1 Autor: Ricardo Moreno Rodríguez Colección: Mi Pajarito Correo: ricardocenes@gmail.com Página web: http://www.mipajarito.org Depósito legal: GR-4215-2011 y GR-2115-2013 Gestión técnica: Francisco José Moreno Llorca Obra licenciada bajo: Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported puede ver información sobre esta licencia en: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/ 2 Querido amigo o amiga: Éste que ves en la portada soy yo, Gioachino Rossini, músico italiano nacido al final del siglo XVIII y que viví a lo largo de gran parte del siglo XIX; la época que me tocó vivir estuvo marcada en toda Europa por dos grandes revoluciones sociales, en los años 1830 y 1860, como consecuencia de la Revolución Francesa de finales del XVIII; además, en Italia hubo otro factor desestabilizante que fueron las guerras del emperador Napoleón contra el Papado y más tarde la invasión de Austria. MI INFANCIA Nací en la pequeña ciudad de Pésaro a orillas del Mar Adriático, el 29 de Febrero de 1792 (un año antes había muerto Mozart); esta zona de Italia pertenecía a los territorios del Papa. Mi padre se llamaba Giuseppe Antonio Rossini, era inspector de carnicerías y además un excelente intérprete de corno inglés – un instrumento de viento y madera parecido al oboe-. En la guerra de Napoleón contra el Papa mi padre se puso de parte de Napoleón por su mentalidad liberal y cuando éste se retiró, tuvo que ir a la cárcel como represalia. Aquí tienes la plaza y el castillo de mi pueblo. Mi madre se llamaba Anna, hija de un panadero, y era una buena cantante de modo que ambos se ganaban la vida cantando por los teatros italianos por lo cual yo pasaba largas temporadas con mi abuela que me cuidaba con mucho cariño; vivíamos en una casa de vecinos mezclados 3 como si fuéramos una gran familia. Cuando yo tenía cuatro años mis padres se trasladaron al pueblecito de Lugo, cerca de Rávena y allí aprendí a tocar el corno inglés con mi padre y a cantar con el canónigo del pueblo que además me enseñaba muchas partituras de música por lo que me familiaricé más todavía con el mundo de la música escrita tocando en una vieja espineta -sencillo instrumento de percusión anterior al clave, con teclado cuyas cuerdas las hacías vibrar unas púas (espinas) de ala de cuervo. En este mapa tienes Italia con algunas de sus principales ciudades. Cuando mi padre fue hecho prisionero mi madre y yo nos trasladamos a Bolonia en 1806 donde ella tuvo que dejar de cantar porque tenía que trabajar para vivir los dos hasta que mi padre saliera de la cárcel; yo pude entrar en la Academia Filarmónica con catorce años donde estudié canto, piano, chelo y armonía; me costaba mucho la disciplina y el estudio serio por mi carácter y por mi infancia callejera pero aproveché mucho para poder afrontar el futuro. Con doce años ya compuse seis sonatas para piano a cuatro manos. MI JUVENTUD Cuando la voz de niño fue cambiando a la de hombre me encontré con una buena voz de tenor-barítono y organizaba coros para ir por las fiestas de los pueblos y estudiaba sobre todo la música de Haydn y de Mozart. 4 Éste era yo por aquellos años. Con estos conocimientos y mi intuición empecé a componer pequeñas piezas musicales que gustaban a todos, sobre todo a mis padres y así entre bromas y veras y empujado por mis amigos escribí mi primera ópera que se tituló “Demetrio y Polibio” que se representó en 1812: había nacido en mí lo que llevaba dentro y había mamado en mi familia “la ópera” y a ella dediqué en adelante gran parte de mi vida. Cuando cumplí los diecisiete años el teatro de San Moisés de Venecia me encargó la música para un ópera bufa (de tema divertido) “El cambio de matrimonio”; esto fue un gran paso para mí porque Venecia era uno los principales centros operísticos de Italia, pero la que me dio el gran empujón fue la ópera “El engaño feliz” cuyo éxito me proporcionó trabajo casi durante diez años ¡está bien!¿ no? Conocí en esta época a un joven impresor de música al que me presenté con un manuscrito sin muchas esperanzas de que me oyera pero era un hombre que tenía confianza en las nuevas generaciones de músicos y me vi de pronto con algunas de mis obras impresas y las puertas abiertas para al futuro; él fue el creador de la gran editorial de música Ricordi. Aquí tienes otro retrato mío de aquellos entonces. MI MADUREZ Una ópera -como sabrás- es una obra teatral toda ella cantada de principio a fin: además de idear las melodías hay que hacer las partituras para todos los instrumentos de la orquesta uno por uno y lo malo era que había que componerla en el corto plazo de uno o dos 5 meses antes de estrenarla; yo procuraba tener ya muchos apuntes de melodías y trozos que luego colocaba con buen tino. En los teatros de los pueblos yo acompañaba las representaciones con un clavicémbalo (piano) en el que componía. A Venecia volví para estrenar en el teatro La Fenice mi primera gran ópera seria “Tancredi” que hablaba de los amores, celos y duelos entre caballeros como en la Edad Media; me dice mi pajarito que una escena de esta obra la parodió Richard Wagner en la suya “Los Maestros Cantores de Viena”, lo cual sin duda es para mí un gran orgullo. Éste es el interior del teatro La Fenice en Venecia. Mi vida se convirtió de esta manera en una frenética carrera de ciudad en ciudad, de teatro en teatro para la representación de mis óperas, para dirigir los ensayos, enseñar las melodías a los cantores, preparar la escenografía y tratar de agradar al público de cada lugar lo que no era del todo fácil; algunas veces tenía que hacer arreglos, mezclar de trozos de varias óperas... algunos decían que me copiaba a mi mismo ¿y a quién mejor, no te parece? Me faltaba ir al sur de Italia que formaba el Reino de las Dos Sicilias y que estuvo algún tiempo en poder de la Corona de España, primero con el reino de Aragón, luego con el emperador Carlos V y con los reyes Felipe III y Felipe IV. En Nápoles fijé mi residencia y tuve la suerte de hacer muy pronto amistad con el gran empresario Domenico Barbaia que al poco tiempo me encargó varias óperas para sus dos teatros en la ciudad, sobre todo el San Carlos, el más grande de Italia, y el del Fondo; los napolitanos estaban hartos de la ópera francesa y mi papel fue crear una ópera al estilo italiano, de gran categoría y con un estilo más alegre y mediterráneo; para este trabajo tenía que viajar mucho a Roma. 6 Allí tuve otro encuentro muy afortunado: conocí al tenor español Manuel García, algo mayor que yo, con una voz extraordinaria y mucha habilidad para la enseñanza del canto; con él consultaba dudas sobre los personajes de mis óperas y pensando en su voz escribí el papel del Conde Almaviva de El Barbero de Sevilla que luego llevó por Europa y América con su compañía. También cantó conmigo su hija María Malibrán que fue una gran soprano admirada en toda Europa y América. Estos son Manuel y su hija Malibrán. Esta ópera trata de cómo el barbero sevillano Fígaro -que presumía de ser un “factotum o hacelotodo”- logra con una infinidad de trucos y argucias que Rosina se case con el Conde Almaviva rompiendo los planes de D. Bartolo que pretendía casarse con ella para heredar su gran fortuna. Aquí tienes escena de la obra. una La primera noche del estreno fue catastrófica: los partidarios de otro músico ya mayor que había escrito otra ópera con el mismo nombre estaban muy enfadados, se rompió una de las cuerdas de la guitarra del protagonista, un gato atravesó la escena en plena actuación...; 7 yo me lo tomé con buen humor y al final salí con los actores a aplaudir al público. No quise asistir a la representación del segundo día -te puedes imaginar por qué-; pues bien, al acabar la ópera todo el público se fue hacia mi casa aplaudiendo y voceando mi nombre: me asomé al balcón y saludé a todos con mucha alegría y... a seguir con la tarea. Mi pajarito me dice que esta ópera ha sido muy solicitada por el público de todos los tiempos hasta el punto de haber hecho sombra a otras óperas mías de extraordinaria calidad. En 1817 estrené la “Cenicienta”, ópera cuyo argumento te es conocido ¿verdad que sí? Pues ya sabes, la historia de una joven criada que se convierte en esposa del rey y que perdona generosamente a sus hermanastras que le habían hecho la vida imposible. Aquí tienes una escena de esta divertida ópera. Sobre 1818 me puse muy enfermo y estuve mucho tiempo recuperándome; cuando lo conseguí, en uno de los viajes que hice con Domenico Barbaia a Viena en 1820 tuve la inmensa alegría de conseguir una entrevista con Beethoven, ya muy mayor; nos recibió en su pobre y desordenada casa pero fue muy amable conmigo: conocía mi música y me la alabó grandemente y al despedirme me dijo: “Escribe muchos Barberos...” como diciendo: “escribe de esa manera y seguirás teniendo éxito” y así lo hice y así fue. Este retrato es de Beethoven en su madurez. Me enamoré de una bella cantante, amante de Barbaia, que era de origen español y se llamaba Isabel Colbran con la que acabé casándome en el año 1822 8 aunque el matrimonio funcionó de aquella manera; de todas formas viajamos mucho por Francia e Inglaterra con mucho éxito para ambos, tanto que dos años después nos instalamos en París donde fui nombrado director del Teatro Italiano y a donde llevé a las mejores voces italianas del momento. Como es lógico tuve que componer algunas óperas en francés entre ellas la que fue mi última gran ópera Guillermo Tell. Ésta era mi bella mujer Isabel Colbran. Después de esta ópera, a pesar de ser joven todavía, abandoné la composición de óperas: ya había producido bastantes (40); corrían aires nuevos en el estilo operístico (Bellini y Donizetti), estaba cansado de tanto ir y venir y quería llevar una vida más tranquila, disfrutar de los amigos, de la buena cocina (yo era muy buen cocinero) y no tenía preocupación por el dinero porque el gobierno francés me había concedido una pensión vitalicia. Nos volvimos a Bolonia y desde entonces escribía piezas musicales sencillas para las veladas con los amigos y algunos compromisos de piezas religiosas como un Stabat Mater, encargo de la catedral de Sevilla de la cual recibí como regalo una hermosa tabaquera de oro; también compuse una Pequeña Misa Solemne donde introduje mujeres en el coro cosa hasta entonces prohibida para lo cual tuve que pedir permiso al Papa. Me separé de Isabel y viví el resto de mi vida con otra cantante Olympie Pellisier con la que me casé a la muerte de Isabel. La muerte de mis padres y las enfermedades que se iban cebando en mi cuerpo grueso y fofo, me sumieron en muchos dolores y desánimos; al final decidimos volvernos a París en busca de buenos médicos y acertamos porque tuve una gran mejoría y incluso compramos un terreno e hicimos nuestra propia casa. Sobra decirte que en todos estos años conocí y colaboré con grandes 9 músicos de siglo XIX que tú conocerás: Liszt, Wagner, Bellini, Donizetti, Verdi, Mendelssohn, Berlioz, etc...; por mi casa pasaban también literatos, pintores, libretistas, empresarios y todo tipo de gentes relacionados con el teatro y la música. Y en París -tenía 76 años- me cogió la muerte el día 13 de Noviembre de 1868 donde fui enterrado; en el lecho de muerte mi amigo Gustavo Doré, el gran ilustrador de libros como El Quijote, me hizo este dibujo. Años después mis restos fueron trasladados a Florencia donde reposan junto a los de Galileo, Miguel Ángel, Maquiavelo o Cherubini. Dejé expresamente escrito que después de mi muerte se construyera en Pésaro un Conservatorio de Música y una Casa de Acogida para músicos mayores necesitados y así ha sido según me dice al oído mi pajarito; también me susurra que algunas de mis óperas fueron con el tiempo dejadas en el olvido por la dificultad de las voces solistas y que luego, en el siglo XX volvieron a los escenarios con voces como las de Cecilia Bartoli, Montserrat Caballé, María Callas o Juan Diego Flórez entre otros muchos. Como a otros tantos músicos también a mí me hicieron alguna caricatura como ésta que ves aquí, indicando que mi música era para ellos muy ruidosa, como si fuera la de un batallón. Y tú dirás: ¡Eso de la ópera es demasiado para mí! Pues seas joven o mayor o incluso un niño, te gustarán algunos trozos de mis óperas porque son una melodías muy alegres que mis paisanos tarareaban con haberlas oído una sola vez; en las melodías que te pongo al final 10 podrás comprobarlo. Y ya me despido de ti; espero quedar amigo tuyo, si no para siempre, sí para los ratitos en que escuches algunos trozos de las oberturas de mis óperas. Tu amigo 11 Ojalá te haya gustado este relato de mi vida; sólo me queda añadirte algunas cosillas entretenidas para que nos despidamos contentos. Lo primero un esquema de algunos de los muchísimos músicos que poblaron el firmamento musical europeo del siglo XIX. También te pongo un mapa de mis correrías más importantes porque me faltaría papel para ponerte todas las ciudades y pueblos que visité en mi no corta vida. 12 Ahora unas melodías cortitas para que las toques o las oigas de manos de tus padres o maestros; acuérdate de mí y si te gustan, dime con el pensamiento: ¡Bravo Rossiiiiiiini!!!!!!! 13 14 PASATIEMPOS 1.- Las palabras que ves a continuación están equivocadas porque se les ha metido una letra de más. Averigua la palabra correcta: pentagarama------ __________ melodina------- ___________ aramonía---------- __________ calave------------ __________ tirio---------------- __________ araco------------ ___________ contarabajo------- __________ corochea------- ___________ 2.- Si colocas estas piezas en el cuadro de abajo, podrás leer una frase sobre la música que expresa el sentido de una sentencia del filósofo Friedrich Nietzsche que era muy entendido en música: 15 3.- Rellena esta cuadrícula con los nombres que te piden, todos ellos están en el texto y tienen seis letras. 4.- Tienes que averiguar de quién se habla en la franja de arriba, trasladando las letras de los nombres de abajo a su casilla correspondiente arriba. ¿Quién era ese personaje? 16 5.- Identifica los nombres de estos cuatro edificios y del lugar donde están ubicados. SOLUCIONES A LOS PASATIEMPOS 1.- Pentagrama, melodía, armonía, clave, trío, arco, contrabajo, corchea. 2.- “La música es al alma lo que la gimnasia es para el cuerpo y sin ella la vida sería un timo”. 17 3.- ITALA, FENICE, FIGARO, ROSINA, ISABEL, CALLAS, FLOREZ, WAGNER, EUROPA Y PESARO. 4.- CONDE ALMAVIVA, BLANCA, ANDANTE, MOVIMIENTO, ARIA, CAVATINA, ACORDE. 5.- 1. Torre Eiffel de París 2. Torre del Parlamento en Londres 3. Torre de Florencia y 4. Castillo de Pésaro. Para acabar, aquí tienes una plumilla de mi cara para que la guardes si te apetece y si te ha gustado mi música. Si no es así, al menos quedará en tu mente mi imagen. De todas maneras, gracias por haberme escuchado ¡hasta siempre! 18 19