MILAGRO DE CURACIÓN AL CIEGO BARTIMEO PERSONAJES: - Padre del ciego (José Miguel) - Madre del ciego (Marta) - Ciego (Pepe) - Jesús (Alejandro) - Dos que se encuentra el ciego por el camino (Jaime y Marcos) - Otros tres que se encuentra por el camino y lo empujan (Ana Montero, Ana Luque y Mª Carmen Verdejo): - Siete discípulos de Jesús (Rafael Martín, Paula, Christian, Pablo, Irene, Alba, José Ramón) - Tres personas que se acercan cuando Jesús se acerca al ciego (Palma, Nerea, Rafael S) - Cinco personas que están en la piscina cuando el ciego va a lavarse (María, Fernando, Blanca, Mª Carmen Gutiérrez, Laura) PRESENTADOR Vamos a contaros la historia de una persona ciega de nacimiento, Bartimeo, que deseaba a toda costa que Jesús le recobrara la vista. DIÁLOGO: 1ª ESCENA Música Aparece en el escenario el ciego y el padre y la madre subiendo las escaleras como si vinieran de la calle. Ciego: Padre, ¿le trajiste? ¿Está Jesús contigo? Padre: Yo, yo……., lo siento, hijo. Madre: Buscamos por todas partes y no lo pudimos encontrar. Ciego: Sigan buscando, por favor, Él me puede curar. Padre: Si ni siquiera le has escuchado hablar, ¿cómo puedes estar tan seguro? Ciego: Él me puede curar, padre. Lo siento en mi corazón, sé que puede hacerlo. Madre: Bien, bien, tranquilo, seguiremos tratando de encontrarlo, hijo. 2ª ESCENA Música Aparece el ciego pidiendo limosna tirado en el suelo de la calle. Ciego: Pediré algo de limosna que es lo único que puedo hacer. Va pasando gente, unos le dan dinero y otros lo miran con mala cara. Mª Carmen G.: Pobre ciego, echémosle algo de dinero. María: Sí, es verdad pobrecillo, es ciego de nacimiento y anda siempre buscando a un tal Jesús que cree que le curará. Laura: Ciego ignorante, no te pongas en medio de nuestro camino. Blanca: ¿De verdad crees que Jesús te va a curar? Eres un iluso, mira yo cómo estoy y no estoy todo el día quejándome. Pasa un rato sin que nadie pase y suena la música. Ciego: Oh ¡qué sueño me está entrando! (Se estira un poco) Pasa un rato y el ciego aburrido se queda dormido. Pasan dos hablando casi sin mirar al ciego que se ha quedado dormido. Jaime: ¿Sabes? Ése Jesús del que tanto hablan dicen que está predicando en el templo. Marcos: ¿Sí? ¿Estás seguro? Jaime: He oído decir que es el Mesías de Galilea. Marcos: No creo ¿acaso no afirma la Escritura que el Mesías tiene que ser de la familia de David y de su mismo pueblo, de Belén? Jaime: Vayamos a ver lo que dice. Entre sueños el ciego los oye hablar Ciego: Seguiré a estas personas y me dirigiré al templo, a ver si por fin encuentro a Jesús, que seguro que me puede curar. El ciego se dirige al templo, pero al llegar allí no es a Jesús a quien se encuentra. Se acerca a alguien creyendo que es Jesús. Ciego: ¿Jesús? ¿Jesús? ¿Eres tú? Ana M.: ¿Qué haces? No me toques. Yo no soy Jesús, idiota. Ana L. y Mª Carmen V.: Jesús, ja, ja, ja. Ana L.: Pero ¿serás tonto? ¿Cómo nos confundes con ése? Mª Carmen V.: Anda, anda, largo de aquí y no nos entretengas más. Le da un empujón y lo tira al suelo y los demás que están con él se ríen del ciego tirado en el suelo. Música Mientras se oye la música, el ciego sigue caminando en busca de Jesús y se encuentra en el camino a otras tres personas que van andando. Ciego: Perdone, perdone, estoy buscando a Jesús, ¿lo conocéis? Rafael S.: Lo siento, no lo conocemos. Palma: Pero hemos oído hablar de Él. Dicen que es una buena persona. Nerea: Sí, dicen que cura a las personas, pero no lo hemos visto. Rafael S.: También algunos dicen que es un gran profeta. 3ª ESCENA: Música El ciego sigue caminando durante horas hasta que ya cansado se tira al suelo y desesperado implora: Ciego: Señor, Señor, ¿qué he hecho para merecer esto? Muéstrame mi pecado y lo abandonaré. Se asoman desde una ventana los discípulos de Jesús y ven al ciego. Rafael M.: Conozco a ese hombre, es ciego de nacimiento. Christian: ¿Por qué maestro? ¿Por qué permite Dios que sufra tanto? Pablo: Los pecados de quien causaron la ceguera de ese hombre ¿fueron los suyos? José Ramón: O quizá fueron los pecados que sus padres cometieron. Paula: Maestro, y ¿tú qué crees? ¿Por qué ese hombre nunca ha podido ver las maravillas que Dios ha creado? Maestro: Han juzgado mal a ese hombre. Su ceguera nada tiene que ver con sus pecados o con los pecados de sus padres. Nació así para que el poder de Dios pueda manifestarse en él. Ha vivido una vida llena de sufrimiento pero ahora se verá aliviado por las obras de Dios. Sale Jesús de la casa con dos de sus discípulos y se acerca al ciego. En ese momento se acercan otras tres personas del pueblo para observar lo que hace Jesús. Maestro: Mientras estoy en el mundo soy la luz del mundo. Ciego: ¿Eres tú? Jesús, ¿eres tú? Jesús: Yo soy. ¿Qué quieres de mí? Ciego: Maestro, permíteme ver, ten piedad de mí. Jesús le unta barro en los ojos al ciego, mientras los dos discípulos algo apartados y asombrados susurran: Irene: Está haciendo lodo con su saliva y con la tierra. Alba: Sí y ahora se lo está untando en sus ojos, ¿no te parece raro? Jesús: Ve ahora, lávate en las aguas de Siloé, que significa enviado. Irene y Alba: Ven, nosotros te llevaremos. Mientras Jesús se va alejando, los tres que estaban observando comentan lo que han visto. Palma: ¿Has visto eso? Ana M.: Le ha untado barro en los ojos, ¿creéis que le habrá curado? Nerea: No sé, no sé…. Tendré que verlo para creerlo. Palma: Pues yo creo que sí, yo he escuchado que ha curado a otras personas. 4ª ESCENA: El ciego se dirige acompañado de los dos discípulos a las aguas que Jesús le ha indicado para lavarse. Una vez que llega al lugar se arrodilla y lava sus ojos con agua para quitarse el barro. Mientras, se van acercando más personas que están por los alrededores y observan todo sin perderse ni un detalle. Ciego: Puedo ver (lo repite cuatro veces mirando asombrado alrededor, mirando sus manos, su cuerpo….) ¡Jesús me ha curado! Irene: Sabía que el maestro le curaría su ceguera. Alba: A mí tampoco me cabía duda, siempre sanará a los que realmente crean en Él. La gente de por ahí se van acercando al ciego asombrados, sin creerse lo que están viendo y le van haciendo comentarios: María: ¿Hablas en serio? No me lo puedo creer. Ciego: Claro que veo, es la primera vez que os estoy viendo a todos. Fernando: ¿Quién ha sido? ¿Cómo alguien te ha podido curar? Ciego: Ha sido Jesús, tengo que verlo. Blanca: ¿Dónde está? ¿Me podrá curar a mí? Ciego: No lo sé, pero seguro que sí. ¿Por qué no? Si conmigo lo ha hecho, ¿por qué no contigo? Laura: ¿No es éste Bartimeo, el hombre ciego que solía sentarse a pedir limosna? Mª Carmen G.: No, no es, solo se le parece. Ciego: Claro que soy yo y ahora ya mis ojos os pueden ver. El maestro me ha curado. ¿Dónde está? Debo ir a buscarle, a darle las gracias. 5ª ESCENA En la búsqueda a Jesús, se tropieza con sus padres. Madre: Hijo, hijo, te estábamos buscando. ¿Dónde has estado? Padre: ¿Nos tenías muy preocupados. ¿Dónde has ido? ¿Encontraste a Jesús? Ciego: (Tocando a sus padres) ¿Padre? ¿Madre? Os veo, os veo. (Se abrazan) No lo puedo creer, por primera vez veo a mis padres. Padre: Ooooh, ¡qué alegría! ¡Qué bien que lo hayas encontrado! (abrazándole) Madre: ¿Cómo fue? Ciego: Ese hombre que se llama Jesús hizo un poco de lodo con su saliva y dijo que me lavara en las aguas de Siloé y ahora ya puedo ver. He de irme a buscarlo. Debo agradecérselo. Padre y madre: Claro, hijo, claro. Ve corriendo. ¡Esto es un verdadero milagro! Aparece Jesús con sus discípulos. Pablo: El hombre ciego al que ha curado desea encontrarlo para poder agradecerle lo que por él ha hecho. Maestro: No he hecho más que realizar las obras del que me envió. Jesús: He escuchado que andabas buscando al que te ha curado. ¿Tú crees en el Hijo de Dios? Ciego: Sí creo, ¿dónde puedo encontrarle? ¿Lo sabe? Jesús: Está de pie, frente a ti, ahora, hablando contigo. Ciego: ¿Jesús? ¿Eres tú? Jesús: Así es. Yo he venido a este mundo para dar vista a los ciegos y para privar de ella a los que creen ver. Tú has confiado en mí y tu fe te ha salvado. El ciego le toca la cara, admirándolo. Ciego: ¡Oh! Eso es maravilloso (abrazándolo). Gracias Jesús.