La más larga caminata TERMINA por un paso. Leandro Oberto Editor Predecir el mundo del mañana siempre es fácil en el fondo: invariablemente se trata de la concreción de los sueños de los humanos. Si lo podemos imaginar, tarde o temprano lo vamos a lograr. El camino puede ser más o menos sinuoso, algo más rápido o algo más lento, con muchas o pocas dificultades; pero siempre, absolutamente siempre lo alcanzaremos si creemos en ese sueño lo suficiente. Así ha sido siempre con la humanidad, y así seguirá siendo. Hoy tras un largo y enquilombado camino concluimos Ranma ½. Hoy siento que estoy aportando mi granito de arena a esa inquebrantable y valiosísima obsesión humana de alcanzar lo que uno imagina a fuerza de inspiración, pero -sobretodo- de sudoración... Ranma ½ fue en 1999 el primer manga de todos que se publicó en Argentina. Fue también uno de los primeros comics extranjeros en contar con una traducción al dialecto argentino del castellano. Cuando comenzamos a sacar esta serie la inmensa mayoría de colegas de profesión me dijeron que estaba loco, que era imposible publicar tantos volúmenes de un comic, que en cuanto pasara la moda de la serie de tv habría que cortarlo. Me insistían, además, en que la gente no estaba acostumbrada a leer algo traducido al argentino, que tenía que buscar una traducción “neutra” (ese idioma chato e inexistente inventado por los mexicanos para exportar sus doblajes a toda Latinoamérica sin tener que hacer versiones distintas para cada país). Me decían que Ivrea era una editorial demasiado chiquita como para poder hacer semejante cosa (en esa época apenas si éramos 3 tipos con un par de PCs medio muertas...). Me recordaban que nunca jamás en la historia una editorial de comics en Argentina había podido publicar de forma continua más de 7 u 8 años antes de cerrar. Hoy, 2014, todos dan por sentado que cada semana van a encontrar mangas nuevos en los kioscos y comiquerías. Nadie pone en cuestión que una serie larguísima como Bleach o Dragon Ball vaya a poder publicarse íntegra en versión argentina... Es que las cosas han cambiado tanto que para una gran cantidad de lectores de menos de veinte años Ivrea siempre estuvo, siempre existió... No se les ocurre que podríamos no haber existido nunca y que podría haber habido un mundo donde Argentina (como todos los países de Latinoamérica) no tuviera ninguna editorial estable de comics. La gente se acostumbra rápido a lo bueno y deja de ser consciente de lo especiales que son ciertas cosas y cuánto costó alcanzarlas. Así es el mundo, lo sé. La gente rara vez es consciente de lo especial que es algo o lo mucho que costó alcanzarlo. Pero no me importa, sé que conscientes o no, igual lo disfrutan y eso es lo importante. Eso es lo que me hace feliz. Siempre me parece que voy a contramano, que soy cabeza dura hasta el paroxismo, empecinado obsesivamente en alcanzar aquello que me dicen que es inalcanzable. Esta forma de ser me ha dado muchos disgustos y amarguras, pero también me ha dado infinitas satisfacciones. En cualquier caso creo que no sabría vivir de otra forma... Uno tiene que ser fiel a uno mismo. Si tienen una visión y están dispuestos a pagar el precio de alcanzarla, no la dejen ir nunca, son esos momentos donde sentimos que hemos conquistado lo imposible que hacen que valga la pena estar vivo. Dedicado a la memoria de Pablo C. Ruiz (1975-2005). Donde quiera que estés compañero de lucha y cofundador de Ivrea, si pienso en vos sólo me viene siempre una palabra a la mente que lo resume todo: Gracias!