LAS_COMPETENCIAS_COMUNICATIVAS

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LAS COMPETENCIAS COMUNICATIVAS. El desarrollo de habilidades comunicativas mediante la
lectura. Documento publicado en internet en la siguiente dirección electrónica:
http://www.slideshare.net/FelipeLealBravo/competencias-comunicativas-en-mil-palabras-2051652
1.
INTRODUCCIÓN
El lenguaje es tal vez una de las más poderosas herramientas jamás creadas por el
hombre. Desde su invención, podemos considerarnos como verdaderamente humanos. En primer
lugar, el lenguaje dio los fundamentos para ponernos de acuerdo. De manera que pudimos
fortalecernos como grupo en tareas estratégicas como la caza. Igualmente, el lenguaje nos
posibilitó separarnos de los objetos para poder hablar de ellos. Esto no es un avance insignificante,
todo lo contrario. Antes del lenguaje, cuando alguien se iba a referir a algo, necesitaba de la
presencia de ese algo para poderlo referenciar.
2.
FORMACIÓN POR COMPETENCIAS
Hay muchas acepciones de competencia. Las nociones del pensamiento popular nos hacen
pensar en competencia como una pugna, una competición. De entrada conviene dejar a un lado
esta acepción, porque cuando en la educación hablamos de competencia, no nos referimos en
este sentido. Las competencias con un conjunto de conocimientos (saber), habilidades (saber
hacer), y actitudes (querer hacer), relacionados con la forma como el profesional está preparado
para resolver problemas de su entorno. Estos componentes tienen que ver con las facetas
del ser humano, hacer, sentir y pensar.
3.
LAS COMPETENCIAS EN COMUNICACIÓN:
Esto supone la formación en esos
conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para ser competentes en la comunicación. La
comunicación es el proceso mediante el cual los seres humanos, gracias a ese conjunto
de símbolos compartidos que es el lenguaje, puede compartir ideas, pensamientos y
sentimientos con los de su especie. Sin ella, sería imposible cualquier actividad humana que
implique la presencia de otro. Las competencias comunicativas son esas formas mediante las
cuales las personas pueden establecer interacciones con otras personas y con su entorno.
4. COMPETENCIA LINGÜÍSTICA: Se relaciona con la adquisición y desarrollo del lenguaje. Éste
es el sistema de símbolos articulados que permiten el entendimiento entre las personas, porque se
respalda en una convención social previa.
5. COMPETENCIA PARALINGUÍSTICA: Se trata de un conjunto, podría decirse infinito,
de elementos adicionales que acompañan al lenguaje bien sea escrito u oral y que ayudan a
complementarlo.
6. COMPETENCIA PRAGMÁTICA: Es el desarrollo de capacidades para convencer y
persuadir a los demás. Nos comunicamos por que deseamos influir en las decisiones,
opiniones, conocimientos, actitudes o preferencias de los otros.
7. COMPETENCIA TEXTUAL: Tareas como las anteriores exigen la producción y comprensión de
textos escritos. Ése es el objetivo de la competencia textual. El texto es un tejido, y como tal, al ser
leído requiere de un adecuado manejo de las herramientas para la comprensión.
8. COMPETENCIA QUINÉSICA: Es la encargada de aconsejarnos cómo debemos manejar
nuestro cuerpo según el contexto en el cual nos encontraremos, tales como la postura, los
gestos, la mirada, el rostro, el cabello, las manos, etc.
9. COMPETENCIA PROXÉMICA: Es la producción de significados a partir del manejo de
las distancias. Como es el cuerpo que está ubicado en un espacio, delimitando estos espacios
de acción a los cuales unos pueden acceder y otros no.
10. COMPETENCIA CRONÉTICA: Los seres humanos nos movemos en dos coordenadas: tiempo
y espacio. La segunda la abordamos en la proxémica. La primera, el tiempo, es el dominio
de la cronética, entendida como el manejo de la comunicación en el tiempo, la
producción de significados con y desde la coordenada de tiempo.
ALGUNAS IDEAS NO FINALES.
El conjunto de estas ideas proporciona un panorama sobre lo que se espera de la
formación en competencias comunicativas. Másallá de llenar la materia de contenidos extensos, se
trata más de lograr un equilibrio entre los contenidos teóricos, los ejercicios para desarrollar las
habilidades (saber hacer) y orientaciones para complementar las actitudes (querer hacer).
Esto significa una presencia constante de lecturas teóricas, ejercicios prácticos y reflexiones
en torno al componente actitudinal. Con todas estas ideas se busca un acercamiento
desde varios enfoques a la comunicación: aproximación reflexiva, teórica y práctica.
El desarrollo de habilidades comunicativas mediante la lectura
Por María Caridad Valdés Rodríguez y Lic. Carmen L. García Ravelo
Reflexiones en torno al desarrollo de habilidades comunicativas mediante la lectura oral
Documento
publicado
en
internet
en
la
http://www.psicopedagogia.com/habilidades-comunicativas
siguiente
dirección
electrónica:
La lengua es un valioso instrumento de comunicación y aprendizaje entre los seres humanos.
Desde pequeños, en el ámbito de la familia y en el contacto social que los individuos desarrollan
se inician saberes, la escuela también tiene su encargo social junto a los agentes de la
comunidad y la familia y como objetivo del currículo siempre se halla propiciar el desarrollo
lingüístico estructurado a lo largo de los años escolares,
dotando al estudiantado de
competencias, que los sitúan en diferentes niveles de desarrollo comunicativo, a partir de las
macro-habilidades fundamentales de: hablar, escuchar, escribir y leer, entrenadas en los diferentes
espacios comunicativos. Se particulariza en esta oportunidad, en la valiosa lectura oral,
componente y técnica que empleará en el transcurso de toda la vida y que mediante las destrezas
que alcance o no, dará muestras de la eficiencia comunicativa en los diferentes espacios en que
haga uso de ella.
En las escuelas cubanas desde hace algunos años, con toda intencionalidad didáctica, se fomenta
el enfoque comunicativo y desde diferentes niveles de la formación de los conceptos se potencian
los componentes funcionales: la comprensión, el análisis y la construcción de textos de diversas
naturalezas y estilos funcionales. Desde el punto de vista didáctico el profesor va jerarquizando
en diferentes momentos uno y subordinando el resto indistintamente, en dependencia del objetivo
que se esté desarrollando. Este enfoque no solo es típico de las clases de Lengua sino que está
presente en el actuar didáctico de todas las asignaturas, pues facilitan de forma integradora, el
desarrollo de esas habilidades básicas para la adquisición de conocimiento de diferentes materias.
No obstante, sí es contenido y medio en los momentos en que la lengua y la literatura se imparten,
por lo que adentrarse en sus presupuestos teóricos y metodológicos debe constituir una meta
profesional de todos los pedagogos en los diferentes grados y enseñanzas.
Cuando se prioriza el componente funcional de la comprensión, se profundiza en que se alcancen
niveles superiores de lectura, entendiendo que leer es comprender, en la medida en que el
receptor de un texto se convierta en lector u oyente, sea capaz de percibirlo fonológicamente y
descubra el significado de las palabras y las relaciones que existen entre ellas, las redes y
campos semánticos que se tejen y destejen, con el andar lector, devenido de la arquitectura textual
con que lo ha construido el autor; y esto se logra a partir de la lectura. Es hacia ello, y en
particular a la lectura oral, que se encauza este trabajo, pues es propósito reflexionar acerca de
las posibilidades comunicativas que se alcanzan mediante el ejercicio de la lectura en alta voz.
Siempre que se realiza algo a los individuos los mueve un fin, un propósito, una aspiración, un
objetivo. ¿Por qué enseñar? ¿Para qué aprenderlo? Son preguntas que muchos y muchas veces
los docentes se formulan. Carlos Álvarez de Zayas, en su libro Didáctica; La escuela en la vida,
al referirse a los componentes del proceso docente-educativo considera como tales:
El aprendizaje, la enseñanza y la materia de estudio, sobre la cual trabajan los estudiantes y el
profesor
No obstante, estudios más profundos lo llevaron a plantearse un componente esencial del proceso
docente-educativo, considerado por él como el primero y relacionado con el objeto y objetivo. Es
decir, el objeto es el portador del problema y el objetivo es la aspiración, lo que se pretende
alcanzar en la formación de las nuevas y futuras generaciones: El problema, este que se
denomina encargo social y que consiste en preparar a los ciudadanos de esa sociedad (de su
sociedad) tanto en sus pensamientos como sentimientos. Es por eso que más de una vez, han
aparecido en entornos docentes interrogantes como:
·
¿Realizan una correcta lectura oral los alumnos?
·
¿Se les han ofrecido los instrumentos o las herramientas suficientes para una buena lectura
oral?
·
¿Cómo aspiran los profesores que lean los educandos?
·
¿Se ha contribuido al desarrollo de habilidades lectoras?.
Enseñar es una manera excelente de aprender y los maestros en este ejercicio pedagógico tienen
que ser ejemplo de disciplina y dedicación en el arte de leer en alta voz. Para aprender, apreciar y
comprender un texto, lo esencial es leer; pero si se quiere colocar de veras un libro en las manos
de otros individuos que desean leer, el ejemplo personal, es indispensable y esto se puede lograr
con una atractiva y buna técnica de la lectura oral.
Resulta cierto que la lectura es uno de los principales ejercicios en las escuelas; pero aún no es
suficiente el tiempo que se le dedica a esta importante actividad y se activa más en las asignaturas
relacionadas con la lengua y la literatura, pero se intensifica y estimula a sistematizar en todos los
años y asignaturas, también se debe estimular de forma independiente y con la cooperación de la
familia y tutores en el hogar, porque la lectura es un arte, y como tal tiene que ser enseñada a los
demás. No hay nada insignificante o minúsculo en el gran asunto de la educación y la lectura en
alta voz es uno de los elementos de la instrucción que durante toda la vida los individuos van a
emplear y el utilizarlo bien les ofrecerá valiosas oportunidades y positivos resultados en los
diversos escenarios.
Algunos muy buenos lectores, aquellos que leen con perfecta corrección, sin cometer cambios,
adiciones, omisiones, con fluidez, en un tiempo moderado, preciso, casi conversacional y con la
expresividad y entonación que el texto y el contexto en que se lee necesitan, es posible que lo
hayan adquirido por herencia familiar o en la escuela. De cualquier manera los patrones a imitar
deben existir, los buenos patrones están en escuelas, hogares, instituciones solo que hay que
mantener la exigencia de tan digno acto en todo momento y circunstancia.
Cuando el niño aprende a leer, cuando ya puede hacerlo por sí solo, casi se ha formado una
habilidad, que aún no está automatizada. Por tal razón, para que este logre alcanzar una lectura
correcta, adecuada a su grado y edad, se debe propiciar el desarrollo del hábito de la lectura y en
particular la lectura oral. Leer bien un texto o una obra y representarla o dramatizarla, son cosas
diferentes. El actor solo tendría que representar un papel; sin embargo, el lector los representa
todos. “El actor es un solista que toca en una orquesta; el lector es toda la orquesta”.
El lector en alta voz, tendría que figurar cualquier edad, sexo, sentimiento y cambiar a cada
momento de voz, de movimiento, de expresión y por supuesto, como la impresión que quiere lograr
es de conjunto, debe dar a cada personaje todo su valor, la jerarquía que le corresponde, sin
sacarlo de su categoría y contexto. En esencia, debe dar al que lo escucha un cuadro completo y
acabado, que le permita adentrarse y comprender lo escuchado. Por supuesto que es una tarea
difícil enseñar a leer a otros, pero no es tan difícil si se le enseña cómo se lee. Es acertado pensar,
que varios grupos de alumnos enseñados por maestros distintos adquirieron actitudes diferentes
ante la lectura y su interpretación. Por eso, como aconsejara Camila Henríquez Ureña en:
Invitación a la lectura: Lo mejor es que el maestro se limite a sugerir caminos, modos y a dar a
conocer al alumno los recursos literarios que emplean los diversos tipos de literatura y las técnicas
que le permitieron acercarse a su interpretación; pero debe advertir siempre al alumno que al leer
debe situarse como una personalidad, como un temperamento ante otro, y que nadie puede
precisar de antemano el resultado de esa relación.
El maestro tiene la misión de familiarizar o relacionar al alumno con las técnicas de la lectura según
los diferentes tipos de textos. Mediante ellos, los alumnos aprenderán a ver la obra leída en
función del mundo en que fue creada y podrán descubrir por sí mismos el sentido con que fue
escrita por su autor. El maestro orientará al lector de manera tal, que le facilite o ayude a
desarrollar su poder de reacción ante lo leído, y que este pueda crear sus propios mecanismos
para leer y escudriñar críticamente lo leído, sin desesperarse y sin querer encontrar en el texto lo
mismo que otros han hallado antes.
No se puede perder de vista la realidad y el contexto, en que fue escrita la obra, ni el sujeto que
realiza la lectura, ni el autor que la creó. Por eso al desarrollar habilidades lectoras es importante y
necesario tener en cuenta los conocimientos adquiridos por el lector y sobre todo, aquellos
relacionados con el tema tratado en la lectura. No se debe olvidar que habilidad es el dominio de
un conjunto de acciones psíquicas y prácticas que posibilitan la realización de una actividad
partiendo de los conocimientos y hábitos que posee cada persona.
Es por ello, que la preparación para la lectura oral o en alta voz lejos de hacer perder tiempo a los
alumnos, se lo hará ganar; porque esforzarse en leer bien una página es la manera más segura de
comprenderla mejor y recordarla por más tiempo. Por eso es conveniente que en la escuela, la
lectura que sea seleccionada, la lea primero el maestro y luego el alumno y que previamente haya
sido leída por ambos en forma silenciosa o que se preparen previamente los buenos lectores como
ejercicios modelos ante el alumnado o se parta de grabaciones que contengan música o vídeos,
entre otras ideas creativas.
La parte técnica del arte de leer en voz alta se relaciona con la voz y la pronunciación, los sentidos
y las palabras. La voz solo se emite, se ejecuta, por acción voluntaria; se habla cuando se desea
hablar; se puede hacer en forma más o menos alta, más o menos rápida; se regula la voz como
personal que es. Por consiguiente, la voz, es el principal instrumento del lector en alta voz y no se
podría llegar a utilizar bien sin el concebido aprendizaje para ello. Por lo tanto, se puede aprender
a leer, por ser la lectura susceptible de modificación, de cambios por la voluntad del lector.
Para llegar a ser un buen lector oral es indispensable conocer y emplear el tono bajo, medio y alto,
cuando corresponda. Hay quien hasta ha perdido razones, por haber comenzado su defensa, a
veces sin notarlo, en un tono muy alto. Igual sucede con la lectura. Ningún extremo es saludable;
se requiere, por tanto, de una acertada combinación de tonos en el ejercicio de la voz y sobre todo
el trabajo sistemático con ella. La práctica bien dosificada fortalece y estimula la voz débil, suaviza
y colorea la dura y dulcifica la más áspera. La voz se tiene, no se crea; pero sí puede ser
transformada, educada. Sin embargo, para leer bien, se necesita respirar bien. Debemos facilitar
el paso del aire por nuestros órganos respiratorios para que salga luego en forma de manantial
mediante las cuerdas vocales. Hay que adquirir y almacenar aire (aspirar) y solo utilizar el
necesario y en el momento preciso (espirar).
El buen lector aspira bastante y espira poco. El que no regula bien estas acciones, a cada instante
se verá obligado a realizar aspiraciones ruidosas que entorpecen la lectura y molestan al que
escucha. Por eso es recomendable una correcta postura al leer. En posición no adecuada se
aspira mal y se espira peor.
Todo lo anterior se relaciona con la articulación y producción de los sonidos y las palabras. La
adecuada articulación, proporciona energía, pasión por lo que se lee y puede llegar a sustituir
cualquier flaqueza de la voz. El lector más admirable puede ver por un instante, débil, apagada o
ronca su voz y una buena articulación puede salvarlo de situación.
Por eso es necesario que desde los primeros grados
escolares se desempeñe un trabajo
correctivo bien dirigido, se tracen estrategias que preparen al alumno para enfrentar mayores
exigencias lectoras en relación, además, con la entonación y expresividad de lo leído.
En la
primera parte del proceso de la lectura, el alumno recibe las impresiones hasta el límite de sus
capacidades de receptividad y comprensión, y en la segunda parte de este proceso es capaz de
comparar, formarse juicios y hasta llegar a concretar una firme impresión acerca de lo leído.
No todos los alumnos llegarán a ser lectores críticos, profundos, que expresen sus descubrimientos
o impresiones lectoras; pero sí se puede contribuir a la formación de lectores inteligentes,
analíticos, que disfruten del arte de la lectura y del placer que significa la lectura oral. Muestra, de
que con una adecuada lectura en alta voz, se puede lograr una buena comunicación con el
auditorio y que además este pueda disfrutar y vibrar de emoción.
Si usted, estimado lector o profesional de la lectura, se ha estimulado a pensar y a reflexionar al
respecto, las autoras se consideran un tanto satisfechas en la medida además que provoque tal
efecto en sus círculos de amigos, en colectivos profesorales o en su alumnado y
será un
incondicional aliado en la búsqueda de vías y nuevos métodos para poner en práctica este tan
antiquísimo ejercicio, con lo cual contribuirán a favorecer el desarrollo de buenos lectores en alta
voz y en competentes hombres en el ejercicio de la lectura durante su vida.
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