Waldo Romo P. Profesor de Teología Moral Facultad de Teología U. C. EL METODO DE LA TEOLOGIA MORAL REFERIDO A UN TEMA CONCRETO: LA MASTURBACION INTRODUCCION H A parecido conveniente estudiar el método de la Teología Moral a la luz del tema enunciado por ser éste uno de los más claros y clásicos, por medio del cual se pueden descubrir las ·formas -no unívocas y definitivas sino de clarificación articulando los dos "lugares teológicos" redproca- siempre como se han ido del discurso moral, es decir, la Revelación y la Antropología. Por otra parte, la reflexión sobre el autoerotismo, siendo un tema clásico en moral, registra en la actualidad "un auténtico progreso, dentro de una verdadera continuidad, con todas las posibilidades de malentendidos y de preocupaciones emotivas que surgen siempre que se habla de progreso en cualquier tema moral. La continuidad radica en la condena de la masturbación; el progreso consiste en la modalidad de esta condena y, sobre todo, en la comprensión de la persona que se masturba, tal como nos sugiere la psicología y como avala la misma reflexión teológica" (1). Además -y cesario recordar como un elemento importante, aunque no definitivo (2)-, es ne- que diversas investigaciones nos indican que la masturbación se presenta como un fenómeno muy extendido en la actualidad, especialmente entre los adolescentes. En efecto, el clásico informe Kinsey (3) señala que en la pobla- (1) (2) (3) ROSSI, Leandro, voz "Masturbación" linas, Madrid, 1974, pág. 625. "Las encuestas sociológicas pueden en indicar Diccionario la Enciclopédico frecuencia de este de Teología desorden [la Moral, Ed. masturbación] Pause- gún los lugares, la población o las circunstancias que tomen en consideración. Pero entonces se constatan hechos. Y los hechos no constituyen un criterio que permita juzgar del valor moral de los actos humanos", Sagrada Congregación para la Doctrina de la fe, Declaraci6n acerca de ciertas cuestiones de ética sexual, Typis polyglollis Vaticanis, Ciudad del Vaticano, 29 de diciembre de 1975, pág. 12. KINSEY, Alfred; POMEROY, Wardell; MARTlN, Clyde. Sexual Behavoir ín the Human Male, Philadelphia and London, W. B. Saunder Company, 1948. Indices también altos de práctica masturbal'oria se encuentran en otras investigaciones. Cf. LE MOAL, Paul. Una auténtica educación sexual, Ed. Marfil, Alcoy, 1963; PLE, Albert, o. p. "La masturbation. Réflexions théologiques et pastorales" en La Vie Spirituelle. Supplément (77), mayo 1966, París, en pág. 258, nota 1, WALDO ROMO P. 306 ción total masculina encuestada (alrededor porcentaje del 92% que había tenido taria. Est·e porcentaje femenina (alrededor experiencia promedio del 58% masturbatoria de 6.000 alguna sufrirá variaciones de la población voluntaria, según escogido, la cultura erotizada investigación de al grado Kinsey, referida de instrucción y en Podrá discutirse el método, el universo norteamericana, la tendencia a "cuantificar" comportamiento sexual, la intención investigaciones, pero no se puede desconocer el hecho importante cación y en su magnitud tienen educadores de un simple "naturalismo" que se ve corroborado dejar indiferente (4). Más de alguien afirmará católica, Moral tal el de ésta y otras en su signifi- por el conocimiento y sacerdotes. Para la Teología tadistas clásicos de la moral volun- a la masturbación femenina encuestada señaló alguna la urbana o rural. se encontró un masturbatoria en relación a la conducta sexual de las mujeres), en relación relación a la proveniencia personas) experiencia que de él situación no puede que, según el "consenso" de los tra- cada masturbación es en sí, un pecado mortal "ex tato genere suo" y no puede haber discusión al respecto. Otros, tendrán la tentación cente- de considerar la masturba·ción -especialmente en la edad adoles- como un hecho normal y sano o, al menos, poco relevante, salvo cuando es compulsivo o neurótico. cauzar -en Las reflexiones que siguen tienen la intención un simple nivel de enunciación- un debate en torno al tema, haciendo ver el método que sigue la Teología Moral en su elaboración los datos bíblicos y antropológicos de en- normativa y apartando sobre la materia. EL PROBLEMA DE LAS "FUENTES" EN MORAL SEXUAL El discurso teológico-moral que deviene en una normatividad ética arranca en general y señaladamente en materia sexual de dos lugares teológicos: la Revelación y la Antropología. soda en la Sagrada El primer "Iocus" nos entrega la palabra Escritura, recibida por la Tradición segundo "rocus" nos presenta la "naturaleza humana" de Dios expre· y acogida estudiada en la fe. El según la diversi- dad de disciplinas, culturas y tipos de conocimiento. "No podemos olvidar ninguno de estos dos 'lugares teológicos' si queremos estar en posesión de una correcta hermenéutica teológico-moral. cita (4) la obra de Haverlock pp. 163-284, 1964, t. I bación a través "El a teólogo la las espiritualidad f6rmulas moral de moralista éticas, sin producir una sugiere épocas tiene eclesial podría ponerla Espíritu Ellis, al día desorientación en los Etudes la cual trae y la de de su de antipático armonizar~a espiritual que traducir tiempo. y tiempos sexuelle, trad. infClrmación sobre francesa, Le Livre la extensión Précieux, de la mastur- civilizaciones. misión hacer sin psycho!ogie una amplia Si al entre corren, se mismo con las los la norma ¡·imitase moral a mensaje exigencias fieles; empobrecerí,a SECCHI, Ambrogio, Nuev;os caminos de la ética sexual, reproduce una parte de la presentación que el teólogo pág. 11. al repetir lenguaje, cristiano; si no la vida la supiese social cultura l\3s representase socioculturales si a meaánkamente de captar de los su la tiempo, todo y antiguas lo cristianos", norma podría que el VAl- Ed. Sígueme, Salamanca, 1974. La cita Tullo Goffi hace del libro mencionado, EL METODO DE LA TEOLOGIA MORAL 307 Estos dos lugares han ser interpretados Si ráneos, hacemos un somero descubriremos pero -por Así, Haring ella incorpora inicia de de y desde esencial a riesgos: uno énfasis- esa misma podrá de hacer esfumar culturales hasta punto decir Revelación, integral del entiende en por de sin no sea contempo- ambas las dos la Revelación valiosos de la como la en que de de la Revelación posible descubrir an- y integrante partida es recibida Dios con texto compren- polaridad un elemento puntos y desde actual enfatiza fuentes, polaridades. de Ambos de de Valsecchi cultural el contenido la primera pretender cuanto de medio criatura que en cual una para "el ha sido Jesucristo. hombre la tienen la bíblico. sus Revelación El otro tendrá en sus condicionamientos ninguna normatividad definición de su realización salvación del fuente dar y ser humano su designio fe hombre. Palabra que partir Revelación moralistas Palabra en el (6). ¿Qué la el la el entorno identificar a (5). en cuenta algunas los elementos del descuidar el peligro por a su vez incorpora visión y sin más pretenderá texto global teólogos uno toma y han de referidos de su validez" algunos comienzan la sexualidad; ella de de cada teológico-moral a su reflexión sión antropológica tropológica método su discurso dialécticamente la peculiaridad análisis que el un efecto de entenderse desde filosófica, ética? en la historia invitada por Este acto salvífica. Dios libre se abandona por Es claro nos entrega a que que visión El hombre aceptar salva entero una se libremente es el libremente acto en de manos de Dios" (7). Este acto de de Dios consiste una "ekklesía" centrarse fe nos en el amor y en el amor (6) Marciano. mismo 1976. pág. llamada ciertas este Al sobre esa obra en el sexo y la ética pueblo judío y autoritativa dependen enteramente ai (7) (1973) págs. la cristiani" Concilio a la en para cuanto hacer incorporarse el designio de la humanidad al de mandamiento plan la palabra en la fe, ética de la sexual", nuevo, de fe y el acto el acto Declaración cucstion&s riesgc el que respecto, cuanto sexual enseñanza () caridad de Dios es por Sagrada En el compromiso de caridad tie- de Dios, el hombre es la una vida de caridad. Aquí Congregación Pentecontés'I para Vol. la XIV, Doctrina Ni! 44, de Madrid, 90. mencionado. mente tanto, según a decidirse, Comentario de de como contenido: el Es precisamente 61 y vivir, acoger nen "acerca del Por Por consiguiente, la Fe antes recíproco. acto en Jesucristo de la caridad. criatura VIDAL, al su amor no en el egoísmo. significa (5) encamina en entregarnos de una llamada de lombardo atención expresa sobre un juicio el autor considera que la enseñanza de debe ser considerada como enteramerrte pueblos circundantes. la Iglesia, su la mentalidad 389-390 y págs. edición italiana (Brescia, 11, Constitución Vaticano pone episcopado los de de el y de 480-481. Otro y la cultura La nota obra de Valsecchi fraducido por Ediciones de 1972), doctrina la Dei verbum, 5. tanto sus normas di'rá el el autor materia Cf. Rivista del tiempo. advertencia "Nuove vie Sígueme, de de Valsecchi negativo 'la SaQ'radaEscritura dependiente de la en de libro pastoralmente pastoral deJI'etica Salamanca, en sobre cultura relación a la sexual, en cuanto Diocesana Mitanes., se refiere sessuale. en 1974. directaDiscorso WALDO 308 ROMO P. radica su mayor responsabilidad y su más alta dignidad moral. Toda opción moral, tanto en su origen intencional como en su gesto concreto, está ordenada a ser una mediación de la fe-caridad: lo que le da valor, para quien vive en Cristo Jesús, es realmente la fides quae per cario tatem operatur" (8). Lo dicho gracia no desconoce de Dios. Sin embargo, Revelación cubrirlo como lugar para que la salvación desde el momento teológico en este llamado nada de para el Dios que que buscamos comportamiento implica es, por lo medular humano, -como convocación moral, contrapartida- entrega bíblica y por es posible integral Ese es el aporte de normatividad se apartan la afirmar cosmovisión ética. A su luz es posible o no expresan El problema esa aceptación Permaneciendo entendida -me la fácil encontrar afirmación como la sexualidad cuando son proposiciones sexuales. entre conductas sexuales que y aquellas éticamente empezamos que parece- de ser Palabra y que, en su misma mutabilidad, de aceptar Revelación sobre y palabra son el vehículo a Dios y expresarle se identificaran, de ética sexual. una teológicamente prescripciones antropología histórico, no bíblicas de moral de Dios. Puede pensarse que en el marco cultural momento o coyuntura (o a no precisas y concretas nos entrega permanente otras que ordenadas. a encontrar en materia el hombre decir que las concretas humanas entendidas ción en un determinado la Si texto fermi" ofrece la como criterio de la fe-caridad los "puncti cosmovisión sexual tienen la pretensión al llamado distinguir Escritura se nos válido y son, por tanto, surge, sin embargo, a comportamientos sería relativamente es posible que para como será nuestro caso) textos bíblicos que entregan normas relativas bíblica a esa debe seguir ese camino que en la Sagrada más decisivo y permanentemente se inscriben en el camino de salvación encontrar ética, es responder sobre el sentido de la sexualidad ello de un modo Revelación. en una normatividad respuesta libre y respon- de Dios en Cristo. La mirada fundamental expresado de la creemos des- del hombre al modo humano, es decir un acto de fe y de caridad sable. El camino sobre todo, donde son pronunciadas del cual se ha servido la Revela- para la exigencia de una respuesta su amor. "En otras palabras, puede uno preguntarse si la relación entre cada una de las propuestas morales y la llamada a la fe-caridad es una relación necesaria y afirmada como tal por la Revelación en cada ocasión, o si es más bien una relación contingente, en el sentido que cada proposición es el fruto de una experiencia humana convergente en un determinado tiempo y lugar, asumida por la palabra revelada como trámite concreto de los valores morales inmutables de la salva. ción, o sea, de la fe y de la caridad" (9'). (8) (9) Valsecchi, o. C., págs. o. c., págs. 24-25. 22-23. EL METODO DE LA TEOLOGIA MORAL 309 La pregunta es perfectamente válida porque es precisamente en el ámbito sexual donde encontramos en los textos bíblicos evoluciones notables. Recordemos las mutaciones que se dan en materia de monogamia, de indisolubilidad, dad de la mujer, de valoración del amor conyugal de digni- y de la virginidad, etc. Es legítimo pensar, incluso, que muchos de esos comportamientos exigitivamente com- pelidos como camino moral reciben su influencia no sólo del interior bíblico en sí, sino de las culturas circundantes con las que Israel tuvo que vincularse a través de su historia. De este modo, las distintas significaciones de la sexualidad a partir del texto bíblico podrán tener su explicación en este choque de enfrentamientos culturales en que es recibida la Palabra. Desde el énfasis del Génesis -según tradiciones- en el hecho institucional del matrimonio, sus diversas pasando por su valoración de la procreación como bendición unida a la percepción de la mujer como transmisora del mal, siguiendo por el Cantar que pone de relieve la sexualidad como relación personal intersubjetiva, culminando en el Nuevo Testamento con el papel asignado a la mujer en el matrimonio y en la Iglesia, en todos esos momentos es posible descubrir diversos receptáculos culturales en que vive la Palabra. Ellos no la invalidan, pero al considerarlos se impone una tarea de discernimiento. En resumen, "las normas concretas de la Biblia sobre sexualidad deben ser valoradas, y por lo mismo discernidas, por la cosmovisión integral de la Revelación. En este sentido se puede decir que tienen valor de 'modelo' o de 'tipo' y que desde esa significación tienen vigencia normativa para el cristiano actual" (10). Si este esfuerzo de discernimiento lo aplicamos a la tradición necesario seguir un procedimiento similar, máxime cuando -en se trata de explicitar también cristiana es el nivel magisterial- lo que ya está contenido en la Revelación. Esta explicitación asume el ropaie cultural de un determinado modo de expresarse que impone, otra vez, un proceso hermenéutico. Podemos decir qre los pronunciamientos magisteriales son normativos en cuanto han transmitido con fidelidad básica la cosmovisión integral del Mensaje bíblico sobre la sexualidad; sin embargo, en relación a normas concretas es necesario someterlas a un proceso hermenéutico de discernimiento exigente. El segundo "Iocus" para la normatividad ética es la Antropología, es decir, el discurso que pronunciamos sobre el ser humano. Con frecuencia el pensamiento cristiano se ha referido a la naturaleza nadas con la sexualidad. yola El recurso a "lo dejar claros los fundamentos "ley natural" natural" de la elaboración en materias relacio- puede en un primer momento normativa, pero en forma cada vez más frecuente se descubre la necesidad de una atenta reflexión crítica. Esta necesidad se hace urgente cuando se investigan las múltiples acepciones y conteo (10) VIDAl, o. e., pág. 90. 310 WALDO ROMO P. nidos que se esconden tras este concepto (11), y cuando se tiene la tentación de utilizarlo como acepción de "lo dado", cósmico o biológico El razonamiento habitual afirma descubrimiento de la ley natural. sabemos cual es su finalidad radicalmente -sin verdadero embargo- en una perspectiva fixista o de naturalismo (12l. que la naturaleza Sabiendo y por tanto su normatividad. que la persona es "rationalis evitar que es el hombre en su "dinamismo natural", la confusión de conceptos. naturae, individua es menos cierto que esa definición esencial aplicada Constitución "Gaudium del hombre Este razonamiento, siendo desde un punto de vista cristiano, es necesario someterlo a una crítica que nos permita Siendo verdadero humana es el lugar de lo que es la naturaleza substantia", no al ser humano no dice todo lo existencia e historicidad. et Spes" (N9 12) describe al hombre, utiliza operativo o vocacional: el ser humano es la criatura Dios. Por tanto, el hombre -por naturaleza- Cuando la un concepto capaz de conocer y amar a es abierto al infinito, a Dios mismo. El ser humano no es definible si no entra en la definición un valor absoluto que en cristiano tiene un Nombre. De este modo, el hombre se da cuenta que es parte del cosmos y advierte, además (y es lo específico de lo humano) que trasciende al cosmos mismo y que no se puede reducir a una parte de una cosmología o a una pura animalidad. (11) DELHAY,E, Philippe. Permanence du droil nalurel, Louvain, Nauwelaerts, 1960. Delhaye señala en la introducción de su obra (págs. 9-20) los problemas que se plantean y los diferentes sentidos de la palabra "nature". Menciona 20 sent:dos diferentes. En cuanfo a la relación naturaleza-moral-Sagrada Escritura d. el valioso artículo de P. GRELOT, "L'idée de nature en théologie morale: le témoignage de l'Escriture" en la Vie Spirilueile. Supplément (81) mayo 1967, pp. 208-229. Un articulo muy pertinente por estudiar temas próximos al de nuestro análisis es el que se encuentra en Iglesia, Población y FarnHia, Estudios doctrinales, DESAL/ CELAP, Santiago, 1967 y cuyo autor en Albert DONOEYNE, titulado "Reflexiones sobre la crisis actual de la moral conyugal", artículo NI? 7, pp. 115-134: "no menos importante resulta observar la ambigüedad de los términos 'natura', 'ardo natura e', 'lex naturae'. Estas expresiones son susceptibles (12) de diversos sentidos que se reducen a tres fundamentales que es preciso distinguir con cuidado, siempre que sean indispensables l'Os tres para elaborar un razonamiento moral: está primero el sentido propiamente ético, En seguida el sentido teleológico V, por último, el sentido de legalidad causal. El hecho de no distinguir 10 bastante estos diferentes sentidos es la causa principal de la crisis porque atraviesa, en estos momentos, la moral conyugal y sexua]", (pág. 117, arto citado). "·Creo que a los teólogos católicos les cuesta encarar estos temas porque aGn continúan pen, san do en términos del hombre precientífico. Los filósofos estoicos de la antigua Grecia plan. tea ron el interrogante: ¿en qué forma el hombre hallará la felicidad? Su respuesta era muy simple: está de acuerdo con la naturaleza. Si hace frío, no salgas. Cuando haga calor, sácate el vestón. Cuando sea de noche, acuéstate. Si hay una montaña en tu camino, rodéala. Todo esto tenía mucho sentido en los tiempos precientíficos. Pero el genio de! hombre científico moderno, es que la naturaleza esté de acuerdo con él. Humaniza e interfiere a la naturaleza. Si hace calor afuera, pone en marcha el aire acondicionado. Si una montaña se atraviesa en su camino, la perfora con dinamita y construye un túnel. Dios le dijo al hombre que dominara la tierra, que usara de sus habilidades y de su tecnología para hacer la vida humana más humana. Pero recién estamos comenzando a comprender qué significa esto en el orden moral". CURRAN, Charles, debate con el Dr. Robert White sobre "Moral de los Transplantes", aparecido en la Revista "Sign" y reproducido en Revista II;Ercilla" de Santiago de Chile, semana del 17-23 de julio 1968, pág. 36. El MErODO DE LA TEOLOGIA MORAL 311 "El Vaticano 11en 'Gaudium et Spes' dice explícitamente que los criterios morales objetivos para el uso de las facultades corpóreas no pueden deducirse de la naturaleza de los demás animales dotados de las mismas facultades (N9 51, a propósito de la moral sexual). Con esto se dicen dos cosas importantísimas, a la luz de las consideraciones históricas arriba expuestas: primero, la ley natural moral no ha de leerse en la naturaleza en general, en el cosmos. Segundo, la ley natural moral no ha de leerse ni siquiera en el componente biológico del hombre mismo, sino en lo que constituye su carácter diferencial con respecto a los demás seres animados" (13). Aceptar estas afirmaciones no ha sido fácil para la moral católica todo si la naturaleza en su fisicidad, en el dato dado -no como criterio básico de moralidad. se opone a artificial. Más aún, cuando "lo natural" En realidad, humano) no se opone a artificial; muchas cosas artificiales modificado-, hablando (en el ser no son conceptos adecuadamente contrarios. Hay que son "naturales" -no en el ser humano en forma estricta, natural -es decir, conformes a la dignidad humana que se desprende de su esencia de ser razonablemuchas cosas naturales sobre es erigido artificiales- que atentan y, por el contrario, contra la naturaleza del hombre. Es cierto que lo señalado no significa que todo adelanto de la ciencia o de la técnica implica necesariamente un avance en humanidad. Es por ello que el verdadero metro moral lo constituye "la, naturaleza de la persona y de sus actos" IGaudium et Spes, 51): no es, pues, la pura materialidad acontecimiento físico externo, la sola regularidad que tiene significado elección interior. de los hechos, el solo de los procesos biofisiológicos moral, sino el suceso humano en cuanto está cargado Es esta capacidad de significación ,lo de que le viene de la opción personal lo específicamente humano (14). Esta opción exige que la naturaleza realidad acabada, humana no se la considere como una sino sujeta a procesos fundamentales y diversas concreciones históricas. de desarrollo Esto es necesario tenerlo individual presente no sólo en cuanto al conocimiento que el ser humano tiene de la sexualidad en tal o cuál época, sino en una perspectiva más profunda de evolución de la misma sexualidad que pierde y asume valores captados y propuestos por el propio ser humano. Queda en pie, sin embargo, una preocupación real y apreciable: concepción dinámica personal y social (13) voz (14) CHIAVACCI, Enrico, "Ley natural", en hay algún Diccionario significado enciclopédico de ¿en esta permanente Teologia Moral, de Ed. la Pau- linas, Madrid, 1974, pág. 565. "Esto es lógica consecuencia de una larga reflexión teológica: el concepto de trascendentalidad de la persona (Rahner) impide todo cierre de posibilidades dentro de una rígida definibilidad de una esencia y forma humana a realizar. Este es precisamente el confín entre el hombre y el cosmos: El hombre no es definible sine como el que tiende hacia" como cometido de escoger'5e a sí mismo y el propio camino de autorrealizacián ciones, deducir de la natura!eza humana preceptos operativos descriptibles el exterior... es inconcebible... El hombre está siempre a la búsqueda que sé encuentre plenamente en Dios, que es el verdadero TG del hombre; en el que para el hombre perderse es encontrarse". CHIAVACCI, o. c. el que tiene el ... En estas condi~ e imponibles desde de sí mismo hasta el verdadero término pág. 565. WALDO ROMO P. 312 sexualidad humana? Estimamos que sí y es lo que trata de hacer el moralista que opera a la vez con el dato revelado comprensión histórica. Pero para y con la captación del ser humano en su ello no se puede reflexionar en un "orden natural que se perciba y se defienda, también aquí, como analíticamente operativo y analíticamente inmutable, sino partiendo de la autocomprensión que tienen los hombres de la sexualidad en aquel momento y lugar y confrontándola, en la medida de lo posible, con la de otros tiempos y lugares. Esta es la única manera que tiene un investigador cristiano de descubrir y elaborar el significado "natural" de la sexualidad: tiene que atenerse críticamente a la cultura sexual en la que 'hic et nunc' está inmerso, utilizando los resultados a los que han llegado las diversas ciencias del hombre (biología, psicología, sociología, etnología, etc.), iluminados por una visión antropológica espiritualista, esto es, compaginable con las afirmaciones de la fe cristiana sobre el hombre como persona inteligente y libre" (15). En la explicitación la ética cristiana- de estas afirmaciones juega un papel fundamental -para el Magisterio que, actuando tiene pronunciamientos de tipo direccional, y promover ilicitud y, otras veces, enunciación de determinados ción doctrinal mientos -sin es decir, anuncio de valores que tutelar de normas operativas comportamientos, o prudencial. a distintos niveles de exigencia, los que pueden sobre la licitud o implicar una enuncia· Es obvio, como se ha señalado, que estos pronuncia- pretender desvalorizarlos- deben experimentar internamente un anó- lisis hermenéutico. Debe pensarse, finalmente, que en este trabajo de integrar estos dos lugares teológicos, le compete al teólogo y al Magisterio la tarea de "desvestir" y la tarea de "investir" la Palabra un papel destacado. Al primero, de sus condicionamientos histórico-culturales una comprensión humana situada y cultural de la sexuali- dad con el sentido integral y trascendente de la Revelación. A su vez al Magisterio -custodio del "depositum fidei"- le compete presentar la normatividad de la Revelación como la cosmovisión que re-dimensiona de ética sexual que vive una sociedad determinada proveniente los contenidos concretos e históricamente situada. "Esta re-dimensión tiene una función tanto crítica como constructiva en orden a la formulación de la moral sexual" (16), (15) (16) VALSECCHI, O, c. pág. VIDAl, o. c. pág. 91. 21. EL METODO DE LA TEOLOGIA MORAL 313 DATOS BIBLlCOS SOB~E EL T'EMA Si bien la práctica -según Pié (17)- directamente de la masturbación aparece ya conocida y condenada en algunas culturas desde antiguo, la tradición judaica no habla de ella en el Antiguo Testamento. El pasaje que más cercanamente se refiere al tema es el de Onán (Gén 38, 8-10). Sin embargo, la actual investi- gación exegética no ve en este episodio una condenación de la masturbación como pecado (181, sino la condenación del comportamiento de Onán que no cumple con la ley del Levirato (Dt 25, 5-10) Y rechaza dar descendencia a Er, su hermano difunto. Por ello, aunque algunas disciplinas pretenden asimilar onanismo con masturbación, no puede fundarse dicha asimilación en la correcta interpretación tica de este pasaje. El único texto veterotestamentario exegé- en el cual cree verse una alusión (19) a la masturbación es el del Eclesiá~tico 23, 16-17, texto que se encuentra en un contexto poético y cuya significación no es clara. Pareciera, por tanto, que la masturbación no se incluye en los pecados que Dios reprocha a Israel (20). Con respecto al Nuevo Testamento, los manuales clásicos de moral acostumbran citar tres textos que forman se condenaría parte del "Corpus Paulinum", en los cuales la masturbación: "¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? i No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los depravados, ni los homosexuales, ni los ladrones ... heredarán el Reino de Dios" (1 Cor 6, 9-10). "Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertina¡e, idolatría ... quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios" (Gal 5, 19-21). (17) (18) PLE, Albert, o. c. pág. 260, quien, en nota cita a J. B. Pritchard, Ancient Near Eastem Te><ts relating to the Old Testament, Princeton, 1950, p. 34, en relación a esta materia. Es necesario destacar el artículo de Pié como uno de los clásicos y más penetrant,es, tanto por su documentación cuanto por las equilibradas reflexiones que plantea. Con razón, es punto obligado de referencia para cualquier trabajo serio sobre el tema. Llama la atención que la "Declaración acerca de ciertas cuestiones de ética sexual" (o. c. pág. 12) es bastante cauta al pretender fundamentar bíblicamente la condenación de la masturbación. Un documento del Magisterio pontificio que busca explicitar tal fundamentación en el castigo de Onán es la Encíclica HCasti Connubii", de diciembre de 1930. Incluso, ~o hace "in oblicuo" al citar un texto de San Agustín, que se refiere al tema: l/Porque ilícita e impúdicamente yace, aun con su legítima mujer, el que evita la concepción de la prole. Que es lo que hizo Onán, hijo de Judas, por lo cual Dios le quitó la vida". Citado en el N9 33 de la Enc. "Casti Connubii" de S.S. Pío XI y tomado de San Agustín, De coniug aduH., lib. 11, N9 12 (Migne PL 40, 479). La edición citada de la Encidica corresponde a la publicada por la Acción Católica Española, "Colección de Encíclicas y Cartas Pontificias", Edit. Poblet, Buenos Aires, 1944, pág. 711- (19) '~Dos clases de gente multiplican los pecados, y la tercera atrae la ira: El alma ardiente como fuego encendido, no se apagará hasta consumirse; el hombre impúdico en su cuerpo carnal: no ceiará hasta que el fuego le abrase; para el hombre impúdico todo pan es dulce, no descansará hasta haber muerto". (Eclesiástico, 23, 16-17). (20) Es la conclusión que plantea PLE, a.c. pág. 260, y más Pié menciona, sin embargo, que la tradIción talmúdica se comparando la masturbac:ón CC'n el homicidio. Al respecto 13 a: "~! que eyacula el semen en vano, es semejante al matizada'l1ente ROSSI, a.c. pág. 625. muestra muy severa en esta materia, cita al Talmud de Babilonia, Niddah que arroja la sangre". 314 WALDO ROMO P. "La fornicación entre En todos estos textos Los "depravados" salén traduce en Gálatas a que como posible de deducir menos- un fenómeno (22). Ahora bíblico lo que para la -a en la respuesta del Escritura donde "Toda la ción donde actuación Mt (21) genital 5, 27-28; A de decir y de Rossi, términos "knaomai", expresión del que pág. griegos, de Jeru- a que se alude es posible en ha considerar aquella, latín se difundió no es partiendo sin embargo, se basaron traducido no autoriza textos- malakoi decir en por [a costumbre a hacer podemos en textos para de al texto integral del la en castidad el -en una procede nota 2, ampliamente el plena por Dios bíblica fenómeno en por tanto, sobre puro la propia materia: ya no la genita- prohibición se llegue a la de contenidoque mJ~turbatorio pudo la redacción de actua- (23\. aunque época y, sino cualquier significación un corazón conocidos la y este puede la frase positivos en esta adulterino más de términos dominio bíblico deseo invitado busca de la sexualidad" como aporte que materia, masturbación. masturbacién, en el campo situados- exegética hombre que no la con de [a castidad investigación la castidad sólo de los de fe-caridad En nuestra habla mastur- texto culturalmente Salvación. la hablar confundir ninguna la Testamento a al el acto rninimizador de Nuevo presentada no de visión ni el condenatorio reflexión bien cristiano- simple 636, masturbación. Biblia ha ocurrido, escribir que de la masturbación, y sitúa reiterada O.e. al de valores el análisis de 21) la castidad diversos "defo", 5, la Si de una y egoísta la la de ni el ,A,ntiguo llamado exalta perspectiva (Dt al implícitamente se entiende deuteronómica que de un razonamiento ilícita Es en la que los solos de lleno hablar Biblia condena mencione exegética mente explicita que ésta -recibida situarse Si bien Renacimiento hecho de del Mensaje debe de aue (akatarsial, Vulgata, del moral. Es en la perspectiva explícita de la "impureza", moral, concluir ser humano es parte forma En esta materia la de presentación más que se señalar. entra sólida línea y no en la perspectiva lidad partir normatividad es una verdad explícita de partir aquí ni siquiera los "malakoi", condenación de texto es posible fuentes -que una los tratadistas seguro Sin embai-go, nos orienta general no se ha propuesto nada codicia, aún más impreciso. i21). a en son usados bien, bación. demoler. textos al o la "impureza" a [a masturbación, En definitiva, nos dicen valor Cor afeminada; estos bíblicas "molrities" Sagrada se habla ]9 del rechazo curioso: llamar es la no de los términos sus referencias Palabra, impureza y Efesios es un término dentro "molles" toda (Ef 5,3)' alude gente la masturbación -al y vosotros ... " ser de en un corazón descrito de estos a través escritos: "tríbein". (22) La "mollitiE.s" (23) a 12 videtur 4. ROSSI, a.c. pág. 626. se encuentra, por ejemplo, en la Summa Theologica, 11a-llae, q. 154, EL METODO molo DE LA TEOLOGIA procede castidad todo que MORAL lo malo señala 315 (Mc 7, 20-23); el Cap. 6 de Santo, cuerpo santuario del don procede de Dios lo han adquirido a punto vista que Dios que Espíritu Desde geiio como reglas un Buena Nueva ANTROPOLOGICOS El estudio prensión que sobre hoy sona humana. dad, es necesario los motivos Espíritu que para se presenta y su presencia pertenece la como es un a Cristo y a precio. tal interpela la sexual La mente perspectiva es aceptar presentándonos valores, que de el Evan- donde surgen necesidad de salir quien [a cendencia como asegurar Edén y la exclusión el pecado del del necesidad (24) Es necesario puntualizar, resa en esta materia, cado y libremente la íntima de "ciertos de la mente a marido para la normalmente queremos se del genital, acción poder hará función propios persona integra En esta de inma- de el doble humana ello del tiene está La impreso que del viene la de nos la a Sobre alcance juicio al la moral tema. edad referimos última sea en que no nos infantil, a las realizada mujer, e~.ta ello, el figura no que llamadas con caso no aprobatorio el que jardín del que Sin embargo, semeiantes ordena aquí expresan objeto de pueda referimos condenatorio. al ni una "poluciones no nos o se referimos fin a la vida procreativo las "exploración obtener lograrse En este el un a de eventual- del acto momento, curso ni curiosa" ni semen de intebus- manifestaciones nocturnas", en a tras- de la muerte buena". a otros anhelo en la persona expulsión como "muy de comunicar un manifiesta a la realidad que a la sexualmente hijo y La sentido responde unirse es el tiempo eminentela vida. el momento e,1 sexo lo hace Dios. generativa Por mecano-eyaculatoria fecundar ningún un la conyuga!. tampoco realizado. emitir de amor tocamientos" región per- en obsequio de la claridad de la exposición, que a la moral le aquel acto autoprovocado que expresa el ejercicio conscientemente aceptado expresión y de desde La que era vista que ética. sentido señalar una, parte, aluden de trascender, un antitéticos allá com- la la genitali- situación amor por de de la vida", en la obra psicológica tiene del de eternidad creador con y una la de moral. nos permite Fruto más Este anhelo designio "árbol ha introducido esta pareja de totalizante como en la existencia continuidad. la realidad servicio no son perpetuarse. esa de conyugal. parte que de continuar permanencia del amor humana al luz responsabilidad genitalmente, y sexualidad sí para de una un desorden actúa a la definitorio no se confunde considerarse ordenada sentidos hacerse elemento de en la sexualidad: y ese deseo pueda constituir se está genitalidad se subsume de eternidad debe constituye cuando entre como psicológica, (24) tal puede como la sexualidad a aquella en el ser humano, la genitalidad que objetivamente y como sólo la sexualidad afectiva, sexualidad, EL TEMA masturbación de masturbación que misma distinción ción la considerar relacional sexo SOBRE tenemos corporal, perspectiva con el de el cuerpo 111, cuerpo pastoral, Desde el momento dimensión durez del en que habita 8, un elevado nos presentación normativas. DATOS la donde (d. Romanos de la 1'? Corintios propio conyugal ni la ahora exposi- WALDO ROMO P. 316 que se ha recibido, permanece como una de las aspiraciones más profundas del ser humano, constituye una de sus "pasiones" nifiesta sólo en la generación un camino frecuente, pero más fundamentales. de una nueva vida no imprescindible-, Ella no se ma- humana física -aunque sino también será en otras formas de salir de sí mismo, de trascender y de hacer brotar la vida. Por otra pa.rte, el sexo responde a la necesidad de relacionarse con otro para complementarse. El ser humano se percibe psicológicamente inacabado el punto que la autosuficiencia de la absoluta no interdependencia hasta es una patolo- gía. Por su misma indigencia necesita dialogar con los demás, creer que en otros y a través de otros puede encaminarse hacia su propia realización. Esto lo obliga a salir de sí y comunicarse con los demás; lo hace constituirse en un ser social a través del contacto interdependiente con su mundo circundante y por medio del diálogo y la amistad con otras personas. Llega un cierto momento, sin embargo, en que -para algunos- les es insuficiente esa relación de amistad y buscan hacerla exclusiva. Para la vocación matrimonial este proceso se realiza con una persona determinada de otro sexo. Se produce, así, aquella peculiar forma de diálogo que es el encuentro amoroso mediado en y por lo corporal. genital mente se transforma en lenguaje humana de dar ayuda y recibirla; de amor, La sexualidad actuada desempeña esa función vital de salir de sí para perfeccionar al otro, y en ese movimiento de salto al vacío, encontrarse con otro ser que a su vez complementa y perfecciona. Toda esta densidad de significación, más hoy a partir que culturalmente se está valorizando de las ciencias del hombre, se encuentra ausente en el auto- erotismo en cuanto rompe el sentido relacional de la sexualidad. Justamente el desorden moral de la masturbación radica en la distorción violenta ficaciones del acto sexual. Este se transforma en un acto buscado como una expresión de máximo egoísmo. Este orden proponemos permite -a nuestro juicio- de las signi- insignificante o sólo de reflexión que superar las motivaciones que han conde- nado la masturbación o por la ilicitud de la "delectatio" carnal o por "el derroche" de semen o por los daños que conlleva. El placer corpóreo no puede ser condenado por sí mismo (25), sino en cuanto no se da en un contexto especificamente humano. Una adecuada doctrina sobre la "delectatio" normal de la perfección importante "delectatio" nos llevará a ver en ella el resultado de todo acto humano. Podemos decir que mientras más es la función que se tiene que cumplir, más fuerte e intensa es la que se consigue al realizar los actos que tienen a esa función por fin. El placer será un desorden cuando se aparte o impida el cumplimiento de la función a la que de suyo va unido. En nuestro caso, el placer puramente genital que involucra la masturbación será desordenado no por "el en sí de la delectatio", sino porque nos aparta de la comunicación con otros y de la trascendencia en otros. (25) La tentación cado con el de un maniquefsmo mal, está siempre redivivo, latente. con especial énfasis en condenar lo corporal identifi. EL METODO DE LA TEOLOGIA MORAL 317 El derroche o frustración del semen se inscribe en una equivocada ción de la genitalidad "potente" biológica. percep- Cuando se pensaba que sólo el varón era el y la mujer simplemente era el campo de cultivo pasivo donde se depo- sitaba la semilla, cuando se creía que el poder fecundante había que conservarlo a todo precio porque era escaso y no se podía desperdiciar, es explicable que se hiciera radicar la condena de la masturbación en este tipo de consideraciones y que se transformara turbatorio en sentencia común -desde fuera "ex toto genere suo" grave. la escolástica- que el acto mas- El mismo Santo Tomás, basado en la biología de su época podrá decir que "la desordenada emisión de semen repugna al bien de la naturaleza, que es la conservación de la especie; por lo cual, después del pecado de homicidio con el cual se destruye la naturaleza humana ya existente en acto, parece ocupar el segundo lugar este género de pecado, por el cual se impide la generación de la naturaleza humana" (26). Las graves enfermedades físicas que -conllevaría la masturbación también se han esgrimido como consideraciones antropológicas Tal tipo de argumentación para rechazar la masturbación. ha tenido su punto culminante en una abundante lite- ratura del s. XIX y principios del s. XX. Debe señalarse que ella no tuvo su punto de partida en medios teológicos católicos, sino en cenáculos médicos y filosóficos principalmente racionalistas. como Rousseau o Voltaire) Fueron eximios exponentes de la "Ilustración" los que prepararon el terreno bles (27). Debe reconocerse que la masturbación plantea en páginas (tales memora- problemas psicomédicos cuando es compulsiva, obsesiva y neurótica. En tal caso será la expresión externa de un conflicto interno. La desmitologización de estas razones no significa ción es moralmente un desorden objetivo; antropológicas valorar, sin embargo, las que son necesario desarrollar negar que la masturbason otras consideraciones y que el hombre de hoy puede porque entran a formar parte de su cultura sexual y han hecho cambiar la significación o contenidos que involucra la misma sexualidad. Es posible que en el mismo Santo Tomás de Aquino -estén las bases para una reelaboración moral. En efecto, él expresa que los pecados de lujuria son pecados contra el prójimo (28). En esta perspectiva el desorden de ellos radica en su oposición al amor y por tanto la inmoralidad naturaleza de la masturbación deberá verse no tanto en un desorden contra la biológica del ser humano, sino en cuanto implica lo negación de la relación interpersonal de amor. (26) (27) (2B) SANTO TOMAS DE AQUINO, Suma contra Gentiles, libro 111, cap. 122. La cita está tomada de la Suma, versión directa del texto latino por María M. Bergadá, Club de Lectores, Buenos Aires, 1951, pág. 325. Cf. PLE, o.C., pág. 267, quien reproduce un texto de "UEmile" en el juicio que este filósofo tiene sobre la masturbaci6n y De malo, 15,2, 4m. de Rousseau, bastante sus consecuencias. decidor 318 -------------------------- WALDO --_._-----_. ROMO P. Con lo dicho, dejamos planteados dos interrogantes finales. Siendo la mosturbación un desorden objetivo (29) desde el punto de vista moral, ¿se puede afirmar que, en cuanto tal, es siempre y necesariamente un pecado grave "ex tato genere suo" y que no admite objeti'vamnte parvedad de mater'la? La Congregación para la Doctrina de la Fe en la Declaración antes citada parece no admitir esta posibi. lidad (30). La sentencia de serios moralistas parece aceptar tal posibilidad. Así, por ejemplo, Haring (31) Y Rossi (32). (29) (30) (31) (32) Que pueda no ser un desorden subjeti',¡o está fuera de d:scu~,ión y podrá ser frecuente en la adolescencia. "La psicología moderna ofrece diver:,os datos válidos y útiles en tema de masturbación para formular un juicio eqlJ¡:ativo sobre la responsabilidad mora! y para orientar la acción pastora!. Ayuda a ver cómo la inmadurez de la adolescencia, que a veces puede prolon· garse más allá de esa edad, el desequilibrio psíquico o el hábito contraído pueden influir sobre la conducta, atenuando el carácter del ¡berado del acto, y hacer que no haya siempre falta subjetivamen~e grave. Sin embargo, no se puede presumir como reala general la ausencia de responsabi Iidad grave ... " (Declaración acerca de... o.e. pág. 12-13). "Tal opinión [la que pone en duda o niega que la masturbación sea un grave desorden moral] contradice l.a doctrina y la práctica pastoral de la Iglesia. Sea lo que fuere de ciertos argumentos de orden biológico o filosófico de que se sirvieron a veces los teólogos, tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con una tradición constante, como el sentido moral de los fieles, han afirmado sin ninguna duda que la masturbación es un acto intrínseca y gravemente desordenado" (Declaración acerca de. o.c. pág. 11). Cf. HAERING, Bernard. Shalom: El sacramento de la mconciliaeión, Ed. Herder, Barcelona, 1971, págs. 227-237. Haering al hablar de las ofensas a la castidad señala que no hay normas especiales de moralidad aplicables al sexto mandamiento. Ahora bien, dentro de las normas generales se admite la objetiva parvedad de materia. En el tema concreto de moral sexual expresa lo siguiente: "Hasta estos últim0s años, la opinión mds común entre los moralistas era que son mortales todos los pecados en los que una persona busca directamente un placer sexual contrario al orden moral, sea cual fuere el grado de ese placer sexual o desorden moral. Con otras palabras: se enseñaba que todo desorden sexual o toda búsqueda desordenada de placer sexual era de tal importancia que el cristiano medio tenía que darse cuenta de que con ello destruía la amistad con Dios y consiguientemente era merecedor de condenación eterna. Esto se sostenía aún en el caso de que una persona tuviera la intención de detenerse antes de alcanzar la plena satisfacción sexual, es decir, antc's del orgasmo. Sin embargo, moralistas más avisados, insistían en que esto sólo tenía lugar si había una voluntad directa, deliberada y plenamente libre de excitar la propia sexualidad hasta cierto grado. Ahora bien, muchos moralistas tradicionales habrían aceptado la siguient~ regla práctica de discernimiento: personas que generalmente muestran buena voluntad y, por razones morales, se detienen antes de haber alcanzado el orgasmo, tienen en su favor la pre·sunción de no haber cometido pecado marta!, por lo menos en casos en que se dude de si obraron con voluntad plenamente libre, con suficiente deliberación y con intención directa de abusar de su sexualidad o de excitar hasta cierro grado la de otra persona. Hoy día un número creciente de teólogos rechaza esta posición. Afirman que en este campo se debe abordar y expresar la cuestión en los mismos términos que en las otras categorías morales. Con esto se quiere decir que si hay un grado menor de desorden, tenemos muy buenas razones de pensar que la persona media no tiene la sensación de que en este caso se arriesga la salvación ni toma una decisión que brote de las profundidades de la voluntad; es un acto imperfecto de decisión, un pecado venial. Naturalmente 105 teólogos modernos rec:::>nocen también la gravedad de todo pecado que exprese un acto de decisión plenamente libre y deliberada de transgredir directa e intencionadamente la voluntad y la ley de Dios (el orden del amor), sea cual fuere el punto en que quiera detenerse en la búsqueda egoísta del placer. ROSSI, o.e. pág. 630, dedica el cap. IV de su artículo a estudiar la gravedad que reviste la masturbación y con los matices necesarios presenta los argumentos en favor de una parvedad en materia de masturbación. "Actualmente no faltan hipótesis de estudio que admiten la posibilidad de parvedad de materia también en el campo de la lujuria, incluso prescindiendo de las circunstancias precisas, ya que ciales ... Además, subjetivas. Según estas hipótesis, la Revelación no nos ofrece indicaciones se condena el comportamiento pecaminoso de lujuria sin matizaciones espeexiste un argumento de analogía. Es un principio común el que afirma que EL MElaDO DE LA TEOLOGIA MORAL El segundo por monio la esta (si no es posible a del en embargo, 1951, a partir de vista un contexto tan certeramente en la contra es de las siempre del 1956, la del acto excluyente de de teólogos una objeto realizado"). interrogado Pío XII sino en relacional ante sobre al y 1949 negativa. de lo sexualidad, cautamente de del matri- Sin partiendo de la masturbación, apertura dudan ser absoluta la encontramos 1897 por puede la significación el dentro "naturalmente reiterado no con mujer cristalización marzo respuesta condenación realizada cuya 17 de sobre a la a la propia de la condenación algunos negativa violación Dios como masturbación fecundar es textualmente de la rozón amor, relación Magisterio Oficio Y en fecundación del de una reflexión moral de tal que 1952 de una consideración punto Santo la para enseñanza pensamiento ampliado de marido obtener la contestación materia, se plantea deshonesta semen del propio Si nos atenemos en interrogante intrínsecamente obtener 319 desde cónyuge una un en respuesta (33). virtudes grave. teologales En la no violación existe de las parvedad virtudes de materia, morales, por ya que el contrario, la ofensa cabe parvedad de materia, ya que el objeto directo de las mismas es la honestidad del acfo. ¿Por qué, en1once~" la castidad, que e<; una virtud moral, como parte de la virtud cardinal de la templanza, debería constituir una excepción? Finalmente existe un argumento intrínseco. Se considera moralmente grave el acto que implica en sí unJ violación directa contra Dios o una violación gravemente lesiva contra sí mismo o contra el prójimo. ¿Cómo va a ser posible afirmar que en un solo pecado solitario de un adolescente se dé una violación contra la propia dignidad humana comparable o ~uperior a la de otros pecados contra la templanza? La problemática sobre la gravedad de la malicia de cada acto se complica si tenemos en cuenta la reciente perspectiva teológ:ca sobre la orientación fundamental de la vida, que se ha convertido en el criterio básicJ de la valoración moral, aunque tal orientación no pueda dejar de valorar también los actos s:ngulare~. Por nuestra parte, nos hemos limitado a informar sobre una discusión que apasionará cada vez más a los moralistas en los próximos años. (33) M. DI IANNI, voz "Fecundación artificial" en Diccionario enciclopédico ... , o.e. pág. 419. "Naturaln-:entc es~e juicio d~1 lodo negativo [sobre la masl"urbación] vale cuando se ha constatado el egoísmo de fondo de la acción; pero cuando en la base de esa acción no hay egoísmo, sino indiferencIJ, como en una p:-escripc;ón médica para diagnosticar la presencia de una enfermedad, ¿cabría mantener El mismo juicio? ¡Se duda! Como también nos quedamos cautamente dudosos cuando el motivo ce fondo es obtener semen para una fecundación artificial entre cónyuges. En tal caso, hay unión, hay amor, pero una deficiencia del organismo no permite alcanzLlr el objetivo fijado. No es el caso de condenar de un modo drástico este medio extraordinario, excepcionElI, supues"o que los médicos de prob¿da honradez lo considerasen verdaderamenle insustituibl·e". Este mismo artículo trae la referencia a otros moralistas que son cautos o matizan el juicio moral a! respecto, sin llegar él una clara condenación de este tipo de "mecano-eyaculación". El mismo HAERING en un libro especializado en cuestiones de ética médica (Mora! y Medicina, Ed. PS, Madrid, 1973), señalaré: "En el análisis de las discusiones de la última década podernos decir que, respecto de la inseminación artificial del esperma de! marido, hay dos oponiones probables: ni \a inmoralidad de la eY,i3culación por parte del marido con fines de paternidad, ni la inmoralidad de la introducción en el útero de la esposa del esperma conseguido, pueden probarSE: con argumentos convincentes. No puede negarse que nuestros sentimientos, tan ¡:)rofundamente condicionados por la tradición, se rebelan cuando se hallan frente a una problemática tan insólita. Sin embargo, tenemos que ver la sublimidad de la vocación paterna, como una parte esencial del matrimonio y el gran gozo de los esposos que, durante años han deseado hijos, y que, por esta manipulación, son capaces de recibir su propio hijo en un ambiente de amor genuino" (a.c. pág. 94). Está de más señalar que desde el punto de vista del Magisterio de Pío XII, el derecho que da el matrimonio €s a los actos r¡aturales que son capaces de engendrar una nueva vida y están destinados a ello. El contrato matrimonial -en palabras de este Pontífice"no le confiere [a 105 esposos] derecho a la fecundación artificial, ¡::ues un tal derecho no está de ninguna manera expresado en el derecho al acto conyugal natural ni podría ser deducido de él" (PIO XII, Alocución a l'Os participantes WALDO 320 Concluyamos. Afirmando ROMO P. claramente el ob¡etivo desorden moral de la mas- turbación, será necesario evitar el siguiente razonamiento: operar con criterio "maximalista" el dato bíblico y la tradición lista" el aporte antropológico de la Iglesia y operar con criterio "minima- actual sobre la sexualidad. La Revelación nos señala el gran valor evangélico de la castidad a cuya luz la masturbación aparece con claridad como una objetiva transgresión del orden moral. La antropología nos se- ñalará que la sexualidad, actuada genital mente, debe cumplir ciertas exigencias para que se inscriba en una significación humana: 1. Deberá ser relacional con otro (sentido de alteridad); 2. Deberá ser reladonal 3. Deberá ser relacional con otro de otro sexo en forma estable y perma- con otro de otro sexo (sentido de heterosexua- lidad); nente (sentido de compromiso); 4. Deberá ser relacional con otro de otro sexo en forma estable, perma- nente y abierta a dar la vida (sentido de fecundidad). Ninguna de estas exigencias realiza un punto de vista antropológico- la masturbación, significando el cerrarse en el propio -desde egoísmo, eliminando con ello lo más propio de la sexualidad: abrirse al amor y a la vjda en de el Segundo 1956, AAS Congreso Mundial de 48 (1956), pág. 471). en la comprensi6n y precíso. y alcance de "los la Fertilidad y la Esterilidac(', El debate se centrará para esos actos naturales" que para Pío N:ápoles, teólogos XII tenía 19 de mayo que "dudan", un sentido claro