VALLE INCLÁN...SPUESTAS

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2º BACHILLERATO.
LENGUA CASTELLANA
CUESTIONES DE
LITERATURA
DEPARTAMENTO DE CASTELLANO
[IES Nº 1 - CHESTE]
Prof. Carmen Chirivella
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I VALLE-INCLÁN Y LUCES DE BOHEMIA
1.
1.1.
MODERNISMO Y 98 EN LUCES DE BOHEMIA.
Una posible respuesta.
Luces de Bohemia (1920) es la obra teatral donde Valle-Inclán (1866-1936) inaugura el
género del esperpento. La obra se sitúa en la época literaria que se ha dado en llamar del
Modernismo y de la Generación del 98, época que comprende, para la literatura española, los
años entre 1895 y la primera guerra mundial.
El Modernismo se puede entender desde diversas ópticas: podemos hablar de
Modernismo como un movimiento cultural generalizado, fruto de la crisis de fin de siglo que se
produce en toda Europa y América (nuevas corrientes filosóficas, avances de la cienci, que
llevan a una crisis del pensamiento científico y filosófico) y que se manifiesta en distintas
corrientes artísticas de ruptura con el arte anterior. Pero también podemos hablar de
modernismo como una corriente estética determinada que, ciñéndonos a España, convive con
la generación del 98.
Ambas buscan la renovación estética, cultural y política de la España del momento,
dominada por el caciquismo y por una crisis cuya manifestación más evidente fue el desastre
del 98. Ambas muestran la disconformidad con la sociedad que les rodea, manifestándose de
distintas formas en las obras literarias.
Fruto de su época, Luces de Bohemia presenta características de ambos movimientos
que pasamos a ejemplificar.
Quizás la más importante sea el rechazo a la realidad en la que se vive (en este caso, la
España de 1920, dominada por el caciquismo…). Toda la obra es una aguda crítica de la
realidad social, política y cultural de la época (las dos primeras décadas del siglo XX) que le
tocó vivir a Valle. Es una época de continuos cambios políticos, de radicales transformaciones
sociales difícilmente digeribles para un país nada progresista, anclado en antiguos ideales
religiosos e imperialistas en un mundo que se está desmoronando. En esta situación surge el
movimiento literario de la Generación del 98, Valle, aunque formado e iniciado en el
virtuosismo y cosmopolitismo modernistas, se convierte en una de las figuras más
representativas de esta literatura de denuncia.
No obstante, algunas características que relacionan la obra con el Modernismo se
pueden apreciar en Luces de bohemia: los modernistas, también disconformes con la realidad
que les ha tocado vivir, manifiestan su rechazo de la realidad mediante la evasión (a paisajes
exóticos, a lugares lejanos, a formas de vida marginales…); una manifestación de esta evasión
será la bohemia, un rechazo hacia la sociedad burguesa mediante una vida marginal,
alternativa.
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Uno de los temas principales de la obra es el enfrentamiento entre dos mundos: el de
los bohemios y el de los representantes del poder. En el primero percibimos ingenio, ideales,
sentimientos y pobreza; en el segundo sólo opulencia chabacana, indiferencia y egoísmo.
La bohemia aparece en la obra desde dos puntos de vista: La bohemia de Max es
marginación voluntaria de la sociedad burguesa con la intención de crear otra nueva donde
satisfacer la pasión por el arte (=escritura). La de los Epígonos modernistas es una bohemia
ficticia, impostada, sin ningún deseo de cambio.
Además, aparecen personajes modernistas en la obra: el autor Rubén Darío y el
protagonista de las Sonatas de Valle-Inclán, el marqués de Bradomín, pero ambos vistos como
algo caduco; el modernismo en la obra se ve más bien como algo superado (como lo había
superado el propio Valle-Inclán).
Si el rechazo de la realidad en la generación del 98 se manifiesta mediante una aguda
crítica social y política, en Luces de Bohemia se observa claramente una denuncia de la miseria
material y moral de España como consecuencia de la corrupción política a la que se alude con
nombres propios de cargos políticos destacados tanto de conservadores como liberales
(Maura, García Prieto,...), y también con sus representantes burócratas (el Ministro, Dieguito,
Serafín,...); a la vez que se critica el nepotismo como práctica política habitual (el Ministro –
Serafín (“es mi padre”), “García Prieto es un yerno más”) y la connivencia ya que la Acción
Ciudadana era una asociación represora que colaboraba con el poder.
Todo ello lleva al descubrimiento de la realidad española, es decir, el tema de España,
uno de los favoritos del 98: una España descontenta: los Epígonos del Parnaso Modernista
protestan aludiendo a personajes e instituciones de la Leyenda Negra, Max manifestando que
España es un “corral”, un “terrón maldito”, donde “la vida es un magro puchero”, la religión es
una concepción de “beatas costureras”,... Lamentan el desprecio social por el trabajo, la
inteligencia, y reconocen la falta de “fuerzas vivas” en el país. Se realiza una selección de datos
muy representativos de la gravísima situación en que se encontraban España: huelgas (1917),
Semana Trágica (1909), la “Ley de fugas” que permitía a la Policía disparar sobre los
detenidos,... a través de ellos se percibe la crítica política (Escena VI: conversación entre Max y
el obrero catalán donde proponen soluciones radicales para acabar con la situación de España)
o la represión policial practicada entonces (Escena XI: los manifestantes son dispersados a
tiros que provocan la muerte del niño a la vez que se oyen disparos que acaban con el obrero,
muerte ya anunciada por éste en la Escena VI).
También encontramos en la obra otros temas noventayochistas, como la historia,
puesto que en la obra se hace referencia a la historia inmediata de España, pero más aún el
tema de la vida, de la muerte, del sentido de la vida o del paso del tiempo; en efecto, durante
toda la obra, la muerte será una presencia constante, ya desde el principio, con la propuesta
de suicidio colectivo
En conclusión, Luces de bohemia presenta rasgos que la acercan más al pensamiento
noventayochista que al modernista, aunque se pueden rastrear algunas influencias de este
último movimiento.
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Características del 98
Rechazo de la realidad.
Se manifiesta mediante la crítica social y
política
Reflejo en Luces de bohemia
Crítica a la realidad social, política y cultural
de la época (pág. 9 Amparo): denuncia de la
miseria material y moral.
Subjetivismo
Temas: El tema de España
El paisaje
La historia
La vida, la muerte, el sentido de la vida, el
paso del tiempo
La religión
Forma: Lenguaje sencillo y claro
Descubrimiento de la realidad española
Presencia constante de la muerte
Características del Modernismo
Rechazo a la realidad y al materialismo
burgués.
Se manifiesta mediante la evasión (la
bohemia, mundos exóticos)
Reflejo en Luces de bohemia
Uno de los principales temas de la obra es el
enfrentamiento entre dos mundos: el de los
bohemios y el de los representantes del
poder.
Manifestación de dos formas:
 Bohemia de Max
 Bohemia de los Epígonos modernistas
Forma: Búsqueda de la belleza en las formas
y los contenidos
Simbolismo / símbolos
Temas: Literatura de los sentidos
Literatura de la intimidad (sentimientos)
Cosmopolitismo
Sentimiento amoroso idealizado
Concepción vitalista del amor (búsqueda del
deseo y del placer)
Desazón romántica
Escapismo
Temas americanos
Temas hispánicos
1.2.
Otra posible respuesta.
Toda la obra es una aguda crítica de la realidad social, política y cultural de la época
(las dos primeras décadas del siglo XX) que le tocó vivir a Valle. Es una época de continuos
cambios políticos, de radicales transformaciones sociales difícilmente digeribles para un país
nada progresista, anclado en antiguos ideales religiosos e imperialistas en un mundo que se
está desmoronando. En esta situación surge el movimiento literario de la Generación del 98,
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Valle, aunque formado e iniciado en el virtuosismo y cosmopolitismo modernistas, se
convierte en una de las figuras más representativas de esta literatura de denuncia.
Uno de los temas principales de la obra es el enfrentamiento entre dos mundos: el de
los bohemios y el de los representantes del poder. En el primero percibimos ingenio, ideales,
sentimientos y pobreza; en el segundo sólo opulencia chabacana, indiferencia y egoísmo.
La bohemia de Max es marginación voluntaria de la sociedad burguesa con la intención
de crear otra nueva donde satisfacer la pasión por el arte (=escritura). La de los Epígonos
modernistas es una bohemia ficticia, impostada, sin ningún deseo de cambio.
De la misma manera, Luces de Bohemia es una denuncia de la miseria material y moral
de España como consecuencia de la corrupción política a la que se alude con nombres propios
de cargos políticos destacados tanto de conservadores como liberales (Maura, García
Prieto,...), y también con sus representantes burócratas (el Ministro, Dieguito, Serafín,...); a la
vez que se critica el nepotismo como práctica política habitual (el Ministro – Serafín (“es mi
padre”), “García Prieto es un yerno más”) y la connivencia ya que la Acción Ciudadana era una
asociación represora que colaboraba con el poder.
Todo ello lleva al descubrimiento de la realidad española: una España descontenta: los
Epígonos del Parnaso Modernista protestan aludiendo a personajes e instituciones de la
Leyenda Negra, Max lo hace manifestando que España es un “corral”, un “terrón maldito”,
donde “la vida es un magro puchero”, la religión es una concepción de “beatas costureras”,...
Lamentan el desprecio social por el trabajo, la inteligencia, y reconocen la falta de “fuerzas
vivas” en el país. Se realiza una selección de datos muy representativos de la gravísima
situación en que se encontraban España: huelgas (1917), Semana Trágica (1909), la “Ley de
fugas” que permitía a la Policía disparar sobre los detenidos,... a través de ellos se percibe la
crítica política (Escena VI: conversación entre Max y el obrero catalán donde proponen
soluciones radicales para acabar con la situación de España) o la represión policial practicada
entonces (Escena XI: los manifestantes son dispersados a tiros que provocan la muerte del
niño a la vez que se oyen disparos que acaban con el obrero, muerte ya anunciada por éste en
la Escena VI).
Luces de Bohemia recrea una época caracterizada por el desastre y por la falta de
soluciones: si se olvida la sociedad en que se inscribe la obra no se comprenden los
comportamientos de los personajes de la misma.
[Se puede ampliar con la lectura en Cervantes Virtual de Sylvia Truxa, Del Modernismo
al Esperpentismo. Observaciones sobre estética y lenguaje.]
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2.
LUCES DE BOHEMIA EN EL CONTEXTO HISTÓRICO Y
LITERARIO DE SU ÉPOCA.
Luces de Bohemia (1920) es la obra teatral donde Valle-Inclán (1866-1936) inaugura el
género del esperpento. Aunque en la etapa en que se escribe la obra ya está activa una
generación posterior de escritores, la Generación del 14, la obra se sitúa, por sus
características y por su autor, en la época literaria que se ha dado en llamar del Modernismo y
de la Generación del 98, época que comprende, para la literatura española, los años entre
1895 y la primera guerra mundial.
Los años que median entre 1895 y la primera guerra mundial (1914-19) suponen una
encrucijada para el mundo occidental: se alcanza la cima del proceso de expansión colonial
iniciado en el XIX y se gestan los conflictos que han de modificar profundamente el equilibrio
de fuerzas mundiales y que llevarán a la Primera Guerra Mundial.
Desde finales del XIX, una serie de descubrimientos llevan a un profundo
replanteamiento del pensamiento científico. Se resquebrajan los presupuestos sobre los que
ese había asentado la ciencia moderna y que habían culminado en el pensamiento positivista,
destacando el auge de las corrientes irracionalistas, vitalistas, espiritualistas, existencialistas...
Corrientes como el existencialismo, el psicoanálisis y el marxismo repercutirán en la literatura
del momento, cada vez que el escritor intenta dar salida a los estratos más profundos de su ser
o expresar las angustias y las miserias humanas.
La crisis del pensamiento científico y filosófico encuentra un notable paralelismo en las
profundas transformaciones que se operan en las artes durante los primeros lustros del siglo
XX. Surgen movimientos que rompen violentamente con los presupuestos artísticos vigentes
hasta entonces. Los artistas, como los científicos o los filósofos, desechan nociones y enfoques
antes sólidamente establecidos: impresionismo, fauvismo, expresionismo, cubismo, futurismo,
arte abstracto, etc. Los fundamentos figurativos del arte entrarán en crisis.
La España del siglo XX recibe una doble y penosa herencia del siglo anterior: es un país
dividido entre tradicionalistas y progresistas, o casticistas y europeizantes, y es un país en
franca decadencia: mientras otras naciones afianzan su imperio colonial, España lo ha ido
perdiendo. El desastre del 98 constituye un fuerte aldabonazo en muchos espíritus. Se cobra
conciencia de la debilidad del país y se buscan sus causas en los problemas internos que
España arrastra desde hace tiempo. Algunos hombres eminentes claman por una política de
regeneración del país (Joaquín Costa).
Así las cosas, la crisis generalizada de fin de siglo conduce a tendencias renovadoras
mezcladas con un cierto pesimismo. Es el signo del modernismo. La crisis europea es en
España más dura si cabe. Todo ello dará lugar al surgimiento de corrientes de ideas de tipo
inconformista o disidente, en parte con un marcado signo antiburgués que, por lo que toca a la
literatura en nuestro país, se manifiesta en el rechazo del realismo y prosaísmo anteriores y en
la búsqueda de nuevos caminos. Sin embargo, la renovación se realiza desde diferentes
posturas.
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Unos se preocupan ante todo por el arte. Su despego de un mundo materializado y
gris les lleva a buscar la belleza, lo raro, lo exquisito, y señalan su inconformismo con formas
de vida bohemia. Otros se resisten al puro esteticismo y se enfrentan directamente con los
diversos aspectos de la decadencia española, analizando sus causas. Será una literatura
preocupada fundamentalmente por los problemas de España.
Esta dicotomía se ha resuelto adscribiendo a los primeros al modernismo y a los
segundos a la generación del 98, pero se ha discutido mucho esta división ya que las dos
posturas se solapan en muchas ocasiones, tomando rasgos una de la otra, por lo que resulta
muy difícil encasillar a los autores en una u otra. En realidad, el término Generación del 98
hace referencia más bien a un estilo, mientras que el término Modernismo es toda una
cultura, una nueva concepción de la vida que abarca todos los campos de la misma, no sólo la
literatura.
El Modernismo se puede entender desde diversas ópticas: podemos hablar de
Modernismo como un movimiento cultural generalizado, fruto de la crisis de fin de siglo que se
produce en toda Europa y América (nuevas corrientes filosóficas, avances de la ciencia, que
llevan a una crisis del pensamiento científico y filosófico) y que se manifiesta en distintas
corrientes artísticas de ruptura con el arte anterior. Pero también podemos hablar de
modernismo como una corriente estética determinada que, ciñéndonos a España, convive con
la generación del 98.
Ambas buscan la renovación estética, cultural y política de la España del momento,
dominada por el caciquismo y por una crisis cuya manifestación más evidente fue el desastre
del 98. Ambas muestran la disconformidad con la sociedad que les rodea, manifestándose de
distintas formas en las obras literarias.
Fruto de su época, Luces de Bohemia presenta características de ambos movimientos y
es también un fiel reflejo del contexto histórico en que se gestó: la crisis de fin de siglo se
prolonga en España con las revueltas obreras y campesinas, con hechos históricos que
desembocarán en la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), el advenimiento de la Segunda
República (1931-1936) y la Guerra Civil Española (1936-1939).
Los rasgos del contexto histórico determinarán fuertemente el sentido de crítica que
domina la obra: crítica hacia los políticos, la policía, las instituciones; el enfrentamiento entre
los mundos de la bohemia y de la burguesía; aparecen las vicisitudes históricas y sociales del
momento, se hace referencia a la historia más inmediata de España
En Luces de Bohemia se observa claramente una denuncia de la miseria material y
moral de España como consecuencia de la corrupción política a la que se alude con nombres
propios de cargos políticos destacados tanto de conservadores como liberales (Maura, García
Prieto,...), y también con sus representantes burócratas (el Ministro, Dieguito, Serafín,...); a la
vez que se critica el nepotismo como práctica política habitual (el Ministro – Serafín (“es mi
padre”), “García Prieto es un yerno más”) y la connivencia ya que la Acción Ciudadana era una
asociación represora que colaboraba con el poder.
Todo ello lleva al descubrimiento de la realidad española, es decir, el tema de España,
uno de los favoritos del 98: una España descontenta: los Epígonos del Parnaso Modernista
protestan aludiendo a personajes e instituciones de la Leyenda Negra, Max manifestando que
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España es un “corral”, un “terrón maldito”, donde “la vida es un magro puchero”, la religión es
una concepción de “beatas costureras”,... Lamentan el desprecio social por el trabajo, la
inteligencia, y reconocen la falta de “fuerzas vivas” en el país. Se realiza una selección de datos
muy representativos de la gravísima situación en que se encontraban España: huelgas (1917),
Semana Trágica (1909), la “Ley de fugas” que permitía a la Policía disparar sobre los
detenidos,... a través de ellos se percibe la crítica política (Escena VI: conversación entre Max y
el obrero catalán donde proponen soluciones radicales para acabar con la situación de España)
o la represión policial practicada entonces (Escena XI: los manifestantes son dispersados a
tiros que provocan la muerte del niño a la vez que se oyen disparos que acaban con el obrero,
muerte ya anunciada por éste en la Escena VI).
También la estética modernista y del 98 está presente en la obra. De la primera se
toma la figura de los bohemios, opuestos a los representantes del poder, aparecen algunos
personajes modernistas, reales (Rubén Darío) y de ficción (Marqués de Bradomín), aunque en
general en la obra se ve como algo bastante caduco.
Más elementos propios de la generación del 98 aparecen en la obra: la crítica social y
política, el tema de España, el tema de la muerte y el sentido de la vida…
3.
LUCES DE BOHEMIA Y LA REALIDAD POLÍTICA Y SOCIAL.
Luces de Bohemia (1920) es la obra teatral donde Valle-Inclán (1866-1936) inaugura el
género del esperpento. La obra se sitúa en la época literaria que se ha dado en llamar del
Modernismo y de la Generación del 98, época que comprende, para la literatura española, los
años entre 1895 y la primera guerra mundial.
Fruto del rechazo que modernistas y noventayochistas sienten por la realidad que les
ha tocado vivir, es la crítica constante que la obra hace a la realidad política y social. En Luces
de bohemia se observa una aguda crítica de la realidad social, política y cultural de la época
(las dos primeras décadas del siglo XX) que le tocó vivir a Valle. Es una época de continuos
cambios políticos, de radicales transformaciones sociales difícilmente digeribles para un país
nada progresista, anclado en antiguos ideales religiosos e imperialistas en un mundo que se
está desmoronando. En esta situación surge el movimiento literario de la Generación del 98,
Valle, aunque formado e iniciado en el virtuosismo y cosmopolitismo modernistas, se
convierte en una de las figuras más representativas de esta literatura de denuncia.
En Luces de Bohemia se observa claramente una denuncia de la miseria material y
moral de España como consecuencia de la corrupción política a la que se alude con nombres
propios de cargos políticos destacados tanto de conservadores como liberales (Maura, García
Prieto,...), y también con sus representantes burócratas (el Ministro, Dieguito, Serafín,...); a la
vez que se critica el nepotismo como práctica política habitual (el Ministro – Serafín (“es mi
padre”), “García Prieto es un yerno más”) y la connivencia ya que la Acción Ciudadana era una
asociación represora que colaboraba con el poder.
Todo ello lleva al descubrimiento de la realidad española, una España descontenta: los
Epígonos del Parnaso Modernista protestan aludiendo a personajes e instituciones de la
Leyenda Negra, Max manifestando que España es un “corral”, un “terrón maldito”, donde “la
vida es un magro puchero”, la religión es una concepción de “beatas costureras”,... Lamentan
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el desprecio social por el trabajo, la inteligencia, y reconocen la falta de “fuerzas vivas” en el
país. Se realiza una selección de datos muy representativos de la gravísima situación en que se
encontraban España: huelgas (1917), Semana Trágica (1909), la “Ley de fugas” que permitía a
la Policía disparar sobre los detenidos,... a través de ellos se percibe la crítica política (Escena
VI: conversación entre Max y el obrero catalán donde proponen soluciones radicales para
acabar con la situación de España) o la represión policial practicada entonces (Escena XI: los
manifestantes son dispersados a tiros que provocan la muerte del niño a la vez que se oyen
disparos que acaban con el obrero, muerte ya anunciada por éste en la Escena VI).
En conclusión, Luces de Bohemia refleja fielmente la situación política de su época,
pero también la social, pues todos los estamentos y su situación en el momento aparecen
reflejados en la obra.
4.
EVOLUCIÓN DE LA OBRA DE VALLE-INCLÁN. JUSTIFICA LA
INCLUSIÓN DE LUCES DE BOHEMIA EN LA ETAPA QUE LE
CORRESPONDA.
La producción de Valle-Inclán destaca por su variedad y extensión, cultivó
prácticamente todos los géneros literarios y en todos ellos se aprecia una marcada evolución
que va desde un modernismo elegante y en cierto modo decadentista, hasta una literatura
crítica que emplea como instrumento una visión distorsionada de la realidad.
No es fácil adscribir a este escritor a un movimiento literario determinado ya que su
nota más característica consiste precisamente en la búsqueda incansable de un estilo personal.
Este estilo, que se corresponde con una visión personalizada del mundo, queda plasmado en
sus obras de madurez. De ahí que la obra de Valle ofrezca una evolución constante tanto
temática como en la técnica utilizada. En esta evolución pueden distinguirse tres etapas:
1. Fase de carácter modernista y clara inspiración simbolista, por ejemplo, Las sonatas.
2. Fase de transición, donde va desechando la carga modernista y acercándose a su
estilo más personal, por ejemplo, las Comedias Bárbaras.
3. tercera fase, donde se expresa en un estilo totalmente personal: el esperpento; por
ejemplo, Luces de bohemia. Estas últimas obras están escritas en la línea esperpéntica y desde
vivencias revolucionarias contrarias a su etapa inicial: Tirano Banderas y Viva mi dueño.
De todos modos, aunque hay una gran diferencia entre el tono de las Sonatas y los
esperpentos, no puede dejar de observarse una cierta continuidad. En efecto hay una cierta
esperpentización en todas sus obras, que, si bien no llega al tono agrio que presentan sus
esperpentos, revela el malestar ante una sociedad que no admite.
Si nos atenemos a su teatro, se han establecido cuatro etapas, las propuestas por Ruiz
Ramón (generalmente bien aceptada por la crítica actual) de su producción teatral en torno a
lo que él llama “ciclos”, añadiéndole un cuarto apartado en el que engloba las obras que no
tienen perfecta acogida en cualquiera de estos ciclos, aunque sí los preparan o muestran
afinidad con ellos:
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1. Primeras obras: oscila entre el estilo decimonónico y el decadentismo: El Marqués
de Bradomín (1906), El yermo de las almas (1908), Tragedia de ensueño (1903), Comedia de
ensueño (1905), Cuento de abril (1910), Voces de gesta (1911).
2. Ciclo mítico. El ciclo mítico representa el primer paso en la evolución de Valle-Inclán
desde el simbolismo decadentista de los primeros textos al expresionismo desgarrado de su
época de plenitud. Las Comedias Bárbaras y Divinas palabras son las obras que mejor definen
el ciclo mítico. Se desarrollan en una Galicia primitiva dominada por fuerzas elementales y
mágicas; donde la brujería y las fuerzas diabólicas adquieren gran importancia. La presencia
diabólica tiene su transposición en los impulsos pasionales de los personajes, se presenta una
sexualidad muy primitiva en la que el impulso de procreación está íntimamente unido al de la
muerte: Divinas palabras (1920), El embrujado (1913) y Comedias bárbaras [Cara de Plata
(1922), Águila de Blasón (1907), Romance de lobos (1907).]
3. Ciclo de la farsa. Pasamos con la farsa a un mundo distinto, donde lo grotesco se
presenta unido a lo poético, estilizado, y hasta a lo cursi. Algunas tienen una clara orientación
modernista. Algunos elementos dramáticos relevantes que nos muestran un Valle-Inclán en
transición hacia sus últimas creaciones: la visión irónica, los personajes van entrando en un
proceso de estilización, presencia de los títeres y del mundo del teatro: La Marquesa Rosalinda
(1912) y Tablado de marionetas para educación de príncipes (1926) [ Farsa inf. de la cabeza
del dragón (1910), Farsa italiana de la enamorada del rey (1920), Farsa y licencia de la reina
castiza (1920)].
4. Ciclo esperpéntico. Luces de Bohemia (1920 y 24), Martes de Carnaval (1930) [
Los cuernos de don Friolera (1921). Las galas del difunto (1926).
La hija del
capitán (1927)], Retablo de la Avaricia, la lujuria y la muerte (1927).
Si observamos las fechas, vemos que, excepto las primeras obras, el resto de ciclos se
solapa. La evolución de su teatro no es lineal, sino que se desarrolla en dos líneas principales:
la del mito y la de la farsa. La primera mitifica Galicia, la segunda transfigura los siglos XVIII y
XIX, utilizando los materiales que la tierra y las gentes y las actitudes del XVIII de Galicia le
suministran para conseguir un mundo crítico y estéticamente cerrado, un mundo afectado o
ridículo de muñecos y figurines.
En ese mundo crítico y cerrado, primario, se muestran libres el mal, lo irracional y lo
animal, el sexo y la muerte. Año clave en su evolución es 1920, fecha en la que coinciden las
últimas farsas y las últimas mitificaciones del mundo galaico con el primer esperpento: La
enamorada del rey, La reina castiza y Luces de Bohemia.
Con el esperpento entra en juego un espacio y unas épocas distintas: la España de
principios del siglo XX, que es presentada por un procedimiento dramático totalmente
opuesto: si lo antiguo se mitificaba, lo actual se desmitifica.
Luces de Bohemia se incluye en el ciclo esperpéntico del teatro y en la etapa de
madurez esperpéntica puesto que toda ella cumple las premisas del género; de hecho, podría
ser considerada la obra ianugural del mismo. El propio Valle subtituló así a sus esperpentos:
Luces de bohemia y la trilogía Martes de Carnaval, formada por las obras: Los cuernos de don
Friolera (1921), Las galas del difunto (1926) y La hija del capitán (1927). Además pueden
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incluirse en este ciclo el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte y la Farsa y licencia de la
reina castiza, con los matices que hemos visto antes.
Pero más reveladoras aún de su motivación literaria y personal sobre el esperpento
son las palabras de Max Estrella, el poeta ciego de Luces de Bohemia que afirma que el
esperpento es la tragedia nuestra, la española. Para dar cuenta de nuestra realidad ya no sirve
la tragedia clásica, puesto que España se ha convertido en una deformación grotesca de la
civilización europea; los héroes clásicos han ido a pasearse al callejón del Gato (calle madrileña
donde existían unos espejos deformantes, como los de las ferias), con esta frase Valle expresa
cómo los personajes esperpénticos son iguales a las imágenes que producen esos espejos, sus
movimientos, sus figuras, están deformadas. Por eso, el sentido trágico de la vida española
sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada: los héroes clásicos reflejados
en los espejos cóncavos dan el Esperpento. Con la invención de esta nueva estética Valle
pretende abordar en la realidad para extraer su más profundo sentido, pretende poner de
relieve lo grotesco, la inmoralidad de una sociedad (la española de la época), y todo ello a
través de unos personajes que ya no son los héroes medio divinos de las obras clásicas, sino
fantoches, marionetas de guiñol, personajes, en definitiva, deformados.
5.
CARACTERÍSTICAS DEL ESPERPENTO Y SU REFLEJO EN LUCES
DE BOHEMIA.
Luces de Bohemia (1920) es la obra teatral donde Valle-Inclán (1866-1936) inaugura el
género del esperpento.
El esperpento es, en Valle-Inclán, su creador, más que un género literario; es una
estética, una visión del mundo a la que se llega desde una concreta circunstancia histórica
española y desde una determinada ideología, resultado de una toma de posición crítica, cuya
raíz es a la vez individual y social, pero que coincide con un movimiento estético de protesta y
búsqueda general en la literatura europea.
Valle denominó esperpentos a Luces de Bohemia, Los cuernos de don Friolera, Las
galas del difunto, La hija del capitán. El propio Valle expuso fragmentariamente una “teoría”
del esperpento asistemática y mediante unos personajes puestos en situación dramática muy
concreta.
Lo que Valle-Inclán entendía por «esperpento» quedó apuntado, en 1920, por boca
del personaje Max Estrella en Luces de Bohemia, cuando éste, en la escena XII, dialoga con
don Latino:
En “Luces de Bohemia, escena XII:
«MAX.- La tragedia nuestra no es tragedia.
DON LATINO.- ¡Pues algo será!
MAX.- El Esperpento. [...]
MAX.- Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los
héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato.
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DON LATINO.- ¡Estás completamente curda!
MAX.- Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El
sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente
deformada. [...]
MAX.- España es una deformación grotesca de la civilización europea.
DON LATINO.- ¡Pudiera! Yo me inhibo.
MAX.- Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.
DON LATINO.- Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del
Gato.
MAX.- Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática
perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas
clásicas».
También lo definió en Los cuernos de don Friolera y en un artículo del ABC en el 38. En
este último puntualiza que hay tres formas de mirar el mundo estéticamente: de rodillas, en
pie o levantado en el aire. Esta tercera manera es la que Valle elige para sus esperpentos y así
sus personajes se presentan como “enanos y patizambos, que juegan una tragedia”.
Desde muy joven Valle se sintió fascinado por los ambientes de la bohemia, tal vez
porque eran los únicos que le permitían el desarrollo de su personalidad al margen dela
prosaica realidad burguesa. En un artículo de 1892, “Madrid de noche”, evoca la figura de un
amigo bohemio, que terminó suicidándose y que se hacía llamar “el redentorista” por haber
sacado del vicio a una prostituta que frecuentaba el café de Fornos. En cierta forma, la figura
de este bohemio anticipa la del ilustre bohemio en quien se inspiraría Valle para la creación de
Max Estrella: Alejandro Sawa; escritor muy admirado por Valle, quien lo vio como un modelo
para fijar la actitud ante la conflictiva relación entre bohemia y literatura..
En una entrevista del 1921 declaraba Valle: “Yo en mi nuevo género conduzco a los
personajes al destino trágico, pero me valgo para ello del gesto ridículo.
En Luces asistimos a la elegía de un mundo bohemio, cuya desaparición es sancionada
por el Ministro en la escena VIII. En el mismo sentido debe interpretarse la aparición de Rubén
Darío y el Marqués de Bradomín, que pertenece a una raza de perdedores: Max era hijo de un
capitán carlista compañero del Marqués. El carlista, el bohemio y el anarquista se dan la mano
como últimos ejemplares de un mundo en trance de descomposición. Max, a diferencia de los
otros, se convierte en héroe moderno porque opta por la expresión del mundo urbano,
Madrid, los términos son más concretos, los fenómenos toman nombres de personas, y las
causas de los males aparecen más inmediatas.
La deformación grotesca y crítica de la realidad, que sirve para mostrar de forma más
evidente esa realidad y dejar al descubierto lo que se desea encubrir, se manifiesta mediante
una serie de rasgos propios del esperpento que encontramos fielmente reflejados en Luces de
bohemia. Por otra parte, la crítica de la realidad social y política española, es constante en la
obra.
13
Esperpento
Luces de bohemia
Lo grotesco como forma de expresión: distorsión, fusión
Deformación sistemática de la Pe, Escena II, en la librería de Zaratustra.
realidad
Código doble: tono burlesco y  El billete de lotería, última esperanza de escapar de la miseria, saldrá
caricaturesco que oculta la
premiado tras la muerte de Max.
crítica y la lección social y
 Escena IV final: cuando los guardias, cuando se dice de D. Latino y Max
moral
que “son banqueros” o cuando Max dice “Señores guardias, ustedes me
Uso del humor y de la sátira
perdonarán que sea ciego”
Sarcasmo
 Max hablando con el preso catalán: “una buena cacería puede encarecer
la piel de patrono catalán por encima del marfil de Calcuta”.
 El diálogo (esc. XI) entre los distintos personajes ante la muerte del niño y
la actuación de la policía: “son desgracias inevitables para el
restablecimiento del orden”…
 Escena última: cinismo de Don Latino, que dice que va a publicar las obras
de Max, cuando le ha robado, muerto, la cartera con el billete de lotería
premiado.
Animalización de la realidad
 Animalización de los personajes; por ejemplo, a don Latino se le llama
(prosopopeyas,
"perro cobarde, que da su ladrido entre las piernas" (Escena II). En un
animalizaciones, símiles
momento dado dice de sí mismo “Yo doy una nota más baja que el cerdo”
despectivos e hipérboles)
(esc. IV). Max lo define como su perro (esc. VIII) y como un “cerdo
hispalense” (esc. X). luego, dice que se ha convertido en un buey (esc. XII)
y como tal lo trata: “Como te has convertido en buey, no podía
reconocerte. Échame el aliento, ilustre buey del pesebre belenita. ¡Muge,
Latino”
 –Personajes animales: los compañeros de Zaratustra (perro, gato, loro,
ratón), el perro golfo de la escena XI,... todos ellos completan la
animalización de los personajes humanos a los que secundan para
conformar el esperpento.
 Los animales responden a Zaratustra, identificándose con las personas y,
por ende, a las personas con animales.
 El ratón “saca el hocico intrigante”
 De Zaratustra se dice que es un “zorro” (esc. II)
 Zaratustra está identificado con un animal, cosificado: “abichado y giboso
– la cara de tocino rancio y la bufanda de verde serpiente”.
 Don Gay, Max y D.Latino aparecen caracterizados en la tienda de
Zaratustra “como tres pájaros en una rama”
 El Buey Apis
 También se animaliza a los epígonos modernistas, como Dorio de Gadex,
“abre los brazos, que son como alones sin plumas”
 Descripción del conserje de “El Popular” (escena VII)
Muñequización de los
 Del propio Zaratustra se dice que es un “fantoche” en varias acotaciones.
personajes, como fantoches
 La chica que entra a la tienda de Zaratustra tiene “patas de caña”
 Descripción del conserje de “El Popular” (escena VII)
Cosificación de los personajes  Por ejemplo, a los epígonos modernistas (con características tópicas de la
bohemia, planas, sin reflexión). Pe, en la escena IV se dice que “van
saliendo deshilados”; toda la presentación que se hace de ellos en esa
escena (p. 15). También en la escena V “bajo la luz de una candileja, pipas,
chalinas y melenas del modernismo” y en varias ocasiones más; cada vez
que se les menciona, que van en grupo así todos juntos.
 La chica que entra a la tienda de Zaratustra tiene “patas de caña”
 Descripción del conserje de “El Popular” (escena VII)
 De Don Filiberto: “marfil de sus sienes, ancha redondez de su calva”
14
Personificación de objetos y
animales
Presentación de lo más
desagradable y grotesco de
los seres humanos (la
deformidad, la crueldad, la
estupidez)









Presentación de lo
extraordinario como normal y
verosímil






La muerte como personaje
fundamental




Recursos / procedimientos
Técnica del contraste
violento: Personajes.
Técnica del contraste
violento: Mezcla comedia y
tragedia.
Técnica del contraste
violento: Lenguaje y
expresión.
La descripción de las putas de la escena X.
Escoba retozona (I), “una calle traviesa” (esc. IV)
“el grillo del teléfono se orina en el gran regazo burocrático” (esc. VIII)
“sombras clandestinas” (esc. X)
Pe, los muertos de la escena XI, con la mujer con el hijo muerto en brazos.
Pe, cuando el preso dice que le van a dar tormento y a aplicar la ley de
fugas.
Don Filiberto (esc. VII, en “El Popular”, dice que estupra criadas y las hace
abortar y lo ven como lo más normal).
Toda la escena con las putas (X); la descripción que se hace de la vieja
pintada (“sórdida, bajo la máscara de albayalde, descubre las encías sin
dientes”)
Esc. XI: el niño muerto en los brazos de su madre “la sien traspasada por
el agujero de una bala”.
Pe, cuando se dice que exterminando al proletariado también se
extermina al patrón (Max en su diálogo con el preso (esc. V)
Don Filiberto (esc. VII, en “El Popular”, dice que estupra criadas y las hace
abortar y lo ven como lo más normal)
Esc. VIII: en el despacho del ministro: sale el ujier abotonándose los
calzones, pálido y arañado; luego sale el ministro, en mangas de camisa, la
bragueta desabrochada…
Misma escena: Max va a cobrar un sueldo sin hacer nada, se lo llevarán a
casa todos los meses.
Al final de la escena XI Max habla del suicidio (“llévame al Viaducto. Te
invito a regenerarte en un vuelo”.
La llegada de Basilio Soulinake al velatorio de Max (esc.XIII) diciendo que
está vivo, con todo el montaje subsiguiente.
La presencia de la muerte (suicidio colectivo), desde la escena I, que
anticipa el final de la obra.
Muerte de Max, muerte de su mujer y su hija, muerte del reo, del niño…
Se habla mucho de la muerte en la obra. Pe, en la esc. VIII, Max cuenta
que todos sus hermanos han muerto (Creo que han muerto).
Tb cuando Max dialoga con Rubén Darío
Todas las clases sociales y estamentos: bohemios, putas, chulos, mendigos,
burócratas, policías, poetas, ministros, incluso personajes de ficción (el
marqués de Bradomín).
Aparecen reflejadas también mediante el lenguaje.
Contrastes entre escenas trágicas y escenas grotescas (pe, la escena XIII, el
velatorio de Max, con el hombre muerto y los que llegan diciendo tonterías de
que no está muerto y métodos para comprobarlo, o con don Latino borracho)
Mezcla en una misma escena de situaciones trágicas y cómicas: esc. XI, con el
niño muerto, la tragedia que destila la voz de la madre y los comentarios
absurdos de otros personajes.
Diálogo entre el Marqués de Bradomín y los sepultureros (es. XIV)
Constante contraste en los modos de expresarse de los personajes, con
términos de argot (apoquina, vivales, de pipi…) frente a otros recargados, en
latín…
Aparte de caracterizar a los personajes por su extracción cultural, un mismo
personaje puede hacer uso de ambos registros (así, Don Latino o Max).
Pe, las expresiones del chico de la taberna, la Pisa-Bien, el Rey de Portugal,
en argot; frente a las expresiones rimbombantes de los Epígonos modernistas.
Max dice en un momento dado “yo también chanelo el sermo vulgaris).
Uso de diferentes registros lingüísticos. El lenguaje es enfático y admite esos
distintos niveles tanto de lenguaje como de habla. Esta diversidad facilita el
cumplimiento de la finalidad primordial: reflejar todas las formas de
15
expresión de la sociedad española, principalmente la madrileña.
–Los hablantes cultos: se inspiran en textos clásicos (“¿Ha conocido usted
alguna Ofelia, Marqués?”- Escena última); combinan cultismos con voces y
expresiones populares (“MAX.- Ve a colgarme la capa.” Escena III); el discurso
culto es irónico, pone en evidencia al interlocutor y permite al hablante
situarse en un plano superior; su lenguaje es enfático, abundan las
exclamaciones, las hipérboles, las expresiones sentenciosas o provocadoras
(“¡Barcelona sólo se salva pereciendo!” - Escena VI); se utilizan galicismos,
latinismos, helenismos, germanismos, anglicismos: “bock de cerveza, Alea
jacta est, Eureka, el journal, ha batido el récord,...; además recurren a frases
hechas y citas literarias para saludarse: “Padre y maestro mágico, salud”
(Escena IV), “Mal Polonia recibe a un extranjero” (Escena II).
–Hablantes maquinales: son poco espontáneos y muy rutinarios, reproducen
sentencias oficiales y frases sacadas de los lenguajes periodístico y político: “El
principio de Autoridad es inexorable” (Escena XI), “Sin hacer desacato”
(Escena V),...
–Hablantes populares: Valle recrea el habla madrileña con recursos como
abreviar nombres comunes o propios (propi, Delega, Don Lati), usar sufijos
burladores (vivales, naturaca, guasíbilis,...),utilizar intensificadores expresivos
(requetebién, soleche), argot o jerga cañí (guindilla, pollo, pájara, calvatrueno,
lila, roña., pirante, pasta, curda, fiambre, pescarla, chola,...), o expresiones
populares (estar afónico= no tener dinero, dar el pan de higos = tener
relaciones sexuales, ponerse a gatas = desanimarse,...)
–Hablantes vulgares: se caracterizan por cometer errores fonéticos,
morfosintácticos y semánticos: cráneo previlegiado, ¡Tienes el hablar muy
dilustrado!, ¡Amos, deje de pellizcarme!, ¡Esto no lo dimana la bebida!, Señá
Flora,...; estos hablantes también utilizan voces de germanía (jerga
delicuencial) y gitanismos: coima, afanar, gachó, panoli, parné, dar mulé,...
–Recursos estilísticos de las acotaciones: selecciona verbos para
pormenorizar movimientos, sonidos y actitudes: acompasar, pautar, cifrar,
cloquear, tolondrear,..; alterna palabras procedentes de distintos registros
lingüísticos: coime, polizonte, pingona,... junto a extravagar, lívido,
peripatético, teósofo,...; usa mucha derivación: golfante, giboso, vocinglero,
lunero, abichado, agalgada, pelirrubia,...; predomina el asíndeton: Hongos,
garrotes, cuellos de celuloide, grandes sortijas,...; y la sinestesia: olor frío de
tocino rancio,...productos de los inicios modernistas de Valle.
Libertad formal
Desgarro lingüístico
Acotaciones muy complejas,
que provocan sorpresa
permanentes en los
espectadores
Las acotaciones son aclaraciones introducidas en una obra dramática con el
fin de facilitar la representación, hacen referencia a aspectos no verbales
(movimientos, gestos, iluminación, sonido, olores,...) y carecen de valor
literario; sin embargo, Valle no se conforma con asignar a las acotaciones una
función orientadora, va más allá:
–Al introducir comentarios extradramáticos, las acotaciones cumplen la
misma función poética que el diálogo, destacan por su poder evocador y
contribuyen a eliminar diferencias entre el teatro y novela como pretendía
Valle.
Describen el movimiento, el gesto, el estado físico, la dicción, la indumentaria,
la luz, los ruidos, los olores, objetos del decorado,... detalles que dotan de
verosimilitud a las caracterizaciones personales y ambientales, además de
elevar la calidad artística del espectáculo con la multiplicidad de efectos que
se introducen en la obra.
–Se convierten en un elemento más del mecanismo esperpentizador de la
obra.
EVOCACIONES: Las acotaciones permiten describir y evocar: tanto personajes
como ambientes son caracterizados por el establecimiento de asociaciones
evocadoras entre distintos tipos sociales, entre personas y animales o cosas,
16
entre poseedores permanentes y transitorios, entre circunstancias diversas;
dicho recurso aporta concreción y multiplica los efectos dramáticos
esperpénticos: “Con ese matiz de perro cobarde.” (E.II), “El llavero, con
jactancia de rufo.” (E.VI), “...parejo de aquellos bizarros coroneles que en las
procesiones se caen del caballo.” (E.VII), “Manos de esqueleto memorialista
en el día bíblico del juicio Final.” (E.VII), “Aquel gesto manido de actor de
carácter en la gran escena del reconocimiento.” (E.VIII),...
SONIDOS: “Se oye una escoba retozona” (E.I), “El grillo de un timbre rasga el
silencio” (E.VII), “Llega un tableteo de fusilado” (E.XI), “La voz achulada de una
vecina” (E.XI), “...cloquea un rajado repique, la campanilla de la escalera.”
(E.XIII).
INDUMENTARIA: “...en chancletas, la falda pingona.” (E.I), “...adornada de
peines gitanos.” (E.III), “La Lunares, una mozuela pingona, medias blancas,
delantal, toquilla y alpargatas.”(E.X),...
RASGOS FÍSICOS: “La hermosa barba con mechones de canas.” (E.I), “Un golfo
largo y astroso.” (E.III), “El periodista calvo y catarroso.” (E.VII), “La vieja
sórdida, bajo la máscara de albayalde, descubre las encías sin dientes.”
(E.X),...
MOVIMIENTOS Y POSICIONES: “...encogido en roto pelote.” (E.II), “Caminan y
tambalean.” (E.IV), “...redobla la risa y se desmadeja.” (E.X), “...un perro golfo
que corre en zigzag” (E.XII), “Acucándose ante el ataúd.” (E.XIII), “...se acerca
ondulante.” (E.XV),...
GESTOS: “Madama Collet, el gesto abatido y resignado,” (E.I), “...asiente con
gesto sacerdotal.” (E.IX), “...bajo la mirada torcida del chulo y el gesto atónito
de Venancio” (E.XV), “Don Latino guiña un ojo, tuerce la jeta, y desmaya los
brazos haciendo el pelele.” (E.XV),...
COLORES: “... la cara de tocino rancio y la bufanda de verde serpiente.” (E.II),
“...cubriéndose la cara con las manos amarillas y entintadas” (E.VII), “...refajo
colorado.” (E.XII), “Las sombras negras de los sepultureros.” (E,XIII),...
OLORES: “...del antro apestoso de aceite,” (E.IV), “Aire de cueva y olor frío de
tabaco rancio” (E.IV), “olor de brevas habanas” (E.V),...
LUCES: La luz es un elemento muy importante en la obra por dos razones: es
un elemento simbólico y afecta a todos los ambientes y a todos los
personajes. Los brillos sólo llegan a la bohemia auténtica, la practicada por
Max Estrella; otros matices de luz e diversifican en sombras, claroscuros, luces
trémulas y mortecinas, de abandono y muerte, o enluces amenazantes: “Hora
crepuscular.” (E.I), “Lóbrega trastienda.” (E.II), “Luz de acetileno.” (E.IV), “Sale
de la tiniebla el bulto del hombre morador del calabozo.” (E.VI), “En la sombra
clandestina de los ramajes.” (E.X), “Remotos albores de amanecida.” (E.XI),
“Sobre el muro de lápidas blancas, las dos figuras acentúan su contorno
negro.” (E.XIV),...
Movimientos y gestos característicos del teatro de guiñol o de títeres
Decorados próximos a la
Prácticamente en todas las acotaciones:
estética expresionista, que
 Presentación de la buhardilla de Max y Mme. Collet; llegada de D.
rompen el efecto de realidad
Latino a la buhardilla (escena I)
 Presentación de la tienda de Zaratustra (escena II)
 Presentación de la Taberna de Pica Lagartos (escena III)
 La escena IV por la noche, en la calle “en la llama de los faroles un
igual temblor verde y macilento. La luna sobre el alero de las casas,
partiendo la calle por medio”
 Presentación del Ministerio de la Gobernación (esc. V)
 Presentación del café donde Max se encuentra a Rubén Darío (esc.
IX)
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6.
LOS PERSONAJES DE MAX ESTRELLA Y DON LATINO EN
LUCES DE BOHEMIA.
Max Estrella. En la 1ª acotación de la obra se presenta a Max Estrella como un hombre
ciego, “hiperbólico andaluz, poeta de odas y madrigales”. Su descripción física se detalla en la
3ª acotación: barba hermosa, canosa, cabeza rizada y ciega: carácter clásico-arcaico como un
Hermes.
Valle se inspira en un personaje real: Alejandro Sawa, sevillano, poeta mediocre muy
conocido en la bohemia madrileña de principios de siglo XX, con características biográficas
(vivió en Francia, se casó con una francesa y tuvo una hija) similares a Max Estrella; también
Baroja se fijó en ese personaje real para crear a Rafael Villasús, personaje de El árbol de la
ciencia.
Max posee un gran talento, destaca por su superioridad moral, permanece fiel a una
forma de vida que choca contra la oficial: es valiente y sincero (“Zaratrusta, eres un bandido”);
es un rebelde y tiene razones para serlo: recibe malas críticas por su trabajo, él y su familia
viven en la miseria, como hombre de talento padece los atentados contra la inteligencia que se
cometen en España.
Su problema es que se siente impotente para cambiar esa realidad que le disgusta, que
Valle convierte en esperpento, y que finalmente acaba con él (en el momento en que empieza
a crecer su riqueza material: sueldo, lotería): propone cambios en la forma de vivir la religión
(“Hay que resucitar a Cristo”), para acabar con las desigualdades sociales (“aniquilar la
riqueza”), se solidariza con el pueblo y sufre por él, siente compasión por los humildes(obrero
catalán, prostitutas,...o “Esa voz me traspasa” refiriéndose a la madre que ha perdido a su
hijo),...Se intuye una cierta contradicción en la trayectoria moral de Max Estrella en el
momento que acepta el sueldo del ministro, aunque él no hace alarde nunca de superioridad
moral.
Por último, la idea de la muerte se hace presente desde el inicio de la obra: propuesta
colectiva de suicidio, muerte del obrero, del niño,... hasta el suicidio efectivo de su mujer e
hija.
Don Latino es un vejete asmático, cómico, esperpentizado en múltiples ocasiones por
ser el personaje más grotesco. También posee rasgos biográficos de Alejandro Sawa
(explicación de su nombre en la escena VII). Es el lazarillo de Max pero lo estafa (con
Zaratrusta), se niega a prestarle el carrik (el macferlán cuando se dirigen a la buñolería), se
queda con el dinero del décimo premiado,... Es cobarde cuando le atacan y sumiso con las
autoridades (“Muchas gracias, inspector”, escena V). En diversas ocasiones está animalizado:
perro cobarde, ladrido entre las piernas (Escena II).
Es un borracho (cuando llega a casa de Max, Claudinita indica “Ya se siente el olor del
aguardiente”)
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