Se nos acaba el año. Cada vez más nos acercamos al final de este 2012, año en que cada uno de nosotros ha vivido innumerables experiencias, una alegres otras no tanto, unas llenas de amor en cambio otras con esperanzas de mayor abundancia, unas acompañadas de nuestras familias, otros en cambio en la soledad triste y amarga .Lo cierto es que nuestras vidas buscan la felicidad permanentemente, pero a veces lo rutinario la hace perder y se aleja esa chispa de la vida plena. Vivimos en forma acelerada, despertamos agitados, nos duchamos, vestimos, tomamos desayuno y salimos rápidamente para trasladarnos a nuestros trabajos. Otros deben preocuparse de que sus hijos pequeños estén levantados, listos para ser trasportados por ellos a sus jardines o esperar el transporte escolar que los llevará a su destino. Llegamos a nuestros trabajos y muchos (as) de las personas que ahí trabajan, lo hacen con una actitud pesimista, con el ceño fruncido, discutiendo por todo y trabajando con poco ánimo. En muchos trabajos, quienes laboran ahí, están pensativos, melancólicos, pensando en las deudas adquiridas, en lo que no han podido comprar, en como sentirse más alegres y felices. Pareciera que estamos esperando que algo ocurra que nos haga cambiar, esperamos que “mañana” o “Después” o quizás “más adelante” seamos felices y con la esperanza de que esta felicidad llegará cuando cumplamos algunos de nuestros objetivos en la vida (un trabajo mejor, una casa más grande, un vehículo más confortable, etc.) Anhelamos el fin de semana para descansar de la semana agitada, pero luego esperamos con ansias la hora de empezar a trabajar nuevamente. ¿Qué nos ocurre?, ¿ha pensado que es lo que realmente quiere?.No nos damos cuenta y las horas, días y meses se nos escapan y no tenemos tiempo para reflexionar sobre el motivo real de nuestra existencia y de la felicidad de cada uno de nosotros. Nos acostumbramos tanto a la rutina diaria que ya no siquiera nos damos cuenta, ni menos pensamos en lo que nos ocurre, nos olvidamos de vivir. Hagamos un alto cada día y no esperemos más adelante que llegue la felicidad sino que pongámonos y propongámonos, ahora ser felices. ¿Cómo? simplemente sonriéndole a la vida, la vida es hermosa y debemos descubrirla, en las lindas mañanas, en el canto de los pájaros que nos rodean y hacen sentir su presencia , en el trabajo sonriamos a los demás, ayudemos a quienes se sienten tristes, demos abrazos, no esperemos que sea año nuevo para hacerlo, ( el abrazo tiene un alto valor, nos brinda protección, reafirma nuestros propios sentimientos, nos da acogida, transferimos energía positiva, alivia un dolor, etc.), busca la sonrisa y el buen humor del otro (dicen que nadie es tan pobre que no pueda dar una sonrisa ni tan rico que no pueda regalarla, una sonrisa dura pocos segundos pero puede recordarse por mucho tiempo. Estimados (as)todos(as), creo que estarán de acuerdo conmigo que en nuestra sociedad , por los cientos de problemas que existen ,han hecho que cada vez más vayamos perdiendo eso que es tan hermoso, fácil y barato, me refiero a los abrazos, regalar una sonrisa y si es posible entregar buen humor. La felicidad está en nosotros y muy cerca nuestro , ¡busquémosla ahora y no la esperemos más!. Andrés Flores Tobella. Profesor de Estado en Educación Física . ©Magíster en Ciencias de la Actividad Física y Salud.