“Trabajadores colombianos en constante amenaza y riesgo” Dijo el congresista James P. McGovern en su intervención ante el pleno de la Cámara de Representantes de EE.UU Este es el texto del discurso de James P. McGovern en la Cámara de Representantes de EE.UU: (Traducción ENS) “Señor Presidente (de la Cámara), yo estuve en Colombia a finales de agosto con una delegación organizada por la Oficina de Washington para América Latina (WOLA). En Medellín nos reunimos con la Escuela Nacional Sindical para discutir la situación laboral actual en Colombia. Sus informes sobre amenazas y asesinatos en contra de sindicalistas son reconocidos internacionalmente, y debido a esto, la ENS se enfrenta a constantes amenazas y esfuerzos para desacreditarla. Aunque no al nivel de la década del 2000, la violencia contra los trabajadores colombianos continúa, es persistente y frecuente. Es una realidad innegable, con la que se busca silenciar a las personas. Al menos 40 sindicalistas han sido asesinados desde que el presidente Santos asumió el cargo el año pasado. Un punto de referencia en el Plan de Acción de Colombia, es una reunión que debe hacerse entre la Oficina del Fiscalía General de la Nación y la ENS, cuya intención es determinar cómo hacer frente a los más de 2.900 casos de sindicalistas asesinados, de los cuales el 90% permanece impune. La primera reunión ocurrió en mayo. Pero no ha habido una segunda reunión. En Bogotá, me reuní con el Vicefiscal Juan Carlos Forero. Le pregunté cuándo iba a realizarse la próxima reunión, y él dijo que “en algún momento". Cinco semanas más tarde, aún no hay reunión. La semana pasada, Human Rights Watch envió un estudio a la Fiscal General de Colombia, Viviane Morales. Éste dice que "prácticamente no hay progreso" en lograr condenas por asesinatos de activistas sindicales ocurridos en los últimos cuatro años y medio. O sea, prácticamente ningún progreso en los recientes asesinatos de activistas sindicales, y poco progreso en los casos anteriores. Señor Presidente, me reuní con los trabajadores portuarios, los campesinos, los trabajadores en las plantaciones de palma aceitera, y con los trabajadores del petróleo y de la Industria. Su realidad está llena de riesgos, amenazas e incluso la muerte. No son valorados como seres humanos, ciudadanos colombianos o integrantes productivos de la sociedad. En Cartagena, los trabajadores portuarios se declararon en huelga en marzo. Sus condiciones de trabajo son inhumanas y están obligados a trabajar bajo diferentes esquemas de subcontratación. Estos contratos les niegan las prestaciones básicas y los mantienen en constante incertidumbre acerca de si van a trabajar la próxima semana, o incluso al día siguiente. Ellos sólo quieren el derecho a negociar sus contratos directamente con sus empleadores: las sociedades portuarias. Los trabajadores portuarios terminaron su huelga pocos días después debido a que el gobierno de Santos se comprometió a facilitar las conversaciones entre los trabajadores y las sociedades portuarias. Pero no pasó nada, nada ha cambiado. De hecho, algunas cosas son peores. Como parte del Plan de Acción, el esquema de subcontratación más común, las conocidas Cooperativas de Trabajo Asociado, fue abolido. Aparte de esto, no se hizo nada para facilitar la contratación directa entre los trabajadores y sus empleadores. Así que un nuevo esquema ha aparecido, llamado "Sociedad Anónima Simplificada", o SAS. Adiós cooperativas, hola SAS. El nuevo jefe resultó peor que el antiguo jefe. El gobierno ha hecho poco para ayudar. Cuando le pregunté el Vicepresidente Garzón sobre los trabajadores portuarios, prometió volver a reunirse con su líder sindical. Señor Vicepresidente: no es con los trabajadores con quienes necesita reunirse para adelantar la negociación, es con los presidentes de las sociedades portuarias. Los trabajadores petroleros del Meta me mostraron fotos y documentos sobre las pobres condiciones en que viven y trabajan, contratos injustos, y cómo la compañía canadiense Pacific Rubiales actúa como un gobierno soberano en suelo colombiano: destrucción de vías públicas, despido de trabajadores para permitir la intervención de las fuerzas de seguridad con gases lacrimógenos en las huelgas organizadas por trabajadores. Estoy seguro de que no es el panorama completo, pero una vez más los trabajadores en huelga volvieron al trabajo debido a que el gobierno se comprometió a iniciar conversaciones con la empresa. Otra vez todos los trabajadores están pidiendo el derecho a negociar directamente sobre sus contratos y sus condiciones de vida y de trabajo. Y una vez más, el gobierno colombiano los decepcionó. En septiembre la huelga se ha renovado, más explosiva que la anterior porque nada había cambiado desde julio. Bruno Moro, el delegado de la ONU en Colombia, llamó a todos a sentarse a la mesa y resolver la crisis, describiendo el conflicto como resultado de no crear las condiciones para un diálogo. Los trabajadores han regresado a trabajar debido al acuerdo del gobierno de iniciar conversaciones con la empresa. Esta vez, espero que el gobierno cumpla con su palabra. Señor Presiente, no he visto en Colombia indicador alguno de que las cosas hayan cambiado para mejor en el campo laboral. Antes de aceptar el acuerdo de libre comercio debemos exigir mejoras concretas en los derechos laborales y de seguridad para los trabajadores de ese país. Sea lo que estemos haciendo ahora, que no está funcionando, no está haciendo una diferencia, y simplemente no es suficiente. Congresista James P. McGovern (MA-03) 438 Cannon House Office Building Washington, DC 20515 Correo electrónico: @ cindy.buhl mail.house.gov (P) 202-225-6101 / (F) 202-225-5759 McGovern.House.Gov