DE LAS SEPARACIONES AL ENCUENTRO: TRAS 15 SIGLOS DE DESCONOCIMIENTO, INTENSO DIÁLOGO CATÓLICO-ORTODOXO José Luis DÍEZ MORENO Director de Pastoral Ecuménica C/ José Arcones Gil, 37, 2º. - 28017 MADRID [España] Tel: [34] + 91 3675840 Fax: 91 377 06 85 infoekumene@centroecumenico.org http://www.centroecumenico.or CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org Dadas las actuales circunstancias positivas en el diálogo entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxa ,esta charla pronunciada en Mayo de 2008 en el Grupo Ecuménico “Ecudir” de la Institución Teresiana en Madrid, texto ahora aumentado, goza de plena vigencia y sirve a muchas personas interesadas en las relaciones católico-ortodoxas como síntesis bastante completa de los documentos aparecidos a lo largo de tantos años, especialmente del siglo XX y lo que llevamos del XXI y hacerse una idea de la riqueza nacida de estas Iglesias en la búsqueda de su unión. Lo mismo habría que hacer con documentos y acontecimientos surgidos en estas épocas entre la Iglesia Católica, la Anglicana ,las Iglesias de la Reforma, Bautistas, Pentecostales y otras. Deseo entroncar con la Conferencia de Juan de Dios Martín Velasco, como en un dicebamus heri, recalcando que en los primeros tiempos del cristianismo se excluía de la interpretación de su doctrina todo aquello en desacuerdo con el Credo, lo que daba a entender y reflejaba enseguida las diferencias doctrinales surgidas. Cuando Juan escribe su IV Evangelio, allá por el año 100, han sucedido muchas cosas y este apóstol, ha sido testigo de las primeras divergencias cristianas. El tema de la unidad entre los seguidores de Jesús se encontraba ya un poco resquebrajado. Recordemos como Pablo, ya antes, también alude a ciertos enfrentamientos. Esta situación empuja, sin duda, a Juan a subrayar la cuestión de la unidad que, seguramente él, como testigo de la Última Cena, recuerda con muy especiales connotaciones. Por eso recalca lo que ahora nosotros leemos: la recomendación de Jesús en su oración sacerdotal, el núcleo de nuestra oración, nuestro carisma y del don ecuménico que intentamos vivir y transmitir: “Que como Tú, Padre, y Yo somos una sola cosa, que también ellos sean uno como nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado”. (Jn. 17, 21). La desunión que vivimos los cristianos es una trágica paradoja frente a la unidad que Jesús vive y predica constantemente. Que, al menos, comencemos a vivirlo no como una situación de normalidad, sino como algo que por todos los medios debemos recuperar. No voy aquí a desgranar la historia de las separaciones cristianas, que pueden leerse en cualquier libro de Historia de la Iglesia o en artículos o tratados de ecumenismo. Más bien fijándome en algunas de esas divisiones o rupturas, trataré de exponer cómo mediante la acción del Espíritu Santo, en estas últimas décadas el avance hacia la búsqueda de la unidad ha sido impresionante. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 2 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org Herejías y herejes. La persona de Jesús apasionó, además de a los Apóstoles, a Pablo, a la Magdalena, la primera persona que le vio resucitado, a tantos discípulos como le siguieron y encontraron en Él una vida nueva. ¿Cómo entender a Jesús? ¿Cómo entender su persona? ¿Es Dios, era hombre? ¿Las dos cosas a la vez? Todos sus seguidores querían conocerlo sin segundas intenciones, sin ánimo de disensiones. Y así comenzaron las diversas opiniones acerca del Señor. Surgieron de los pensadores ideas sobre la realidad de Jesús, que era necesario contrastar con los postulados del Credo. Apareció el arrianismo en cuya doctrina se decía: Jesús no es Dios. El macedonianismo que negaba la divinidad del Espíritu Santo. El apolinarismo defendía una sola naturaleza en Cristo... Estos errores cristológicos tuvieron mucha repercusión y fueron punto de partida para las herejías posteriores, pero no dividieron la Iglesia todavía. Icono que representa el concilio de Nicea Los Concilios de Nicea (325), Constantinopolitano I (381) y Éfeso (431) pusieron las cosas en su sitio. Pero lo que debía haber sido una labor de Iglesia: la curación de aquellas heridas, se politizó por la intervención de los emperadores, que vieron amenazada la unidad de su imperio por aquellas ideas religiosas. Así aparecieron los vocablos: adversarios, enemigos y los combates políticos e incluso militares, persecuciones, destierros, ejecuciones. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 3 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org I.- IGLESIAS PRE-CALCEDONENSES Pero todavía no había tenido lugar ninguna separación en la Iglesia, sino de personas y a veces de grupos. La separación de la Iglesia dio comienzo con las herejías cristológicas siguientes, entretejidas de intereses nacionalistas. Nestorio, Patriarca de Constantinopla, admitía en Cristo dos naturalezas independientes completas y exageraba tal forma de independencia indicando que su unión era accidental de manera que formaban dos personas distintas. Los monofisitas, por reacción contraria, empezaron a defender una sola voluntad física en Cristo, es decir, una sola naturaleza. De estas ideas surgieron dos Iglesias que, a partir de las condenas de los Concilios, mantuvieron sus posiciones: Nestorio y el Nestorianismo fue condenado en Éfeso (381). Los monofisitas en el Concilio de Calcedonia (451). Desde entonces los seguidores de Nestorio y de la doctrina monofisita se denominaron Iglesias Pre-Calcedonenses, Apostólicas o Iglesias Ortodoxas Orientales. Comprenden principalmente las Iglesias Orientales Ortodoxas de Siria de Oriente, que son nestorianos o caldeos y las Iglesias Monofisitas compuestas por la Iglesia Armenia, Copta, Etiópica, Siríaca, Siríaca Ortodoxa de la India, etc... Quedaron desde entonces muy alejadas de la Iglesia Universal y conservaron celosamente sus doctrinas, liturgias y tradiciones. Hasta el Concilio Vaticano II, al que enviaron observadores, desde el primer momento, eran unas Iglesias poco conocidas. De los armenios apenas si se tenían noticias claras. La Iglesia armenia es una Iglesia mártir pues en el siglo XX sufrió una gran persecución de los turcos y después también del régimen comunista. Más noticias se tenían de los coptos, por ser de Egipto, con el Patriarcado de Alejandría. Tras el Concilio Vaticano II los contactos de estas Iglesias con la católica fueron en progresión y cabe destacar como motores del acercamiento a los Patriarcas armenios Karekin I y Kerekin II. Al primero lo visitó Juan Pablo II en su lecho de muerte. Entre los coptos ha destacado por su sensibilidad ecuménica el Patriarca Shenouda III. Con ambas Iglesias, entre 1980-1990 se han solucionado aquellas cuestiones cristológicas. Aludidas anteriormente. Tanto Pablo VI como Juan Pablo II fueron los Papas que actuaron en este sentido. Sin embargo, quedan algunas cuestiones de Eclesiología a tratar, cuyo comienzo a tenido lugar entre los días 27 de enero y 2 de febrero de 2008, debatiendo un documento: “ Naturaleza, Constitución y Misión de la Iglesia”. Por efecto de tantos siglos todo ello se realiza paso a paso, aunque desde el primer momento surgió un especial idilio entre estas Iglesias y la Iglesia católica. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 4 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org a) Iglesias caldeas (Nestorianos) En este idilio comenzaron a producirse Declaraciones Conjuntas y Comisiones Mixtas. La Iglesia Siria recibió influencias de Antioquia y en el año 410 se reunieron 30 obispos decretando la separación del resto de la Iglesia y nombraron un katolikós. Aquí se inició la separación de los nestorianos con la Iglesia Universal. Diálogo con la Iglesia católica. Comenzó con Juan XXIII y la convocatoria del Concilio Vaticano II al que enviaron observadores. Con estas Iglesias las diferencias han sido menores. El diálogo con los Nestorianos se inició concretamente en 1984 CON EL Patriarca Mar Dinka IV que visitó a Juan Pablo II y bosquejaron una futura declaración conjunta. En noviembre de 1994 se firmó tal Declaración Conjunta Cristológica. A partir de esta Declaración se creó una Comisión Mixta entre la Iglesia católica y la Iglesia Asiria, con una reunión en los últimos días de 1995. Era necesario después del acercamiento cristológico tratar de la Eclesiología y de los Sacramentos. Esto es lo que se ha comenzado en enero de 2008. b) Iglesias Monofisitas. Las Iglesias que componen este grupo son las siguientes: 1- Iglesia Armenia: fundada por S. Gregorio el Iluminado. El Patriarca con quien se han realizado más acercamientos ha sido Karekin I, Patriarca Supremo de todos los Armenios, con sede en Etchmiadzín. En esta Iglesia existen otros Patriarcas de segundo rango: el de Jerusalén, con el que Pablo VI celebró un encuentro en su viaje a Tierra Santa en 1964. Otro Patriarca armenio reside en Constantinopla y durante un tiempo ha sido Patriarca de esta Sede Karekin II, actualmente Katolikós, o Patriarca supremo de los armenios, el último Patriarca que ha visitado al Papa días antes de Pentecostés de 2008. Por fin está el Patriarca de Cilicia, de donde ha sido Patriarca el conocido Arán I , al que hemos conocido tan activo en el Consejo Mundial de las Iglesias en la 9º Conferencia en Porto Alegre en el año 2004. Karekin II 2- Iglesia Copta: fundada por S. Marcos. Existe en Egipto y Abisinia y se ha destacado por su sentido ecuménico y su trabajo en este campo el Patriarca Shenouda III. 3- Iglesia Etíope: fundada por S. Frumencio, se separó del Estado después de muchos inconvenientes en el año 1974 y congrega a varios millones de fieles. Ha destacado ecuménicamente el Patriarca Abuna Paulos. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 5 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org 4- Iglesia Siro- Ortodoxa, en la que ha destacado por su ecumenismo el Patriarca Ignacio Zakkis I Ivas. 5- Iglesia Siro-Ortodoxa de la India: fundada por S. Tomás. Su Patriarca Mar Besileus Paulose II. Ha sido figura destacada en la acción ecuménica. Todas estas Iglesias son minorías y muy martirizadas por los diversos regímenes políticos en los que viven. De ellas la más importante podría ser la Iglesia Copta. El deshielo comenzó después del Concilio Vaticano II al que habían enviado observadores. El Metropolita Melitón comenzó el diálogo de la caridad, en el que se realizaron multitud de encuentros, llenos de afecto y buena acogida por ambas partes. Diálogo teológico con la Iglesia católica 1.- La Iglesia Armenia: 1964: Entrevista de Pablo VI con el Patriarca Armenio de Jerusalén y meses después con el Patriarca Armenio de Constantinopla, en esa ciudad al visitar al Patriarca Atenegoras I . 1967: Entrevista en Roma entre Pablo VI y el Patriarca Armenio de Cilicia. 1970: Visita del Patriarca supremo de los armenios Vasken II, con Declaración Conjunta Cristológica. 1980: Juan Pablo II se reúne con una delegación de Estambul y se redacta un Comunicado Conjunto. 1983: Juan Pablo II se reúne con el Patriarca armenio de Cilicia y se produce un Comunicado Conjunto Cristológico. 1986: Kareken I, que da muestras de ser un entusiasta del acercamiento a la Iglesia católica, asiste a la primera reunión Interreligiosa de Asís, convocada y presidida por Juan Pablo II. 1987: El mismo Katolikós Karekin I suscribe el Acuerdo Cristológico, a la vez que todos los Patriarcas Ortodoxos, lo que le hace acercarse más a la Iglesia católica y realizar profundos contactos con los Patriarcas Ortodoxos. Decididamente Karekin I se manifiesta como un abanderado de la unión de los cristianos. 1996: Karekin I vuelve a Roma, asiste con Juan Pablo II a una audiencia papal en el aula de Pablo VI, donde es presentado a los fieles católicos por el Papa y vitoreado por éstos. Esos mismos días pronuncia varias conferencias y Juan Pablo II y Karekin I firman una Declaración Común Cristológica. 1997: Arán I de Cilicia acude a Roma en la Semana de la Unidad y en un documento expresa la fe común en el Verbo de Dios. Este Patriarca ha trabajado incansablemente en el Consejo Mundial de las Iglesias desde 1991. 1997: Juan Pablo II visita a Karekin I en su lecho de muerte en su sede de Etchmiadzín, a su regreso de un viaje apostólico, llamándole queridísimo hermano. La muerte de este Patriarca hizo que no se pudiera llevar a cabo un acercamiento previsto entre ambas Iglesias. La verdad JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 6 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org es que su sucesor Karekin II, hasta entonces Patriarca Armenio de Constantinopla, retomó el interés ecuménico, ha viajado varias veces a Roma y la última el 9 de mayo de 2008 para, según sus palabras, “observar como siguen las relaciones fraternas entre la Iglesia Armenia y la Iglesia Católica”. 2.- La Iglesia Copta: 1973: Pablo VI se entrevista con el Patriarca Shenouda III y establecen una Comisión Mixta con varios encuentros inmediatos: – En El Cairo, en marzo y octubre de 1974 donde inician la posibilidad de una Declaración Conjunta. – Esta declaración se llamó Declaración de Viena y versó sobre la Cristología (Agosto 1976) . Fue una Declaración magnífica, pues con fórmulas distintas pudieron decir las mismas cosas. (Como en la Declaración entre la Iglesia católica y la Iglesia evangélica alemana en el Documento sobre la Justificación por la fe). – Retenido Shenouda III en un monasterio, continuó la Comisión Mixta y se sucedieron el V Encuentro en ese Monasterio de S. Biekoy (1988), el VI Encuentro en 1990 en ese mismo lugar, el VII en 1991 y el VIII en 1992, incluso sin la presencia del Patriarca Shenouda III, en viaje por diversos países. Este Patriarca ha sido otro de los abanderados de la unidad de los Cristianos. 3.- La Iglesia Etíope: Hasta 1959 perteneció esta Iglesia al Patriarcado Copto. 1981: Tuvo lugar una visita a Juan Pablo II para superar malentendidos, por parte del Patriarca Abuna Tekle. 1993: Su sucesor Abuna Paulos, visitó a Juan Pablo II. 1996: En la Reunión de Adís Abeba para la preparación de la Conferencia Mundial sobre la Misión y Evangelización el Patriarca Abuna Paulos realizó una significativa confesión ecuménica en su alocución en esa reunión, aunque no participaba la Iglesia católica, dejando claros los presupuestos católicos cristológicos. 4.- La Iglesia Siria: 1971: El Patriarca Mar Ignacio Jacobo III abrazó a Pablo VI y en 1980 a Juan Pablo II. 1984: Su sucesor Mar Ignacio Zakka I Iwlas abrazó a Juan Pablo II en compañía del Patriarca de la India Basileos Mar Paulose. Suscribieron una Declaración Conjunta, en la que se decía que no hay diferencia en la fe de esas Iglesias con la católica. El hecho era importantísimo: por primera vez autorizaban a los fieles de esas Iglesias a participar de la Eucaristía, si fuera necesario, aunque quedaban algunos pasos hasta la plena comunión. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 7 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org II.- IGLESIAS ORTODOXAS DE TRADICIÓN BIZANTINA, SIRIA Y ESLAVA. Estas Iglesias son: el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, el Patriarcado Ortodoxo Ruso, la Iglesia Ortodoxa de Grecia, la Iglesia Ortodoxa Rumana, la Iglesia Ortodoxa Serbia, la Iglesia Ortodoxa Búlgara, la Iglesia Ortodoxa de Chipre y otras. Separaciones: Causas políticas, sociales, psicológicas y religiosas influyeron en la separación definitiva de Oriente y Occidente, que culminó el día 16 de julio de 1054. Fue el comienzo de una ofensiva de siglos, nueve, que condujo al desconocimiento de 900 años. Desde que el emperador Constantino se estableciera en Bizancio surgió en antagonismo: Causas políticas: la influencia de los emperadores, sobre todo la mayor preponderancia de que comenzaron a gozar los de Occidente. Las Cruzadas constituyeron motivos de verdadera fricción y especialmente la Conquista de Constantinopla por los cruzados. Causas sociológicas: la mayor influencia de Occidente en todos los terrenos. Causas psicológicas: el complejo de inferioridad de los orientales, que todavía arrastran. Causas religiosas: todas de poca monta, incluido el filioque, costumbres litúrgicas, exclusivismos, etc. Focio y Cerulario: Basílica de Santa Sofía de Estambul JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 8 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org Focio, (858) un laico, funcionario imperial, buen teólogo, hombre honesto, fue elegido Patriarca como sucesor del desterrado Patriarca Ignacio, por haber denunciado abusos de poder en la familia imperial. Repuesto Ignacio a su muerte fue elegido de nuevo Focio, quien mantuvo bastantes buenas relaciones con Roma. Miguel Celulario era un Patriarca, celoso de su autoridad y su independencia patriarcal. Para investigar sobre algunos sucesos llegó a Constantinopla el legado pontificio, cardenal Humberto Da Silva Cándida, un portugués más celoso aún de la autoridad religiosa del Occidente que el mismo0 celulario de la suya. Enzarzados en discusiones, cuando había muerto el Papa y, por tanto, sin autoridad alguna de delegado pontificio, el cardenal Da Silva presentó sobre el altar de la Basílica de Santa Sofía en Constantinopla, el 16 de julio de 1054, mientras celebraban una solemne función litúrgica presidida por el mismo Patriarca, bulas por las que excomulgaba al Patriarca Celulario y a todos sus seguidores. El cardenal salió de Constantinopla a Uña de caballo y el Patriarca Ortodoxo lanzó también su excomunión contra el cardenal y sus seguidores. Fue el momento en que comenzó la total separación entre Oriente y Occidente. Intentos de arreglo. En varias ocasiones se buscaron formas para volver a la unidad., con intentos de latinización, con el método de uniones generales: reconciliación de las jerarquías orientales con las latinas en un concilio ecuménico. Así, pues, en el siglo XIII, el primeros de estos concilios considerados como unionistas, fue el Concilio II de Lyón (1274). En su sesión IV se determinó la unión de las Iglesias latina y griega, contenida en la profesión de fe del emperador Miguel VIII, paleólogo. Sin embargo los intereses políticos no hicieron fructífera esta intención. El mayor esfuerzo por la unidad se llevó a cabo en el Concilio iniciado en Basilea en 1431, trasladado a Ferrara en 1438 y a Florencia en 1439, para recalar finalmente en Roma en 1443. El Concilio se llama de Ferrara-Florencia. En el se puso mucho interés en la asistencia de obispos orientales, formación de comisiones mixtas, etc. Fueron famosas las palabras iniciales de la célebre bula la Etentur Coeli, que expresaban bien en anhelo de la Iglesia por la plena comunión de los cristianos. En este mismo Concilio tuvo lugar también la unión con los armenios y coptos, según las bulas Exhultate Deo y Cantate Dómino y trasladado el Concilio a Roma allí se efectuó la unión con los sirios, los caldeos y maronitas de Chipre. Además se había nombrado cardenal al Patriarca Besarión, muerto y enterrado en la misma Florencia. Sin embargo la firma de unión con los griegos tuvo poco éxito, pues si las jerarquías eclesiásticas querían la unión, los fieles ortodoxos no estaban preparados para ella y la rechazaron. En 1453 cae la ciudad de Constantinopla en poder del Imperio Turco. El diálogo cesó y se desvanecieron las esperanzas de reunificación. No obstante, Europa del Este, fuera de la dominación turca, incluida Rusia y el gran ducado de Lituania, naciones ortodoxas mantuvieron la esperanza de nuevos contactos. Con la dominación turca del Patriarcado de Constantinopla se erigió un nuevo Metropolita únicamente para Rusia en el año 1448, que luego constituyó el Patriarcado ortodoxo de Moscú. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 9 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org III.- RELACIONES CATÓLICO-ORTODOXAS EN EL SIGLO XIX. La verdad es que hasta el siglo XIX no volvieron a sentirse claras intenciones de la búsqueda de la unidad entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas. Pío IX fue Papa de 1846 a 1878, 32 años. Desde el punto de vista ecuménico Pío IX gozaba de buena voluntad, aunque sus intervenciones no contribuyeron a crear un clima de acercamiento. El Papa decidió invitar a los ortodoxos y también a los protestantes a la celebración del Concilio Vaticano I . Escribió dos cartas publicadas en fechas diferentes a unos y a otros. El documento a los ortodoxos Arcano Divinae Providentiae (1868) invitaba a la reconciliación, tomando parte en el Concilio. La carta decía: “ Volved, nosotros respetaremos vuestros ritos y vuestras costumbres, pero volved, volved a la Madre Iglesia”. Los orientales rechazaron la invitación, aunque se conservan testimonios de obispos de esa Iglesia que recibieron con respeto la bula pontificia. En la revista de ecumenismo Re- Unión, de 1963, se halla un interesante artículo a este respecto. Así pues, el Concilio Vaticano I (18691870) se desarrolló sin la presencia de ningún observador ni ortodoxo ni protestante y en las diversas sesiones conciliares para nada se aludió a la Iglesia ortodoxa. León XIII comenzó su Pontificado en el año 1878 y ya desde sus comienzos se mostró un Papa ecuménico al nombrar cardenal a J. H. Newman. El momento más importante del ecumenismo de León XIII tuvo lugar en su carta Preclara Gratulationis (1894), con motivo de su jubileo episcopal y constituye un extenso llamamiento a la unidad de todos los cristianos en la única Iglesia de Cristo. Distingue dos niveles entre los “disidentes”: las Iglesias orientales y todos los demás cristianos. Ponía de manifiesto la unidad primigenia de la Iglesia e invitaba al Oriente Cristiano a la unidad del Primer Milenio en el que todos los cristianos reconocían la autoridad del obispo de Roma. León XIII no se limitó a las exposiciones doctrinales y promovió iniciativas hacia la unidad, sobre todo con los ortodoxos. Así, en 1824 promulgó la Constitución Orientalium Dignitas, con enérgicas medidas contra todo intento de latinización de los orientales unidos a Roma. Esta carta tiene una extensión lógica hasta Juan Pablo II, quien con motivo del centenario de este escrito publicó la carta Orientale Lumen (1995). León XIII No se puede olvidar que León XIII acogió con buenos ojos el proyecto de Lord. Halifax y del Padre Portal, que pretendían la creación de un ámbito común de diálogo y con este motivo escribió una carta en 1895 Amantíssime Voluntatis. Finalmente señalar que León XIII comenzó en la Iglesia católica la semana de oración por la unidad, fijada en los días precedentes a Pentecostés. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 10 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org IV.- RELACIONES COTÓLICO-ORTODOXAS EN EL SIGLO XX. Pio X no se caracterizó por una gran labor ecuménica, llenaron su pontificado acontecimientos históricos como el modernismo. Esta situación explicó la poca resonancia en estos años en la Iglesia católica del fenómeno ecuménico protestante nacido en Edimburgo en 1910 con la Conferencia Internacional de Misiones, punto de referencia de la historia del ecumenismo en 1910. En lo referente al mundo oriental Pio X quiso sumarse a los trabajos de sus predecesores y así lo manifestó hasta con énfasis en su Carta Apostólica Ex quo (1910), en la que cita testimonios de pasados Pontífices y termina hablando de León XIII que “invitó a las naciones de Oriente a unirse de nuevo con la Iglesia Romana... ciertamente, nuestro deseo no es menor”. Pio X sintió dolorosamente la desunión entre Roma y las Iglesias Orientales, pero sigue pensando que esa desunión perjudica sólo a las Iglesias de Oriente. Sí se destacó en el impulso a la oración por la unidad de las Iglesias. Benedicto XV (1914-1922) tuvo interés por fomentar el ecumenismo y trató de segur la línea de León XIII en lo relativo a los cristianos de Oriente. Se produjeron dos acontecimientos: en 1917 creó la Congregación especial para la Iglesia Católica Oriental. Miraba directamente a las Iglesias Orientales Católicas e indirectamente a los ortodoxos. En ese mismo año fundó el Instituto Pontificio de Estudios Orientales, complemento a la Sagrada Congregación creada meses antes. Sobre estos insistió después Pio XI y juega un gran papel la investigación científica que en este instituto se comenzó. Benedicto XV quiso intensificar el ecumenismo por la concesión de indulgencias al Octavario por la Unión de las iglesias. Bajo su pontificado se iniciaron las conocidas conversaciones de Malinas (1921- 1926). Pero las relaciones con el Movimiento Ecuménico siguieron bastante tensas, como se dirá al tratar de las Iglesias Protestantes. Pio XI (1922- 1939) tomó en serio el tema de la unión de los cristianos durante los primeros años de su pontificado, hasta que le embargó totalmente la organización de la Acción Católica. Su interés ecuménico se movió en dos direcciones: fue testigo de las Conversaciones de Malinas e intensificó constantemente las relaciones con el Oriente. Por otro lado, la relación con los movimientos ecuménicos protestantes siguieron tensas, como se verá al tratar de los protestantes. Ciertas propuestas ecuménicas obligaron a Pio XI a dirigir a los católicos la encíclica Mortalium Ánimus (1928), severa y enérgica, denunciando los peligros y errores que, desde la fe católica se observaban en el Movimiento Ecuménico, fijándose especialmente en lo que el Papa denomina “pancristianismo”. Donde verdaderamente Pio XI manifestó su espíritu ecuménico fue en la relación con las Iglesias orientales. Dos instrumentos le valieron para llevar a cabo su acercamiento a Oriente: un nuevo método ecuménico que en muchos aspectos ha quedado consagrado en el Vaticano II, y el estudio y la investigación sobre el Oriente cristiano, a lo que dedica gran parte del dinero recibido del Tratado de Letrán dedicándolo al Instituto de Estudios Orientales. Dedicó, además, una encíclica a este asunto, Rerum Orientlium (1928), donde ofreció todo un pensamiento ecuménico. Este pontífice encaminó el ecumenismo por la importante vía de la espiritualidad y el monaquismo. En 1924 había escrito una carta dirigida al primado de los Benedictinos de Bélgica, Equiden Verba, por la que el monaquismo pasaba a ser un instrumento fecundo del ecumenismo. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 11 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org Pio XII (1939- 1958) continuó haciendo progresos en el ecumenismo católico. Dos circunstancias sitúan sus perspectivas: la creación del Consejo Ecuménico de las Iglesias en Amstedan en 1948 y la gran crisis por la que travesaron las relaciones políticas internacionales. Las encíclicas la Místicy Corpois (1943), Mediator Dei (1947) y Humani Generis (1950), contienen indicaciones doctrinales de gran interés en lo relativo a la unidad de los cristianos. Sobre todo la Místicy Corporis desarrolló una eclesiología que implica muchas cosas profundas e interesantes, tenidas en cuenta después en el Vaticano II, aunque hoy no se considera a esta encíclica demasiado ecuménica. Un elemento que dificultó las relaciones con los otros cristianos, especialmente con los ortodoxos, fue la definición del dogma mariano de la Asunción (1950). Las relaciones de la Iglesia católica con el Consejo Ecuménico de las Iglesias se articularon durante el pontificado de Pio XII durante la Célebre instrucción Eclessia Cathólica (1949), donde se aborda de forma expresa la participación de los católicos en el diálogo ecuménico. En conjunto la Instrucción adoptaba una postura constructiva y positiva respecto a la actividad ecuménica y daba un amplio margen de posibilidades a la colaboración y al diálogo. Pío XII Siguiendo a sus predecesores, Pio XII no ocultó su afecto por las Iglesias Orientales a las que dedicó tres encíclicas: Orientalis Eclsiae Deus (1944), Orientales Homnes Ecclesias (1945), motivada por los problemas de la Iglesia católica en Ucrania, y Orientales Ecclesias (1952). En todas ellas se nota un cambio terminológico positivo respecto a las Iglesias ortodoxas a las que ya llama hermanas, término consagrado por el Vaticano II. De Pio XII conviene señalar la cantidad de visitas de jerarquías protestantes que en esos años recibió, aunque en más de la mitad de su pontificado los cardenales de Curia no eran nada propicios al acercamiento ecuménico. Juan XXIII (1958- 1963): el carisma ecuménico. Juan XXIIII había tenido durante su cargo de Nuncio en Bulgaria y Turquía importantes contactos con los ortodoxos y, debido a su carácter afable y conciliador, logró profundas amistades con ellos, especialmente con el patriarca Atenágoras I, en la Sede Patriarcal de Constantinopla desde 1948. Este ecumenismo práctico llenó su corazón y encaminó su mente hacia la comprensión de la absoluta necesidad de buscar la unión eclesial de los que ya estaban unidos en Cristo. Desde entonces mantuvo relación afectiva y profundo conocimiento psicológico, pastoral y doctrinal de estos hermanos. Juan XXIII Quiso la voluntad de Dios que el cardenal Roncalli de Venecia fuera el sucesor del Papa Pio XII, dos figuras muy distintas, incluso en lo físico, pero ambos en la avanzadilla de la Iglesia de aquellos tiempos. Pio XII en la brecha de lo intelectual y de el acoplamiento de la Iglesia a los tiempos mo- JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 12 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org dernos. Juan XXIII en la avanzadilla de la concordia, el encuentro, el aire fresco en la Iglesia. Los avances bíblicos, litúrgicos, pastorales y hasta los esbozos ecuménicos de Pio XII los transformó en cosa normal la sencillez del Papa bueno. Su pontificado supuso una nueva etapa en el ecumenismo católico centrado en el Concilio Vaticano II. Su pontificado es el cenit de la fase de los pioneros en el ecumenismo e inicia el diálogo ecuménico institucionalizado en la Iglesia católica. Su sensibilidad con respecto a la unión de los cristianos fue enorme, producto de la sensibilidad de su vida interior. Llegado a la Sede Romana, ya fue muy importante su mensaje navideño de aquel 1958, cuando sólo llevaba dos meses de Papa. Pero lo que causó la convulsión del mundo cristiano fue la noticia del 25 de enero de aquel 1959, en el que anunció la convocatoria de un Concilio ecuménico, que tuvo dos objetivos principales: la reforma de la Iglesia y la búsqueda de la Unión de los Cristianos. Para conseguir este segundo objetivo constituyó el Secretariado para la Unidad de los Cristianos desde el cual con el cardenal Agustín Bea y Mons. Joan Willebrans comenzó imparable la marcha del ecumenismo en la Iglesia católica. Un año después de su elección escribía la encíclica Aeterna Dei Sapientia (1961) para celebrar el XV Centenario de la muerte de León Magno, verdadero servidor de la unidad de la Iglesia, en la que Juan XXIII hacía una llamada a la Unidad de todos los Cristianos. Rasgos característicos de la actividad ecuménica de Juan XXIII fueron: la creación de la Comisión para la unidad de los cristianos, en 1960, la única que perduró en el Concilio transformándose en Secretariado para la Unidad de los Cristianos y después en Comisión conciliar. Desde ese día 5 de junio de 1960 puede decirse que se abrió la Iglesia católica al ecumenismo y desde ese momento las visitas a gran número de Iglesias ortodoxas, Iglesias luteranas, Reformadas, anglicanas, a personas determinadas del ecumenismo fueron constantes. Desde finales de 1961 se sucedieron los documentos: la Constitución Apostólica Humanae Salutis convocando el Concilio para 1962, el Motu Proprio Concilium del 2 de febrero de 1962 fechando el Concilio para el 11 de septiembre de ese mismo año, la encíclica Poenitentiam agüere, de primeros de septiembre el Motu Proprio Apropincuante Concilio Oecuménico y el reglamento para la Asamblea Ecuménica, el 11 de septiembre el Radio- Mensaje sobre el Concilio y, por fin, la solemnísima Apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, en cuyo discurso Juan XXIIII se pronunció con palabras vibrantes. Juan XXIII, en su sencillez carismática, pensaba que el Concilio iba a ser cuestión de unos meses, pero moría el 3 de junio de 1963, conmoviendo al mundo por su entrega en aras de la Unidad de los Cristianos. En la clausura de la Semana de la Unidad el 25 de enero de 1959 y en la Basílica de San Pablo Extramuros, pocos meses después de su elección, convocaba Juan XXIII el Concilio Vaticano II con una finalidad verdaderamente ecuménica, sucediéndose en años inmediatos toda la producción documental referida anteriormente. Ya en la clausura del Cónclave (1958) saludaba Juan XXIII a las Iglesias Orientales: “Abrazamos con paternal amor... a las Iglesias de Oriente, aún a las separadas de la Sede Apostólica”. En el radiomensaje de Navidad de 1958 decía: “La tristeza de esta dolorosa comprobación no detiene... el esfuerzo de nuestra alma para proseguir la invitación amorosa a aquellos hermanos nuestros separados...” JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 13 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org En el Año Nuevo de 1959, el Patriarca Atenágoras contestaba a todas estas palabras del Papa: “Acogemos con gozo toda llamada a la paz, venga de donde venga...especialmente si procede de un centro cristiano como la antigua Roma...” Habían comenzado los primeros encuentros entre Roma y Constantinopla, a cargo de los dos antiguos amigos, el Nuncio Roncalli y el Patriarca Atenágoras I . En 1959 Atenágoras valoraba la iniciativa de Juan XXIII el 17 de noviembre: “La iniciativa más valorada por la Iglesia Ortodoxa es la emprendida por el Papa de Roma, Juan XXIII” De esta manera, las contestaciones de uno y otro mantenían y aceleraban el inicial encuentro entre las dos Iglesias hermanas. La muerte de Juan XXIIII pareció un corte en este bello diálogo. Pero la semilla estaba puesta y crecía como se aprecia enseguida en la actitud del sucesor de Juan XXIII, el Papa Pablo VI. Pablo VI (1963-1978): signos ecuménicos y Diálogo de la Caridad. Pablo VI con Atenágoras Apenas elegido Papa, Pablo VI despejó la incógnita: continuaría el Concilio y mantendría el gran objetivo de la búsqueda de la unidad de los cristianos. Este objetivo ecuménico lo fue desarrollando en dos sentidos: el diálogo y el encuentro. En la homilía de su misa de coronación decía el nuevo Papa: “Y así se ofrezca a los hermanos cristianos separados de su perfecta unidad, de una manera que hagan posible su reintegración en el Cuerpo Místico de Cristo en la Iglesia católica en la verdad y en la caridad, fácil y jubilosamente” JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 14 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org Sonaba todavía a los pasados modos, pero valía para dar ánimos tanto a los católicos como no católicos. Si se proseguía el camino del ecumenismo éste cambiaría formas ya caducas de pensar. El 29 de septiembre, después de que en una memorable jornada, el 6 de agosto en la abadía griega católica de Grottaferrata (Italia) dijera que “nuestro Credo sea unívoco y solidario, compacta y articulada nuestra unión jerárquica... Roma no quiere absorber ni amortiguar la gran floración de Iglesias orientales, que el Señor nos haga oír la voz de la Historia”, añadió en su homilía de la inauguración de la segunda etapa del Concilio estas etapas: “Aquí, nuestras palabras se dirigen con respeto a los representantes de las denominaciones cristianas separadas de la Iglesia católica, que han sido invitadas por ella a asistir en caridad de observadores a esta solemne Asamblea. Los saludamos de corazón, les agradecemos su intervención. Enviamos, valiéndonos de su presencia, nuestro mensaje de paternidad y fraternidad a las venerables comunidades cristianas que están representadas aquí”. No llegaron nuevos observadores de los patriarcados ortodoxos, pero el número de Iglesias con observadores ascendía en esta segunda etapa a 22, 61 representantes. En el discurso a éstos en la audiencia papal, Pablo VI dijo que nada de mirar a pasado sino al futuro, les dio las gracias por haber aceptado la invitación, subrayó que no esperaban soluciones milagrosas inmediatas, sino que los frutos esperados debían madurar largamente con el estudio y la oración. Eran aquellos días de septiembre de 1963 en que la Ortodoxia buscaba ponerse de acuerdo para enviar sus observadores Al Concilio. Ya a primeros de julio Atenágoras había indicado que “el Patriarcado ecuménico de acuerdo con los otros Patriarcas ortodoxos reexaminaría la actitud de la Ortodoxia después de que el nuevo Papa hubiera manifestado sus intenciones respecto a la Ortodoxia”. Y Pablo VI los manifestó positivamente. Pero después de las celebraciones del milenario del Monte Athos, donde estuvieron los Patriarcas días después de las palabras de Atenágoras, se comentó que los jefes de la Ortodoxia habían acordado no enviar observadores a la segunda etapa del Concilio. Pablo VI no podía haber hablado más claro en su mensaje del 22 de junio, ya señalado, como en su visita a la abadía bizantina de Grottaferrata. Atenágoras lo conocía todo y, aunque tachado por algunos obispos ortodoxos de traicionar la tradición ortodoxa, se decidió a presidir una reunión en Rodas a mediados de septiembre, para decidir claramente la cuestión de los observadores, aún en contra del arzobispo griego Crisóstomos. Sin la presencia de este tomaron la decisión de que cada Iglesia actuara libremente en el envío de observadores. Posteriormente tuvo lugar en Rodas las III Conferencia Pan-Ortodoxa en noviembre de 1964. El día 18 de noviembre de 1963 comenzó a discutirse en el Aula conciliar el esquema sobre ecumenismo, debatido hasta el 2 de diciembre, en cuyas discusiones participaron muy activamente las Iglesias ortodoxas presentes. Esta segunda etapa finalizó con la preparación del viaje de Pablo VI y Atenágoras I a Jerusalén, verdadero culmen de aquel inicial ecumenismo El 5 de enero de 1964 se encontraron en el Huerto de los Olivos: “Nosotros, peregrinos de Roma y Constantinopla pudimos encontrarnos y unirnos en oración común”, dijo Pablo VI. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 15 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org Por su parte Atenágoras I afirmó: “El mundo cristiano ha vencido la noche negra de la separación, los ojos de los cristianos están fatigados de haberse sumergido en esta noche. Este momento puede ser la aurora luminosa y bendita a cuya luz las generaciones futuras participarán en el mismo fervor en la Sangre y el Cuerpo de Cristo” El día 6 de enero, en Belén, subrayó Pablo VI: “Estamos dispuestos a tomar en consideración todo medio razonable”. De profundo contenido fueron los encuentros y mutuas palabras de Su Beatitud el Patriarca Greco-Ortodoxo Benedictos de Jerusalén y la respuesta del Papa, las del Patriarca Yegüishe Derderian, de los armenios, la contestación del Papa o su discurso a las jerarquías católicas orientales. El encuentro ecuménico finalizó con un comunicado conjunto de Pablo VI y Atenágoras I en el que destacaban la gran significación del encuentro, su acción de gracias a Dios por este gesto fraterno anuncio y preludio de acontecimientos futuros, tras siglos de silencio, confiando en que estos deseos fueran reconocidos por los miembros de las Iglesias respectivas, jerarquías y fieles. La Semana de la Unidad de 1964 y todo ese año estuvo impregnado por este gran acontecimiento ecuménico, incluso en España. Su primera encíclica Ecclesiam Suam (1964), profundiza en el diálogo como medio para alcanzar la unidad de todos los cristianos, manteniendo y potenciando la actividad del secretariado romano para la unidad de los cristianos. Con esta bagaje ecuménico muy bien podía exclamar Pablo VI en la inauguración de la Tercera Etapa del Concilio, y en esta ocasión ante 72 observadores y huéspedes no católicos, incluidos, ahora sí, los de la Ortodoxia del Patriarcado de Constantinopla: “¡Oh Iglesias, objeto de nuestros anhelos... sabed que ya os llevamos en el corazón¡ ¡Oh Iglesias, lejanas y a nosotros tan próximas¡ ¡Oh Iglesias, objeto de nuestros sinceros anhelos¡ ¡Oh Iglesias, de nuestra insomne nostalgia¡ ¡Oh Iglesias, de nuestras lágrimas y nuestro deseo de poder honraros con nuestro abrazo en el verdadero amor de Cristo, desde este Centro de la UNIDAD que es la tumba del Apóstol y Mártir Pedro, desde este Concilio Ecuménico de fraternidad y de paz, llegue hasta vosotras nuestro afectuoso clamor¡. Quizá todavía nos tiene separados una gran distancia y habrá de pasar mucho tiempo antes de que se cumpla la reunión plena y efectiva; pero sabed que ya os llevamos en el corazón y que el Dios de las misericordias confirme tan gran anhelo y tan gran esperanza”. Los siguientes meses a estas hermosísimas palabras fueron trepidantes en el Aula conciliar, pues estaban a punto de aprobarse documentos tan importantes como la Constitución Lumen Gentium, El Decreto sobre Ecumenismo Unitatis Redintegratio y Orientalium Ecclesiarum, sobre las Iglesias orientales católicas. Así fue el día 21 de noviembre de 1964, una de las fechas ecuménicas por excelencia. Para finalizar este recuento de riquezas ecuménicas producidas por el Concilio Vaticano II voy a finalizar citando el más grande signo ecuménico de nuestros tiempos, sucedido la víspera de la clausura del Concilio, el 7 de diciembre de 1965, cuando en la Basílica de San Pedro, al fina- JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 16 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org lizar la Eucaristía ante todos los padres conciliares y los más de cien observadores de las Iglesias no católicas, Pablo VI y el representante del Patriarca Atenágoras de Constantinopla, el Metropolita Melitón de Hierápolis levantaban la recíproca excomunión desde hacía 900 años, fundiéndose en un fraternal abrazo, subrayado con un estruendoso aplauso de todos los presentes. Quienes estuvimos presentes nos consideramos ungidos de forma especial para la labor ecuménica. A la vez en la Catedral Ortodoxa del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, en El Fanar (Estambul) tenía lugar una ceremonia similar entre el enviado de Pablo VI, cardenal Shean, y el Patriarca Atenágoras I. El día 4 se producía otro de los hechos más significativos del Concilio: a las cuatro de la tarde y en la Basílica de San Pablo Extramuros despedía Pablo VI a los 103 observadores, teniendo palabras afectuosas para cada uno de ellos, estrechando sus manos, abrazándoles e indicando como después de aquellos cuatro años parecía imposible que la Iglesia católica pudiera vivir en Roma sin la presencia de tantos hermanos cristianos, cuando todos habían llegado al corazón de todos. Fueron escenas conmovedoras, indicativas hasta el extremo del talante ecuménico de Pablo VI. Tuve la suerte de presenciarlas y así lo he narrado con detalle en el artículo titulado: Vaticano II: “Ningún Concilio ha hecho tanto por la unidad”, publicado en el nº 67 de Pastoral Ecuménica, p. 45. Todo este artículo narra el contexto ecuménico del Vaticano II. En 1967, Pablo VI visitó a Atenágoras el 25- 26 de Julio en El Fanar. En 1967,26 de octubre, Atenágoras devolvió la visita a Pablo VI en Roma. En 1968- 69-70 se dirigieron mensajes mutuos en la Semana de la Unidad. En 1972 tuvo lugar un hecho importante, el 24 de marzo. En una visita de la Delegación del Patriarcado se le entregó a Pablo VI el TOMOS AGAPIS. Era la reunión de todos los documentos de los 10 años anteriores, 1958-1968 entre la Santa Sede y el Patriarcado Ecuménico. En 1972 tuvo lugar un importante intercambio de dones entre Atenágoras y Pablo VI en la pascua. Pablo VI le envió después una carta el 4 de junio de ese 1972, a la que contestaba Atenágoras el día 22 de julio. Era la última comunicación entre ambos. En 1972, el 7 de julio, fallece Atenágoras. En 1972 el 16 de julio es elegido y proclamado Demetrio I, Patriarca Ecuménico, quien decide seguir los contactos con Roma. En 1973-74 no se produjeron mensajes. En 1975 se celebró el X Aniversario de la Anulación de las Excomuniones y se abrió de nuevo la actividad ecuménica con entusiasmo entre Roma y Constantinopla. Se creó entonces la Comisión Teológica. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 17 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org Juan Pablo II (1978-2005): el Diálogo Teológico. Desde los primeros momentos de su pontificado, en 1978, Juan Pablo II dio muestras de su intención de proseguir en el camino de la búsqueda de la Unidad de los Cristianos. Muy pronto se advirtió que, incluso, pretendía ampliarlo como veremos en los párrafos siguientes. Sus continuos viajes a todo el mundo le ayudaron a intensificar el trato directo con todas las Iglesias Cristianas y especialmente con las Ortodoxas. Juan Pablo II recibe al Patriarca Al año siguiente de su elección, en 1979, realizó un viaje por Ecuménico Bartolomeo I (5-X-1991) tierras de la ortodoxia: Ankara, Estambul, Éfeso y Esmirna, ocasión que aprovechó para visitar al Patriarca Ecuménico en El Fanar en los días 29-30 de noviembre, aprovechando la fiesta de San Andrés Apóstol y firmar con Demetrio I una Declaración Conjunta para el comienzo del Diálogo Teológico, sobre el cual ya en 1975 se había creado, como hemos dicho, la Comisión Teológica Mixta. Esta visita tuvo una gran relevancia y daba continuidad al ecumenismo iniciado por Pablo VI. En esa Declaración conjunta y en sus discursos se hablaba de: “continuidad con lo anterior, estimular los esfuerzos unionistas, insistir en que la tarea ecuménica va con todos, expresar que Constantinopla es reconocida como portavoz oficial y principal de la Ortodoxia reencontrarse en la fe apostólica y común”. En 1987 el Patriarca ecuménico Demetrio I devolvió la visita y en diciembre de ese año fue recibido en Roma con sincero afecto y solemnidad. Una nueva reunión tuvo lugar en Roma en 1995 con el sucesor del Patriarca Demetrio I, Bartolomé I, que anteriormente y fruto de las buenas relaciones, había preparado el tradicional Vía Crucis del Viernes Santo de 1994. Con este Patriarca las visitas comunes en las fiestas patronales de San Pedro y San Andrés han sido constantes. En 1980 comenzó a funcional la Comisión Teológica mixta que explicaremos según las diversas reuniones. Primera Reunión, 29 de mayo a 4 de junio de 1980 en Patmos-Rodas. Asistieron 60 obispos y teólogos católicos y ortodoxos. Copresidentes fueron el cardenal Willebrands y el Metropolita Stilianos de Australia. El objetivo fue: – Definir el procedimiento. – Organizar los detalles del trabajo para la primera fase. En 1982, en Munich, 30 de junio, con un documento-acuerdo, titulado: “El Ministerio de la Iglesia a la luz del Misterio de la Santísima Trinidad”. Se trataba la Koinonía: comunión eclesial; comunión entre Iglesias locales e Iglesia universal. Todos estos estudios dieron lugar al llamado DOCUMENTO DE MUNICH, 1972.Para esclarecer la naturaleza de la comunión se subrayó la relación entre fe y sacramentos. En 1984 tuvo lugar la tercera reunión de esta Comisión Teológica Mixta en Creta, del 30 de mayo al 8 de junio. El tema era: “Fe, Sacramentos y Unidad de la Iglesia”. Aunque el documento no se pudo presentar por falta de tiempo, fue un paso adelante en las cosas que unen y separan. En este mismo año 1984 se celebró el XI Centenario de la obra evangelizadora de los Santos Cirilo y Metodio, proclamados por el mismo Juan Pablo II copatronos de Europa en 1990. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 18 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org En 1987 tuvo lugar la cuarta reunión en Bari (Italia), tratándose la cuestión de los sacramentos de la iniciación. Fue reflejado en el llamado DOCUMENTO DE BARI. Dio la impresión de cierto fracaso, pues la Iglesia de Grecia y el Patriarcado Ortodoxo de Jerusalén se negaron a participar; otras dos Iglesias se retiraron durante la reunión, la Iglesia Ortodoxa de Serbia y Chipre. Para que no quedara la impresión de fracaso el arzobispo Mons. Magrassi invitó a la Comisión Mixta a continuar las discusiones, pasado un tiempo, en el mismo 1987. Para que Jerusalén y Grecia asistieran se abstendrían de proselitismo y uniatismo. En Bari se trató del Sacramento del Orden y la Sucesión Apostólica luego en el DOCUMENTO DE VÁLAMO de 1988. En 1989-90 el cambio político complicó las cosas, pues con la reclamación de templos y otras cosas por parte de la Iglesia católica y la vuelta del proselitismo uniata, las Iglesias Ortodoxas se negaron a continuar en la Comisión mixta. En abril de 1991 la Iglesia católica nombró administradores apostólicos para Moscú, Kazastán y Siberia. La protesta de Alexis II y la de los Patriarcas de Sofía, Bucarest y Belgrado fue inequívoca. Todos los Patriarcas denunciaron a la Iglesia católica por su proselitismo en territorios de la Ortodoxia. Este malestar tuvo su expresión más clara cuando todas las Iglesias ortodoxas, incluida la griega y armenia, rechazaron la invitación a la asamblea especial del Sínodo de los Obispos sobre Europa, en noviembre de 1991. Juan Pablo II supo ver una lección en esta postura que calificó de “kénosis del Sínodo” y puso un esmero especial hacia la reconciliación y el diálogo. Entre 1999-2000 la principal cuestión fue el uniatismo, reflejado en el DOCUMENTO DE BALAMAND de 1993 y en el DOCUMENTO DE BALTIMORE del 2000, cuestión a la que dedicarán más tiempo en un futuro próximo. Antes de continuar con la más inmediata actualidad, voy a destacar los documentos de Juan Pablo II respecto a la Iglesia Ortodoxa: En 1985 escribió la Carta Encíclica Slavorum appóstoli, dedicada a los santos Cirilo y Metodio. En 1988 publicó la Carta Apostólica Euntes in mundum dirigida a los fieles de la Iglesia católica en la conmemoración del Milenio del Bautismo de Rus, de Kiev. En 1988 también, la Carta Mágnum Bautismi dominum. En 1990 publicó el importantísimo Código de Cánones de las Iglesias orientales y puso al día el antiguo Directorio para la aplicación de los principios y normas sobre el ecumenismo (1993). En 1995 publicó la Carta Apostólica Orientale Lumen. El 7 de junio de 2003 fue entronizado en la catedral Ortodoxa Griega de San Demetrio de Madrid el primer Metropolita del Patriarcado Ecuménico, Mons. Epiphaneos de España y Portugal, que estuvo al cargo de esa Sede durante cuatro años, sin lograr ser recibido por el CardenalArzobispo de Madrid. Se aprecia por este gran número de documentos la preocupación de Juan Pablo II por las Iglesias ortodoxas. No se puede olvidar la participación de las Iglesias ortodoxas y especialmente del Patriarca Ecuménico Bartolomé I en el Año Santo del 2.000 en distintos actos de oración y petición de perdón las separaciones, así como la referencia de Juan Pablo II a la Ortodoxia en documentos con motivo de esa celebración jubilar. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 19 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org V.- RELACIONES CATÓLICO-ORTODOXAS EN EL SIGLO XXI. Benedicto XVI (2005...): continuación del diálogo. Desde el primer momento de su elección, Benedicto XVI dejó claro su compromiso con el ecumenismo, al que consideró sin marcha atrás. Por tanto, se vislumbraba radiante el futuro inmediato del diálogo católico- ortodoxo. Ahora vuelven las cuestiones planteadas en el Documento de Válamo sobre la Comunión eclesial, la Conciliaridad y la Autoridad. La proverbial enemistad entre polacos y rusos, de alguna manera se había hecho presente en la época de Juan Pablo II, en especial con el nombramiento del arzobispo de la nueva diócesis católica de la Madre de Dios en Moscú, para cuya sede se nombró al polaco Mons. Tadeus Kondrusiwiez, siempre impositivo y distante. El Papa Benedicto XVI junto al Patriarca Bartolomé I La acogida a Benedicto XVI fue excelente también en el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla desde el primer momento, como consta por los diferentes mensajes intercambiados, culminados en la recordada visita de Benedicto XVI a El Fanar en noviembre de 2006. Todos recordamos aquellos discursos e imágenes fraternas, sólo faltó una celebración conjunta de la Eucaristía. Con este viaje el Papa quería consolidar la posición del Patriarca Ecuménico frente a las pretensiones del de Moscú. Con la excelente acogida de Bartolomé I al libro del Papa sobre Jesús de Nazaret contestaba el Patriarca en 2007 a aquella visita papal de 2066 al igual que con sucesivas visitas patriarcales a Roma ha mantenido un constante diálogo entre ambas Iglesias. Fue el 2007 un año significativamente repleto de contenidos ecuménicos, desde su comienzo con la Semana de la Unidad cuyo tema fue el diálogo reflexionando sobre el pasaje bíblico: “Hace oír a los sordos y hablar a los mudos” (Mc. 7,37), hasta el famoso informe sobre la situación del ecumenismo pronunciado por el cardenal Kasper ante los cardenales. En la Ortodoxia tres Patriarcados lograban una curiosa actividad ecuménica: Constantinopla, Moscú, Rumania. A lo largo del año fueron suplantándose con acontecimientos. El 13 de marzo Putin, el presidente de Rusia, visitó al Papa. Su visita era de contenido político pero también religioso, un tanto en nombre Alexis II. El 17 de mayo es cuando Bartolomé I da la bienvenida a la publicación del libro del Papa, tan importante, dice, para el buen entendimiento ecuménico. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 20 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org El 17 de mayo el turno lo toma Rusia unificando las dos tendencias ortodoxas que habían durante tanto tiempo desunido a la Iglesia en Rusia. Fue un acontecimiento ecuménico, lleno de solemnidad y gozo. El 12 de junio irrumpe en la escena ecuménica con su visita a Roma el Metropolita Chrisóstomos II de Chipre, a fin de construir nuevos puentes de reconciliación y acercamiento. El 16 de junio de 2007 fue entronizado en la catedral Ortodoxa Griega el segundo Metropolita de esta diócesis, Mons. Policarpos de España y Portugal. A este acto acudió el obispo auxiliar de Madrid, Mons. Fidel Herráez Vegas. Meses después fue recibido en una corta audiencia por el Cardenal de Madrid. En julio aparece en Roma el documento del Consejo Pontificio de la Doctrina de la Fe sobre: “respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia”. La falta de concreción de su título nos hace ya comprender su falta de precisión, repitiendo, más o menos, postulados del documento de infausta memoria de dicho dicasterio titulado: “ Dominus Jesús”. ¿Qué se pretendía, ahora con esto, a las puertas de la III Asamblea Ecuménica Europea de Sibiu (Rumania)?. Fue un considerable percance antes de esa Asamblea, a punto de dar al traste con ella, y fue motivo de controversias en la misma celebración de la Asamblea, en cuyo asunto el cardenal Kasper pudo demostrar a todos su sabiduría, verdad y humildad, como consta en tantas crónicas y, entre otras, en las aparecidas en el semanario religioso Vida Nueva de mediados de septiembre de 2007 y en la revista de ecumenismo Pastoral Ecuménica, nº 72, septiembre-diciembre 2007. El 30 de julio falleció en Bucarest el anciano Patriarca Teoctist, de 92 años, campeón de la unidad cristiana, como se expresa en el nº 72 también de Pastoral Ecuménica, dejando ya a punto la celebración de la Asamblea Ecuménica de Sibiu. El Papa Benedicto XVI envió al Metropolita Daniel un mensaje de condolencia. En agosto se produjo un ataque del gobierno turco al Patriarca Bartolomé I, desposeyéndolo, absurdamente, de su título de Patriarca Ecuménico. No era el primer ataque. En el 1964, con Atenágoras I, intentó el gobierno turco expulsar de su territorio al Patriarcado de Constantinopla. Entonces la cristiandad entera, con Pablo VI a la cabeza, se levantó contra este intento. Ahora ha ocurrido otro tanto, con lo que otra vez ha quedado demostrado la fraternidad eclesial, incluso la del Patriarcado de Moscú. El 8 de agosto el cardenal Roger Ectchegaray asistió al X aniversario de la consagración de la Catedral de Novosibirsk. (tras el comunismo en Rusia el Patriarca Alexis fue rehabilitando catedrales y monasterios) portaba el cardenal un mensaje de Benedicto XVI para el Patriarca de Moscú y días después la Conferencia Episcopal Italiana destacó representantes suyos a Moscú, lo que estuvo a punto de lograr un viaje de Alexis II a Italia. El 15 de agosto obispos italianos celebraron la festividad de la Dormición de la Virgen María en la Catedral de Cristo Redentor de Moscú, preparado todo ello por el Metropolita Kiril de Smolesnsco y Kalingrado, a la sazón y desde hacía años Responsable del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado Ortodoxo Ruso. Del 4-9 de septiembre tuvo lugar en Sibiu (Rumanía) la celebración de la III Asamblea Ecuménica de Europa. Debido a su celebración en su tercera y final etapa en este país ortodoxo (las dos anteriores tuvieron lugar en Roma y Witenberg respectivamente en meses anteriores), cobró importancia la presencia de la Iglesia ortodoxa y entre los asistentes y participantes, JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 21 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org además del Patriarca Bartolomé I, pudimos ver y hasta saludar al Metropolita Daniel, pocos días después Patriarca de Rumanía, y al Metropolita Kiril de Smolensco y Kalingrado, en la actualidad Patriarca, de Moscú. Sinceramente, una gran perspectiva ecuménica en un cercano horizonte. En Pastoral Ecuménica, nº 72 se publicaron muchos aspectos de esa Asamblea Ecuménica. El 12 de septiembre era elegido Patriarca de Rumanía el citado Metropolita Daniel, al que antes de morir Toctist, estuvimos a punto de invitar a uno de los Congresos de Ecumenismo del Centro Ecuménico de Madrid. Del 16-19 de septiembre de este 2007 en la isla de Tinos se celebró un simposio entre católicos y ortodoxos sobre: “San Juan Crisóstomo, puente entre Oriente y Occidente”, al que llegó una carta de Benedicto XVI subrayando la importancia del intercambio universitario para la causa de la unión cristiana. Del 13-18 de este mismo mes el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla celebró también otros Simposio científico en Estambul al que asistieron las figuras más grandes de la Ortodoxia. El 21 de septiembre Mons. lo Pezzi fue nombrado nuevo arzobispo católico de la diócesis de la Madre de Dios de Moscú, sustituyendo a Mons. Tadeus Kondrusiewiez. Desde su llegada a este cargo las relaciones entre Moscú y Roma han sido fluidas y agradables para las dos Iglesias. Del 1-4 de noviembre de 2007 Alexis II realizó un viaje por Europa. Visitó el Consejo de Europa, Estrasburgo, la diócesis ortodoxa rusa de Quersonerso (Francia) y París, donde fue especialmente agasajado con un culto en Notre Dame. Acompañado del arzobispo de París, veneró la corona de espinas y se reunió con la Conferencia Episcopal Francesa. Este viaje fue comentadísimo y, sin duda, supuso un considerable acercamiento entre la ortodoxia rusa y la Iglesia católica. Los pasos, lentos pero debidamente encaminados, iban acercando a las jerarquías de ambas Iglesias. El 11 de noviembre consagró el Metropolita Kiril de Smolensco y Kalingrado una Iglesia ortodoxa rusa en Altea (Alicante) y fue saludado por Mons Palmero, obispo católico de Alicante. En la reunión de Rávena de 2007 retornaron las cuestiones planteadas al final de dicho documento sobre los temas indicados. A pesar de todo algún diálogo continuó y, sobre todo, los signos de fraternidad: visitas mutuas, mensajes, comunicados, devolución de reliquias, etc. Por fin, se reanudaron las reuniones de la Comisión Teológica Mixta en la Asamblea Católico-ortodoxa de Rávena en octubre de 2007, donde se han continuado los temas eclesiológicos pendientes. Metropolita Kiril de Smolensco y Kalingrado Con el título de Comunión eclesial conciliaridad y autoridad, aparece en una nueva Declaración Conjunta el trabajo realizado en esa reunión de Rávena. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 22 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org La Koinonía ha sido el punto de partida para exponer el sentido de conciliaridad de la Iglesia desde donde se ha profundizado en la Iglesia local, la regional y la universal. En cada una de estas partes se manifiesta qué es la autoridad en la Iglesia, siempre en Koinonía o comunión y participación activa de todos: fieles laicos, clérigos y jerarquías. Al finalizar, en el DOCUMENTO DE RÁVENA se exponen los principios de la figura del primado desde su realidad histórica y concluye a este respecto que “la función del obispo de Roma en la comunión de todas las Iglesias deberá ser objeto de estudio más profundo”. Refiriéndose a la reunión de Rávena dice que “constituye un avance positivo en nuestro diálogo y proporciona una base sólida para la futura discusión de la cuestión del Primado en la Iglesia”. El año 2008 tuvo también mucha trascendencia en las relaciones Católico-Ortodoxa. El 28 de enero falleció Christodoulos, Arzobispo Greco-Ortodoxo de Atenas, que años antes había recibido aquella importantísima visita de Juan Pablo II a la Iglesia Autocéfala de Grecia. El 7 de febrero de ese 2008 fue elegido Arzobispo de la Iglesia Auticéfala de Grecia el Metropolita Hierónimos de Tebas . El 22 de febrero murió el Metropolita del Patriarcado ecuménico de constantinopla, Mons. EmilianosTimíadis, tantos años representante de ese Patriarcado en el Consejo Mundial de las Iglesias y gran amigo de D. Julián García Hernando, coofundadores de las Jornadas de Ecumenismo para religiosas/os . En mayo de ese mes el Patriarca de los Ármanos Karekin II visitó en Roma al Papa Benedicto XVI. EL 29 de junio el Patriarca Bartolomé I pedía que se complete el camino de la unidad de los cristianos en su homilía en la misa de la festividad de San Pedro Apóstol en el Vaticano. El 30 de junio el arzobispo Paolo Pezzi, que recibía el palio en Roma, dijo que creía que el camino ecuménico prosigue a pesar de las dificultades. El 24 de septiembre el Patriarca Ecuménico defendía el ecumenismo como instrumento de paz ante el Parlamento europeo. El 5 de diciembre de 2008 murió el Alexis II Patriarca de Moscú y de todas las Rusias. Fue él quien con verdadero acierto supo reconstruir la Iglesia Ortodoxa Rusa de la catástrofe de las décadas del Comunismo en Rusia, aunque por las circunstancias apuntadas no pudo abrir esa Iglesia al diálogo con Roma. Todavía de mayor importancia en las relaciones Católico-Ortodoxas comenzó a ser al año 2009, por la importancia ecuménica de la sucesión en el Patriarcado Ortodoxo de Rusia . El 27 de enero de 2009 era elegido XVI Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa el Metropolita Kiril de Smolensko y Kalimgrado ,hasta entonces encargado de la Iglesia Rusa Sede Vacante y durante largos años responsable de las Relaciones Exteriores de esa Iglesia. JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. El patriarca de Moscú y de todas las Rusias Alexis II pág. 23 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org El 1 de febrero de 2009 era entronizado en la Sede Patriarcal de Moscú Kiril II, durante muchos años cercano al fallecido Metropolita Nicodemos y al mismo Patriarca Alexis II, buen teólogo, ecumenista, avezado al diálogo y esperanza para la unidad entre las Iglesias ortodoxas y entre la Iglesia Ortodoxa y la Católica. El 2 de febrero de 2009 el Papa envía un mensaje de felicitación por su entronización al Patriarca Kiril II; ese mismo día el Patriarca de Moscú recibe a la delegación católica en al entronización. El 4 de febrero el nuevo Patriarca ruso dice que espera un mayor diálogo con los católicos. Misa ecuménica encabeza por Benedicto XVI, en la que participó el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I El día 6 de febrero el Patriarca Ecuménico Bartolomé I espera que la elección de Kiril II conduzca a la unidad ortodoxa y confía en la posibilidad de la celebración del esperado, grande y santo Sínodo Panortodoxo. Resulta significativa esta petición del Patriarca Ecuménico acerca del Sínodo Panortodoxo, sobre el que toda la Iglesia Ortodoxa lleva pensando casi 50 años, sin lograr hasta el momento su reunión. Sería, indudablemente, un grandísimo avance hacia la unidad especialmente con la Iglesia Católica, pues es imprescindible la unidad de la Ortodoxia entera para el definitivo acercamiento entre todas las Iglesias. Para dar contestación a Roma acerca de la asistencia de observadores al Concilio Vaticano II se celebraron la I y II Conferencia en Rodas, en otoño de 1962. Para decidir una acción ecuménica con Roma y las Iglesias Ortodoxas tuvo lugar la III Conferencia de Rodas, en 1964. Rodas IV se celebró en 1967 para ver la posibilidad del Concilio Panortodoxo, Conferencia que tuvo lugar en Cambersy. En 1976 la Comisión Panortodoxa pro Sínodo se reunió en una primera fase y en 1967, segunda fase la Comisión Interortodoxa. ¿Se celebrará algún día, debido especialmente a la dificultad de la elección del tema central el Sínodo panortodoxo?, era la pregunta que circulaba por las Iglesias Ortodoxas en 1979 y, en septiembre de 1982, tenía lu- JOSÉ LUIS DÍEZ MORENO De las separaciones al encuentro:…intenso diálogo católico-ortodoxo. pág. 24 de 25 CENTRO ECUMÉNICO “MISIONERAS DE LA UNIDAD” http://www.centroecumenico.org C/ José Arcones Gil, 37, 2º - 28017 MADRID (España) Email: infoekumene@centroecumenico.org gar la II Conferencia Panortodoxa Preconciliar. Desde entonces nada importante ha podido concretarse respecto a la imprescindible celebración de ese Concilio Panortodoxo. El 13 de febrero en un mensaje de agradecimiento a Benedicto XVI por su felicitación en la Sede de Moscú, Kiril II pide al Papa proseguir el diálogo ecuménico. El 24 de febrero de 2009 el cardenal Kasper visitó por primera vez al Arzobispo Hierónimos de Atenas, sucesor desde hacía un años del arzobispo Christómos, de la cual el cardenal regresó muy satisfecho. El 2 de marzo de 2009, en un mensaje por la entrega a la Iglesia ortodoxa rusa del templo de San Nicolás de Bari, Benedicto XVI confiesa su nostalgia por la plena unidad con los ortodoxos. Tras estos innumerables y positivos contactos Católico-Ortodoxo la esperanza sube de grados con respecto a la posibilidad de un serio acercamiento entre ambas Iglesias. La fraternidad y, especialmente, el conocimiento entre ambas es considerable. No cabe duda que la llegada de Kiril II de Moscú va a contribuir mucho a los posteriores encuentros entre las mismas Iglesias Ortodoxas y con la Iglesia Católica. El diálogo entre los cristianos, base del ecumenismo, ha crecido de manera potente a lo largo del siglo XX y aumenta claramente en lo que llevamos del siglo XXI. Ante esta perspectiva se precisa intensificar el ecumenismo espiritual y también el teológico. Para nosotros en particular es imprescindible conocer bien la trayectoria de ese diálogo con hechos y documentos. La mayoría de los existentes quedan citados en este trabajo. Convendría disponer de otro elenco semejante de documentos del diálogo entre la Iglesia Católica, la Iglesia Anglicana, la Luterana, las de la Reforma y las demás Iglesias Protestantes. Sin duda, la celebración del primer centenario del comienzo del ecumenismo en Edimburgo 1910, puede contribuir al interés y la necesidad de este conocimiento para el aumento de nuestro ecumenismo. 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