Los accidentes de tráfi c o en el ámbito lab o ra l

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Los accidentes de tráfico
en el ámbito laboral
Francisco Toledo Castillo
Introducción
D
esde la aparición del automóvil en el
siglo XIX, y su masiva generalización
en los últimos cincuenta años, se ha producido todo un conjunto de transformaciones
sociales y personales, que han dado lugar a un
profundo cambio en la vida de los hombres y
mujeres contemporáneos. De hecho se puede
decir que el desarrollo de la motorización en
los países industrializados, ha creado una verdadera convulsión física, psíquica, ecológica,
económica y cultural, habiendo servido los
vehículos para estimular la creación de múltiples infraestructuras, e incluso para transformar los procesos sociales. Los coches se
han convertido finalmente en un instrumento indispensable en la forma de vida actual.
El automóvil se ha convertido en un compañero inseparable en nuestras vidas y en protagonista indiscutible de la sociedad contem-
poránea. Conducir es por ello una actividad
imprescindible, como lo demuestra el hecho
de que en todo el mundo circulen en la actualidad, más de 1.100 millones de automóviles
y que cada hora que pasa se fabriquen 7.000
unidades. Esto es prueba de que los vehículos
con motor, se han convertido en indiscutibles
protagonistas de la sociedad actual, en la
medida en que ofrecen ciertamente innumerables ventajas para los usuarios (Toledo,
Esteban y Civera, 1995).
De hecho, se puede decir que el uso masivo
del automóvil ha generado una profunda
transformación física, psíquica, ecológica, económica, social y cultural en los países industrializados, por lo que supone una libertad individual de desplazamientos, con la modificación
de los hábitos y conductas, tanto en el entorno laboral como en la ocupación del tiempo
de ocio, propiciando actividades tales como el
turismo individual, familiar y colectivo, y
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generando en última instancia una “cultura”
diametralmente distinta a la de la premotorización. Pero junto a las incuestionables bondades de la motorización, pronto nos enfrentamos a un problema, el de la accidentalidad,
que pone en cuestión el precio y los beneficios
de la movilidad.
Según estadísticas recientes de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), se calcula que al
año mueren en el mundo un 1.200.000 personas siendo más de veinte millones los heridos
anuales. Otros datos nos indican que en el
siglo XX casi 40 millones de personas han perdido la vida como consecuencia de un accidente de tráfico. (Montoro. L, 2000)
Tan solo en la Unión Europea, los muertos en
accidente de tráfico –entre ciudades y carreteras– se sitúan aproximadamente en 45.000,
estimándose la media anual en más de 15.000
inválidos temporales o permanentes. Se calcula que cada hora que pasa mueren en las carreteras-ciudades europeas unas 7-8 personas.
En España el problema es muy grave, aunque
se ha producido una evolución positiva de la
accidentalidad en la última década. Según
datos de la Dirección General de Tráfico y
otras fuentes estadísticas, hemos pasado de
unos 9.000 muertos (a treinta días) en 1989
y 170.000 heridos, a 5.700 muertos y
150.000 heridos en 2003, siempre entre ciudades y carreteras. En España tenemos un
muerto en accidente de tráfico cada hora y
media. Cada minuto se produce un accidente
de circulación. Cada cuarto de hora, una víctima de este tipo de siniestros es atendida en
un centro sanitario y cada día hay en España
dos parapléjico más.
De los datos anteriores se desprende que en la
actualidad los accidentes de tráfico son un
problema de salud de proporciones pandémicas, adquiriendo un dramático protagonismo
en los índices de mortalidad. De hecho, los
accidentes de tráfico se caracterizan por ser el
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problema de salud pública que ha experimentado el incremento más elevado en tasas
de mortalidad. Más de la mitad de las muertes debidas a lesiones (excluyendo las intencionales) y la mitad de las incapacidades permanentes, asociadas a lesiones traumáticas de
la médula espinal, son consecuencia de accidentes de tráfico. De la misma forma, a las
víctimas mortales han de añadirse las personas que resultan heridas. Según la Organización Mundial de la Salud, por cada muerte
en accidente de tráfico, se producen al menos
12 heridos leves y 7 graves. Esta no es una
situación actual o reciente, sino que se conocía desde hace muchos años lo que estaba ocurriendo, y fue un médico francés, el Dr.
Simonin, quien en 1955 afirmaba que “el
automóvil ha reemplazado al microbio como
agente principal de morbilidad y mortalidad
de las modernas sociedades”.
Epidemiología de los
accidentes de tráfico
en el ámbito laboral.
Los accidentes “in itinere”
y “en misión” (in laboro)
Los accidentes laborales, junto a los accidentes de tráfico, constituyen una de las más
importantes lacras de las sociedades modernas, tanto por el coste económico y social
como, sobre todo, por el enorme coste humano que conllevan: muertes, invalidez, lesiones, pérdida de salud y calidad de vida, etc.
La unión del ámbito laboral con el del tráfico
determina un tipo de problemática con características muy particulares que está experimentando un importante crecimiento en los
últimos años, el accidente laboral de tráfico.
D e n t ro de los accidentes laborales hay unos
tipos específicos de accidentes con características muy part i c u l a res que están sufriendo
un crecimiento relativo mucho mayor que el
p romedio. Nos estamos refiriendo a los accidentes in itinere1 y en misión2. A diferencia
del resto de accidentes laborales estos accidentes no se producen en las instalaciones de
la empresa, sino fuera, bien al dirigirse o al
re g resar del trabajo (in itinere) o bien re a l izando el trabajo fuera de la empresa (en
misión), como puede ser el caso del transporte por carretera.
Gran parte de los accidentes laborales son
accidentes de tráfico. Sin embargo, apenas
existen estudios diagnósticos detallados y
rigurosos que permitan obtener una información útil de cara al planteamiento de acciones
preventivas y, consecuentemente, son escasas
las actuaciones llevadas a cabo para disminuirlos, a pesar de que su importancia radica
sobre todo en que son los accidentes laborales
con mayor índice de mortalidad.
Los datos estadísticos disponibles desde las
diferentes instituciones implicadas en la prevención de riesgos laborales suponen el punto
de partida para el diseño y desarrollo de intervenciones normativo-formativas necesarias
para la reducción de la siniestralidad laboral
y, más concretamente, de la accidentalidad
laboral por tráfico.
Existen diferentes fuentes de información a
partir de las cuales se puede estudiar la accidentalidad laboral, como pueden ser las fuentes de datos procedentes del Ministerio de
Trabajo, las mutuas sanitarias, compañías
aseguradoras, etc. Sin embargo, desde la pers-
Autor: Cooper, Austin, Londres (Gran Bretaña). 1925-1937.
“¿Es seguro? Mira el semáforo”.
Extraído del libro DANGER.
pectiva de los accidentes laborales de tráfico,
estas fuentes apenas recogen información
relativa a las circunstancias y factores que los
caracterizan (infracciones, causas, tipo de
accidentes...). Por ello se considera de mayor
utilidad el analizar los datos que recoge la
Dirección General de Tráfico (D.G.T.) a par-
1 Los accidentes in itinere se refieren a aquellos que sufre el trabajador al ir o al volver del lugar de trabajo. De manera
generalizada, cabe señalar 3 elementos que se requieren para calificar el accidente como in itinere:
- Que ocurra en el camino de ida o vuelta.
- Que no se produzcan interrupciones por tareas no habituales en el desplazamiento entre el lugar de trabajo y el lugar
del accidente.
- Que se emplee el itinerario habitual.
2 Los accidentes en misión son aquellos que ocurren en los desplazamientos realizados durante la jornada laboral, en el
cumplimiento del trabajo o de los cometidos o encargos encomendados por la empresa.
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GRÁFICA 1: EVOLUCIÓN
ANUAL DE LOS ACCIDENTES
LABORALES DE TRÁFICO POR TIPO DE DESPLAZAMIENTO
Fuente: Dirección General de Tráfico
GRÁFICA 2: DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LOS CONDUCTORES
VÍCTIMAS DE ACCIDENTES EN MISIÓN EN FUNCIÓN DE LA EDAD
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tir de su parte estadístico de
accidentes que, aunque no es
considerado como una fuente de
datos de accidentalidad laboral
propiamente, sí que permite la
identificación de este tipo de
accidente y además proporciona
gran cantidad de información
relativa al mismo.
En España, según datos de la
Dirección General de Tráfico, en
el periodo 1993-2002 se han
registrado más de 780.000 conductores víctimas de accidentes
de tráfico, de los cuales, el 31.5%
se desplazaba por motivos laborales (accidente en misión o in
itinere), es decir, esto supone uno
de cada tres conductores víctima de accidentes.
En los últimos 10 años (Gráfica 1) el número de conductores
víctimas de accidentes laborales
se ha incrementado en un 54%,
de manera similar en ambos
tipos de desplazamiento. Se
podría añadir, según datos procedentes del Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales, que
este incremento experimentado
por la siniestralidad laboral de
tráfico ha sido mayor que el
aumento de cualquier otro tipo
de accidente laboral.
Si nos centramos en el año 2002,
el número de conductores víctimas de accidentes en misión por
tráfico se eleva a 19.875 y el de
conductores víctimas de accidentes in itinere por tráfico a
9.640, (el 67,3% y el 32,6% de
los accidentes laborales por tráfico, respectivamente).
El patrón de accidentalidad
GRÁFICA 3: DISTRIBUCIÓN DE LOS ACCIDENTES IN ITINERE
laboral por tráfico es diferente
Y EN MISIÓN EN FUNCIÓN DE LA HORA DE OCURRENCIA
al del accidente de tráfico cuyo
motivo de desplazamiento es
por ocio.
El accidente en misión se caracteriza por producirse de forma
uniforme a lo largo del año,
disminuyendo de forma importante en los meses vacacionales
(principalmente en agosto).
Habitualmente se produce de
lunes a viernes, sobre todo en
las horas matinales de la jornada laboral, entre las 8 y las 15
horas se registran el 50% de los
accidentados por este tipo de
desplazamiento (Gráfica 3).
Los vehículos que tienen u n
mayor peso relativo en este
tipo de accidentes son los
camiones y las furgonetas
(profesionales del transporte),
HORA
seguido de las motocicletas. La
colisión es el tipo de accidente
más frecuente (en un 72% de
los casos). Se registra en mayor
proporción en zona urbana (60%) que en
De forma similar, el accidente in itinere tamcarretera (40%).
bién se suele dar de lunes a viernes aunque es
El grupo de edad más afectado es el de los
mayoritario alrededor de las horas de entrada
jóvenes (el 37% tiene entre 20 y 30 años) auny salida del trabajo, con horas punta a las 8 de
que no parece estar relacionado con la falta de
la mañana y a las 14 horas (Gráfica 3). La evoexperiencia en la conducción (Gráfica 2). La
lución a lo largo del año es constante, desceninfracción que se registra en más ocasiones es
diendo sobretodo en los meses de vacaciones.
la conducción distraída o desatenta (en un
La mayoría de estos conductores accidentados
17% de los casos), consecuencia de una conson varones (un 71% frente al 26% de mujeducción continuada.
res), aunque el peso relativo de las mujeres es
La mayoría de las lesiones se producen en la
mayor in itinere que en el resto de desplazacabeza y cuello, y en las extremidades, destamientos. También suelen ser los jóvenes el
cando la baja utilización de los accesorios
grupo más afectado (aproximadamente el 39%
de seguridad pasiva como el cinturón o el
tiene entre 20 y 30 años) y con poca experiencasco si los comparamos con el resto de
cia en la conducción (casi el 20% posee el perdesplazamientos.
miso de conducción menos de 2 años).
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Circulan mayoritariamente en turismos
(58%), ciclomotores (22%) y motocicletas
(12%), vehículos que a su vez son relativamente nuevos (casi el 34% tiene menos de 2
años de antigüedad)
El tipo de accidente más representativo es la
colisión frontal y frontolateral (un 40% de los
casos), seguido de la colisión por alcance y la
salida de vía. Aunque la mayoría aparentemente no había cometido ninguna infracción
(el 52%), en los casos en que ésta puede ser
registrada, destaca la conducción distraída
o desatenta (en un 20% del total de conductores accidentados in itinere). El 14% no es
capaz de adecuar la velocidad a las condiciones de la vía o sobrepasa las limitaciones de
velocidad establecidas.
Se registra por igual en carretera (principalmente en vías convencionales) y en zona urbana (51% y 49% respectivamente), sobre todo
en desplazamientos de corta duración (el 83%
de los conductores accidentados llevaban conduciendo menos de 1 hora) y poca distancia (el
86% son desplazamientos locales).
La mayoría de las lesiones se producen en el cuello y cabeza (un 34% de estas víctimas no usaba
accesorios de seguridad como el cinturón), y en
la extremidades (sobre todo en las inferiores).
Perfil del accidente
in itinere y en misión
Muchos de los trabajadores que tienen que
recorrer mayores distancias para ir y volver del
trabajo se levantan antes, duermen menos, se
ausentan del trabajo con más frecuencia y llegan tarde al trabajo más a menudo; además se
quejan del hacinamiento, el ruido, la contaminación y la humedad de los vehículos con
mayor frecuencia que los demás trabajadores.
Están más cansados y manifiestan un mayor
número de dolores de espalda y de cabeza, tras-
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t o rnos gastrointestinales, palpitaciones, así
como diversos trastornos psíquicos.
Todas estas características incrementan la
posibilidad de tener un accidente, ya que hay
un hecho que convierte a los accidentes in itinere y “en misión” en especialmente peligrosos, y es el que la mayoría de los desplazamientos entre el domicilio y el lugar de trabajo se producen en momentos del día en que
los trabajadores pueden no estar en las mejores condiciones psicofísicas por haber llevado
un día de trabajo agotador y tenso, agravando
este hecho el tener que realizar un trayecto
largo para llegar a su destino. Otro dato
importante es que los accidentes laborales de
tráfico triplican la duración de la baja laboral
con respecto al resto de accidentes laborales.
Por otra parte, hay una serie de características
tanto personales como laborales de estos tipos
de accidentes que no podemos obviar dada su
importancia. Éstas son:
● La variable sexo: hasta el momento, numerosos estudios desvelan que las mujeres
sufren menos este tipo de accidentes que
los hombres, aumentando considerablemente esta diferencia, conforme aumenta
el grado de lesión en los mismos.
● La variable edad: numerosos estudios
apuntan que, a medida que la edad
aumenta, disminuye la accidentalidad y
con ella la gravedad de las lesiones; siendo
el sector de los jóvenes, el mayor grupo de
riesgo en este tipo de accidentes.
● La variable relación laboral: hay muchos
aspectos ligados a la relación laboral que el
trabajador puede tener con la empresa. De
hecho, son las personas que tienen contratos temporales, las que sufren en mayor
medida accidentes in itinere, al contrario
que los trabajadores que tienen contratos
indefinidos o fijos, que sufren menos este
tipo de accidentes, además de no ser tan
graves como los anteriores.
La variable antigüedad: los trabajadores que
tienen mayor antigüedad en la empresa son
los que sufren menos este tipo de accidentes; de hecho prácticamente la mitad de
estos accidentes tienen lugar durante los
dos primeros años en la empresa.
● La variable profesión: según numerosos
estudios esta variable no es objetiva, ya
que la profesión a desempeñar no es algo
relevante para tener mayor o menor probabilidad de sufrir este tipo de accidente.
● La variable actividad de la empresa: numerosos estudios han observado que sí existe un
mayor riesgo de accidente dependiendo del
tipo de actividad que se desarrolla en la
empresa. De hecho, se registran un mayor
número de accidentes en trabajadores del
sector industrial que en trabajadores del sector agrícola o de servicios o incluso de aquellos que desempeñan su actividad en oficinas.
● La variable estatus en la empresa: el estatus tiene mucha relevancia en cuanto a
accidentes in itinere se refiere, ya que, se ha
observado que el personal directivo y de
gerencia de una empresa sufre este tipo de
accidentes en menor medida, frente a los
oficiales, especialistas y peones, que los
sufren con mayor frecuencia.
● La variable tamaño de la empresa: se ha
observado que la mayor tasa de accidentalidad se da en trabajadores de empresas
más pequeñas (hasta 50 trabajadores),
frente a los que trabajan en empresas de
mayor tamaño.
Así, hemos visto que existen muchas diferencias en cuanto al riesgo de padecer un accidente in itinere y “en misión”, respecto a diversos
factores, tales como el sexo, la edad, la relación
laboral (tipo de contrato), la antigüedad en la
empresa, el tipo de actividad de la empresa, el
estatus y el tamaño de la empresa. También
podemos hablar de las condiciones psicofísicas
del trabajador, las horas que utiliza para reali●
zar desplazamientos, el tipo o estado de la vía,
la distancia recorrida, la velocidad, el modo de
transporte, etc.
Algunos de estos factores podrían ser disminuidos mediante una serie de medidas
fomentadas desde las propias empresas, con el
objetivo de reducir o eliminar la exposición al
riesgo; como por ejemplo la construcción de
comedores en los centros de trabajo, la
implantación de servicios adecuados de transporte donde el trabajador no tuviera que utilizar su propio vehículo, etc. Pero a pesar de
las medidas que puedan tomar las empresas,
es el propio trabajador el mayor responsable
de salvaguardar su vida. Para ello debe existir
una formación e información adecuadas en
Autor: Danning. Helsinki (Finlandia). 1935.
“Cuando la visibilidad es mala, no te dejes engañar por un
claro en el bosque para salir a la carretera”.
Extraído del libro DANGER.
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materia de seguridad vial, que junto con la
propia participación de los trabajadores y de
la empresa, puedan reducir la siniestralidad,
siendo conscientes de los riesgos que tienen
en la conducción, cómo pueden evitarlos y
cómo pueden afectarles, con el fin de que
modifiquen sus actitudes y eliminen comportamientos inadecuados, así como conductas
de riesgo.
●
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Recomendaciones
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Revisión curricular de los estudios de capacitación del Técnico en prevención de riesgos laborales con la implementación de:
- 24 horas en Seguridad vial. El factor
humano.
- 10 horas en Gestión de la Seguridad vial.
(Inspección y supervisión).
- 36 horas en investigación y reconstrucción de incidentes/accidentes.
Las empresas deben investigar todos los
accidentes que causen baja laboral. Los accidentes in itinere y en misión tienden a presentar parámetros característicos de distribución. Es decir, el análisis de este tipo de
accidentes nos permite concretar los grupos
de riesgo y los reincidentes, lo que facilita la
priorización de las intervenciones.
Revisar la operatividad real del técnico de
prevención de riesgos laborales. El técnico
de prevención debe actuar de puente entre
la jefatura de producción y la de Recursos
humanos. En el organigrama operativo
debe depender directamente del gerente
de la empresa.
Manejo de las herramientas informáticas
de calculo de costes de los accidentes in itinere y en misión, teniendo en cuenta los
costes directos e indirectos.
Elaboración de un protocolo general destinado a introducir la cultura de seguridad
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vial en las empresas. Acciones y temporalidad concreta.
Elaboración de un manual básico de seguridad vial en la que se especifiquen las causas más comunes de este tipo de accidentes, los factores de riesgo más comunes, la
clasificación básica entre errores e infracciones y el tratamiento preventivo, corrector y de control de cada uno de ellos.
Elaborar una herramienta de evaluación de
las acciones realizadas en seguridad vial.
Elaborar un cuestionario de registro de actitudes y conocimientos en Seguridad vial.
Introducir en los sistemas sancionadores
de las empresas, medidas correctoras de
carácter rehabilitador. Este tipo de estrategias se han mostrado como las más eficaces
en la reducción de la accidentalidad.
Elaborar mapas de riesgo de los recorridos
por los que circulan los trabajadores.
Especificando los tramos de concentración
de accidentes, los índices de peligrosidad
(IP), la realización de obras y los Índices de
Densidad Medio (IMD). En función de
estos criterios informar a los trabajadores y
pactar rutas alternativas.
Información a todos los trabajadores en el
Tablón de avisos de los accidentes ocurridos, las consecuencias, las causas posibles y
las recomendaciones a seguir. Es muy
importante en los programas de implementación de la cultura de seguridad, generar
climas de confianza en la comunicación.
Implantación de los programas de reducción del consumo de alcohol en las empresas. Protocolos de detección y campañas
de información.
Generación de un programa consensuado de
escalonamiento de entrada y salida a las
empresas en los Polígonos. El tráfico de agitación es una fuente de accidentalidad in itinere y en misión. Es muy importante que lo
coordine y supervise un mediador externo.
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Tener un registro de las fechas de revisión
de las ITV de los vehículos de los trabajadores, y facilitar 2 horas laborales a cargo
de la empresa para su revisión.
Fomentar el uso del transporte colectivo,
así como incentivar, incluso proveer de
medidas de seguridad tales como cascos
como si fuera parte del vestuario que se
utiliza para trabajar en muchas empresas.
Mantener informado en todo momento al
trabajador cuando esté expuesto a factores
que puedan tener efectos secundarios sobre
su capacidad de conducción, tales como:
colas, disolventes, pesticidas, etc.
●
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Establecer en las retribuciones por objetivos de los responsables de cada sección,
criterios de seguridad vial en el cálculo de
los objetivos. Es decir, en función de la
accidentalidad en su sector se establece un
cálculo corrector que le incrementa o le
disminuye el porcentaje retributivo en la
variable por objetivos.
Implementar campañas de seguridad vial
anualmente, orientadas a la utilización de
los sistemas de seguridad activa y pasiva,
y la información de los diferentes factores
de riesgo y que efectos producen en la
conducción.
Autor: Shuffrey. Londres (Gran Bretaña). 1925-1937.
“Señales de la policía”. Extraído del libro DANGER.
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