Juan 4:35-38 Versículo Clave 4:35 ¡Buenas noches! Mi nombre es Alexey Belykh, soy de Moscú, la capital del país más grande del mundo. Esta tarde aprenderemos sobre los campos de nuestros países, los cuales están blancos para la siega. ¡Wow! Tal como mi apellido Belykh, que significa blanco. ¡Esto significa que yo también estoy maduro para la siega espiritual! ALZAD VUESTROS OJOS “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” Estos días son días de materialismo y postmodernismo. Las personas fácilmente pueden satisfacer sus necesidades emocionales a través del internet y varias maneras modernas de entretenimiento. Es fácil pensar que nadie es capaz de vencer el poder del pecado y ser usado por Dios para su historia, pero esto no es cierto. La palabra de hoy nos desafía para ver que es ahora cuando la gente está lista para aceptar a Dios. Oro que Dios nos dé la oportunidad de mirar al mundo con sus ojos y encienda un deseo ardiente en nuestro corazón para dedicarnos a la obra de Dios. Primero, los campos están blancos para la siega. En el tiempo de Jesús el pueblo judío, incluyendo a los discípulos de Jesús, consideraba Samaria como una tierra del pueblo maldecido que no era útil a Dios. El prejuicio de los judíos contra Samaria era tan fuerte que no pisaban esa tierra, pero Jesús no pensó de esa manera. Él vino a Samaria, vio a una mujer que era pecadora, rechazada aún por los samaritanos, pero él no la rechazó. Primero comenzó a hablar con ella, rompiendo toda barrera cultural y nacional. Jesús no tenía intención de juzgar a la mujer samaritana, sino le habló sobre el regalo de Dios para ella. Este regalo era el amor de Dios, el perdón de pecados y la vida eterna en el Reino de Dios. La mujer tenía una sed pecaminosa muy fuerte de amor de los hombres, pero esto no era un problema para Dios, Jesús tenía el agua viva la cual es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo tiene el poder de saciar cualquier sed del alma de los hombres. Jesús invitó a la mujer samaritana a beber de esta agua. A través del amor de Jesús, la mujer samaritana abrió su corazón a Dios y aceptó a Jesús como el Cristo. Ella llegó a ser alegre y feliz. La mujer samaritana incluso comenzó a hablarle a la gente sobre el amor de Dios, y toda la gente de su ciudad vino a Jesús. Viendo esto, Jesús dijo a sus discípulos: “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”. Los discípulos estaban equivocados, ¡Samaria era una tierra que estaba blanca para la siega! No solo los discípulos de Jesús, sino también nosotros a veces tenemos un fuerte prejuicio de que los estudiantes de hoy en día no pueden ser cambiados en el pueblo de Dios. Pero hoy Dios nos dice: ‘¡Alza tus ojos! Y mira el amor de Dios hacia las personas. Ante el amor de Dios para toda clase de pecadores, prepárate para la siega. Segundo, la visión de Jesús. A través de la transformación de una mujer samaritana y toda la ciudad de Samaria, Jesús tuvo la visión de cambiar a todas las mujeres samaritanas del mundo. Gran gozo, ánimo y esperanza desbordaban en Cristo. Todo el cansancio y el hambre que Jesús tenía repentinamente desaparecieron porque hacer la obra en el campo de Dios es el verdadero alimento para la vida. Pero los discípulos no vieron con la visión de Dios, ellos miraron el mundo con ojos de un perro hambriento, sus pensamientos estaban en 1 qué tan lleno estaba su estómago, y en recibir reconocimiento. Teniendo esos deseos mundanales, no veían la felicidad en la vida de Jesús. No vieron que hacer la obra con la visión de Dios era lo más interesante y la fuente verdadera de fuerza, gozo y satisfacción. Gracias a Dios por su regalo, trabajar en el campo de Dios con visión. Nuestro ministerio en UBF se realiza a través de los siervos de Dios autofinanciados, debido a esto es fácil enfocar nuestro pensamiento en cómo sobrevivir. Esto hace parecer que nuestra seguridad material es nuestra comida principal, pero Jesús nos dice ‘Alza tus ojos y ve la gran visión de Dios’. Dios quiere que tengamos felicidad y satisfacción verdadera en nuestra vida. Él hace posible que podamos entregar todo nuestro corazón y fuerza para cumplir la misión de Dios. Miren los versículos 36, 37: “Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega” Dios trabajó duro como agricultor en Samaria durante siglos a través de muchos profetas quienes tuvieron gran visión sobre esta tierra. Dios trabajó duro en el mundo y envió a su Hijo unigénito para llamar a las personas a su reino celestial. Cuando aceptamos la visión de Dios podemos trabajar en su historia de salvación como siervos de Dios ya sea sembrando o segando. No importa si somos los que sembramos o los que segamos porque al final compartiremos el mismo gozo. Miren el versículo 38. “Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores” Los discípulos no hicieron algo, sólo siguieron a Jesús a Samaria y fueron a la ciudad por comida, sin embargo Jesús apreció su labor como un trabajo importante. Dios ha preparado todo, ahora nos llama a su campo a estudiar la Biblia uno a uno con diferentes personas. Mirando la situación actual alrededor del mundo, como en Rusia y los países musulmanes, puede parecer que el tiempo de la siega de Dios no ha llegado y que nuestro estudio de la Biblia uno a uno no es efectivo. Pero esto no es cierto, la obra de Dios avanza. La obra de Dios avanza en los países musulmanes. A través de la predicación del evangelio uno a uno de un misionero, un joven musulmán aceptó a Jesús como su Salvador personal y experimentó el perdón de sus pecados y la paz de Dios. Después el comenzó a compartir el evangelio con la gente a su alrededor, como resultado, fue puesto en prisión por un tiempo pero su fe se hizo más fuerte. La mujer con la que esperaba casarse, al pasar el tiempo, recibió influencia de su fe y se hizo cristiana. Ahora tienen una iglesia hogareña en un país musulmán y están predicando el evangelio. No podemos decir el nombre de estas personas por seguridad. A través del cambio de una persona podemos ver el poder de Dios y su obra en los países musulmanes. La obra de Dios también avanza en Rusia, puedo ver esto a través de mi transformación personal. Yo también era un hombre samaritano, no tan activo como la mujer samaritana en buscar el amor de las personas, sino de manera pasiva como un paralítico. Yo era un hombre paralítico samaritano. De pequeño no era un líder, era un joven tranquilo y soñador con un complejo de inferioridad, sufriendo por una falta de sentido de la vida. Cuando estaba en segundo año de universidad, me invitaron a la Conferencia Bíblica Internacional en Moscú en 1993. Dios movió mi corazón a través de su palabra de Génesis “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” Entendí que Dios me ama tal como soy. Recibí deseo espiritual de estudiar la Biblia y guardar la palabra de Dios en mi corazón. El amor absoluto de Dios estaba conmigo constantemente, así fui sanado de mi complejo de inferioridad y recibí el poder para ser un siervo de Dios. Por el amor de Dios en 2 marzo del 2013 fui establecido Director de UBF Moscú. Agradezco a Dios por su amor absoluto y constante que me hizo estar blanco para la siega. Tengo la visión de que el amor de Dios transformará a muchas personas rusas, samaritanas como yo, en el pueblo de Dios. En esta conferencia Dios nos dice ‘¡Alzad vuestros ojos y mirad los campos! Están blancos para la siega’ Esto es posible por el amor de Dios. Oro que Dios nos ayude para alzar nuestros ojos y ver sus campos, los cuales están blancos para la siega. Oro Dios nos dé un deseo ardiente para dedicar nuestra vida en su obra. Amén. 3