El Corazón que Anhela Complacer al Señor

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Convirtiéndonos en Sus Testigos
Nancy Taylor Warner
Una cita de mi papá, Wade Taylor, quien ahora está con el Señor:
“Somos llamados a alcanzar la misma clase de vida de Jesús. En “ese día”,
cuando estemos delante de El ante el trono del Juicio de Cristo, nuestra vida será
“medida” de acuerdo a Su vida. No seremos medidos cuantitativamente”, por todo
lo que hemos logrado, sino “cualitativamente”, por aquello en que nos hemos
convertido”. (Ver el Artículo del mes de Diciembre, 2014, www.wadetaylor.org)
El haber abrazar esta simple y profunda realidad ha transformado mi vida. Es
maravilloso lo que he logrado “hacer” a través de los años, a veces he servido
como administradora, profesora, misionera o pastora y actualmente, como
supervisora de www.wadetaylor.org y de nuestro ministerio: Parousia, Capilla de
Oración.
Es muy importante ver cómo el desempeño de estas posiciones ha
contribuído a convertirme en la persona que soy hoy día. Pero todavía más
importante: En quién me estoy convirtiendo hoy día por medio de las
decisiones que tomo ahora? Estoy madurando espiritualmente? Estoy
permitiendo que mi propia vida sea crucificada para que haya más de Cristo
en mí? Estoy simplemente hablando acerca del Señor, o está su vida siendo
formada en mí y manifestándose en mis palabras y acciones?
Me Sereis Testigos! (Hechos 1:8 RVR) Como El es, así SEAMOS nosotros
en este mundo! (1 Juan 4:17) El enfocarme---no en lo que he logrado, mas
en llegar a CONVERTIRME en “Lo que El es”---ha cambiado
completamente mi vida y me reta diariamente. Qué tan frecuentemente nos
perdemos de esta impactante realidad y del presente trabajo del Espíritu
Santo, sin los cuáles lo que “hago” beneficia a otras personas, mas no
necesariamente soy la beneficiaria.
“…Vengo a ser como metal que resuena o címbalo que
retiñe…nada soy…de nada me sirve”. 1 Corintios 13:1-3
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Hoy día oro para que como El Es, así seamos nosotros, rindiendo nuestras
vidas de tal manera al Señor Jesucristo, para permitirle a Su Espíritu Santo
que trabaje dentro de nuestros corazones, no siendo las mismas personas que
éramos ayer, mas siendo diariamente más como Cristo.
“En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que
tengamos confianza en el día del juicio, pues como El es, así
somos nosotros en este mundo”. 1 Juan 4:17
No todo lo que nos sucede en esta vida es para nuestro bien. Sin embargo,
vemos que en Romanos 8:26-27 el Espíritu mismo intercede por nosotros y
luego en el versículo 28, Dios promete que va a tomar “todas las cosas” y
hacer que trabajen para nuestro bien si fijamos nuestro amor en El. Luego
en el versículo 29 nos dice, “A los que antes conoció, también los predestinó
para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que El sea el
primogénito entre muchos hermanos”.
Cuando verdaderamente ví la intercesión de Cristo en mi vida y el gran
potencial que me presentaba, entonces lo prosaico y rutinario de la vida y
hasta las situaciones dolorosas, se tornaron en grandes oportunidades, al
aprender a rendirle el corazón al Señor y a confiar en El, permitiendo que Su
Espíritu trabajase dentro de mí.
El Cantar de los Cantares 8:5 pregunta, ¿“Quién es esta que sube del
desierto, recostada sobre su amado”?
“El desierto” se refiere a un lugar en que somos puestos a prueba. El
“Recostarse” se refiere a nuestra dependencia en el Señor Jesucristo. Al
aprender a rendirle nuestra vida, ya no es nuestra antigua naturaleza, junto
con nuestros deseos, reacciones u opiniones lo que se enseñorea de nosotros,
sino Su naturaleza, a medida que “el que Es” encuentra expresión en
nuestras vidas. Qué gran testimonio somos a medida que maduramos y
“llegamos a ser” como El. Nos convertimos en uno solo con El (Juan 17:2021).
Al aprender a valorar el trabajo que El hace en mi vida, le invito para que
trabaje en ella, y al permitirle tú al Señor que trabaje en la tuya, todo
aquello que nos divide se esfumará, siendo así uno en Cristo Jesús.
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“ Pero si vivimos en la luz, así como El está en la luz,
tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo
Jesucristo nos limpia de todo pecado”. 1 Juan 1:7
Como pueblo redimido siendo uno en Cristo Jesús, esperamos participar
junto con aquéllos que entonan un nuevo cántico diciendo:
“Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque
tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para
Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nación; nos has hecho
para nuestro Dios un reino y sacerdotes, y reinaremos sobre
la tierra.” Apocalipsis 5:9-10
El siguiente es un corito que amo en gran manera: “Nací para ser Tu morada,
el hogar donde habita la presencia del Señor. Permite Señor que mi vida sea
apartada para Tí, a fín de ser lo que fuí destinado a ser”.
El deseo del Señor es que lleguemos a “ser” testigos y testimonios del Señor
Jesucristo en cualquier lugar o circunstancia en que nos encontremos.
El Señor Jesús va a regresar para ser visto y admirado EN sus santos! (2
Tesalonicenses 1:10) “Y todo aquel que tiene esta esperanza en El, se
purifica a sí mismo, así como El es puro”. (1 Juan 3:3)
Cómo nos purificamos? A través de las decisiones que tomamos. Jesús nos
prometió que no nos dejaría sin fortaleza. (Juan 14:18) El Espíritu Santo,
quien vive dentro de los creyentes, nos da discernimiento, nos revela la
verdad y nos da la fortaleza que necesitamos para tomar las decisiones
correctas. Las decisiones tomadas de esta manera, antes de darnos cuenta,
formarán parte de nuestra naturaleza que responde como el Señor Jesús
hubiera respondido. “Como es El”, así estamos llegando a ser.
La salvación es un don. (Efesios 2:8) El carácter se forma en nosotros.
Somos llamados a participar de Su naturaleza divina (2 Pedro 1:4) lo cual es
el trabajo del Espíritu Santo hoy día—el desarrollo de Cristo EN nosotros, la
esperanza de Gloria! (Colosenses 1:27). Judicialmente, soy salvo por fé,
mas en vivencia, estoy llegando a ser de acuerdo a su semejanza. De esta
manera, las cosas que “hago” fluirán del nuevo ser en que me he
“convertido.”
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Sometámonos hoy día al ministerio del Espíritu Santo, para que momento a
momento escojamos lo que es correcto, a medida que le permitimos al Señor
que trabaje dentro de nuestros corazones. Es necesario que El crezca y que
yo disminuya! (Juan 3:30) para que otros puedan ver más de Jesús en mí.
Pablo dijo, “ No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que
prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por
Cristo Jesús”. (Filipenses 3:12)
Te invito a que participes conmigo en la siguiente oración:
“Señor, gracias por interceder por mí y por el trabajo que haces dentro de mi
corazón a través de las circunstancias pasadas, las presentes o las que pueda
enfrentar en el futuro. Deseo que otros te vean en mi vida y a través de ella.
Como Eres tú, así deseo ser. Trabaja en mí te lo pido, por favor ayúdame
Abba Padre, en Ti me recuesto”…
Por favor continúa orando con tus propias palabras. El Señor te bendiga
poderosamente!
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