Revisión de tema H A P Daniela Stoisa, Norberto O. Sánchez, Roberto L. Villavicencio Abstract Resumen Placenta accreta is the result of an abnormal placentation characterized by invasion of chorionic villi beyond decidua basalis. Ultrasound and Magnetic Resonance are useful diagnostic tools for detection and characterization of this entity, which have shown increasing incidence due to the higher cesarean section rate. Imagenologic findings include reduced myometrium thickness, loss of uterine –bladder cleavage, Irregular bladder wall, anomalous myometrium and placental vascularity, presence of lacunae and fibrin, etc. The purpose of this article is to show ultrasonographic and Magnetic Resonance findings in placenta accreta. El acretismo placentario (AP) resulta de una placentación anormal caracterizada por la invasión de las vellosidades trofoblásticas más allá de la decidua. El ultrasonido y la resonancia magnética son métodos imagenológicos útiles para la detección y caracterización de esta patología la que ha demostrado un incremento en su incidencia debido al alto número de cesáreas. Los hallazgos imagenológicos incluyen afinamiento o ausencia del miometrio, pérdida del plano de clivaje uterino-vesical, irregularidad de la pared vesical, vascularización anómala miometrioplacentaria y heterogeneidad placentaria por lagunas venosas y depósitos de fibrina. Por lo tanto, el propósito de este trabajo es mostrar los hallazgos ecográficos y en resonancia magnética relacionados al acretismo placentario. key words: placenta accreta, ultrasound, MRI. Palabras claves: acretismo placentario, ecografía, resonancia magnética. Introducción El acretismo placentario (AP) resulta de una placentación anormal caracterizada por la invasión de las vellosidades trofoblásticas más allá de la decidua (1). Entre sus factores de riesgo se incluyen la placenta previa y cirugía uterina previa incluyendo cesáreas. Su prevalencia e incidencia han ido en aumento en los últimos 50 años debido al mayor porcentaje de cesáreas (1-3). Dado que si no se reconoce antes del momento del parto el AP puede convertirse en una condición obstétrica devastadora, con alta morbimortalidad materna y que es la causa más común de histerectomías de urgencia postparto, es imprescindible reconocer los factores de riesgo, la clínica y realizar el diagnóstico prenatal para Datos de contacto: Daniela Stoisa. Diagnóstico Médico Oroño. Oroño . Rosario, Santa Fe, Argentina. e-mail: danystoisa@hotmail.com Vol. / Nº - Diciembre, . facilitar un adecuado planeamiento y manejo multidisciplinario en el período pre y periparto (1, 2). En la actualidad la ecografía (US) es la metodología diagnóstica estándar. En los últimos años se ha incrementado el uso de la resonancia magnética (RM) sobre todo porque puede proveer información sobre el grado de invasión y demostrar mejor las placentas posteriores y fúndicas (2). Se han descrito criterios diagnósticos de AP en las dos metodologías. La eficacia diagnóstica, sensibilidad y especificidad de ambos métodos varían ampliamente en los diferentes estudios (3). El objetivo de nuestro trabajo es mostrar los hallazgos imagenológicos por US y RM vinculados a acretismo plancentario y realizar una revisión bibliográfica de dicha entidad. Recibido: de Setiembre de / Aceptado: de Octubre de Recieved: September , / Accepted: October , Hallazgos imagenológicos del Acretismo Placentario Descripción de hallazgo En condiciones normales la placenta está conformada por dos tipos de tejidos, las vellosidades coriónicas de origen fetal y la decidua de origen materno endometrial, la cual delimita los espacios intervellosos e impide la invasión miometrial de las vellosidades coriónicas proliferantes. El AP es un trastorno que se produce cuando el útero gestante presenta una capa decidual deficiente que permite la invasión previamente descripta (1, 2, 19). Su clasificación depende de la profundidad de la invasión miometrial. En la placenta acreta vera, considerada la forma más leve y la más frecuente (75% de los casos), las vellosidades invaden la decidua y se adhieren al miometrio pero sin invadirlo. En la placenta incretra las vellosidades invaden parcialmente el miometrio mientras que en la percreta, considerada la forma más severa y la más rara, las vellosidades penetran todo el espesor miometrial hasta la serosa uterina o a través de la misma invadiendo órganos adyacentes como la vejiga, uréteres o intestino (1, 2, 3, 17, 19). La importancia del AP no sólo radica en el compromiso de los órganos vecinos del percretismo placentario sino también en el riesgo de hemorragia masiva que puede producirse en el momento de la separación placentaria, con las consecuencias clínicas de la misma que incluyen CID, el distres respiratorio del adulto, la falla renal e incluso la muerte que puede llegar al 10% en el período perinatal. A su vez, la histerectomía, aceptada como el tratamiento de elección frecuentemente, conlleva a una alta tasa de comorbilidad por cistotomías, injurias ureterales y embolias pulmonares como así también el requerimiento de cuidados intensivos (2, 3, 17, 18, 20). Otras complicaciones incluyen muerte fetal en aproximadamente el 9% de los casos, en relación con prematurez extrema e infecciones durante el postoperatorio (20). La prevalencia del AP es difícil de determinar ya que la referencia para su diagnóstico es la anatomía patológica pero no todas las pacientes con AP son sometidas a histerectomía. En dichos casos el diagnóstico se basa en criterios clínicos como la difícil remoción manual de la placenta, la necesidad de remoción quirúrgica placentaria o sangrado no controlado aún con útero correctamente contraído (2). Stoisa D. y Col. Así el diagnóstico anátomo-patológico conlleva a la subestimación de la enfermedad y el diagnóstico clínico a la sobreestimación. Dos grandes estudios americanos que tuvieron en cuenta tanto el diagnóstico anatómo-patológico como el clínico, sugieren una prevalencia de 1 en 2500 partos (2,4, 5). Otros estudios realizados en Estados Unidos y en otros países sugieren una prevalencia de 1 en 500 (2, 6, 7, 18). La variación de la prevalencia en los diferentes estudios no puede explicarse. Lo que sí se sabe es que ha ido aumentando debido al incremento de partos por cesáreas (1, 2, 3, 17, 20), los cuales alcanzan una tasa del 30% en los Estados Unidos (2, 18). Todos los autores coinciden que los 2 principales factores de riesgo para esta patología son las cesáreas previas y la placenta previa. El estudio realizado por Dwyer y colaboradores (3) refiere que el AP complica el 0.9% de todos lo embarazos y tiene una incidencia del 25 al 50% en pacientes con estos dos factores de riesgo (3). De aquellas pacientes que tienen placenta previa, las que no tienen antecedentes de cesáreas sólo el 3% desarrollará AP a diferencia del 11% de las que sí tienen dicho antecedente (2). Además se sabe que a mayor número de cesáreas previas, mayores posibilidades de desarrollar AP, así de las pacientes con placenta previa, estas posibilidades varían en el 24% de las pacientes con 1 cesárea previa, el 40% con 2 cesáreas previas, el 61% con 3 cesáreas previas y el 67% con 4 cesáreas previas (1, 2, 17, 18). Otros factores de riesgo menores incluyen edad materna avanzada (mayor a 35 años en probable relación con multiparidad), anomalías uterinas, raspaje, dilatación, miomectomías, endometritis, adenomiosis, miomas submucosos y el Síndrome de Asherman, niveles elevados de alfa feto proteíana y tabaquismo (1, 2, 18). Cuando estudiamos una paciente con placenta previa y antecedentes de cesárea debemos intentar realizar o descartar el diagnóstico prenatal por imágenes de AP. Esto permite su óptimo manejo que incluye lugar y momento de la cirugía, disponibilidad de productos sanguíneos y de equipos radiológicos para eventual cateterización de arterias uterinas (con el fin de minimizar el riesgo de sangrado intraoperatorio), unidad de terapia intensiva y equipo multidisciplinario de profesionales expertos en perinatología que incluyen anestesiólogos, Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes Hallazgos imagenológicos del Acretismo Placentario Stoisa D. y Col. radiólogos intervencionistas, cirujanos obstetras y hematólogos (2, 3, 17, 18). Las dos metodologías diagnósticas utilizadas en la actualidad para el estudio de AP son la US y la RM. Las variantes de placenta acreta vera y placenta increta no pueden distinguirse por imágenes (1), lo cual es concordante con nuestros hallazgos. Ninguna de las dos metodologías presenta eficacia diagnóstica absoluta (18). En la actualidad la US es la herramienta diagnóstica primaria, que puede empezar a utilizarse a partir de las semanas 18 a 20 de la gestación para el screening de AP en pacientes con factores de riesgo (2). El estudio debe realizarse con equipos de alta resolución con transductores con la mayor frecuencia posible. La vía de abordaje puede ser transabdominal (requiriendo siempre adecuada repleción vesical) o transvaginal (en placentas marginales o previas). Se ha sugerido que la vía transvaginal puede mejorar la eficacia diagnóstica de la US por su cercanía a la interfase uterinoplacentaria (3). En condiciones normales, la placenta se observa en US como una masa que indenta la luz del saco gestacional y es hiperecogénica con respecto al miometrio subyacente. La ecoestructura placentaria varía con la edad gestacional, siendo por lo general en el segundo trimestre homogénea y granular y en el tercer trimestre heterogénea por la presencia de lagos venosos y calcificaciones. El EcoDoppler Color demuestra el plexo venoso retroplacentario miometrial que corre paralelo al miometrio de forma regular y continua con algunos vasos ocasionales que se adentran en el parénquima placentario (2). El miometrio se presenta como un anillo de tejido hipoecoico fino y bien delimitado. Entre las dos estructuras se encuentra la zona o espacio retroplacentario miometrial, normalmente hipoecoico con un espesor aproximado de 9.5mm que representa decidua, miometrio y canales venosos dilatados periuterinos (1, 2). El útero se encuentra separado de la pared vesical por el plano de clivaje uterino-vesical, también llamado complejo uterinovesical, que se muestra como una banda lineal hiperecogénica lisa que representa la serosa uterina, tejido graso y pared posterior vesical. La pared vesical se muestra fina, lisa y regular (1) (Fig. 1). En condiciones de AP hay que tener en cuenta diferentes criterios ecográficos, de los cuales más de uno debe estar presente para su diagnóstico (1, 2, 17): Fig. : Cortes sagitales por US en paciente Fig. : Cortes sagitales ecográficos con placenta previa oclusiva total. Asteriscos: Plano de clivaje uterino vesical. AR: Area retroplacentaria. Vol. / Nº - Diciembre, . Placenta Previa: El hallazgo de placenta previa obliga a la búsqueda minuciosa de signos ecográficos de AP incluyendo el estudio con Doppler color, dado que el 88% de los AP se asocian con dicha ubicación placentaria (2) (Fig. 2). Muestran en: a) Placenta marginal anterior. b) Placenta previa oclusiva total. OCI: Orificio cervical interno. Hallazgos imagenológicos del Acretismo Placentario Stoisa D. y Col. Lagunas Vasculares Placentarias: Se trata de estructuras vasculares de tamaño y morfología variables dentro del parénquima placentario lo cual le otorga una apariencia en “queso suizo” o “comida por ratón” (Fig. 3). Suelen distribuirse en forma paralela extendiéndose desde la placenta hacia el miometrio. Se diferencian de los lagos venosos placentarios en que las lagunas son lineales, irregulares, no presentan bordes hiperecogénicos y muestran flujo turbulento en su interior mientras que los lagos venosos son redondeados, lisos, presentan bordes hiperecogénicos y muestran flujo laminar interno (2, 17). El artículo de Kim y colaboradores (1) propone los siguientes grados de lagunas venosas: 0: ninguna, 1+ de una a tres pequeñas, 2+ de cuatro a seis grandes e irregulares y 3+ abundantes lagunas grandes e irregulares difusamente distribuidas. Es el hallazgo ecográfico de mayor sensibilidad para el diagnóstico de AP permitiendo su diagnóstico en el 78 al 93% de los casos luego de la semana 15 de gestación con una especificidad del 78.6% (2). Se sabe que a mayor número de lagunas mayor es el riesgo de presentar AP (2, 17). El estudio de Yang y colaboradores mostró que todos sus casos con AP presentaron por lo menos 4 lagunas venosas (2, 8). Fig. : Cortes sagitales de US (A) y US Doppler color (B) donde se observa una placenta heterogénea por la presencia de lagunas venosas difusamente distribuidas en paciente con diagnóstico de falso negativo para AP, el cual debió ser sospechado por el patrón placentario (en queso suizo). Patrones de Doppler Color anormales: Los artículos que hablan al respecto son reportes de casos sobre el flujo turbulento dentro de las lagunas venosas. El mayor es el de Twicker y colaboradores que evaluaron 20 casos de AP (9). Es un criterio muy sensible y es mejor para su valoración el Doppler color que el AngioPower dado que es capaz de demostrar velocidad y naturaleza del flujo (17). No obstante si bien refuerza la visualización de las lagunas venosas, se sabe que el Doppler color no modifica el diagnóstico al que se arribó a través de la US en escala de grises, simplemente aporta información adicional sobre la patología encontrada (12, 17, 18). Además se puede caracterizar el patrón del flujo sanguíneo retroplacentario. En condiciones normales este flujo es continuo y paralelo al parénquima placentario. En casos de AP se observa disrupción de su continuidad resultando en un gap que representa el sitio de invasión placentaria dentro del miometrio (Fig. 4a). Puede haber falsos po- sitivos en sitios de cicatrices y falsos negativos por el aumento de la vascularización periuterina serosa que caracteriza a esta patología (1, 2). Este hallazgo se debe a la presencia de numerosos vasos sanguíneos grandes alrededor del miometrio, posiblemente secundarios a la invasión de estructuras adyacentes (por ejemplo el techo vesical) (Fig. 4b). No obstante dado que se observan aún en formas leves de AP, se cree que este aumento de la vascularización puede deberse a diferentes niveles de expresión de los factores de crecimiento endoteliales y sus receptores en las placentas de las pacientes con AP (2). El estudio de angiopower color en 3D permite demostrar la presencia de vasos aberrantes que protruyen hacia la vejiga indicativo de invasión vesical y ayuda a caracterizar el sitio exacto, la extensión del compromiso y el grado de invasión en profundidad (17). Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes Hallazgos imagenológicos del Acretismo Placentario Stoisa D. y Col. Fig. : Cortes sagitales por US angiopower (A) que muestra disrupción del plexo venoso a-b uterino-placentario (asteriscos) y Doppler Color (B) que muestra aumento de la vascularización periuterina. Desaparición del espacio retroplacentario miometrial libre: Esta línea hipoecoica que se ubica entre la placenta y el útero se observa en la placentación normal a partir de la semana 12 de gestación. Su ausencia hace sospechar AP aunque puede suceder también en embarazos normales, por lo cual su hallazgo aislado no es predictivo de AP (sensibilidad del 7%) debiéndose evaluar detalladamente presencia de otros marcadores ecográficos ya que, de encontrarse, aumentan la sensibilidad de este criterio entre el 57 y 80% dependiendo de la edad gestacional (2, 10, 17). Fig. : Cortes longitudinales de US con transductor lineal (A y B) Ausencia de la capa miometrial a nivel infraumbilical donde la placenta toma contacto con el plano aponeurótico. El espesor miometrial se midió a través de calipers en el sector supraumbilical. Vol. / Nº - Diciembre, . Afinamiento o desaparición de la capa miometrial: Un espesor miometrial anterior menor a 1 mm debe hacer sospechar AP según Twickler y colaboradores (9). Esta medición es muy difícil de lograr aún en estudios transvaginales por eso en algunas instituciones tienen en cuenta directamente la desaparición de dicha capa que es muy frecuente en el AP (Fig. 5 y 6). Fig. : Cortes parasagitales ecográficos (A y B) Comparan los diferentes espesores de la capa hipoecoica miometrial, encontrándose afinada en la medición con los calipers. Hallazgos imagenológicos del Acretismo Placentario Stoisa D. y Col. Disrupción o irregularidad del plano de clivaje uterino-vesical: Este complejo conformado por la serosa uterina, el plano de tejido graso y la pared vesical, se delimita como una banda hiperecogénica uniforme y regular y puede verse interrumpido en casos de percretismo placentario (1). Es un criterio de alta especificidad pero de baja sensibilidad para el diagnóstico de AP. Irregularidad de la pared vesical: Su presencia debe hacer sospechar placenta percreta. La irregularidad de dicha pared se debe no sólo a la invasión directa por tejido placentario sino también a la presencia de numerosas estructuras vasculares asociadas (2) (Fig. 7). Fig. : Cortes sagitales por US (A) y RM (B) Muestran pacientes con percretismo placentario con compromiso del techo vesical visualizado con la irregularidad característica, señalada con flechas. P: Placenta. V: Vejiga. Tejido placentario con efecto de masa: En algunos casos pueden verse elevaciones de tejido de ecogenicidad similar a la placentaria que provocan efecto de masa más allá de los límites de la serosa uterina extendiéndose a los órganos vecinos indicativo de percretismo placentario (1). La eficacia diagnóstica de la US en escala de grises y con Doppler Color para el diagnóstico prenatal de AP es muy variable pudiendo detectar entre el 50 al 80% de los casos (3). La sensibilidad reportada varía entre 33 al 100% (3). Su especificidad es del 71% según Dwyer y colaboradores (3) y del 94% según Finberg y colaboradores (11). Cuando los hallazgos por US son inconclusos o bien en aquellos casos de implantación placentaria posterior o fúndica, es de utilidad el estudio de las pacientes con sospecha de AP por RM. En algunas instituciones se ha incorporado como estudio de rutina junto con la US ya que podría modificar los grados de invasión y el manejo quirúrgico posterior (2, 12, 13, 17). Al igual que lo mencionado con la US, la sensibilidad, especificidad, eficacia diagnóstica, el VPP y el VPN de la RM es muy variable. Warshak y colaboradores refieren una sensibilidad del 88% y especificidad del 100% (teniendo en cuenta que los estudios fueron realizados con gadolinio endovenoso) (14), mientras que Lam y colaboradores mostraron baja sensibilidad (38%) con pobre especificidad (15). Dwyer y colaboradores refieren 80% de sensibilidad y 65% de especificidad. Nuestro estudio arrojó datos de 86% de sensibilidad y 75% de especificidad (teniendo en cuenta que se evaluaron en conjunto los hallazgos de RM y los ecográficos) En la actualidad no se sabe si la RM o la US es superior para el diagnóstico de AP, lo que sí se sabe es que son estudios complementarios (3). Si bien la administración endovenosa de gadolinio ayuda a distinguir mejor la interfase uterino placentaria mejorando la especificidad del método, su uso para el estudio placentario por RM prenatal es controversial ya que se considera una droga de tipo C. El mismo atraviesa la barrera hemato-placentaria, penetra en la circulación fetal y es excretado por los riñones fetales. Si bien sus efectos fetales son desconocidos, es bien conocida su relación con la Fibrosis Sistémica Nefrogénica que ocurre en adultos con insuficiencia renal. Los riñones fetales y de niños menores a un año de vida son considerados inmaduros, por lo tanto se desaconseja el uso de dicho material de contraste (2, 3, 18). No se lo utiliza de rutina y puede llegar a utilizarse en aquellas Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes Hallazgos imagenológicos del Acretismo Placentario Stoisa D. y Col. pacientes que tienen programada la cesárea en un corto lapso luego de la realización del estudio (3). En condiciones normales, la placenta se observa en RM como una masa de señal de intensidad intermedia y homogénea bien diferenciada del miometrio subyacente. Puede presentar imagénes lineales hipointensas regulares y finas que representan los septos placentarios normales, mejor visualizados con equipos de 3T. El plexo venoso retroplacentario se observa como múltiples vacíos de flujo por debajo de la placenta (3). El miometrio presenta espesor variable y está conformado por 3 capas, las interna y externa hipointensas y finas y la intermedia de señal de intensidad intermedia y más gruesa. Esta última presenta múltiples áreas de vacío de señal por el plexo venoso miometrial. El contorno uterino debe ser liso y no deben encontrarse áreas de abultamiento (3). Se separa de la pared vesical hipointensa lisa y regular por el plano de clivaje graso, hiperintenso en las secuencias T2 (Fig. 8). En condiciones de AP los hallazgos más útiles para su diagnóstico además de la presencia de placenta previa, incluyen: Tejido placentario con efecto de masa: Se objetiva sobre la pared uterina y es un hallazgo altamente sugestivo de AP (18) (Fig. 9). Fig. : Cortes sagitales de RM en secuencia T Muestran conservación del plano de clivaje uterino-vesical (asterisco). P: Placenta. V: Vejiga. OCI: Orificio cervical interno. Fig. : a b c d Cortes sagital (A) y coronal (B) de RM en secuencias T de dos pacientes diferentes con AP Muestran abultamiento focal y efecto de masa placentarios sobre el útero y la vejiga (asteriscos). P: Placenta. V: Vejiga. Macroscopía y microscopía con tinción con hematoxilina eosina (C) correspondientes a la paciente (A) y microscopía con tinción con hematoxilina eosina (D) de la paciente (B) que muestran tejido placentario adherido al miometrio sin clivaje entre los mismos confirmando el diagnóstico de AP. Vol. / Nº - Diciembre, . Hallazgos imagenológicos del Acretismo Placentario Stoisa D. y Col. Areas de abultamiento uterino: Se visualizan como un bulto focal en el contorno uterino externo o bien como una disrupción de la forma en pera habitual del útero grávido pasando a ser el segmento uterino inferior más ancho que el cuerpo y el fundus (3, 18) (Fig. 9). Señal de intensidad placentaria heterogénea: Representa tanto áreas de hemorragia intraplacentarias como las lagunas venosas previamente descriptas en US (3). Bandas hipointensas irregulares intraplacentarias: Se trata de áreas hipointensas intraplacentarias, lineales o nodulares que se extienden desde la interfase uterino-placentaria y presentan espesor variable y distribución aleatoria. Se consideran que son depósitos de fibrina. Deben diferenciarse de los septos placentarios normales los cuales son finos y regulares (Fig. 10). Afinamiento o disrupción de la capa miometrial: En la medida en la que avanza la gestación, la capa miometrial es de más difícil valoración por RM dado que se va afinando progresivamente. Sin embargo si logra visualizarse, la presencia de interrupciones focales en su trayecto puede ser indicativa de sitios de invasión placentaria (3). El afinamiento focal del miometrio no es un signo confiable si se lo encuentra en forma aislada y puede llevar al diagnóstico de falsos positivos (Fig. 11 y 12). Fig. : Cortes axiales de RM en secuencia T (A y B) Muestran bandas hipointensas irregulares intraplacentarias (asteriscos) en relación con depósitos de fibrina. P: Placenta. V: Vejiga. Fig. : Corte coronal de RM en secuencia T (A) Muestra la ausencia de la capa miometrial (flecha continua) que se logra distinguir del miometrio conservado (flecha discontinua). B) Imagen coronal T que muestra una tenue irregularidad del techo vesical (flechas). Fig. : Cortes coronales de RM en secuencias T (A y B) Muestran porción miometrial afinada demarcada con calipers, bien diferenciada de la capa miometrial de espesor conservado (cabeza de flechas). P: Placenta. V: Vejiga. Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes Hallazgos imagenológicos del Acretismo Placentario Stoisa D. y Col. Pérdida del plano de clivaje uterino vesical: Irregularidad de la pared vesical: En casos de pla- Si bien este hallazgo no ha sido descripto en la literatura revisada, en nuestra experiencia es importante la valoración de la línea hiperintensa dada por el plano graso que separa normalmente el contorno uterino del contorno vesical. La ausencia de dicho plano es un signo indicativo de extensión placentaria extrauterina haciendo sospechar percretismo placentario (Fig. 13). En nuestra casuística estuvo presente en el todos los casos de percretismo placentario y sólo encontramos un caso falso positivo. centa percreta puede verse tejido placentario extendiéndose más allá de los límites uterinos invadiendo órganos vecinos más frecuentemente el techo vesical el cual pasa de ser una banda lineal hipointensa regular y lisa a una banda irregular con áreas de disrupciones. Este hallazgo es altamente específico de percretismo placentario aunque de baja sensibilidad dado que no todos los pacientes presentan este grado de invasión (3) (Fig. 7). Fig. : Corte sagital de RM en secuencias T Ausencia del plano de clivaje uterino-vesical, en el sector más anterior señalado por la flecha. P: Placenta. V: Vejiga. OCI: Orificio cervical interno. Conclusiones En la actualidad no se cuenta con una metodología diagnóstica que se considere gold standard para el diagnóstico de AP, utilizándose la US como primera metodología diagnóstica y la RM como estudio complementario en casos de resultados inconclusos. Se requiere una alta sospecha clínica para detectar esta patología, que incluye pacientes con antecedentes de cesáreas y la presencia de placenta previa. Consideramos que es de suma importancia que el radiólogo reconozca los signos de acretismo placentario dado que su diagnóstico prenatal es de fundamental importancia para el planeamiento del manejo multidisciplinario perinatal. Vol. / Nº - Diciembre, . Hallazgos imagenológicos del Acretismo Placentario Bibliografía 1- Kim H, Hill M, Winick A et al. “Prenatal Diagnosis of Placenta Accreta with Pathologic Correlation”. RadioGraphics 1998; 18:237-242. 2- Baughman WC, Corteville JE, Shah RR. “Placenta Accreta: Spectrum of US and MR Imaging findings”. RadioGraphics 2008; 28:1905-1916. 3- Dwyer B, Belogolovkin VB, Tran L et al. “Prenatal Diagnosis of Placenta Accreta: Sonography or Magnetic Resonce Imaging? 4- Miller DA, Chollet JA, Goodwin TM. “Clinical risk factors for placenta previa-placenta accreta. Am J Obstet Gynecol 1997;177:210-214. 5- Silver RM, Landon MB, Rouse DJ et al. “ Maternal morbidity associated with multiple repeat cesarean deliveries. Obstet Gynecol 2006;107:1226-1232. 6- Wu S, Kocherginsky M, Hibbard JU. Abnormal placentation: twenty-year analysis. Am J Obstet Gynecol 2005;192:1458-1461. 7- Hung TH, Shau WY, Hsieh CC et al. Risk factors for placenta accreta. Obstet Gynecol 1999;93:545550. 8- Yang JI, Lim YK, Kim HS et al. Sonographic findings of placental lacunae and prediction of adherent placenta in women with the placenta previa totatis and prior Cesarean section. Ultrasound Obstet Gynecol 2006;28:178-182. 9- Twickler DM, Lucas MJ, Balis AB et al. Color flow mapping for myometrial invasion in women with a prior cesarean delivery. J Matern Fetal Med 2000;9:330-335. 10- McGahan JP, Phillips HE, Reid MH. The anechoic retroplacental area: a pitfall in diagnosis of placental-endometrial abnormalities during pregnancy. Radiology 1980;134:475-478. 11- Finberg HJ, Williams JW. Placenta accreta: prospective sonographic diagnosis in patients with placenta previa and prior cesarean section. J Ultrasound Med 1992; 11:333-343. 12- Levine D, Hulka CA, Ludmir J, et al. Placenta accreta: Evaluation with color Doppler US, power Doppler US and MR imaging. Radiology 1997;205:773-776. 13- Palacios Jaraquemada JM, Bruno CH. Magnetic resonance Imaging in 300 cases of placenta accreta: surgical correlation of new findings. Acta Obstet Gynecol Scand 2005;84:716-724. Stoisa D. y Col. 14- Warshak CR, Eskander R, Hull AD, et al. Accuracy of ultrasonography and magnetic resonance imaging in the diagnosis of placenta accreta. Obstet Gynecol 2006;108:573-581. 15- Lam G, Kuller J, McMahon M. Use of magnetic resonance imaging and ultrasound in the antenatal diagnosis of placenta accreta. J Soc Gynecol Invest 2002;9:37-40. 16- Lax A, Prince MR, Mennitt KW, et al. The value of specific MRI features in the evaluation of suspected placental invasion. Magn Reson Imaging 2007;25:87-93. 17- Thia EWH, Lee SL, Tan KK, et al. Ultrasonographical features of morbidly-adherent placentas. Singapore Med J 2007;48(9):799-802. 18- Al-Serehi A, Mhoyan A, Brown M, et al. Placenta Accreta. An association with Fibroids and Asherman Síndrome. J Ultrasound Med 2008;27:1623-1628. 19- Buetow MP. Sonography of Placenta Percreta during the first trimester. AJR 2002;179:535. 20- Sonin A. Nonoperative Treatment of Placenta Percreta: Value of MR Imaging. AJR 2001; 177:13011303. Revista Argentina de Diagnóstico por Imágenes