Reflexión sóbre Rajab la próstituta Entrar en cualquier casa de gobierno o palacio y cien por cien seguro que en la sala de entrada o en un lugar importante vas a encontrar un salón de la fama; una galería donde ponen retratos de los grandes, que sean reyes o presidentes. Hasta en Quebracho Herrado, entras en la municipalidad y casi el primer cosa que vas a ver es todas las fotos de los intendentes del pueblito. Saben que la Biblia también tiene su salón de la fama? Donde podemos encontrar “retratos escritos” de los más grandes de la fe? Vamos a Hebreos 11. El capítulo empieza; 11 Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. 2 Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Y ahora sigue con los retratos de aquellos antiguos importantes. Versículo 4 por la fe Abel. V 5 Por la fe Enoc. V 7 Por la fe Noé. V8 Por la fe Abraham. V11 Por la fe Abraham y Sara. V20 Por la fe Isaac. V21 Por la fe Jacob. V22 Por la fe José. V23 Por la fe Moisés. V31 Por la fe la prostituta Rajab. La prostituta Rajab? Que hace aquí una prostituta? Que hace aquí una prostituta en el salón de la fama con el único hombre justo y recto, Noé, y con el padre de la fe, Abraham, o con el gran líder del éxodo, Moisés? Sería como sacarle una foto a una chica que trabaja en la plaza Vélez Sarsfield y colgarla en el Palacio de Córdoba. Estamos todos locos. Que sabemos de Rajab? Era prostituta. La Biblia menciona a Rajab en unas pocas veces, pero en casi todas las veces que la nombra es como “Rajab la prostituta” o “la prostituta Rajab”. O sea, era prostituta y era prostituta. Vivía en la ciudad de Jericó y la vamos a encontrar en el libro de Josué, capítulo 2. Hasta ahora, la historia va más o menos así. Hace cuarenta años Dios había liberado a los israelitas de la esclavitud en Egipto, con Moisés. Dios prometió que iba a llevar a los judíos a la tierra prometida. Pero, por desobediencia de la gente Dios se enojó, y los hizo esperar cuarenta años dando vueltas en el desierto. Por fin llegaron a la frontera de su tierra, y Dios dice aquí estamos, eso es la tierra que ahora les doy. Y aquí muere Moisés, ahora asume el liderazgo Josué. Llegamos a capítulo 2 del libro de Josué. Están por tomar posesión de la tierra. Josué envía dos espías con la a dos espías con la siguiente orden: “Vayan a explorar la tierra, especialmente Jericó”. Cuando los espías llegaron a Jericó, se hospedaron en la casa de una prostituta llamada Rajab. Sabemos que Jericó era una ciudad, pero no una ciudad grande como Córdoba, ni siquiera como San Francisco. Dicen que la “ciudad” de Jericó habría tenido una población de unas 3 mil personas; en los términos de hoy, era un pueblo. Pertenecía a la tierra de los Canaanitas, y Rajab vivía ahí, o sea ella era Canaanita. Podemos adivinar que la casa de Rajab estaba en la orilla de pueblo. Si pensamos hasta el día de hoy, en el Triangulo, o en las salidas de la Ruta 19, casi todos los prostíbulos, y moteles se encuentran en las orillas de la ciudad. Así cuando llegaron los espías, la primera casa que encontraron fue la de Rajab. Pero, versículo 2 el rey de Jericó se enteró de que dos espías israelitas habían entrado esa noche en la ciudad para reconocer el país. 3 Así que le envió a Rajab el siguiente mensaje: «Echa fuera a los hombres que han entrado en tu casa, pues vinieron a espiar nuestro país.» Una vez yo fui apuradísima a Quebracho Herrado, tenía que hablar con la municipalidad. Estacioné el auto afuera, entre, hable, y rajé. La semana después, volví a Quebracho, y fui a visitar a una nonita amiga. Ni siquiera la saludé y me dice “porque viniste la semana pasada y no me viniste a visitar?” En los pueblos chicos no podes destornudar sin que todo el mundo se entere. Así, como todo el mundo sabía que Rajab era prostituta, también en seguida llegaron a saber que tenía dos espías israelitas alojados en su casa. Pero, versículo 4, 4 Pero la mujer, que ya había escondido a los espías, le respondió al rey: «Es cierto que unos hombres vinieron a mi casa, pero no sé quiénes eran ni de dónde venían. 5 Salieron cuando empezó a oscurecer, a la hora de cerrar las puertas de la ciudad, y no sé a dónde se fueron. Vayan tras ellos; tal vez les den alcance.» 6 (En realidad, la mujer había llevado a los hombres al techo de la casa y los había escondido entre los manojos de lino que allí secaba.) 7 Los hombres del rey fueron tras los espías, por el camino que lleva a los vados del río Jordán. En cuanto salieron, las puertas de Jericó se cerraron. Ahora tenemos otra calidad de Rajab. Además de ser prostituta, también era una mentirosa bárbara. Tenía tanta capacidad de mentir que hasta los soldados del rey le creyeron y salieron por donde ello dijo para poder alcanzar a los espías, que en realidad estaban escondidos en el techo de su propia casa. Fueron los soldados y Rajab sube al techo para hablar con los espías. Die, versículo 9 —Yo sé que el SEÑOR les ha dado esta tierra, y por eso estamos aterrorizados; todos los habitantes del país están muertos de miedo ante ustedes. 10 Tenemos noticias de cómo el SEÑOR secó las aguas del Mar Rojo para que ustedes pasaran, después de haber salido de Egipto. También hemos oído cómo destruyeron completamente a los reyes amorreos, Sijón y Og, al este del Jordán. 11 Por eso estamos todos tan amedrentados y descorazonados frente a ustedes. Yo sé que el SEÑOR y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra. Y aquí tenemos la fe de Rajab. Yo sé que el SEÑOR y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra. Hemos leído recién en Hebreos que la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Rajab no era una mujer educada, no había recibido de abogada. Tampoco llevaba una vida moral; era prostituta y mentirosa. Tampoco era gran líder como Moisés o Abraham. Tampoco era gran teóloga. Pero sí reconocía a su Dios. Expresaba su fe en una forma sencilla “Yo sé que el Señor es Dios”, pero con esta misma fe sencilla, cuando llegó el momento a elegir para quien jugar, eligió el verdadero Dios. Por eso, no vamos a leerlo ahora pero después leen a Josué capítulo 6. Es toda la historia de cómo conquistaron a Jericó y como en medio de la batalla rescataron a Rajab y a su familia, y concluye versículo 25 que desde entonces, Rajab y su familia viven con el pueblo de Israel. Y eso es la historia de cómo Dios en su gracia escogió a una prostituta que puso su fe en él. Yo quiero destacar dos puntos para nosotros hoy. El primero es un desafío. Si pensamos en las personas Biblicas, tenemos los héroes; Moisés, David, Josué, Abraham… pero Dios nombra a Rajab en su salón de la fama. Los seres humanos nos gusta compararnos. Escuchar a cualquier grupo de mamás en la puerta de la escuela y dentro de dos minutos empiezan con las comparaciones; quien tiene el hijo que sabe escribir su nombre, que sabe leer, que juega futbol, o que se porta mejor (o peor)? A mí me tienen como la mamá más terrible del mundo porque mis chicos andan desnudos y juegan con barro! Pero siempre queremos tener un imagen de quien está por arriba y quién está por abajo. Si pienso en mi vida, a quién pongo en un pedestal; un pastor querido? Un misionero famoso? Y a quien tengo por abajo; las chicas que trabajan en la Vélez Sarsfield? Yo tengo una amiga que dos por tres viene a mi casa para mendigar. Me vuelve loca, y a veces le hablo mal. Pero Dios me dice que delante de él no existe una jerarquía; todos venimos a él, y encontramos que delante de Dios, todos pisamos la misma tierra plana. Y así una prostituta mentirosa termina en el salón de la fama, junto con Abraham y Moisés. Pero pensamos en su pecado, pensamos en los hombres con quien se acostaba, pensamos en su testimonio terrible, pensamos en su promiscuidad… Si pensamos en todo, dice Dios. Yo sé todo eso, pero mi gracia es mas grande de todo su pecado. Y eso es el segundo punto que quiero destacar. Por un lado la historia de Rajab nos desafía, y por el otro lado nos da esperanza. Rajab da esperanza a todas las personas caídas, doloridas quien se miran en el espejo y piensan que no tienen esperanza. Pero no existe una persona sin esperanza porque Rajab era una prostituta y ahora ella está con Jesús por la gracia de Dios. No las conozco bien a todas, pero todos tenemos cosas de nuestras vidas pasadas, y aún también todas tenemos cosas de nuestras vidas presentes que tenemos que vencer todavía, así si estás escuchando eso y sentís que no sos digno, la buena noticia es eso, que no hay pecado ni pasado ni presente que está afuera del alcance de la gracia de Dios. No existe un pozo tan profundo que el amor de Dios no sea más profundo todavía. Y para terminar, como concluye la historia de Rahab? Sabemos que fue rescatada de Jericó, y que vivió para siempre con las israelitas. Y si vamos a Mateo 1:5-6 descubrimos que Rajab se casó con un hombre que se llamaba Salmon, y juntos tuvieron un hijo llamado Booz, y si seguimos leyendo termina la historia con el nacimiento de Jesús. O sea la Rajab la prostituta termina siendo parte de la misma familia de Jesús. Y si somos amigos de Jesús, un día vamos a encontrarnos con Rajab en el cielo y vamos a descubrir que ahora no se la conoce más como Rajab la prostituta, sino Rajab, hija de Dios.