Plascencia-Vargas 21 tectónicas Norteamericana, de Cocos y del Caribe, es decir la zona en que chocan y ocurren movimientos horizontales y verticales relativos entre ellas. La zona de subducción de la placa de Cocos bajo la del Caribe (en la Trinchera Mesoamericana, frente a la costa de Chiapas) ha inducido vulcanismo en diferentes épocas geológicas y ha generado frentes de deformación evidentes, que han resultado en una compleja topografía. La cuenca aloja a varias de las mayores fallas geológicas a través de las cuales se mueven entre sí las placas mencionadas y son el origen de alta sismicidad en la zona (Zepeda y González 2001). Witt et al. (2012) sugieren que el sistema de fallas Tuxtla-Malpaso acomoda la mayor parte del desplazamiento lateral actual entre la placa de Norteamérica y la del Caribe. Otro importante sistema de fallas es el de Polochic-Motagua, que cruza por el sur de la cuenca, por el valle de Motozintla (Carfantan 1977). La gran falla de Tuxtla es la que originó el amplio desnivel altitudinal entre la altiplanicie y la depresión central. Estructuras geológicas como los plegamientos ejercen un claro control estructural sobre las corrientes fluviales y su dirección, muy evidente en los ríos de las montañas del norte. El conjunto de fallas del cañón del Sumidero permiten el drenaje de las aguas del río Grande, cruzando hacia Malpaso. Las fracturas actúan como zonas de debilidad, que son aprovechadas por las corrientes fluviales (Figura 5). Dentro de la cuenca se localiza un volcán activo con actividad reciente, el volcán Chichón (Müllerried 1957, Yarza 1992). La Sierra Madre está constituida por un batolito, bloque montañoso resultado de movimientos tectónicos y en parte, volcánicos, principalmente sobre rocas graníticas, metamórficas y sedimentarias del Paleozoico (Waibel, 1946, Müllerried, 1957, INEGI 1985 y 1988). Es morfológicamente compleja, puesto que se trata de un aglomeramiento de sierras, serranías y cerros interrumpidos por valles y planicies o cuencas (Müllerried 1957). La región de la Sierra está ampliamente disectada. La porción sureste con valles profundos y estrechos que paulatinamente se transforman, hacia el noroeste, en valles intermontanos cada vez más anchos como en la zona de La Frailesca-, y que penetran profundamente en la sierra, hasta presentar en su extremo occidental un aspecto parecido a una penillanura, con montes aislados, como ocurre en las cuencas de los ríos Cintalapa y Jiquipilas (Waibel 1946). Los valles cuentan con suelos del cuaternario que son producto de la acumulación de sedimentos de las partes altas (INEGI 1981). 21 Plascencia-Vargas 22 Las altas pendientes, la presencia de rocas muy viejas, muy intemperizadas y deleznables las hace muy susceptibles a deslizamientos de tierras y movimientos de masas en general. (Figura 6) 22 Plascencia-Vargas 23 23 Plascencia-Vargas 24 Figura 5. Algunas estructuras geológicas importantes en la cuenca. 24 Plascencia-Vargas 25 25 Plascencia-Vargas 26 Figura 6. Tipos de roca presentes en la Cuenca y su edad. La altiplanicie central está compuesta principalmente por gruesas capas de rocas calizas del Cretácico inferior y superior. Presenta un relieve tipo cárstico (con elevaciones relativamente pequeñas y un conjunto de depresiones o dolinas, con drenaje subterráneo). Sus partes más altas cuentan con rocas ígneas extrusivas, producto de la actividad de los volcanes Tzontehuitz y Huitepec. La Depresión central es una gran concavidad en forma de artesa o batea (un graben, resultado de movimientos tectónicos, de acuerdo con Helbig (1976 y 1964), o fosa tectónica, Lugo-Hubp 1989), que representa un amplio levantamiento relativo de la Altiplanicie respecto a la Depresión. Está compuesta por capas de rocas calizas sensiblemente horizontales del Cretácico inferior y superior con ligera inclinación hacia el noreste, así como por vestigios del Terciario Inferior y una amplia faja de sedimentos que conforman suelos del cuaternario en una banda que se extiende desde el sur de La Mesilla, municipio de Tzimol y al Sur de Pujiltic por toda la base de los Altos. En las mesetas calizas se desarrolla un relieve cárstico o de lomeríos. Rodeando las mesetas, en las partes más bajas y planas de los valles incluido el de Suchiapa y las áreas donde confluye con el Santo Domingo hay lutitas, limolitas y areniscas del Terciario. Algunas partes, bajando de los altos y al norte de Venustiano Carranza (la Sierra de Nuevo León), cuentan con material volcánico del terciario, así como con conglomerados del Cuaternario. La región de las Montañas del norte de Chiapas es una abrupta región montañosa formada en gran parte por rocas terciarias y cretácicas surcadas por multitud de fallas y una serie de plegamientos y está muy recortada por la erosión (SGM 1996, INEGI 2012). Tienen amplia distribución las rocas calizas y, enseguida, lutitas y areniscas muy intemperizadas. Los plegamientos dirigen de manera muy definida a lo largo de sus sinclinales (o cañadas) los escurrimientos fluviales. En su parte noroeste, a unos 20 km al SW de Pichucalco, se encuentra el volcán Chichón, que hizo erupción en 1982, sepultando a varias poblaciones cercanas, lanzando una gran cantidad de piroclastos y cenizas que se distribuyeron ampliamente. La planicie costera del golfo se localiza casi en su totalidad en territorio de Tabasco y sólo una pequeña parte en Chiapas. Es sensiblemente plana, con poca pendiente. Está 26 Plascencia-Vargas 27 constituida por suelos del cuaternario de carácter aluvial, palustre y litoral, así como algunos remanentes de areniscas del terciario que forman lomeríos bajos. West et al. (1985) hacen una detallada descripción de las tierras bajas de Tabasco. Ellos identifican tres sistemas importantes de origen del paisaje: a) al sur, al pie de las montañas del norte, una terraza aluvial del Pleistoceno formada por corrientes fluviales antecesoras del Grijalva y Usumacinta, actualmente fragmentada y muy desgastada, que se eleva sólo pocos metros arriba de la b) la llanura aluvial del Reciente (el Holoceno) que está integrada principalmente por dos grandes deltas arqueados (el del Grijalva y del Usumacinta), integrada por una composición de canales de ríos activos e inactivos, diques naturales y pantanos secundarios , y c) las formaciones costeras de terreno bordean la planicie deltaica, como los bordos de playa y dunas. Recuadro 1. Historia geológica de Chiapas: un resumen. Rafaela María Laino Guanes, Neptalí Ramírez-Marcial y Mario González-Espinosa La historia geológica de Chiapas determinó la accidentada orografía de su territorio. Sus acentuadas diferencias de altitud y las características climáticas (principalmente la cantidad y distribución de las lluvias) determinan una amplia variedad de ecosistemas con diferentes tipos de vegetación y zonas fisiográficas contrastantes y diversas. Los procesos que durante la historia geológica dieron origen a las formaciones geológicas del estado de Chiapas han sido amplios y complejos, con evidencia parcial desde el Precámbrico hasta nuestros días (Witt et al. 2012 a,b). La región formó parte del lecho marino en varias ocasiones y en algún momento llegaron a juntarse las aguas del Pacífico con las del Atlántico; también se han dado intensos procesos de sedimentación y vulcanológicos más recientes. Los eventos más importantes ocurridos durante las diferentes eras geológicas fueron (Manea y Manea 2006, Mandujano-Velázquez y Keppie 2009, Kim et al., 2011, Keppie y Keppie 2012): 1. Durante el Precámbrico (hace más de 544 millones de años) se formó lo que hoy constituye parte del territorio de Chiapas. Probablemente el mar cubría todo o parte de lo que actualmente es el estado de Chiapas y en su fondo se sedimentaron los materiales que hoy constituyen las rocas precámbricas. Los estratos marinos formados sufrieron intensos 27 Plascencia-Vargas 28 plegamientos y metamorfosis por la intensa orogénesis que tuvo lugar hacia fines de esta era. 2. A principios de la Era Paleozoica (hace entre 544 y 245 millones de años) se erosionaron y nivelaron las sierras y cerros originados a fines del Precámbrico. Posteriormente, debido a un movimiento geológico de hundimiento, las tierras quedaron nuevamente bajo las aguas del mar. Posteriormente, los estratos marinos fueron profundamente alterados por la acción de nuevos procesos de orogénesis, acompañados por la salida de magma que formó rocas intrusivas y extrusivas. En el Paleozoico superior, los terrenos emergidos por la última orogénesis se hundieron nuevamente en el mar. La serie de estratos marinos demuestra la existencia de vida marina en aquel período geológico (corales, gasterópodos, bivalvos, y quizá también algunos vertebrados, sobre todo peces). Un intenso periodo de orogénesis acaecido hacia fines del Paleozoico, interrumpió la sedimentación marina y produjo la elevación del fondo del mar que se convirtió en tierra firme continental o en islas montañosas. 3. A principios de la Era Mesozoica (entre hace 245 y 65 millones de años) parte de la tierra firme o islas montañosas sufrieron el efecto de la erosión, y se formaron capas que incluyen restos vegetales que indican la existencia de flora continental. La distribución de estas capas con vegetales fósiles indica que la tierra firme en esos tiempos tuvo una gran extensión; sin embargo, no se puede saber si esas tierras formaban parte de un continente o constituían una isla de gran tamaño. 4. Posteriormente, las condiciones geológicas cambiaron de nuevo de manera radical (en términos geológicos), puesto que la serie de estratos continentales termina y sobre ella se depositó la serie de estratos marinos. Esta serie marina indica que después del Jurásico el continente o isla del Mesozoico inferior, cubierto de sedimentos continentales, se hundió en el mar. Es posible que todo lo que actualmente es Chiapas haya sido cubierto por aguas marinas en esta época y que el Atlántico y el Pacífico unieran sus aguas por encima de su territorio. 5. La Era Cenozoica (desde hace 65 millones de años hasta la actualidad) se divide en dos periodos, el Terciario, que a su vez se divide en el Paleógeno y el Neógeno, y el Cuaternario. El Paleógeno (65 a 23 millones de años) se divide en tres épocas: Paleoceno, 28 Plascencia-Vargas 29 Eoceno y Oligoceno. El Neógeno (desde 23 hasta hace 1.8 millones de años) se divide en dos épocas: el Mioceno y el Plioceno. El Cuaternario (desde hace 1.8 millones de años hasta el presente) se divide en dos épocas, el Pleistoceno y el Holoceno o Reciente. La sedimentación marina del Mesozoico prosiguió durante el Terciario, y la fauna y flora fósiles corresponden a mares tropicales. Posteriormente, en el Mioceno, hubo una intensa actividad orogénica acompañada por un marcado ascenso del fondo del mar. La orogénesis del Terciario fue acompañada de actividad volcánica en varias regiones de Chiapas: la Sierra Madre, la Depresión Central, la Meseta Central y las Montañas del Norte. La orogénesis del Mioceno superior promovió la formación de montañas y se inició un periodo de erosión, o mejor llamado de denudación, ya que en la destrucción de las rocas no solamente interviene la actividad erosiva del agua, sino también la del aire y de los organismos. El periodo de denudación abarcó el Plioceno y el Cuaternario, que fue cuando se originó el actual relieve de Chiapas. En las capas del Pleistoceno se hallan fósiles de elefantes, mamuts, caballos y otros mamíferos que se extinguieron porque al fin del Pleistoceno cambió el clima, dando lugar a que se establecieran la fauna y flora actuales. En el último periodo geológico, el Holoceno (desde aproximadamente 11,700 años antes del presente), se formaron depósitos que incluyen subfósiles (restos biológicos cuya fosilización no es aún completa) idénticos o muy similares a los organismos actuales. El Homo sapiens probablemente aparece en Chiapas hace entre 10,000 a 12,000 años, como lo demuestran los restos humanos, artefactos de piedra y otros materiales, como cerámica y restos de construcciones. Subducción de placas tectónicas El sur de México presenta una variada geometría originada por la subducción de la placa de Cocos debajo de la placa del Caribe al este; y por la subducción de la placa de Rivera debajo de la placa de Norteamérica al oeste. En este proceso, el sur de México fue segmentado en varias regiones; en la región sur de Oaxaca y en Chiapas la inclinación de la subducción aumenta gradualmente a una subducción más pronunciada hacia Centroamérica (Pardo y Suárez 1995). Una zona de subducción es donde hacen contacto las placas oceánicas con las continentales, y subducción se refiere al hundimiento de una placa oceánica debajo de una continental. La 29 Plascencia-Vargas 30 presión entre ambas placas tectónicas en la zona de subducción es enorme y en sentidos opuestos, ya que la placa oceánica se hunde bajo la continental. Estas presiones opuestas provocan los sismos y la formación de volcanes, montañas y fracturas menores en la corteza terrestre (Aguilar-Rodríguez 2004). Manea y Manea (2006) describen la formación de un arco volcánico como un cinturón continuo en el centro de México, Chiapas y Guatemala y afirman que el inicio de la subducción en el centro de México, a mediados del Mioceno, pudo haber generado una porción de manto caliente desde el noroeste hacia el sureste. Aproximadamente hace entre 25 y 17 millones de años se formó el arco volcánico en un cinturón continuo en el centro de México, Chiapas y Guatemala; posteriormente, hace 17 a 12 millones de años, por la subducción de placas que se describió anteriormente, este cinturón comenzó a separarse en dos partes: el CMVB (Cinturón Volcánico Central Mexicano por sus siglas en inglés Central Mexican Volcanic Belt), que fue moviéndose hacia el interior, y el CAVA (Arco Volcánico de Centroamérica por sus siglas en inglés Central American Volcanic Arc). Posteriormente, hace entre 12 y 7 millones de años, el proceso de aplastamiento de la placa Cocos continuó hacia el sureste, y el CAVA se retiró en esta dirección. Hace entre 7 y 3 millones de años el CAVA continuó su desplazamiento hacia el sureste y la actividad volcánica cerca de la costa de Chiapas cesó por completo. El frente volcánico de Tuxtla (TVF, por sus siglas en inglés Tuxtla Volcanic Front) se formó durante este periodo. Finalmente, el último episodio ocurrió hace menos de tres millones de años, cuando ocurrió el surgimiento de la actual Meseta Central de Chiapas o Arco Volcánico Chiapaneco Moderno (MCVA, por sus siglas en inglés de Modern Chiapanecan Volcanic Arc). Estudios recientes (Witt et al. 2012 a,b) sugieren que la mayor parte del crecimiento topográfico que incluye a la Sierra Madre, la Depresión Central, la Altiplanicie Central y parte de las Montañas del Norte de Chiapas propuesta por Müllerried (1957) ocurrió a mediados del Mioceno tardío. La nueva evidencia termocronológica que presentan estos autores, combinada con otros estudios, sugieren que las formaciones fueron acomodadas en su mayor parte durante el desplazamiento de las placas Norteamericana y del Caribe, hace entre 6 y 5 millones de años. Kim et al. (2011) afirman que la colisión del bloque de Yucatán con México, ocurrida en el Mioceno, podría explicar la formación de las estructuras anormales presentes en la región. 30 Plascencia-Vargas 31 Los suelos Las cartas edafológicas escala 1:250,000 (INEGI 2004-2006), muestran que en territorio mexicano la cuenca del Grijalva presenta 17 grupos referenciales de suelos de los 30 que fueron descritos en la primera actualización de la Base Referencial Mundial del Recurso Suelo, no obstante que en la segunda actualización ésta se incrementó a 32, con la inclusión de los Tecnosoles y Stagnosoles (IUSS Grupo de Trabajo WRB 2007). La diversidad de suelos que presenta la cuenca del Grijalva es el resultado de un largo proceso de interacción de los diferentes factores que inciden en su formación y diferenciación, en un mosaico complejo y heterogéneo, entre los que se encuentran: las condiciones climáticas de altas temperaturas y precipitaciones, su compleja historia geológica (ver el Recuadro 1) y variedad de rocas; su fisiografía accidentada y la presencia de distintos ecosistemas terrestres, naturales y manejados. Las unidades de suelos con mayor extensión en la cuenca del Grijalva son las de Luvisoles y Leptosoles; en menor grado le siguen Gleysoles, Regosoles y Feozems. Estas cinco unidades cubre un poco más del 76% de la superficie de la cuenca, y el 24% restante está cubierto por las otras doce unidades de suelos (Tabla 3). En la Figura 7 se muestra la distribución de los suelos en la cuenca. A continuación se presenta una breve descripción de los suelos en consideración de las áreas en donde son más frecuentes y en el recuadro 2 se señalan algunas de sus características más sobresalientes (Driessen y Dudal 1989; IUSS Grupo de Trabajo WRB 2007). Tabla 3. Superficie ocupada por los Grupos Referenciales de Suelos (GRS) en la Cuenca del Grijalva, en México. Clave GRS Nombre de la unidad principal Hectáreas % en México LV Luvisol 1,253,648 23.9 LP Leptosol 1,093,200 20.8 GL Gleysol 653,308 12.4 RG Regosol 537,125 10.2 PH Phaeozem 465,765 8.9 VR Vertisol 254,228 4.8 31 Plascencia-Vargas 32 CM Cambisol 238,045 4.5 AC Acrisol 213,950 4.1 AL Alisol 112,903 2.1 PL Planosol 64,555 1.2 FL Fluvisol 44,792 0.9 UM Umbrisol 33,728 0.6 AR Arenosol 31,888 0.6 SC Solonchak 30,342 0.6 FR Ferralsol 22,471 0.4 AN Andosol 16,810 0.3 PT Plintosol 6,087 0.1 5,072,845 96.4 157,831 3.0 23,784 0.5 Cuerpos de agua permanente Zonas urbanas Subtotal de agua y zonas urbanas Superficie total dentro de México Superficie total dentro de Guatemala Superficie total cuenca del Grijalva 3.5 5,254,459 100 548,041 5,802,501 En la parte alta de la cuenca, sobre la porción norte de la Sierra Madre de Chiapas, predominan las unidades de suelos: Leptosoles, Regosoles y Cambisoles, las dos primeras unidades tienen en común el hecho de ser escasamente desarrollados, sobre rocas ígneas intrusivas y localmente rocas metamórficas, de textura media a gruesa, en cumbres y laderas escarpadas, con declives pronunciados, muy susceptibles a la erosión (Figura 8). Los cambisoles se localizan predominantemente en las partes bajas, en los valles intermontanos, con menores pendientes. 32