Poemas. Selección Francisco Acuña de Figueroa Índice Poemas. Selección o Autorretrato o El hombre de importancia Letrilla satírica o La madre africana (Oda) o Super flumina babilonis (Salmo) Francisco Acuña de Figueroa Francisco Acuña de Figueroa Francisco Esteban Acuña de Figueroa (*Montevideo, 3 de septiembre de 1791 – †ídem, 6 de octubre de 1862) fue un escritor uruguayo. Biografía Nacido en Montevideo el 3 de septiembre de 1791 y fallecido en la misma ciudad el 6 de octubre de 1862. Es hijo del Tesorero de la Real Hacienda Jacinto Acuña de Figueroa. Por la posición de su padre cursa sus primeros estudios en el Convento de San Bernardino, y los termina en Buenos Aires en el Real Colegio de San Carlos, de donde vuelve en 1810 habiendo realizado estudios en Letras. Pese a ser el autor de la letra de los himnos nacionales de Uruguay y Paraguay, no se adhiere a la causa independentista, sino que se mantiene leal a los gobiernos coloniales de Elío y Vigodet, y al caer Montevideo en 1814, con unos 25 años de edad, se exiliara a la Corte portuguesa de Río de Janeiro, donde desempeña funciones diplomáticas para España. Por el contrario su padre permanece en Montevideo, donde es confirmado en sus cargos por el nuevo gobierno dada su capacidad para el cargo. Retorna a Montevideo en 1818, después de la caída de José Artigas, al quedar la ciudad bajo el dominio portugués, y ya pemanece allí. Además de su labor literaria, ocupa los cargos de Tesorero del Estado (sucede a su padre), miembro de la Comisión de censora de las obras teatrales ( en 1846), y Director de la Biblioteca y Museo Público (1840 1847). Obra Es autor de las letras del Himno Nacional Uruguayo y del Himno Nacional Paraguayo. Tiene además una extensa obra literaria, recopilada por él mismo en 1848 y publicada póstumamente en 1890, en 12 tomos, bajo el título genérico de "Obras Completas". Está compuesta por numerosos poemas, relatos, etc. Muchas de sus obras tiene un marcado tono satírico. Una antología de sus poemas fue publicada en 1965 en la colección de clásicos uruguayos de la Biblioteca Artigas. Una de sus obras más curiosas es la Salve Multiforme, de la que dice el autor : La Salve Multiforme tiene dos aplicaciones, dos objetos diferentes. El primero, el más esencial y determinado es puramente religioso; el segundo tiene una aplicación profana o política. Bajo aquel primer aspecto es un tributo de veneración y aplauso inagotable a la divina reina del cielo, es la oración de la Salve presentada y reproducible en casi infinitas formas: tantas, que no bastarían muchos millones de años de continuada e incesante lectura para apurar todas las paráfrasis posibles de aquella oración, más o menos diversas, que según este método se pueden conformar. (...) El autor ha dividido la salve en 44 fragmentos, colocados sucesivamente en otras tantas columnas, numeradas desde 1 a 44. Cada fragmento tiene en su propia columna 26 paráfrasis de él mismo, o al menos, palabras aparentes a aquel lugar, y combinables con cualquiera de los 27 fragmentos de las columnas antecendentes y siguientes, sin quebrantar el sentido de la Salve, que así se va conformando guardando la sintaxis gramatical; sin repetir en una Salve entera un fragmento ya usado en ella misma. (...) Resulta, pues, que tomándose al acaso un fragmento cualquiera de la columna 1ra., otro cualquiera de la 2da., otro de la 3ra., etc., siguiendo así hasta la columna 44 se formará siempre una paráfrasis completa de la salve, tal vez elegante, tal vez débil, pero nunca impropia o incoherente en su sentido. Siendo, pues, 27 los fragmentos de la 1ra. columna, combinables libremente con cualquiera de los 27 siguientes, y éstos con los sucesivos, y así progresiva y mutuamente con los de las demás columnas, es evidente que se pueden combinar y se combinan, millones de millones de Salves, más o menos diversas, es decir, con más o menos diferencias de fragmentos entre sí. En llegado a la columna 44 se añade la palabra amén o así sea, que está en la columna última o supletoria, para terminar debidamente cada oración de aquellas. Poemas. Selección Francisco Acuña de Figueroa [Nota preliminar: edición digital a partir de Francisco Acuña de Figueroa, Obras completas, 12 vols., ed. de Manuel Bernárdez, Montevideo, Vázquez Coes, Dornaleche y Reyes, 1890, y cotejada con la edición de Poesía de la Independencia, ed. de Emilio Carilla, Caracas, Ayacucho, 1979, pp. 199-205, cuya consulta recomendamos.] Autorretrato Era algo trigueño, de rostro festivo, de talle mediano, ni grande ni chico. De nariz y boca un poco provisto y el lacio cabello algo enrarecido. 5 Eran apacibles sus ojos y vivos, a veces locuaces, y a veces dormidos. Su rostro era feo, mas no desabrido, sino que inspiraba confianza y cariño. 10 15 Tuvo algunas veces defectos y vicios, mas su alma era noble, su pecho sencillo. Un lunar tenía con vello crecido, fijado en el medio 20 del diestro carrillo. Su acento era suave 25 y asaz expresivo, mas una dolencia lo puso ronquillo. Usaba antiparras, tomaba polvillo y era con las damas atento y rendido. 30 No era su carácter adusto ni esquivo, y así era de todos amado y bienquisto. Contaba mil cuentos con sus ribetillos, dejando lo exacto por lo divertido. 35 40 Formaba renglones largos y chiquitos que se le antojaban versos peregrinos. No invocaba a Apolo por ser Masculino y sólo a las Musas pedía su auxilio. 45 El hombre de importancia Letrilla satírica No historia, ni poesía, ni ciencia estudies, Fabio; quien más charla ese es más sabio, lo demás es bobería: en Pomposa algarabía hable con gran petulancia; y ya es hombre de importancia. Órgano de la opinión 5 llame a cualquier periodista con mucho de socialista, luces, progreso y fusión; carta, y no constitución, dirá al estilo de Francia; y ya es hombre de importancia. No se deje en el tintero a la clase proletaria, con lo de accióntrinitaria, receta y mes financiero; apanaje y flibustero, den a su asunto sustancia; y ya es hombre de importancia. 10 15 20 Retrógrado ha de decir, statu quo, y feudalismo; que el siglo marcha al cinismo, y que es nuestro el porvenir; sueño de oro ha de embutir, y talismán y elegancia; y ya es hombre de importancia. 25 Fracasar, cotización, casación y aprendizaje, masacre, ojivo y carruaje, adornen su locución; y en larga lucubración dé a luz una extravagancia; y ya es hombre de importancia. 30 35 Con aire de quien desprecia, al drama más bello embista: hable del protagonista, prótasis y peripecia, extasiando a Roma y Grecia con sarcasmo y con jactancia; y ya es hombre de importancia. 40 Elimine con baldón a Cervantes y Mariana, descargando su macana desde Lope hasta Bretón; ¡Anatema! ¡maldición!, lance en esa turba rancia; y ya es hombre de importancia. No hay que una vida, dirá con galicismo expresivo, 45 50 y el mundo definitivo su diorama aplaudirá; y de un parque elogiará la escultural elegancia; y ya es hombre de importancia. 55 Mutuasolidaridad, e impulso emancipatriz son voces que harán feliz a una notabilidad; y en misteriosa ansiedad haga votos por la infancia; y ya es hombre de importancia. 60 Con satánica sonrisa jure a su virgen amor con un volcánico ardor que cruce cual blanda brisa, y de hinojos ante Elisa acredite su constancia; y ya es hombre de importancia. 65 70 La toaleta y el buró, lo de prosaica figura, y el llamar pastor a un cura, son de un hombre comm'i1 fó: dará quitanzas, mas no recibos, que es cosa rancia; y ya es hombre de importancia. 75 Instaure uncomicio y dé garantías a las masas, con facultades escasas al que en la poltrona esté; y haga profesión de fe con moderna altisonancia; y ya es hombre de importancia. Hable en tono campanudo al emitir su moción, comohombre de corazón, y no estacionario rudo; y, en fin, sabio y concienzudo charle con gran arrogancia; y ya es hombre de importancia. 80 85 90 La madre africana (Oda) Tairai-je ces enfants de la rive africaine Qui cultivent pour nous la terre américaine? Différents de couleurs, ils ont les memes droits, Vous memes, contre vous, les armez de vos lois! (Delille, Poema La Desgracia y la Piedad, canto 1º). ¿Y así, cruel pirata, así te alejas, robándome tirano los hijos y el esposo? ¿Así, inhumano, en desamparo y en dolor me dejas? ¡Ay! ¡vuelve, vuelve! En mi infeliz cabaña, donde te di acogida, ¡ve cual me dejas como débil caña del huracán violento combatida! 5 10 Vuelve, entrañas de fiera, que por mi mal viniste; llévame a mí también, y al menos muera con mis prendas amadas... Mas, ¡ay triste! ya no espero ablandar tu pecho duro con lamentos prolijos: ¡tú no sientes amor ni tienes hijos! ¿Y es posible que el sol resplandeciente que ostenta esa bandera llegue a estas playas por la vez primera a autorizar un crimen tan patente? ¡Oh, globo celestial, que esplendoroso dominas en las cumbres oscurece tu luz, y al monstruo odioso sólo sangriento y con horror alumbres! 15 20 25 Mas ¡ay! ¡qué nueva pena descubren ya mis ojos! He allí el arco y las flechas, que en la arena del asalto traidor fueron despojos. ¡Infeliz compañero, tu ignorabas que esos blancos altivos 30 proclaman libertad, y hacen cautivos! De esta suerte la mísera africana 35 se queja inútilmente, mientras su nave apresta, indiferente, el traficante vil de carne humana. Y truena el bronce y su clamor repite, que el clamar la consuela; mas el Águila, en hombros de Anfitrite suelta las alas, y al estruendo vuela. 40 Al punto, encadenados, los cautivos se miran, y al fondo del bajel desesperados los lanzan sin piedad, y, ellos suspiran; mientras que la infeliz desde la peña se arroja y da un lamento, que en pos de la alta popa lleva el viento. 45 Super flumina babilonis (Salmo) (Traducción literal) Sentados a la margen de babilonio río, allí, Sión, tu nombre recordamos llorosos y cautivos. Y las sonoras arpas, 5 y címbalos festivos, tristes ya y destemplados, de los frondosos sauces suspendimos. Los que en vil servidumbre nos llevaban ¡oh, indignos! por escarnio intentaron oír nuestras canciones allí mismo. Ellos que nos trajeron 10 con ignominia uncidos, «Entonad», nos decían, «de Sión los cantares y los himnos». 15 ¡Cantar! ¿Cómo es posible? ¿Cómo infamar, impíos, el Señor los cantares en tierra ajena, y en ajenos grillos 20 No, Sión; y primero que así te dé al olvido, y en tu ignominia cante, me olvide de mi diestra, y de mí mismo. Yerta mi lengua, y fija 25 al paladar indigno; si de ti me olvidare pásmese inmóvil con letal deliquio. Sí no te antepusiere, o si indolente y tibio, Jerusalén no fuese de mi alegría el móvil y principio. 30 Tu ira, Señor, se acuerde de esos infandos hijos de Edón, cuando disfrute Jerusalén su día apetecido. 35 Ellos son los que dicen, sedientos de exterminio: «¡Hasta los fundamentos asolad, asolad sus edificios!». 40 ¡Oh, hija desventurada del pueblo aborrecido! ¡Feliz quien te dé el pago del tratamiento vil que te debimos! ¡Oh, bienaventurado el que a tus parvulillos logre alzar con sus manos, y en la piedra estrellarlos vengativo! 45