Serie: 14 AÑOS DE CONQUISTA "SIRVIENDO AL REY DE REYES" LOS HÁBITOS DE JESÚS LECCIÓN 23 EL HÁBITO DE DESCANSAR “Algunas veces, la cosa más espiritual que una persona puede hacer es dormir”. -Charles H. Spurgeon El hábito de Jesús de descansar nos guía a tomar la decisión de relajar el cuerpo con cierta frecuencia para dormir por la noche y en ciertos momentos del día. Jesús nos mostró cómo descansar Cuando descanso me siento culpable, es el título de un libro que captó mi atención. Realmente, me sentí un poco culpable sólo por leer el título. Tim Hansel, el autor, dice: “Hoy más que nunca, necesitamos aprender cómo darnos permiso para descansar, jugar, gozar de la vida y disfrutar de Dios por ser él quien es”. Alguien con mucho sentido del humor comentó que vivimos en una sociedad que se pregunta por qué Dios descansó el séptimo día. Jesús hizo del descanso un hábito. Aflojó el cuerpo y no se sintió culpable por hacerlo. Durmió cuando lo necesitaba. Muchas veces se sintió cansado, agotado, sin fuerzas, exactamente como cualquiera de nosotros. Sin embargo, en lugar de continuar forzando su cuerpo, presionó el botón de “pausa” y descansó. Solo una vez encontramos que Jesús estuvo angustiado: en el jardín de Getsemaní. “Tomó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a entristecerse y a angustiarse”. (Mateo 26:37). La palabra angustia significa tribulación. Jesús comprende la tensión que usted está soportando. De hecho, nadie ha experimentado jamás la magnitud de tensión que Jesús soportó en el jardín de Getsemaní. 1. Jesús se sentó a la orilla del mar. (Mateo 13:1-2). Jesús uso este tiempo para reflexionar y descansar su cuerpo. 2. Jesús buscó lugar en una montaña. (Mateo 15:29). A Jesús le gustaba ir a una montaña para tomarse un tiempo de descanso. 3. Jesús se sentó a la orilla de un pozo. (Juan 4:6). Jesús se sentó y seguramente, se refrescaba tomando un poco de agua fría. 4. Jesús se durmió en una barca durante una feroz tormenta. (Mateo 8:24). Su confianza en el Padre le permitía dormir en medio de la tormenta. Nuestra fe nos provee paz, no importa en qué tormenta nos encontremos. ¿Cuáles son los enemigos del hábito de descansar? 1. Ocupaciones: “Simplemente, no tengo tiempo para descansar”. 2. Culpabilidad: “Si descanso, me sentiré culpable”. 3. Expectativas exageradas: “No terminaré el trabajo si tomo tiempo para descansar” 4. Horario sobrecargado: “No puedo parar, pues si lo hago estaré más atrasado y nunca lograré ponerme al día”. Haga del descanso un hábito saludable 1. Acuéstese suficientemente temprano como para dormir el tiempo que necesita. Generalmente lo adultos necesitan dormir 8 horas. Privarse de dormir está llegando a ser una preocupación de seguridad nacional. Cuando dormimos el cuerpo se recupera y se prepara para un nuevo día lleno de oportunidades que Dios provee. 2. Escuche a su cuerpo. El cuerpo le comunicará lo que usted necesita. Préstele atención. No ignore las señales de advertencia que le da. 3. Durante las épocas de mucha tensión, aprenda como detenerse, hacer una pausa y descansar. El estrés es asesino y si no se trata adecuadamente consumirá su cuerpo poco a poco. 4. Cuando se acueste por la noche, entregue todas sus preocupaciones al Señor de manera consciente y con fe. (Salmo 4:8). 5. Tome una siesta. Muchos de los grandes líderes de la historia sabían del poder de una corta siesta. Unos pocos minutos pueden hacer toda la diferencia en su día. 6. Identifique los puntos principales que le producen tensión. Ore a Dios acerca de cada uno de ellos, pidiéndole sabiduría. Pida a Dios ayuda para conocer la mejor manera de tratar con sus puntos de estrés. 7. Váyase a otro lugar, lejos de su trabajo para descansar. El descanso adecuado le dará una perspectiva diferente. 8. Encuentre su pasatiempo. Algo que usted disfrute y le traiga paz mental. Encuentre alguna actividad que le brinde relajación física y mental. 9. Guarde el domingo o al menos un día para descansar. Necesitamos por lo menos un día para descansar, Dios nos diseñó de esta manera. 10. Si algo le impide descansar, hágase examinar por su médico para determinar si se trata de un problema físico o emocional. Si sufre un asunto emocional, hable con un consejero cristiano. Dios desea lo mejor para nosotros y para lograrlo necesitamos afrontar nuestros problemas físicos y emocionales. TEXTO A MEMORIZAR: “Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu”. Eclesiastés 4:6 Tomado del libro: “Los Hábitos De Jesús” Jay Dennis, 2010, Mundo Hispano