,^i5) Cajal.—ASTA DE AMMON. m para la zona de las células polimorfas, algunas colaterales. Las células de cilindro-eje horizontal pertenecen á las células de Golgi, y es probable hayan sido vistas por Sala y Schaffer aunque en impregnaciones incompletas. Yacen en todo el espesor de la zona de las células polimorfas, pudiendo residir algunas hasta en el espesor de la substancia blanca; pero en general, ocupan la parte media ó superior del strahim oriens. Caracterízanse estos corpúsculos por su gran estatura, su forma estrellada y la orientación radiada de sus expansiones protoplasmáticas que alcanzan gran longitud y exhiben un aspecto fuertemente varicoso. Entre estos apéndices se halla siempre uno ó dos ascendentes muy varicosos q u e , cruzando la zona superpuesta, ganan la capa molecular donde t e r m i nan ora sin ramificarse, ora dividiéndose mu y sobriamente en ramos arrosariados. Las expansiones plotoplasmáticas descendentes tienden á orientarse paralelamente al álveo, alcanzando u n a gran extensión, sin mostrar nunca el aspecto espinoso propio de las expansiones de las pirámides. El cilindro-eje posee una disposición sumamente interesante: es grueso, y marcha ya horizontal, ya oblicuamente, descomponiéndose Iueg o en varias ramas gruesas, que divergen en todos sentidos, aunque propendiendo á ascender hacia la zona de las pirámides. La enorme extensión recorrida por estas ramas y su orientación divergente é irregular explican que muy rara A ez aparezcan en los cortes teñidas por entero; no obstante, es m u y frecuente sorprender el curso y comportamiento terminal de una ó dos de las mencionadas gruesas ramas, como podrá notarse en las células a, b , d, representadas en la fig. 5. Semejantes r a m a s , en vez de disminuir de diámetro á medida de su alejamiento del origen, se espesan y tornan varicosas, subiendo oblicuamente hasta l a zona de las pirámides, por debajo de la que corren horizbntalmente un gran trecho. En su curso horizontal emiten u n gran número de colaterales verticales, flexuosas y varicosas, las cuales, en unión de las ramitas finales en que se resuelven las ramas horizontales, forman un plexo nervioso apretadísimo, en cuyas mallas se alojan los cuerpos de las células piramidales. A este plexo colaboran, como ya hemos expuesto anteriormente, los ramitos terminales de la prolongación funcional de las células de cilindro-eje ascendente. - r