p o r t a d a e i d e a s ¿Cómo se enseña a innovar y a emprender? Las business schools responden L as escuelas de dirección pueden ser una fuente de inspiración que ayude a empresas y directivos a fomentar el emprendimiento y la innovación. Lo consiguen facilitando el intercambio de experiencias entre los ejecutivos y estrechando lazos entre el claustro y las empresas, para que los docentes puedan conocer las necesidades empresariales de primera mano e, incluso, anticiparse a ellas. Así lo explicaron los responsables de algunas de las principales escuelas de dirección del mundo que se dieron cita en la Global Leadership Conference del IESE. Srikant Datar, Harvard Business School “En un buen trabajo de innovación, hay que ponerse en el lugar del cliente” ¿El innovador nace o se hace? Srikant Datar, associate dean de la Harvard Business School, lo tiene claro: se puede aprender a pensar de forma innovadora. Para él, la clave reside en “superar la parálisis funcional y evolucionar hacia un modelo más humano”. “Hemos de cambiar la manera en que pensamos acerca de la innovación”, recomendó. Datar sugiere romper los modelos tradicionales de solución de problemas. “El punto de vista típico va del problema hacia la solución”, pero si asumimos que este proceso no es lineal, cuando uno se encuentra en el “espacio” que separa esos dos puntos, ese vacío puede resultar muy incómodo. A lo largo de este recorrido, la empatía juega un papel esencial: “La única forma de hacer un buen trabajo de innovación es poniéndose en el lugar del cliente”, aseguró. Añadió que este modelo de innovación no solo es aplicable a un producto, una estrategia o un modelo de negocio, sino también al desarrollo del propio liderazgo. Bernard Ramanantsoa, HEC “No puedes enseñarle a alguien a ser emprendedor pero sí a ser un emprendedor más eficiente” Bernard Ramanantsoa, dean del HEC, considera que “no puedes enseñarle a alguien a ser emprendedor, pero sí le puedes ayudar a ser un emprendedor más eficiente”. Para lograrlo, hay que asegurarse de que los alumnos trabajan codo a codo con otros emprendedores y organizar encuentros con profesionales de otros sectores. Aseguró que “estas reuniones interdisciplinares son una gran fuente de innovación”. Ramanantsoa cree que las escuelas de dirección han de colaborar estrechamente con las empresas para intentar “anticipar sus necesidades y explicarles las limitaciones que tiene el trabajo académico”. Además, hay que animar al claustro a compartir los hallazgos de sus investigaciones “sin esperar a tener todas las respuestas”. 18 JULIO-SEPTIEMBRE 2014 / nº 134 Revista de Antiguos Alumnos IESE Jordi Canals, IESE “Los alumni son una excelente fuente de ideas, de inspiración y de innovación” Jordi Canals, director general del IESE, expuso que desde las escuelas de dirección se alienta a las empresas y a los directivos para que innoven y sean emprendedores. El profesor Canals destacó que esta función no es unidireccional, ya que “las escuelas pueden ser una fuente de inspiración para los antiguos alumnos, pero ellos también pueden serlo para nosotros”. De hecho, considera que los alumni son “una excelente fuente de ideas, de inspiración y de innovación”. Además, subrayó la importancia de favorecer la iniciativa emprendedora ayudando a los alumnos a conseguir financiación privada. En este sentido, recordó que el IESE dispone de iniciativas como FINAVES o la Red de Inversores Privados y Family Offices, unas fuentes de financiación especialmente relevantes durante estos últimos años, en los que el acceso al crédito bancario ha sido más difícil. Zhang Weijiong, CEIBS “La formación directiva permite intercambiar experiencias” En la cultura empresarial china, los directores generales y los altos directivos son incapaces de aprovechar las nuevas ideas de sus subordinados debido a la resistencia cultural a trascender la jerarquía para compartir y desarrollar nuevas posibilidades, explicó Zhang Weijiong, vicepresidente y dean de CEIBS. Por eso, deciden acudir a una escuela de dirección para intercambiar conocimientos e ideas y enriquecer sus puntos de vista. “La formación les da la oportunidad de sentarse con otros directivos e intercambiar experiencias”, señaló. Zhang destacó la necesidad de que las escuelas de dirección incentiven una “estrecha relación” entre el claustro y el mundo empresarial. “Los mejores profesores son aquellos que combinan la investigación con el contacto directo con las empresas”, aseguró. Peter Tufano, Oxford Saïd Business School “La determinación y la flexibilidad son esenciales para ser emprendedor” “En Oxford, hacemos un sencillo ejercicio”, explicó Peter Tufano, dean de Saïd Business School en la Oxford University. “Preguntamos a nuestros alumnos cuáles serán los factores sociales y económicos que, dentro de 25 años, ofrecerán las mayores oportunidades. Y luego les pedimos que piensen cómo podrían adelantarse y aprovechar esas oportunidades de negocio”. Tufano subrayó que las escuelas de dirección pueden hacer tres cosas para fomentar la iniciativa emprendedora: orientar y motivar a las personas, organizar eventos que permitan el intercambio de ideas entre los miembros de su comunidad y sensibilizar a los alumnos sobre los nuevos desafíos. “La determinación y la flexibilidad son esenciales para ser emprendedor”, concluyó. Revista de Antiguos Alumnos IESE JULIO-SEPTIEMBRE 2014 / nº 134 19 p o r t a d a e i d e a s Franz Heukamp, IESE “Hay que crear un ecosistema emprendedor que fomente la innovación” Cursar un MBA es una experiencia única, según explican los propios alumnos. “El MBA es una carga de energía para el resto de sus vidas”, considera Franz Heukamp, director general asociado para los programas MBA del IESE. La escuela fomenta el espíritu emprendedor a través del propio plan docente del master y, además, facilita la iniciativa de los alumnos con herramientas de financiación para hacer realidad los proyectos de los emprendedores. “Crear un ecosistema en torno a los cursos es importante para fomentar la iniciativa emprendedora”, aseguró el profesor Heukamp. Por eso, además de ofrecer cursos específicos, el IESE organiza regularmente encuentros como la Global Entrepreneurship Week e impulsa el Club de Emprendedores del MBA. Ralf Boscheck, IMD “Hemos de enseñar a monetizar la innovación” Ralf Boscheck, director del programa MBA en el IMD, tiene claro que “la innovación depende del comportamiento emprendedor”. Asegura que para formar a líderes emprendedores que sean “más que simples gestores”, hay que enseñarles a identificar las oportunidades y a monetizar la innovación. “No son los mercados quienes crean ventaja competitiva, sino la tecnología y la innovación”, explicó. Para Boscheck, la monetización de la innovación pasa por los precios y las patentes. “Si quieres una sociedad innovadora, necesitas patentes”, señala. Otra clave de la formación directiva es el trabajo en red: “Los futuros directivos han de aprender a competir y a cooperar”. Wendy Alexander, London Business School “Queremos que cada alumno descubra por sí mismo su capacidad de innovación” “Hoy, los contenidos son una commodity, están disponibles en todas partes, así que las escuelas de dirección tienen que ofrecer algo más: deben ofrecer una formación personalizada”, explicó Wendy Alexander, associate dean de la London Business School (LBS). “Queremos que cada alumno pueda descubrir por sí mismo su capacidad de innovación”, afirmó. Para eso necesitan contar con herramientas y aquí es donde la escuela les puede ayudar dotándolos de habilidades y competencias, y facilitando el intercambio de experiencias a través de conferencias y eventos que les permitan contactar con otros emprendedores. Michael Pich, INSEAD “Las escuelas de dirección podemos innovar en la forma en que ofrecemos el conocimiento a los alumnos” “Hay iniciativa emprendedora y hay emprendedores, pero no son lo mismo. La diferencia estriba en la voluntad de pasar a la acción”, señala Michael Pich, associate dean en el INSEAD. “Ponemos a los alumnos en situaciones incómodas para ver cómo reaccionan y luego lo valoran mucho”, explicó. Pich reconoció que “las instituciones académicas cambiamos muy lentamente, porque somos muy prudentes: descubrimos algo innovador, recogemos datos, los analizamos y solo después lo compartimos con los alumnos”. No obstante, señaló que las escuelas de dirección podrían innovar “en la forma en que ofrecen este conocimiento a los alumnos”. 20 JULIO-SEPTIEMBRE 2014 / nº 134 Revista de Antiguos Alumnos IESE