del inframundo. Sin embargo, los animales están presentes en la cosmogonía maya. Así en las 5 creaciones están presentes los animales divinizados. En la 1ª, Ocelotl (jaguar), donde los jaguares devoran a los gigantes. En la segunda, Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, aparece como el sol, y las personas supervivientes se convierten en monos. En las tercera, las personas que sobreviven se convierten en pájaros, en la cuarta en peces, y en la 5ª vuelve a aparecer Quetzalcóatl para darle vida a los huesos del inframundo. En el mundo incaica los animales ceden terreno a los fenómenos naturales, pero existe un recurrente vinculo con la serpiente, encarnada en Amaru, la serpiente mitológica divina, y el pájaro inti (un matamico andino o Phalcoboenus megalopterus), el mensajero de los dioses inseparable del gran dios Viracocha. De las plumas de este pájaro se confeccionaba el penacho del emperador. 6 Bibliografía (selección): Perinat, Maria de (1997): “El proceso industrial textil, de la materia prima a los acabados de las telas”, en Tecnología de la Confección Textil. EDYM. Henri Favre, Les Incas, Ed. Presses Universitaires de France, 1975 “Calzado de los pueblos originarios del centro y sur de america” en Revista de artes, nº 7 julio 2007 (ed. digital en http://www.revistadeartes.com.ar/revistadea rtes%207/mejico-centro-sud.html) 7