Maestro de Jaca - Diario del AltoAragón

Anuncio
48 San Lorenzo
Diario del AltoAragón - Lunes, 10 de agosto de 2015
Patrimonio
Antonio GARCÍA OMEDES
De la Real Academia de San Luis
AY UN capitel en
el interior de la catedral de Jaca que
es una verdadera delicia estética a la vez que un interrogante,
no tanto por su mensaje, que se
muestra con claridad cuando se
examinan todas sus caras, como por suscitar la necesidad de
buscar el modelo en que se basó
el artista para plasmar en la piedra el mensaje catequizante. Está en el lado occidental del pilar
cruciforme situado a nuestra derecha nada más entrar al templo
por la Lonja Chica. Reflexionaré sobre el mismo describiendo
primero sus detalles para después intentar una aproximación
a las probables fuentes en que
se basó el artista, dejando para
el final la lectura de la esencia
de su mensaje moralizante.
En su escultura destacan dos
personajes principales situados
en el centro de la cara frontal. El
de nuestra izquierda es un varón
joven con abundante pelo ordenado en cortos bucles. Tiene el
rostro vuelto hacia el centro del
capitel y está mirando al personaje situado a nuestra derecha.
Aparece desnudo salvo una pequeña clámide ceñida al hombro
derecho por fíbula anular. Su brazo extendido señala con el índice
hacia nuestra izquierda mientras
que el izquierdo aparece en jarras
apoyando la palma de la mano sobre la cadera. La clámide se despliega de modo elegante hacia la
línea media del capitel mientras
una serie de ondas que simulan
agua le ocultan los pies. La figura
situada junto a él muestra un perfil corporal claramente femenino. Su cuerpo traza un pequeño
escorzo con concavidad hacia el
centro del capitel. Tiene el rostro
inclinado y vuelto hacia la cara
del anterior con quien parece estar conversando. Luce una larga
melena que ocupa el espacio entre las cabezas de ambos personajes. Su torso aparece desnudo
insinuando unos pechos pequeños pero sin duda femeninos. El
brazo derecho cae en vertical hasta el codo y luego desaparece detrás del brazo en jarras del varón.
El brazo izquierdo aparece a me-
doble caña. El situado a nuestra
izquierda está desnudo y agazapado sobre las ondas que semejan agua. Este músico alado posee
cabello rizado que deja ver una
oreja decididamente puntiaguda. El ser demoníaco que aparece tras él, apoya la mano derecha
sobre su cabeza en un gesto sin
duda significativo. El pequeño
ser alado de nuestra derecha está también agachado y sonando
el aulós. Su cuerpo queda oculto y tan solo sugerido su volumen
Una característica
esencial del arte
románico es el hecho
de inspirarse en la
cultura clásica
Cara frontal del capitel
La tentación:
Reflexiones sobre
un capitel del
“Maestro de Jaca”
dia extensión apoyándose sobre
el pitón jaqués de nuestra derecha señalando con el índice hacia
ese lado. A nivel de su ombligo y
cubriéndole el abdomen porta un
velo que se prolonga hacia el centro del capitel desde donde cae
formando tres o cuatro pliegues
al modo en que se representan las
caídas de los elementos textiles.
Por debajo de este tul, el abdo-
men, la pelvis y sus extremidades
aparecen semivelados perfilando
su figura gracias a las ondas que
la envuelven.
A ambos lados de las figuras
descritas hay dos pequeños personajes secundarios ocupando
los ángulos del capitel y parte de
las caras laterales. Se trata de dos
seres alados que tocan el “aulós”,
una especie de flauta clásica de
por el relieve de los elementos ondulantes que simulan el agua de
la que parece surgir. Lo que a primera vista aparenta ser cabellera
son los dedos acabados en uñas
del ser demoníaco situado tras él
y que como en el caso precedente
coloca la mano abierta en la cabeza del músico cuya oreja es también puntiaguda.
Ocupando la cara lateral del capitel a nuestra derecha hay una figura grande de la que destaca su
gran cabeza diabólica de aspecto leonino de la que sobresale el
cuerno del lado izquierdo y bajo el mismo una oreja apuntada
y caída. Sobre su frente caen varias guedejas estrechas con decoración de fino sogueado. Los ojos
son grandes con las pupilas bien
marcadas señalando una mirada
bizca que aumenta su fealdad.
Una nariz grande y plana y su amplia boca con desproporcionados
dientes completan su desagradable fisonomía. Es relevante el detalle de que con la mano izquierda
está agarrando los elementos ondulantes que dan continuidad a la
porción inferior de la escena, en
actitud semejante a la que veremos a su homólogo del otro lado
del capitel. En la cara izquierda
del capitel encontramos a otro ser
demoníaco en posición erguida.
Tiene alas desplegadas similares
a las de los músicos. Posee dos
grandes cuernos y orejas puntiagudas. Los ojos son grandes y
oblicuos, la nariz corta y ancha.
Muestra un fino y largo bigote
que se despliega por sus mejillas
hacia las orejas. La boca rasgada
con labios poco señalados aparece entreabierta mostrando unos
incisivos centrales no bien definidos. Con la mano derecha toca la
cabeza del músico situado en cuclillas a su lado mientras que con
la mano izquierda agarra el extremo del elemento ondulante que
vemos desplegarse por la zona inferior del capitel. Ambos personajes diabólicos aparecen como los
causantes de la ondulación de las
aguas de las que surgen la figura
femenina y los pequeños diablillos músicos.
Una característica esencial del
arte románico es el hecho de inspirarse en la cultura clásica. En
ella hay que buscar las fuentes de
algunos de los elementos edificativos así como de numerosos modelos decorativos utilizados en su
acabado. La genialidad del profesor Serafín Moralejo nos brindó el
mejor ejemplo de esta asunción
de modelos clásicos señalando en
1973 la identidad de formas entre
algunas de las figuras del sarcófago de Husillos y las del capitel
de Caín y Abel de San Martín de
Frómista, ambos procedentes de
la provincia de Palencia. La gestualidad vista en los modelos romanos, así como la indumentaria
de los personajes y otros elementos formales nos remiten sin duda
desde el arte románico a ese mundo clásico. En ocasiones los temas desarrollados en sarcófagos
de la antigüedad son reinterpretados adecuándolos a las necesidades catequéticas de los textos
bíblicos. A la identificación formal entre el sarcófago de Husillos
y el capitel de Frómista se vino a
añadir la traslación emocional de
la escena narrada, genialmente
intuida por el profesor Francisco
Prado-Vilar quien percibió más
allá de las formas la transferencia
del drama familiar mostrado en el
sarcófago de Husillos a través de
la tragedia de Orestes. Estos dramas plásticos son reinterpretados
por el escultor medieval adaptándolos a temas bíblicos como el de
Caín y Abel o al del sacrificio de
Isaac. Es Prado-Vilar quien reco-
Confía en nosotros:
podemos ayudarte.
Apoyamos a todas las empresas de la provincia de Huesca.
Ofrecemos servicios y actividades útiles y de calidad para
pymes, autónomos y emprendedores.
Huesca
Descargar