Debilidad externa Las cuentas externas del País reflejan

Anuncio
Debilidad externa
Las cuentas externas del País reflejan algunos flancos débiles que de
continuar su tendencia podrían convertirse en problema.
Tradicionalmente, México ha observado un déficit en sus transacciones
de mercancías y servicios (denominado cuenta corriente), que por ser
en divisas requiere que el país obtenga ingresos de fuera por la vía del
endeudamiento o de la inversión foránea (conceptos que se registran en
la llamada cuenta financiera). En el primer trimestre de 2016, el faltante
de divisas ocasionado por el déficit de la cuenta corriente ascendió a
casi 7 mil millones de dólares, mismo que logró financiarse con un
superávit (sobrante) de la cuenta financiera de 8.6 mil de millones de
dólares. La debilidad que comienza a manifestarse en las cuentas
externas no está en la brecha de divisas del déficit de la cuenta
corriente, ya que los ingresos obtenidos del endeudamiento y la
inversión del exterior han sido suficientes para financiarla y para
acumular reservas internacionales moderadamente, situación que
previsiblemente continuará el resto del año. Los problemas potenciales
de las cuentas con el exterior se ubican en tres áreas: un descenso
generalizado de las exportaciones no petroleras, especialmente las
automotrices; una tendencia a la baja de la inversión extranjera y una
salida considerable de capitales mexicanos al extranjero. En mayor o
menor medida todos estos aspectos han contribuido recientemente a la
debilidad del peso frente al dólar. Como es bien sabido,
aproximadamente 4 de cada 5 dólares de exportaciones mexicanas
provienen de EU. A pesar de que dicha economía va en ascenso,
nuestras exportaciones no petroleras caminan en sentido contrario. El
Inegi acaba de reportar que estas ventas al exterior disminuyeron 4.1
por ciento anual durante enero-abril de 2016. Es especialmente
preocupante que las exportaciones automotrices han caído 2.7 por
ciento en promedio en dicho cuatrimestre, en contraste con el aumento
de 5.1 por ciento logrado en 2015 y de 11.9 por ciento de 2014. Más
aún, en los pasados 20 meses el peso se ha devaluado más de 20 por
ciento con respecto al yuan de China, ventaja de costo que no ha
ayudado a que los productos mexicanos desplacen a los de China en el
mercado estadounidense, lugar en el que están en una competencia
constante. Por su parte, la inversión extranjera directa alcanzó casi 8
mil millones de dólares durante el primer trimestre de 2016. Los voceros
de la Secretaría de Economía (SE) presentaron esto como un logro
extraordinario al publicar que "representa la cifra preliminar más alta
para un primer trimestre en toda la historia del indicador". El mensaje
es una manipulación burda de la realidad. Las cifras de la balanza de
pagos del Banco de México -las más fidedignas para registrar las
entradas y salidas de divisas del País- muestran claramente el intento
de engaño. La inversión extranjera directa observada entre enero y
marzo de 2016 es 15 por ciento menor a la del mismo periodo del año
anterior y 32 por ciento más baja que la del primer trimestre de 2014.
México está perdiendo lustre para los inversionistas externos, por más
anuncios grandilocuentes de algunas autoridades en la materia.
Finalmente, entre enero y marzo de este año se observó "una expansión
de los depósitos en el exterior propiedad de residentes en México por 10
mil 924 millones de dólares", según el reporte de la balanza de pagos
del Banco de México. La incertidumbre y la volatilidad del precio del
petróleo y de las tasas de interés han calado en todos los inversionistas
internacionales, que buscan un refugio más seguro para su patrimonio y
los del país no han sido la excepción. Si bien no se anticipa un
naufragio, el navío de las cuentas externas está haciendo agua por
varios lados, razón adicional para que las autoridades refuercen las
medidas estabilizadoras.
Socio de GEA Grupo de Economistas y Asociados
Descargar