PRUEBAS DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD PARA ALUMNOS DE BACHILLERATO LOGSE Septiembre 2009 ANÁLISIS DE TEXTO. CÓDIGO 53 * Puedes elegir la opción A o la opción B. ** Si tu ejercicio está muy bien redactado, tu calificación podría subir; pero si tiene muchas faltas, puede bajar hasta tres puntos. *** Como orientación, ten en cuenta que entre el resumen/esquema y el comentario te vendría bien no escribir más de una página o página y media, aproximadamente. OPCIÓN A [TENGO ESTOS HUESOS HECHOS A LAS PENAS] Tengo estos huesos hechos a las penas y a las cavilaciones estas sienes: pena que vas, cavilación que vienes como el mar de la playa a las arenas. Como el mar de la playa a las arenas, voy en este naufragio de vaivenes por una noche oscura de sartenes redondas, pobres, tristes y morenas. Nadie me salvará de este naufragio si no es tu amor, la tabla que procuro, si no es tu voz, el norte que pretendo. Eludiendo por eso el mal presagio de que ni en ti siquiera habré seguro, voy entre pena y pena sonriendo. (Es un poema de Miguel Hernández, incluido en El rayo que no cesa.) Preguntas: 1. Haz un resumen o un esquema del contenido de este poema. {1 punto} [· Si eliges resumen, atente a lo principal, sé breve y redáctalo con tus propias palabras. · Si eliges esquema, jerarquiza claramente las ideas.] 2. Comentario crítico personal. {2,5 puntos} [Redacta tu opinión personal sobre el tema que elijas a partir del contenido de este poema.] 3. Sintaxis. {2 puntos} Haz la descripción sintáctica de: «Como el mar de la playa a las arenas, voy en este naufragio de vaivenes por una noche oscura de sartenes redondas, pobres, tristes y morenas.» 4. Elige entre morfología y léxico. {1 punto} · Si eliges morfología, haz la descripción morfológica de «Nadie me salvará de este naufragio si no es tu amor». · Si eliges léxico: a) Explica el significado que tienen, en este texto, las siguientes palabras: norte, presagio, eludiendo, cavilación. Lengua castellana y Literatura 1 [Ten en cuenta que lo que se pide, en esta parte de la pregunta, es qué significado tienen “en este poema” tales palabras.] b) Indica y explica qué palabras de este poema tienen similitud semántica con la idea de “sufrimiento”. 5. Análisis literario. {1’5 puntos} · Rasgos estilísticos de este poema. 6. Tema literario. {2 puntos} · Explica el tema «Imágenes y símbolos en la poesía de Miguel Hernández». OPCIÓN B «CRIADA.- (Sale.) Ya tengo el doble de esas campanas metido entre las sienes. PONCIA.- (Sale comiendo chorizo y pan.) Llevan ya más de dos horas de gori-gori. Han venido curas de todos los pueblos. La iglesia está hermosa. En el primer responso se desmayó la Magdalena. CRIADA.- Esa es la que se queda más sola. PONCIA.- Era a la única que quería el padre. ¡Ay! Gracias a Dios que estamos solas un poquito. Yo he venido a comer. CRIADA.- ¡Si te viera Bernarda! PONCIA.- ¡Quisiera que ahora, como no come ella, que todas nos muriéramos de hambre! ¡Mandona! ¡Dominanta! ¡Pero se fastidia! Le he abierto la orza de chorizos. CRIADA (Con tristeza, ansiosa.) ¿Por qué no me das para mi niña, Poncia? PONCIA.- Entra y llévate también un puñado de garbanzos. ¡Hoy no se dará cuenta! VOZ.- (Dentro.) ¡Bernarda! PONCIA.- La vieja. ¿Está bien encerrada? CRIADA.- Con dos vueltas de llave. PONCIA.- Pero debes poner también la tranca. Tiene unos dedos como cinco ganzúas. VOZ.- ¡Bernarda! PONCIA.- (A voces.) ¡Ya viene! (A la Criada.) Limpia bien todo. Si Bernarda no ve relucientes las cosas me arrancará los pocos pelos que me quedan. (Fragmento del Acto primero de la obra La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca.) Preguntas: 1. Haz un resumen o un esquema de este fragmento. {1 punto} [· Si eliges resumen, atente a lo principal, sé breve y redáctalo con tus propias palabras. · Si eliges esquema, jerarquiza claramente las ideas.] 2. Comentario crítico personal. {2,5 puntos} [Redacta tu opinión personal sobre el tema que elijas a partir del contenido del fragmento propuesto.] 3. Sintaxis. {2 puntos} Haz la descripción sintáctica de: «¡Quisiera que ahora, como no come ella, que todas nos muriéramos de hambre! ¡Mandona! ¡Dominanta! ¡Pero se fastidia! Le he abierto la orza de chorizos.» 4. Elige entre morfología y léxico. {1 punto} · Si eliges morfología, haz la descripción morfológica de «Pero debes poner también la tranca. Tiene unos dedos como cinco ganzúas.». · Si eliges léxico: a) Explica el significado que tienen, en este fragmento, las siguientes palabras o expresiones: ganzúas, tranca, orza y me arrancará los pocos pelos que me quedan. [Ten en cuenta que lo que se pide, en esta parte de la pregunta, es qué significado tienen “en este fragmento” tales palabras o grupos de palabras.] b) Identifica y explica qué palabras o expresiones del fragmento tienen similitud semántica con la idea de “mala convivencia”. 5. Análisis literario. {1’5 puntos} · Rasgos estilísticos del fragmento propuesto. 6. Tema literario. {2 puntos} · Explica el tema «El espacio en La casa de Bernarda Alba», de Federico García Lorca. Lengua castellana y Literatura 2 REGIÓN DE MURCIA CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2009 SOLUCIÓN DE LA PRUEBA DE ACCESO AUTOR: Alberto Mangado Macua Opción A El alumno puede elegir entre realizar el resumen o elaborar el esquema de contenido. Resumen. El poeta muestra su dolor y preocupación ante las desgracias de la vida, de la que está a merced y por la que transcurre sin rumbo fijo. Ante tal situación, cree que solo el amor de su amada podrá rescatarlo, si bien más tarde tiene la premonición de que ni siquiera ese sentimiento podrá paliar su malestar, de modo que opta por esquivar las desgracias con una sonrisa. Esquema del fragmento 1. Estado emocional del poeta (versos 1-8): 1.1. Preocupación y malestar por las continuas desgracias de su vida (versos 1-4). 1.2. El poeta está a merced de esas desgracias (versos 5-8). 2. Remedio para esta situación (versos 9-11): el poeta cree que solo el amor de su amada podrá acabar con su sufrimiento. 3. Decisión final del poeta (versos 12-14): 3.1. Premonición de que ese amor tampoco pondrá fin a sus desgracias. 3.2. El poeta opta por evitar esas desgracias con una sonrisa. Uno de los temas a los que hace referencia Miguel Hernández en este poema es la incertidumbre acerca de la relación con su amada. Debemos ser conscientes de que el amor es el eje sobre el que gira el ser humano. Las personas nacemos para amarnos y únicamente podremos alcanzar la verdadera felicidad si logramos amar de forma plena a otra persona y esa persona siente lo mismo por nosotros. El ser humano es un ser social y, como tal, necesita relacionarse. Fruto de estas relaciones, se crean vínculos de amistad que nos permiten disfrutar y compartir nuestras experiencias con personas a las que queremos y con las que nos sentimos muy a gusto. Además, a raíz de los contactos que establecemos con los demás, hallamos personas por las que sentimos algo diferente, una sensación con la que alcanzamos la verdadera plenitud. Sin embargo, este sentimiento es capaz de proporcionarnos, junto a inmensas alegrías y placeres, dolor y sufrimiento. Amar a una persona significa entregarte de manera total y compartir con ella tu intimidad, lo que desencadena la creación de un fuerte vínculo afectivo del que dependen, en gran medida, los dos miembros de la pareja. Por ello, la posible ruptura de ese vínculo lleva consigo tristeza y aflicción, de los que solo el tiempo podrá rescatarnos. © Oxford University Press España, S. A. Pocas experiencias resultan tan dolorosas en esta vida como el amor no correspondido. El amor es un sentimiento incontrolable, fuera del alcance de la razón, y puede provocar en el ser humano reacciones de cualquier tipo. El hecho de querer a una persona con todo el corazón y sentir que ese amor no es mutuo lleva a padecer un tormento que, en ocasiones, desencadena depresión o comportamientos completamente irracionales. Por ello, debemos ser conscientes de que tan importante es amar a otros seres humanos como amarnos a nosotros mismos. Mantener una relación sentimental con otra persona nos aporta grandes beneficios y nos ayuda a crear una atmósfera positiva, pero no podemos olvidar que lo importante es que cada uno se sienta a gusto consigo mismo. Si admitimos esta realidad y logramos querernos como personas, siempre será más fácil afrontar una ruptura y, como dice Miguel Hernández en su poema, esquivar el sufrimiento mediante una sonrisa. El análisis sintáctico del fragmento propuesto se ofrece en la última página, en el Cuadro 1. Al reconstruir la oración y hacer que aparezca la forma verbal va, nos hallamos ante una oración compleja que incluye una oración subordinada adverbial modal. Tanto la oración compleja como la subordinada son predicativas, intransitivas y activas. El alumno puede elegir entre morfología o léxico. 쮿 Morfología 쐌 nadie: pronombre indefinido; no posee alternancia de género ni de número. 쐌 me: pronombre personal de primera persona del singular; desempeña la función de complemento y no posee alternancia de género. 쐌 salvará: forma verbal; tercera persona del singular del futuro simple de indicativo del verbo salvar. 쐌 de: preposición; palabra invariable. 쐌 este: determinante demostrativo en género masculino y número singular. 쐌 naufragio: sustantivo común de género masculino y número singular. 쐌 si: conjunción condicional; palabra invariable. 쐌 no: adverbio de negación; palabra invariable. 쐌 es: forma verbal; tercera persona del singular del presente de indicativo del verbo ser. 쐌 tu: determinante posesivo en número singular que no posee alternancia de género. 쐌 amor: sustantivo común de género masculino y número singular. Lengua castellana y Literatura 3 REGIÓN DE MURCIA 쮿 Léxico a) El significado de las palabras propuestas es el siguiente: 쐌 norte: «meta, objetivo, aspiración». En este caso, su deseo es escuchar la voz de su amada. 쐌 presagio: «presentimiento o adivinación de lo que va a suceder en el futuro por medio de señales que se han visto o de intuiciones y sensaciones». En el poema se refiere a los indicios de que ni siquiera tendrá el amor de ella. 쐌 eludir (eludiendo): «evitar o no tener en cuenta algo, intencionadamente o por inadvertencia». En este poema se alude a esquivar algo figurado: un porvenir aciago. 쐌 cavilación: «reflexión o pensamiento sobre una cosa con insistencia o preocupación, dándole mucha importancia». Aquí, las reflexiones son un elemento que simboliza la tortura interior. b) La idea de «sufrimiento» aparece reflejada, principalmente, en las dos primeras estrofas del poema. Así, ya en los dos primeros versos hallamos los términos penas y cavilaciones, con los que Miguel Hernández expresa el dolor y preocupación que está acostumbrado a padecer. El primero de los términos hace referencia al sufrimiento físico, ya que se asocia con el vocablo huesos, mientras que el segundo alude a su inquietud mental, pues se vincula con la palabra sienes. El poeta vuelve a hacer hincapié en este doble padecimiento en el tercer verso, donde se repiten, aunque en singular, los dos términos reseñados. En el segundo cuarteto, destaca la expresión naufragio de vaivenes, a la que el poeta proporciona un significado metafórico para hacer referencia a las continuas desgracias acaecidas en su vida, por la que camina sin rumbo fijo. Este sufrimiento se pone de manifiesto también con la aparición de dos símbolos, noche y sartenes, que en la poesía de Miguel Hernández reflejan el dolor y la muerte. Por ello, no es de extrañar que en el verso octavo el segundo de los símbolos aparezca complementado, entre otros, por los adjetivos pobres y tristes. Finalmente, en los dos últimos tercetos, la sensación de sufrimiento se ve reducida ante la esperanza y optimismo del poeta. No obstante, en el verso noveno está presente de nuevo el término naufragio, del que el poeta cree que solo podrá ser rescatado por el amor de su amada; en el verso duodécimo encontramos la expresión mal presagio, que expresa la sospecha del poeta de que incluso ese amor no podrá evitar su trágico final; y, por último, en el verso final del poema aparece duplicado el término pena, que hace referencia a un sufrimiento que Miguel Hernández trata de evitar. Este poema pertenece al libro El rayo que no cesa (1936), escrito por Miguel Hernández. Esta obra, localizada en la primera etapa de la trayectoria poética del autor, tiene como tema principal la imposibilidad de plenitud del amor, a causa de las pautas morales de la amada. Por ello, como queda reflejado en el poema que nos atañe, el poeta muestra el sufrimiento causado por dicha imposibilidad, sufrimiento del que nadie podrá rescatarlo. © Oxford University Press España, S. A. CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2009 En este soneto, el poeta asume con estoica resignación los avatares de su vida, ante los que responde con una sonrisa. La presencia del yo poético se pone de manifiesto desde el primer verso (tengo hechos), si bien es verdad que es constante a lo largo de todo el poema. La perífrasis verbal con la que comienza el soneto se ve completada en los dos primeros versos con una estructura quiástica, de tal forma que en el segundo verso hallamos un esquema sintáctico análogo al del primer verso pero en orden inverso. Con el primero de los esquemas, Miguel Hernández hace referencia al dolor físico al que sus huesos están acostumbrados, mientras que con el segundo alude a las preocupaciones a las que sus sienes ya se han habituado. Esta idea queda reforzada en el tercer verso, donde, con una nueva estructura paralelística, vuelven a aparecer los términos pena y cavilación, que insisten en el dolor expresado en el primer verso y en la preocupación mostrada en el segundo. Por último, este cuarteto termina con una comparación en la que el poeta equipara las continuas fluctuaciones de su vida con las sufridas por las olas del mar. El segundo cuarteto comienza con el mismo verso con el que acababa el primero, insistiendo en el desasosiego que ha inundado la vida del poeta. Esta desazón se hace evidente también en el verso seis, donde, mediante una metáfora, Miguel Hernández identifica su vida, llena de desgracias, con un naufragio. De esta forma, el poeta se convierte en un náufrago a merced de las olas y sin rumbo fijo. Esta falta de dirección se manifiesta, asimismo, en los dos siguientes versos, donde hallamos la presencia de la oscuridad, una imagen que en la poesía hernandiana adquiere un significado trágico. La oscuridad aparece reflejada mediante dos símbolos: la noche y las sartenes. En el caso de este último, el significado se ve resaltado por medio de la adjetivación presente en el último verso de la estrofa, donde los cuatro términos que lo acompañan poseen un matiz claramente negativo. El primer terceto se inicia con la presencia del pronombre nadie, con el que el poeta expresa el hecho de que ninguna persona podrá rescatarlo del sufrimiento que padece, sufrimiento que vuelve a ser reflejado por medio del término naufragio. No obstante, en los dos siguientes versos, entre los que se establece un nuevo paralelismo, abre la puerta a la esperanza al considerar que su amada puede conseguir su salvación. Por un lado, su amor se convierte en la tabla de salvación y, por otro, su voz es el norte que persigue. En estos versos aparece por vez primera una alusión a la persona a la que va dirigido el poema, lo que se refleja por medio del determinante posesivo tu. Por último, en el segundo terceto, el poeta cierra la puerta a la esperanza al pensar que su amor no va a ser correspondido y que, por lo tanto, su amada tampoco va a paliar su sufrimiento. Sin embargo, el gerundio con el que finaliza el poema resume la sonrisa resignada con la que el poeta afronta ese dolor, resaltado de nuevo por la duplicación del término pena. En conclusión, este soneto es un fiel reflejo de las sensaciones que Miguel Hernández quiere transmitir con el poemario Lengua castellana y Literatura 4 REGIÓN DE MURCIA en el que se inserta. El poeta intenta mostrar el sufrimiento y preocupación por las continuas desgracias que lo acechan y la aceptación, con una sonrisa, de ese dolor, para lo que se vale de diferentes recursos estilísticos que le ayudan a expresar dichas emociones. Imágenes y símbolos en la poesía de Miguel Hernández La poesía de Miguel Hernández aparece inundada de imágenes y símbolos que van adquiriendo diferentes significados a lo largo de su trayectoria poética. En Perito en lunas, se representa un paisaje iluminado por la vida y un vitalismo deslumbrado por los elementos de la naturaleza. Así, no es de extrañar que en este poemario aparezcan símbolos como el toro, que representa el sacrificio y la muerte, o la luna, que expresa el cambio, la vitalidad y la fecundidad. Por otra parte, hay en este primer libro del poeta símbolos referidos al sexo masculino (náufraga higuera fue de higos en pelo; remo exigente), al sexo femenino (nácar hostil) y al deseo sexual (fuego de arenal; serpiente). Además, hallamos imágenes visuales que van desde la palmera o el gallo hasta la sandía o la oveja, pequeños retablos cargados de un sentido lírico y enigmático. En El rayo que no cesa, Miguel Hernández expresa una absoluta desesperación y concibe el amor como destino trágico. En este poemario aparecen varios símbolos causantes del dolor y sufrimiento del poeta. Uno de los más relevantes es el toro, que adquiere la significación no solo del amante burlado en su deseo amoroso y su arrebato, sino la significación más amplia y dolorosa del destino trágico del ser humano, como queda reflejado en estos versos: Como el toro te sigo y te persigo, / y dejas mi deseo en una espada, / como el toro burlado, como el toro. No obstante, el símbolo más significativo de este libro es el rayo, que representa la fuerza aniquiladora de la pasión amorosa y, junto con otros fenómenos atmosféricos como el vendaval o el huracán, nos transmite una sensación de energía y de pasión desatada que entristece al poeta y lo destruye: ¿No cesará el rayo que me habita / el corazón de exasperadas fieras / y de fraguas coléricas y herreras / donde el metal más fresco se marchita? Por otra parte, la sangre es el deseo sexual; la camisa, el sexo masculino, y el limón, el pecho femenino. La frustración que produce en el poeta la actitud esquiva de la amada se simboliza en la pena, imagen recurrente a lo largo de todo el poemario. Dicha pena provoca un fuerte dolor físico que acarrea la aparición de numerosos símbolos cortantes; estos reflejan las heridas de amor y muerte del poeta: espada, cuernos, puñales, cuchillo. Asimismo, es significativa la presencia de imágenes que vinculan la amistad y la muerte y que adquieren una expresividad dramática desesperanzada en la «Elegía» a Ramón Sijé (del mismo poemario El rayo que no cesa): manotazo duro, golpe helado, hachazo invisible y homicida, empujón brutal. © Oxford University Press España, S. A. CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2009 Al estallar la Guerra Civil, Miguel Hernández enfoca sus sentimientos sobre la muerte y la vida hacia la lucha, concibiendo la poesía como arma, lo que se pone de manifiesto en el libro Viento del pueblo. Como el mismo título refleja, el viento simboliza la voz del pueblo encarnada en el poeta. Ante esta concepción, no es de extrañar que el buey represente al pueblo cobarde y resignado que no lucha, y el león, en cambio, sea la imagen de la rebeldía y del inconformismo: Los bueyes doblan la frente, / impotentemente mansa, / delante de los castigos: / los leones la levantan / y al mismo tiempo castigan / con su clamorosa zarpa. El poeta, como combatiente, se identifica con leones, águilas y toros, símbolos del orgullo y la lucha, pero también lo hace con el ruiseñor, en su papel de cantor. Asimismo, tras su matrimonio con Josefina, ya no se centra tanto en el amor como deseo, sino que ahora pone el énfasis en la maternidad, lo que lleva consigo la presencia del vientre como símbolo de la plenitud amorosa y del refugio seguro. Conforme avanza la contienda, se aleja la victoria y la nación se tiñe de sangre; entonces, Miguel Hernández cambia su concepción de la muerte, como queda reflejado en El hombre acecha. Los soldados ya no mueren con honor y con la seguridad de proteger a sus seres queridos, sino que la muerte produce sufrimiento y desgracia entre hermanos de la misma patria. Por ello, la sangre, que en El rayo que no cesa significaba el deseo, es ahora lisa y llanamente el dolor. Por otro lado, la fiera simboliza la animalización regresiva del ser humano a causa de la guerra, mientras que el tren representa la muerte de los soldados que participan en la contienda: El tren lluvioso de la sangre suelta, / el frágil tren de los que se desangran, / el silencioso, el doloroso, el pálido, / el tren callado de los sufrimientos. Terminada la guerra e ingresado en prisión, la poesía de Miguel Hernández alcanza su mayor profundidad, en un tono trágico que nos muestra en su poemario Cancionero y romancero de ausencias. La muerte aparece constantemente y envuelve la vida del poeta. A las víctimas inútiles de la contienda, se añade la muerte de su hijo, de la cual no se recupera. Esta situación le lleva a ver una muerte amarga y triste (simbolizada por la presencia del mar), agravada por la soledad de la cárcel. No obstante, el poeta encuentra espacio para la vitalidad, gracias sobre todo al sentimiento de amor hacia su esposa (representada por la luz) y la venida de un nuevo hijo (ejemplificado por las aves y las alas). En síntesis, cabe señalar que la poesía de Miguel Hernández se halla cargada de símbolos e imágenes que adquieren diversos valores y significaciones dependiendo de la etapa por la que atraviese el poeta. Estos símbolos e imágenes le ayudan a reflejar las emociones del momento y confieren a su poesía una exquisita riqueza visual. Lengua castellana y Literatura 5 REGIÓN DE MURCIA CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2009 Opción B El alumno puede elegir entre realizar el resumen o elaborar el esquema de contenido. Resumen. En este fragmento hallamos un diálogo entre Poncia y la criada. Ambos personajes entran en escena conversando acerca del funeral del marido de Bernarda, cuya muerte ha sumido a Magdalena en la soledad. Ante la ausencia de Bernarda, cuyo autoritarismo queda patente en el texto, Poncia aprovecha para comer, y la criada para pedirle algo para su niña. En ese momento, el diálogo es interrumpido debido a las llamadas de la abuela desde el cuarto donde se encuentra encerrada. Finalmente, Poncia percibe la llegada de Bernarda y se preocupa por que todo quede bien limpio. Esquema del fragmento 1. Introducción del diálogo (líneas 1-5): 1.1. Salida a escena de la criada y de Poncia, esta última comiendo pan y chorizo. 1.2. El sonido de las campanas les hace hablar del funeral del marido de Bernarda. 1.3. La muerte ha sumido en la soledad a Magdalena. 2. Núcleo del diálogo (líneas 5-11): 2.1. Poncia aprovecha para comer. 2.2. Critica el autoritarismo de Bernarda. 2.3. La criada le pide algo para su niña. 3. Interrupción del diálogo (líneas 12-18): 3.1. Llamadas de la abuela a Bernarda. 3.2. Poncia se asegura de que la puerta del cuarto de la abuela está bien cerrada. 3.3. Inminente llegada de Bernarda y preocupación de Poncia por que todo quede limpio. Uno de los temas que aparece mencionado en este fragmento de La casa de Bernarda Alba es el hambre. Se trata del principal problema del mundo, la realidad es cruda e hiriente. Los datos son cada vez más preocupantes: cada día mueren 70 000 personas por hambre en el mundo y son millones las personas que se encuentran en una situación de desnutrición crónica. El mayor número de personas hambrientas vive en Asia, pero en proporción de víctimas el precio más alto lo paga el África negra. La mayoría de las personas que viven en un estado de hambruna son niños. Debemos tener en cuenta que un niño privado de la alimentación adecuada desde que nace hasta los cinco años padecerá las secuelas durante toda la vida, pues sus células cerebrales habrán sufrido daños irreparables. El hambre y la desnutrición crónica constituyen una maldición hereditaria, ya que son cientos de miles las mujeres mal alimentadas que dan a luz a cientos de miles de niños que sufrirán las mismas consecuencias negativas. El orden mundial actual es injusto e inhumano. Quien tiene dinero come y vive; quien no lo tiene sufre, pasa hambre y muere. No se puede luchar contra este problema sin © Oxford University Press España, S. A. cuestionar las causas que lo provocan. En primer lugar, hallamos la incompetencia o corrupción de los gobiernos de los países más pobres, quienes se benefician de la riqueza natural de sus estados sin pensar en la gran cantidad de personas que no tiene nada que llevarse a la boca. Esta injusta distribución de la riqueza se ve favorecida por el papel ejercido por parte de los países ricos, quienes, como aves de rapiña, caen sobre los países no desarrollados para explotar y saquear su materia prima. Por otro lado, encontramos las guerras, que desplazan a la gente de sus tierras, destruyen la infraestructura alimentaria, bloquean el acceso físico a comida procedente de otras partes y dejan profundas huellas de las que cuesta años recuperarse. Por último, el clima y otras fuerzas ineludibles de la naturaleza pueden influir de manera decisiva en los hábitos alimentarios de la gente. Los países donde hay hambre son aquellos cuya situación geográfica es más vulnerable a las sequías y a las inundaciones, lo que contribuye a empeorar el problema de la alimentación. En relación con este aspecto, es preciso destacar que los países ricos responden adecuadamente cuando tiene lugar una catástrofe natural, pero son incapaces de ayudar a que esta se evite o a crear las condiciones para que los problemas del hambre desaparezcan. Sin embargo, en ciertos casos, la ayuda internacional crea un problema de dependencia que hace que comunidades enteras pierdan la costumbre de alimentarse por sí mismas. La solución al problema del hambre es muy sencilla de identificar pero muy difícil de llevar a cabo: el desarrollo. El hambre no se va a erradicar con la simple ayuda humanitaria, sino que son necesarios cambios estructurales que permitan a los países implicados obtener los medios y las condiciones necesarias para poder enriquecerse. En el estado actual de desarrollo de las fuerzas agrícolas de producción, el planeta podría alimentar sin problemas a 12 000 millones de seres humanos, es decir, el doble de la población mundial actual. Por ello, las elevadísimas cifras de muerte causadas a diario por el hambre no obedecen a ninguna fatalidad, sino que se podría decir que detrás de cada víctima hay un asesino. El análisis sintáctico del fragmento propuesto se ofrece en la última página, en el Cuadro 2. En este fragmento hallamos cinco enunciados. El primero de ellos es una oración compleja que incluye una oración subordinada sustantiva y otra adverbial causal. La oración compleja es predicativa, transitiva y activa, mientras que las dos oraciones subordinadas son predicativas, intransitivas y activas. Los enunciados segundo y tercero son dos frases, mientras que el cuarto y el quinto son dos oraciones simples. La primera de ellas es una oración predicativa, intransitiva y activa, mientras que la segunda es predicativa, transitiva y activa. Lengua castellana y Literatura 6 REGIÓN DE MURCIA El alumno puede elegir entre morfología o léxico. 쮿 Morfología 쐌 pero: conjunción adversativa; palabra invariable. 쐌 debes poner: perífrasis verbal de obligación. El primero de los verbos (llamado auxiliar) se halla en segunda persona del singular del presente de indicativo, mientras que el segundo es un infinitivo. 쐌 también: adverbio de afirmación; palabra invariable. 쐌 la: artículo en género femenino y número singular. 쐌 tranca: sustantivo común de género femenino y número singular. 쐌 tiene: forma verbal; tercera persona del singular del presente de indicativo del verbo tener. 쐌 unos: determinante indefinido en género masculino y número plural. 쐌 dedos: sustantivo común de género masculino y número plural. 쐌 como: adverbio de modo; palabra invariable. 쐌 cinco: determinante numeral cardinal; no tiene alternancia ni de género ni de número. 쐌 ganzúas: sustantivo común de género femenino y número plural. 쮿 Léxico a) Significado de las palabras y expresiones propuestas: 쐌 ganzúa(s): «alambre fuerte y doblado por una punta, a modo de garfio, que se utiliza para abrir cerraduras, en lugar de la llave». Las ganzúas aluden a los dedos de la abuela. En una comparación hiperbólica se establece su similitud con las ganzúas, pues Poncia tiene miedo de que sea capaz de abrir la puerta con ellos. 쐌 tranca: «palo grueso u otro cierre similar que se pone atravesado detrás de una puerta o ventana cerradas para mayor seguridad». 쐌 orza: «vasija vidriada de barro, alta y sin asas, que sirve por lo común para guardar conserva». En el caso del fragmento, se ha utilizado para guardar chorizos. 쐌 arrancar a alguien los pocos pelos que le quedan (me arrancará los pocos pelos que me quedan): «dar una tunda o azotaina a alguien». Se suele usar en son de amenaza. b) La idea de «mala convivencia» aparece reflejada en el texto a través de varios términos o expresiones. De esta forma, en la línea 5, Poncia pronuncia las siguientes palabras: Gracias a Dios que estamos solas un poquito. Mediante esta expresión, manifiesta su satisfacción por no estar bajo la vigilancia de Bernarda, de modo que el lector ya puede percibir que su relación con ella no es demasiado agradable. Esta percepción se ve reforzada en la siguiente intervención de Poncia, donde exclama: ¡Quisiera que ahora, como no come ella, que todas nos muriéramos de hambre! Estas palabras reflejan el egoísmo de Bernarda y su falta de sensibilidad con las personas con las que convive. Por otra parte, Poncia critica el autoritarismo de Bernarda: ¡Mandona! ¡Dominanta! Por medio de estos términos, Lorca introduce el tema principal sobre el que gira la obra, © Oxford University Press España, S. A. CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2009 que no es otro que la lucha entre el principio de autoridad y el de libertad. El desprecio de Poncia hacia Bernarda le hace abrir la orza de chorizos en señal de rebeldía y como modo de dañarla, tal y como se pone de manifiesto con la siguiente exclamación: ¡Pero se fastidia! Asimismo, la «mala convivencia» también se representa en la figura de la abuela, quien permanece aislada y encerrada. Este aislamiento queda acentuado por medio de las expresiones dos vueltas de llave y tranca. La preocupación de Poncia se hace latente en el texto al considerar que la abuela tiene unos dedos como cinco ganzúas, lo que le puede permitir salir de su encierro. El fragmento concluye cuando Poncia advierte la llegada de Bernarda e intenta que todo quede bien limpio. El temor que siente este personaje hacia la dueña de la casa queda reflejado a la perfección en las dos últimas líneas, donde aparece la siguiente expresión: me arrancará los pocos pelos que me quedan. Este fragmento pertenece a la obra La casa de Bernarda Alba, escrita por Federico García Lorca en 1936, poco antes de su ejecución, y representada por primera vez en 1945. Este drama andaluz se convierte en la cima de la dramaturgia lorquiana y desarrolla la lucha entre el principio de autoridad, encarnado en Bernarda, y el principio de libertad, representado por Adela. En este segmento, con el que comienza la obra, ya se percibe el carácter de Bernarda y la atmósfera asfixiante que envuelve a los personajes que conviven con ella. En estas líneas podemos observar la fluidez e intensidad del diálogo, con réplicas cortas, rápidas y vivaces que lo dotan de un carácter realista. Además, por medio de determinadas expresiones, Lorca consigue proporcionar al lenguaje un intenso sabor popular, lo que no es óbice para que se distinga también una fuerte dimensión poética. En la primera intervención de la criada, se alude al sonido de las campanas de la iglesia donde está teniendo lugar el funeral del marido de Bernarda, cuya muerte marcará el desarrollo de la obra. Si bien la acotación que precede a dicha intervención solo marca la salida a escena de la criada, la que hallamos en la siguiente línea adquiere mayor relevancia, pues el hecho de que Poncia aparezca comiendo chorizo y pan supone un acto de rebeldía contra el dominio absoluto de Bernarda. En la intervención de Poncia, se aprecian ciertos rasgos de carácter popular. Así, en el nivel léxico, hallamos la expresión gori-gori, que satiriza el canto gregoriano de los responsos; y en el nivel morfosintáctico, destaca la anteposición del artículo ante nombre propio: la Magdalena. En la siguiente intervención, la criada resalta la soledad en la que Magdalena ha quedado sumida tras el fallecimiento del padre, quien, según replica Poncia, solo la quería a ella. La segunda parte del diálogo comienza con la interjección ¡ay!, que muestra el sosiego de Poncia por encontrarse a solas sin la permanente vigilancia de Bernarda, lo que le proporciona la libertad de coger algo de comida. Ante tal propósito, puesto de manifiesto por Poncia y resaltado por Lengua castellana y Literatura 7 REGIÓN DE MURCIA CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2009 medio del pronombre personal yo, la criada responde con una oración exclamativa en la que vuelve a dar muestras del poder ejercido en la casa por Bernarda. Dicho poder es refrendado también por Poncia, quien, mediante una exageración, propia del lenguaje de Lorca, considera que el egoísmo de ese personaje es tal que querría que todas nos muriéramos de hambre. En la oración exclamativa en la que se inserta esta exageración, se repite conscientemente la conjunción que tratando de imitar el lenguaje conversacional. drama, no solo por ser el único espacio escénico en el que se representa, sino por su papel simbólico. Se trata de un lugar cuya función es aislar y encarcelar a quienes se encuentran en su interior. Por ello, no es de extrañar que los personajes se refieran a la casa como presidio (por la sensación de enclaustramiento), como infierno (por la ira y la necesidad de salida) o como convento (por ser un espacio cerrado solo para mujeres con la prohibición de actos sexuales). La intervención de Poncia es completada con varias expresiones referentes a Bernarda. En las dos primeras, vuelve a hacer hincapié en el carácter autoritario de dicho personaje, al que puede dirigirse de esta manera porque se encuentra ausente. Ante tal control y poder, Poncia reacciona abriéndole la orza de chorizos, lo que se convierte en una especie de venganza: ¡Pero se fastidia! Como se puede apreciar, el parlamento de Poncia posee un tono exclamativo con que se dramatizan las palabras que salen de su boca. Cada uno de los actos en los que se divide la obra presenta un espacio físico independiente dentro de la casa. La caracterización de dichos escenarios aparece en las acotaciones iniciales y posee una gran sencillez y un significativo valor simbólico. Aunque las variaciones entre cada uno de los espacios son mínimas, adquieren una relevancia que es preciso comentar. Así, en el acto I, la acción se sitúa en una habitación blanquísima del interior de la casa, lo que refleja un mundo de apariencias. Además, hallamos unos muros gruesos, con los que se pone de manifiesto la incomunicación entre el mundo interior y el exterior. El mobiliario que aparece (las cortinas y las sillas) proporciona una sensación de dureza acorde con la atmósfera que se respira en la casa. No obstante, encontramos un elemento (los cuadros) que contrasta con la realidad del ambiente, como el mismo autor deja claro al señalar que en dichos cuadros aparecían paisajes inverosímiles. Aprovechándose del estado de ánimo que inunda a Poncia, la criada, con tristeza y ansiosa, le pide algo de comida para su niña. En esta intervención, apreciamos dos rasgos de apelación al interlocutor. Por un lado, se trata de una oración de modalidad interrogativa; y, por otro, hallamos la presencia de un vocativo. Poncia se muestra magnánima con la criada, a la que permite coger también un puñado de garbanzos, haciendo hincapié en el hecho de que Bernarda no se va a enterar: ¡Hoy no se dará cuenta! El diálogo entre ambos personajes es interrumpido por las voces de la abuela, quien pronuncia el nombre de Bernarda desde la habitación en la que se encuentra aislada. Ante tales gritos, Poncia muestra su preocupación e intenta asegurarse de que la criada ha cerrado bien la puerta. El desasosiego de este personaje es tal que no se conforma con que la criada la haya cerrado con dos vueltas de llave, pues le exige que también ponga la tranca, término con el que Lorca vuelve a imitar el habla popular andaluza. Esta exigencia es justificada por Poncia con una comparación: Tiene unos dedos como cinco ganzúas. Tras un nuevo grito de la abuela, Poncia percibe la llegada de Bernarda, lo que pone de manifiesto a través de una nueva exclamación en la que se adivina su temor. A través de un imperativo, que refleja su papel de gobernanta, le manda a la criada que deje todo bien limpio, pues, de lo contrario, Bernarda tomará represalias. Para dejar clara esta idea, Poncia vuelve a hacer uso de una expresión coloquial con la que concluye el diálogo: me arrancará los pocos pelos que me quedan. En definitiva, podemos señalar que este texto se caracteriza por la vivacidad del diálogo y por la maestría en el uso del lenguaje, cuyo papel es básico para la creación de la tensión dramática. Además, en este fragmento se percibe el carecer autoritario de Bernarda, aspecto que marca el desarrollo de todo el drama. El espacio en La casa de Bernarda Alba La acción de la obra se desarrolla en la casa de Bernarda Alba, un lugar que se convierte en protagonista de este © Oxford University Press España, S. A. En el acto II, la acción se localiza en una habitación blanca del interior de la casa, cuyas puertas de la izquierda dan al dormitorio. Por un lado, se produce un movimiento de alejamiento del mundo exterior; y por otro, el color de las paredes ya no es tan blanco como en el acto anterior. Por último, en el acto III, la acción se concentra en el patio interior de la casa, por lo que la huida del mundo exterior ya es definitiva. Además, las paredes siguen siendo blancas pero ligeramente azuladas, a lo que se une el hecho de que es de noche. Estas variaciones en el escenario no son azarosas sino que poseen un valor simbólico. Los tres espacios coinciden en la sencillez y sobriedad de sus elementos, lo que proporciona una sensación de monotonía y enclaustramiento. Sin embargo, se produce un claro movimiento hacia el interior de la casa y una degradación de la blancura y de la luminosidad, símbolo del aislamiento de las mujeres. En La casa de Bernarda Alba se pone de manifiesto una oposición entre el mundo interior o espacio visible y el mundo exterior o espacio aludido. El espacio cerrado en el que transcurre la acción representa el luto, la ocultación, el silencio. En él hallamos una atmósfera sofocante que envuelve a los personajes y les dificulta la respiración. Este espacio, que simboliza la privación de la libertad, se convierte en una barrera insalvable para sus habitantes, quienes no pueden dar rienda suelta a su vitalidad y son capaces de respirar la muerte. La atmósfera en que se enmarca la casa queda perfectamente reflejada en las palabras que pronuncia Bernarda en la parte inicial de la obra: Es así como se tiene que hablar en este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos, donde siempre Lengua castellana y Literatura 8 REGIÓN DE MURCIA se bebe el agua con miedo de que esté envenenada. El río simboliza en Lorca la fuerza vital, el erotismo; en cambio, el pozo representa la muerte. En contraposición con ese espacio cerrado, hallamos el mundo exterior, del que llegan pasiones elementales de un erotismo desenfrenado. Por un lado, este espacio es el extremo opuesto de la represión en que viven las hijas de Bernarda; pero, por otro, es un mundo regido por unas convenciones implacables. La crítica y la murmuración aparecen en boca de las criadas y las vecinas, y la moral estricta en que se basan planea sobre los personajes. © Oxford University Press España, S. A. CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2009 En La casa de Bernarda Alba se oponen la realidad asfixiante en que viven las hijas y el deseo de amor y libertad que sienten. No obstante, dentro del espacio cerrado en el que se desarrolla la acción, hallamos dos lugares en la casa que sirven de enlace con el mundo exterior: la ventana y el corral. El primer sitio es el marco de las conversaciones entre Angustias y Pepe el Romano, mientras que el segundo se convierte en el espacio en que tienen lugar las relaciones entre Adela y ese mismo personaje, que actúa como catalizador de las fuerzas latentes. Lengua castellana y Literatura 9 CCM © Oxford University Press España, S. A. D N E D T (SN) N CC (OS Adv Modal) S (SN) N E D T P (SV) Ady (Const Prep) T (SN) CCL (Const Prep) N E E D N Ady (Adj) E T (SN) T (SN) Ady (Adj) Ady (Adj) Nx Ady (Adj) Ady (Const Prep) Ady (Adj) CCL (Const Prep) N CCT CD (OS Sust) P (SV) *Pero: marcador discursivo. N Nx N P (SV) CCN S Nx Oración P (SV) CC Ca (OS Adv Causal) Nx S T CC (Const Prep) P (SV) CD (OS Sust) N E Frase Frase * Oración P (SV) CI N N Oración P (SV) D T CD (SN) Ady (Const Prep) E ↓ (SO: 3.ª pers. sing.) ↓ (SO: 3.ª pers. sing.) ↓ (SO: 1.ª pers. sing.) ¡Quisiera que ahora, como no come ella, que todas nos muriéramos de hambre! ¡Mandona! ¡Dominanta! *¡Pero se fastidia! Le he abierto la orza de chorizos. P (SV) N Ady (Const Prep) N CCL (Const Prep) T (SN) Cuadro 2 (Opción B) P (SV) E D ↓ (SO: 1.ª pers. sing.) Como el mar de la playa (va) a las arenas, voy en este naufragio de vaivenes por una noche oscura de sartenes redondas, pobres, tristes y morenas. Nx Cuadro 1 (Opción A) REGIÓN DE MURCIA CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2009 Lengua castellana y Literatura 10