4 Reflexión. Desde siempre, la Iglesia posee la firme convicción de que quienes padecen la muerte por razón de la fe, sin haber recibido el Bautismo, son bautizados por su muerte con Cristo y por Cristo. Este Bautismo de sangre como el deseo del Bautismo, produce los frutos del Bautismo sin ser sacramento. (Catecismo Universal de la Iglesia Católica, nº 1258). “La inocencia alcanza la dicha de morir por la justicia. Estos Niños inocentes son las flores de los Mártires y las primeras coronas de la Iglesia católica, que el ardor de la más violenta pasión hizo brotar en el invierno de la infidelidad y que arrastró el huracán de la persecución”. (San Agustín) Liturgia de la Palabra 28 de Diciembre Hoy nos presenta la Iglesia, la fiesta de los santos Inocentes, un acontecimiento histórico. El rey Herodes no tiene inconveniente en hacer morir a todos los niños de la comarca de Belén, pretendiendo suprimir de este modo a Jesús, a quien consideraba rival de su trono humano, a partir de su interpretación errónea de las Escrituras. Dios hace fracasar los planes de los malvados Primera lectura San Juan nos exhorta a caminar y vivir en la luz. - La sangre de Jesús nos limpia los pecados. ----------------------------------------------------------------------------------------Venid benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros, porque era forastero y me acogisteis (cf. Mt. 25: 31-46) Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 1,5-2, 2 Queridos hermanos: Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabra y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados. 3 2 Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. Palabra de Dios. Salmo responsorial: 123, 2-3. 4-5. 7b-8. (R.: 7a) R/: Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador. Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. R. Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes. R. La trampa se rompió, y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R. Aleluya A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A ti te ensalza el blanco ejército de los mártires. Evangelio Mateo relata la huída a Egipto. Es interesante que esta sea la lectura que la Iglesia escoge para este día, destacando así que la familia de Jesús vivió como todas las demás familias judías de la época. - Herodes mandó matar a todos los niños en Belén. † Lectura del santo evangelio según san Mateo 2,13-18. Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo» José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.» Palabra del Señor.