LA POLITICA AGRARIA COMUNITARIA El Tratado de Roma que instituyó la Comunidad Económica Europea recoge en su artículo segundo la política agraria comunitaria (PAC). Literalmente dice que la acción de la Comunidad llevará consigo «el establecimiento de una política común en el sector de la agricultura». Esta política junto con la de transportes son las únicas contempladas específicamente por el Tratado. Sin embargo, para realizar el mercado común industrial se arbitraron una serie de medidas generales. El establecimiento de una tarifa aduanera común en las fronteras exteriores de la Comunidad, la puesta en marcha de reglas de competencia y la suspensión de trabas a los intercambios interiores se consideraron medidas suficientes para la consecución de la unidad de mercado en el sector industrial. Paralelamente a esas medidas, se introdujo la libre circulación de mano de obra, servicios y capitales. El marco particular en el que se desenvuelve la agricultura en cuanto a limitaciones climáticas y edafológicas que condicionan la productividad agraria y el abanico posible de alternativas productivas, y respecto a las limitaciones socio-económicas, como son la rigidez de las estructuras agrarias y la amenaza de desertización existente en grandes áreas, aconsejaron una intervención mucho mayor de la Comunidad en el sector agrario. Hay que unir a esta situación el hecho de que, tradicionalmente, en los países de Europa occidental, la intervención estatal en el sector agrario ha sido mucho más intensa que en cualquier otro sector de la economía. La PAC es la principal realización de la Comunidad y su dimensión presupuestaria es el mejor indicador de la importancia de la PAC dentro del contexto global de acciones comunitarias. De un presupuesto para 1982 de 2,3 billones de pesetas, se destinaron a agricultura uno y medio, es decir, más del 65%. El peso de la PAC en el conjunto de las relaciones comunitarias, tanto en su vertiente económica, como en la financiera, o referentes a relaciones comerciales intra o extracomunitarias, giran en torno al tema agrícola, y no es . 78 que el sector agrario tenga un gran peso en la vida económica de los países comunitarios, ya que sólo un 8% de su población activa se dedica a la agricultura y lo que ésta aporta al Producto Interior Bruto es sólo un 4 por 100. Realmente, la PAC puede ser considerada como el banco de pruebas donde se decantan las tensiones existentes entre los intereses propios de cada país miembro. La evolución de la política agraria es, en gran medida, reflejo, en un determinado momento, tanto de los impulsos integracionistas de los países signatarios del Tratado de Roma como de la situación económica de los mismos. En momentos de crisis, como los actuales, es cuando se agravan las discrepancias sobre problemas agrícolas entre los países miembros. Campo de aplicación y objetivo de la PAC En el título segundo del Tratado de Roma, dedicado a la agricultura, se define el campo de aplicación del mercado común agrícola. Este abarca la producción y el comercio de los productos agrícolas, entendiendo por tales los productos de primera elaboración directamente relacionados con aquéllos. Los productos afectados se recogen Ganado Simmen tal en Alemania Federal. J en el Anexo II del Tratado. Las metas que se pretenden conseguir con la PAC están claramente expuestas en el artículo 39 del Tratado. En ellas se recogen las tradicionales aspiraciones del sector agrario de igualdad y seguridad relativa frente a otros sectores de la economía, la protección del consumidor y medidas estratégicas de autoabastecimiento. «Artículo 39.-1. Los objetivos de la política agrícola común serán: a) Incrementar la productividad agrícola, desarrollando el progreso técnico, asegurando el desarrollo racional de la producción agrícola, así como el empleo óptimo de los factores de producción, en particular de la mano de obra. b) Garantizar así un nivel de vida justo a la población agrícola, en especial mediante el aumento de la renta individual de los que trabajan en la agricultura. c) Estabilizar los mercados. d) Garantizar la seguridad de los abastecimientos. e) Asegurar precios razonables de venta al consumidor. 2. En la elaboración de la política agrícola común y de los métodos especiales que ésta pueda llevar consigo, se deberá tener en cuenta: a) El carácter particular de la actividad agrícola que resulta de la estructura social de la agricultura y de las desigualdades estructurales y naturales entre las distintas regiones agrícolas. b) La necesidad de efectuar gradualmente las oportunas adaptaciones. c) El hecho de que, en los Estados miembros, la agricultura constituye un sector íntimamente relacionado con el conjunto de la economía.» Las dos palancas fundamentales para realizar los anteriores fines son las siguientes: — Política de precios y mercados. — Política socio-estructural. La primera de ellas se contempla en el artículo 40, en el cual se prevé una organización común de los mercados agrícolas que, según los productos, se puede presentar bajo una de las formas siguientes: a) Normas comunes en materia de competencia. b) Una coordinación obligatoria de las diversas organizaciones nacionales de mercado. c) Una organización europea del mercado. La política socio-estructural se esboza de una forma muy genérica en los artículos 41 y 42. El primero de ellos dice que podrán preverse en el ámbito de la política común medidas tales como: a) Una eficaz coordinación de los esfuerzos emprendidos en los sectores de la formación pro- Almacén de una explotación en Baviera. fesional, investigación y divulgación de conocimientos agronómicos, que podrán comprender proyectos o instituciones financiadas en común. b) Acciones comunes para el desarrollo del consumo de determinados productos. En el segundo de los artículos se confiere al Consejo la potestad de autorizar la concesión de ayudas: a) Para la protección de las explotaciones en condiciones estructurales o naturales desfavorecidas. b) En el marco de programas de desarrollo económico. Elaboración de la PAC El procedimiento para la elaboración en detalle de la política agrícola común quedó meticulosamente fijado en el Tratado de Roma. En efecto, en el artículo 43 queda explícitamente convocada la Conferencia de Agricultura de la CEE. «Al objeto de determinar las líneas directivas de una política agrícola común, la Comisión convocará, a partir de la entrada en vigor del Tratado, una conferencia de los Estados miembros que habrá de proceder a una contrastación de sus respectivas políticas agrícolas estableciendo, en particular, un balance de sus recursos y necesidades.» La Conferencia tuvo lugar en una ciudad italiana, Stresa, entre los días 3 al 12 de julio de 1958. Este puede considerarse el punto de arranque de toda ulterior política agrícola comunitaria. La situación de los países signatarios del Tratado de Roma, en el momento de asistir a la Conferencia de Stresa, en lo que se refiere a la organización de su política agraria era la siguiente: Bélgica tenía una organización oficial de mercados muy reducida, solamente existente para el trigo. Lo mismo ocurría con Luxemburgo, que sólo te79 nía en aquel momento incipientes organizaciones comunes de mercado en algunos sectores. En Alemania, la situación era parecida a esos dos países. Holanda, Francia e Italia tenían organizaciones más desarrolladas. En el caso francés el porcentaje de la producción final agraria objeto de intervención por parte del Estado llegaba a un 70 por 100. Precisamente las aportaciones de este país fueron quizás las más importantes y las que tendrían más influencia posteriormente en las reglamentaciones de las primeras organizaciones de mercado. Entre las directrices de la Conferencia cabe resaltar la relativa a política de precios en el sentido de evitar los excedentes, pero no la libre competencia entre las explotaciones. Asimismo, se llegó a la conclusión de que las empresas familiares deberían aumentar su capacidad económica y competitividad y que había que proceder a una reorientación de la mano de obra de las explotaciones marginales. cultura fue el presidente de la Conferencia y autor del informe final. El artículo 40 del Tratado de Roma tenía previsto la creación de uno o más fondos agrícolas de orientación y garantía. En enero de 1962, se crea el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA), dividido en dos secciones: la de garantía para atender los gastos de la política de precios y mercados y la de orientación, que está encaminada a financiar la política socio-estructural. Esta última en líneas generales se divide en tres bloques: a) Acciones dirigidas a mejorar la infraestructura del sector agroalimentario. b) Acciones que inciden directamente en las estructuras de las explotaciones agrarias. c) Acciones estructurales en conexión con las organizaciones comunes de mercado. Financiación de la PAC Seis meses después de la celebración de la Conferencia, la Comisión entregó el informe definitivo sobre lo allí discutido y relativo a las consiguientes propuestas de la Comisión. Este informe se denominó «Plan Mansholt» (se debía llamar «Primer Plan Mansholt», ya que el mismo Sicco Mansholt elaboró un segundo plan que dio origen a toda la política socio-estructural), pues el representante holandés que era a la sazón vicepresidente de la Comisión responsable de la agri- El análisis del presupuesto comunitario da una idea muy aproximada del peso que tienen las diferentes acciones emprendidas por la Comunidad en los distintos campos. Contemplando los gastos comunitarios, es claro que el gran peso de esas acciones corresponde a la agricultura, pero del gasto total destinado a agricultura, sólo un 5 por 100 se emplea en medidas de política socio-estructural, mientras que el 95 por 100 restante corresponde al mantenimiento de las organizaciones comunes de mercado. INGRESOS GASTOS TOTAL 21.984 TOTAL 21.984 362 362 (2%) Otros recursos 786 (3%) Cotización del azúcar 1.899 (9%) RECURSOS PROPIOS 21.622 6.939 (31%) Derechos reguladores, montantes compensatorios, etc. (5%) Gastos de funcionamiento de las instituciones Política pesquera 436 (2%) 817 (4%) 1.126 (5%) 1.022 (5%) Investigación, energía, transporte, etc. Cooperación con países en vías de desarrollo Reembolsos y ayudas alos Estados miembros Política social 1.103 88 Derechos de aduana 2.948 (13%) 773 11.998 (55%) Participación sobre el Impuesto del Valor Añadido (IVA) 13.671 (62%) Política regional (4%) P01. Socio-estructural agra ria (FEOGA - orientación)- Política de precios y mercados agrarios (FEOGA - garantía) Presupuesto general de las Comunidades Europeas. Ejercicio 1982 (en millones de Ecus) (1 Ecu 1'106 pesetas). 80 La diferencia entre los gastos realizados en ambos tipos de medidas, hay que unirla al hecho de que en las medidas socio-estructurales una parte de los fondos a ellas destinados debe ser a cargo del presupuesto del país miembro. El Fondo de Orientación, sólo aporta una parte del presupuesto (el porcentaje de participación de la Comunidad varía según la modalidad de las acciones), mientras que los gastos ocasionados por las organizaciones comunes de mercado son íntegramente sufragados por el Fondo de Garantía, aunque en primera instancia sea el Estado miembro el que adelante el dinero. Considerando el conjunto de medidas de política socio-estructural realizadas por los Estados Miembros, y comparando con las medidas de carácter comercial, es evidente que el apoyo financiero que presta la Comunidad a las primeras es muy limitado. En el fondo subyace el problema de la cesión a nivel supranacional de facultades soberanas nacionales, siendo mucho más fácil la cesión de soberanía en el ámbito de una política de precios y mercados que en el de una política socio-estructural. Además de las medidas de política agraria citadas repercuten en el sector agrario medidas comunitarias aplicables a todos los sectores de la economía, como son, principalmente, las acciones de política regional y de política social. Del total de los ingresos que financian el presupuesto de la Comunidad para 1982, un 55 por 100 está constituido por la participación en la recaudación del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), aplicado en los Estados Miembros. Esta participación tiene actualmente el límite del 1 por 100 de la recaudación a nivel nacional. Este es uno de los temas más controvertidos actualmente en la Comunidad, pues en estos momentos se alcanza ya una participación del 0,9 por 100. Si no se puede sobrepasar ese límite, la PAC tal y como está estructurada no podrá ser financiada en un plazo no muy largo de tiempo vista la tendencia a las producciones agrarias comunitarias. En muchas de estas producciones ya se ha superado el nivel de autoabastecimiento, y por consiguiente se han elevado en cuantías muy considerables los gastos de la sección de garantía del FEOGA. Aunque parte del IVA procede del sector agrario, el grueso de los ingresos por ese concepto hay que considerarlos como una transferencia de rentas de los sectores industrial y de servicios al sector agrario; de ahí la fuerte oposición de algunos países a superar la barrera del 1 por 100. Grado de cumplimiento de los objetivos de la PAC El grado de cumplimiento de los objetivos de la PAC enumerados en el Tratado de Roma es atribuible casi íntegramente a las medidas de política de precios y mercados, puesto que las acciones comunes en materia de política socio-estructural han sido comparativamente muy escasas como ya se ha resaltado en el epígrafe anterior. Es claro que la realización de los objetivos no se debe exclusivamente al proceso de integración. Resulta muy difícil determinar en qué medida la política comunitaria considerada aisladamente, ha influido en el grado de cumplimiento de los mismos. Para evaluar las realizaciones de la PAC se consideran algunas de las magnitudes más significativas referidas a la Comunidad de nueve miembros; la reciente incorporación de Grecia impide su inclusión en las comparaciones. Como período básico se toma el año 1968, año para el que se tienen datos homogéneos en los distintos países. El primer objetivo de la PAC es el aumento de la productividad agraria. Este objetivo se ha cumplido satisfactoriamente. En el cuadro 1 se reseñan los rendimientos de algunas de las producciones más representativas de la Comunidad. El incremento de las producciones por hectárea es claro exponente del grado de cumplimiento de este objetivo. Cuadro 1.—EVOLUCION DE LOS RENDIMIENTOS (100 kg/ha) Producto Cereales (excepto arroz) Trigo blando Cebada Maíz grano Patatas 1968 1973 1980 34,0 35,1 35,0 47,2 29,6 41,9 38,8 55,4 44,4 48,8 42,7 58,2 242,7 268,1 286,0 Kg vaca-año (año 1979) Leche vacas lecheras .1, 3.446 3.650 4.040.) Asegurar un nivel de vida justo para la población agraria es el segundo de los objetivos de la PAC. Este nivel queda explicitado en una de las directivas estructurales, la cual dice que las rentas que perciben los agricultores deberán ser similares a los salarios medios de los trabajadores de otros sectores económicos de la misma área. 81 La renta media por persona activa agraria ha aumentado alrededor del 3 por 100 anual en el período 1968/1979, siguiendo, aproximadamente la tendencia de la renta media del conjunto de los sectores de la economía, pero a partir de 1975 empiezan a desfasarse ambas cifras. EVOLUCION DE LA RENTA POR PERSONA ACTIVA AGRARIA.—MEDIA CE 9. 1~ 41.• 140 oo 130 11.• *f.. o o=111 11 1120 o° eo4°. 110 oO 1 00 ..1968' 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 Valor añadido neto de la agricultura del conjunto de la economía. Si consideramos que la renta agraria comunitaria era en 1968 el 52,5 por 100 de la renta media general, la PAC no sólo no ha conseguido una equiparación de rentas, sino que las disparidades de renta entre regiones y entre tipos de explotación han aumentado en muchos casos en vez de producirse una disminución. En Francia, por ejemplo, la renta agraria por persona activa, en 1978, variaba, de unas regiones a otras de 1 a 6. Asimismo, para el conjunto de las explotaciones lecheras de la Comunidad comprendidas entre 20 y 50 ha (tipo de explotación que está ampliamente representado en todas las regiones comunitarias) esta magnitud variaba de 1 a 4 en 1977/78. Es evidente que la PAC, que ha operado fundamentalmente por la vía de los precios, ha sido incapaz de disminuir las distancias existentes, tanto entre regiones como entre explotaciones. Por otra parte, dado el tardío inicio y la extremada escasez financiera de las medidas comunitarias de política socio-estructural, éstas se han revelado claramente insuficientes para combatir las citadas diferencias. El Tratado de Roma asigna a la PAC la misión de estabilizar los mercados. Es evidente que por la propia concepción de la PAC, fundamentalmente como política de precios, este objetivo se ha cumplido plenamente. Hay que considerar que 82 un 95% de la producción agraria está actualmente sometida a organizaciones comunes de mercado, y que por tanto, casi toda la producción comunitaria está menos expuesta a las oscilaciones de precios. Sin embargo, como las organizaciones de mercado difieren de unos sectores a otros, el grado de protección no es el mismo para todos los productos agrarios, siendo las oscilaciones de precios mayores en unos que en otros. De alguna forma, prácticamente toda la agricultura europea está situada al margen del comercio internacional, siendo, en general, los precios comunitarios más altos que los precios internacionales y sus oscilaciones mucho menores. El cuarto objetivo de la PAC es garantizar la seguridad de los abastecimientos. El sistema de estabilización de precios seguido en la PAC ha conseguido un alto nivel de auto-abastecimiento en muchos productos agrarios, llegándose a sobrepasar el 100 por 100 creándose, en consecuencia, el problema de los excedentes agrarios. La Comunidad tiene un alto grado de auto-abastecimiento en casi todos los productos agrarios necesarios para el abastecimiento humano, sin embargo, no sucede lo mismo con los de consumo animal. La Comunidad es deficitaria en muchos productos, principalmente maíz y grasas vegetales y animales. GRADO DE AUTO-ABASTECIMIENTO DE LOS PRINCIPALES PRODUCTOS AGRICOLAS CEE-9. Productos Cereales (excepto arroz) Trigo Cebada Maíz grano Patatas Azúcar Hortalizas frescas Frutas frescas (sin agrios) Agrios Vino Media 1967/69 Media 1977/79 86 94 103 45 100 82 98 80 97 108 112 60 101 124 94 77 41 99 97 Media 1967/69 Productos lácteos frescos Huevos Carne total Carne bovino Carne porcino Carne ave Carne ovino y caprino Grasas totales Grasas vegetales , Grasas animales 100 99 93 90 100 101 56 Media 1978/80 101 100 105 67 41 22 85 Explotación agrícola de Alemania Federal. El último de los objetivos de la PAC es asegurar precios razonables para los consumidores. La PAC no ha beneficiado a los consumidores y las medidas que ha tomado a su favor son escasas y esporádicas. De todas formas la influencia de la PAC es más bien limitada, ya que el porcentaje que suponen los gastos de alimentación en el conjunto de gastos familiares oscila alrededor del 25 para la Comunidad de nueve miembros. Este porcentaje varía de unos países a otros, siendo más elevado en los países de renta per cápita más baja. Nuevas perspectivas de la política agrícola común La PAC ha logrado en sus años de existencia algunos de los objetivos iniciales que le habían sido asignados. Estos objetivos deben ser mantenidos. Pero asimismo, es necesario adaptar esta política a las nuevas realidades europeas, a la evolución de la situación económica general, así como a las modificaciones introducidas en el propio sector agrícola. Los precios deben ser fijados cada vez más teniendo en cuenta las realidades del mercado. No se puede seguir asegurando a los productores una garantía total para las producciones con excedentes estructurales. De este modo las principales orientaciones de la adaptación de la PAC incluyen: — Aproximación de los precios de la Comunidad a los «practicados en los principales países competidores». — Política comercial activa respetando los compromisos internacionales de la Comunidad. — Modulación de la garantía en función de objetivos comunitarios de producción. — Política activa de estructuras. — Posibilidad de ayuda a las rentas en determinados casos específicos. — Refuerzo del control comunitario sobre la calidad de los productos y sobre los gastos del FEOGA. — Mayor disciplina con respecto a las ayudas concedidas a sus agricultores por los Estados miembros. — Atención a los problemas de las regiones mediterráneas en razón de la importancia de la agricultura en su economía. Por todo ello, y teniendo presente la próxima ampliación de la Comunidad hacia el Sur, deberá se adaptada la reglamentación de los sectores de los productos mediterráneos. En concreto, se está revisando la reglamentación de los sectores de frutas y hortalizas, cítricos, materias grasas y vino. Con el conjunto de estas nuevas orientaciones la Comisión considera que los gastos agrícolas aumentarán en el futuro menos rápidamente que los recursos propios, por lo que se liberarán fondos suplementarios para reforzar otras políticas comunitarias. Luis Esteruelas Hernández Cesáreo Goicoechea Goicoechea