ROMA, REFLEJO DE VIDRIO Es la codicia de el hacia ella la codicia de ella hacia el aquel misterio de un asfixiante ahorcamiento estrangulación de pensamientos una paranoia de sentimientos tortura ideada de un masoquismo implantado Llámalo a él...a él, el Juego de Alice. Son las memorias de una extraviada pesadilla de un pecado sin firmamento aquella ella…una maniaca verdad entre llaves de una desesperación silenciosa de un deseo rojo, en rojo teñido en la alfombra entre las sombras negras frías de una masacre en luna noche, entre alas negras y labios rojos, una Pandora Oculta y un sentimiento roto. Son Lucifer y Eva sin dios sin tierra, lamentable infierno. Es la codicia de él hacia ella, la codicia de ella hacia él…él, el Juego de Alice, Señor de las pesadillas rotas. Es entre fierro negro y cadenas fuego un lejano sueño de un secreto negro entre cuatro lados de un desquiciado cuento !Sea Lucifer quien me mate¡ ya son las 12, que Cenicienta, sin mover un dedo. Alcanzando nada, se derrama todo entre garganta rota, ojos ciegos, y mente dormida Son Lucifer y Eva en el Edén perdido atrapados ellos en un reflejo vidrio pobres almas esperando nada del juego, juego de un buen espejo. BESO NEGRO Se considera hermosa una perfecta ruina se considera feo la verdad correcta se prefiere diamante pero no piedra prefieren beso negro pero no ángel justo quieren cruz pero vacilan trinches recemos juntos en el bajo cielo. Piden blanco pero su alma es negra piden manos pero no dan la suya gritan todos pero no escuchan gritos aman dulce pero no amargo en sereno pero no con ruido la ironía se cuenta sola de costilla pero no de alma golpe bajo pero muy directo boca abierta pero sin saliva recemos juntos bajo la moral manchada amemos juntos a la humanidad salvada ¡hay que risa! besemos plumas Ya no cantemos el ave maría porque de puros no tenemos nada. EL INTOCABLE. Que pase lo que tenga que pasar. cuando tenga que donde tenga que en el momento que deba... pero mientras el tiempo este paralizado, lo único que las paredes verán, es el mirar con los ojos como la espalda doy… a la humanidad y como cruzando los brazos voy… con gloria e ímpetu. Mientras esta mirada vacía no apuntara a ningún firmamento de ningún cielo despierto, ni oscuro, ni a un infierno ardiendo o en guerra, ni a otra tierra perdida de ningún espacio estrellado, mientras oscurezco el mundo de las sombras y edifico un muro de concreto frente a esta realidad ficticia sin sueños. Con esta pulsera roja carmesí, y estas tijeras doble filo, corto esta verdad, falsa… del destino... para nuevamente crear un ciclo de misterio distinto. con una razón, sin sentimiento con un pensamiento, sin euforia con una sonrisa, sin chispa invertimos este reflejo sin sombra. El despertar de Roma. el Amor negado. Autor: Estefanía De Azambuja