Aire libre Por Daniel Os Prefería que lo llamaran Luisito, se sentía más cómodo adoptando un diminutivo accesible que blandiendo los honores que la vida le había otorgado. Cenas, personajes importantes, reuniones y carcajadas ejecutivas coronaban su rutina, pero más disfrutaba de hacer un asadito al aire libre con la familia los domingos al mediodía. – Vení, ayudame con el fuego. Quedate cerca y abanicalo con energía. Aunque en tu cumple soples las velitas para apagarlas, acá el aire aviva el fuego. No pongamos tanto papel, enciende en seguida pero también se quema rápido y nos llenamos de cenizas, así que agreguemos ramitas secas y vayamos poniendo uno a uno el carbón, que se vayan quemando lento… si ponemos todo de golpe, ahogamos el fuego y se apaga. Después, cuando ya haya una llama pareja, le tiramos unos leños… madera noble… conservan el calor y le dan rico aroma a la carne… – Papi, tengo nueve años… ¿por qué me querés enseñar a hacer asados? – ¿Pensabas que hablábamos de asados, Dany? Imagen: Paula Saldaqui Un accidente con nombres y apellidos Por Manuela Carballo del Río La violencia también tiene nombre y apellido, sabemos quiénes son y cómo se llegó al accidente en Once el pasado 22 de febrero, ese día se lamentó un terrible accidente y luego de tres días una nueva víctima fatal. Aunque una no sea partícipe de ejercer la violencia, sentí con ese suceso un sentimiento de furia, ya que me sentí y me siento responsable, responsable por mi silencio en tantas oportunidades, responsable por pensar en primer momento la suerte que tenía de no tener a ninguno de mis seres queridos dentro de ese tren; responsable por llegar hasta aquí y no haber podido modificar nada de todos los desastres que venimos pasando por años con los medios de transporte públicos, responsable por no saber a esta altura de la vida hacer valer mi derecho de estar segura cada vez que voy a mi trabajo o donde fuera. Agoto todas mis fuerzas para reclamar por mis derechos, por mi dignidad machacada con la desidia de los gobiernos y empresarios. Agoto toda mi ansia de justicia social, qué tristeza la que siento hoy después de tres meses. 51 muertos, muchos heridos y tantos corazones desgarrados de tristeza, de injusticia. Los medios se detenían en palabras vacías de contenido, al mismo tiempo que uno de las autoridades de transporte no pedía perdón, ni se hacía cargo de los años de abandono. Esto sucede porque todos ellos son dueños de una soberbia que los domina y les cubre los ojos dejándolos solo ver lo que quieren y no la realidad del momento en el que vivimos y las condiciones de los transportes públicos. Hoy nos sigue doliendo este accidente, la muerte de 51 personas, y también la de Lucas, un fallecido que no se puede considerar una víctima ya que siempre estará la duda de que si de ser encontrado a tiempo su nombre figuraría en otra lista. Gemir (o el pulsar del orgón) Por Sebastián d’Albuquerque Y entonces nos revolcamos en babas y dientes, en latidos punzantes y placeres sin tiempo, brotamos manantiales en nuestras tierras, descubrimos un fuego lento, sembramos nuestros campos, rompemos el dolor con suspiros; que quiebran lo sagrado. Y ya no nos importa recuperar la palabra; matamos el amor y nos devoramos a nuestros niños, incendiamos todos los velos de la existencia, escupimos en la muerte y nos damos a la nada. Hacemos arena con las piedras de los amores, estallamos el vidrio y la liberamos de los relojes de manera deliberada. Me sostengo de tu hombro, anclo mi boca en tus muslos y me arrastro por tu sexo, me apuro con tus dientes, que desgarran mis muslos en fibras rojas, finas como pelos que me entran por la comisura de los labios; pelos que ya no se si son míos, tuyos, si son de nadie, y se alisan con alientos, y se enrulan en gemidos. Encuentro un encuentro donde los plexos se encuentran hechos sopa, un lugar donde me detengo y me alimento de tu cuerpo, saco un río de la fruta y lo recorro con mi lengua, y es mi último sustento, en los temblores y los pliegues de las sábanas, y las carnes; y lo mismo me pierdo, en un espasmo que me rompe las fronteras. Me busco un ojo, lo siento nacer desde la punta de mis dedos, en mis pies, por mis piernas, me ata en mi vientre y me retuerce la cabeza, encuentra la mirilla de tu cuerpo, que titila, fogonea; que me muestra un camino, un lugar en donde el dolor no existe, un punto de cocción para la vida, un desborde en el vacío. Y es un primer paso en mi último grito de silencio, desmorona las casas y las paredes se pierden con el cielo, ya no tengo cabo ni rabo, sólo un vaivén de pulso acelerado que bombea en la nada y cosquillea en mi cuerpo. No hay sueños abiertos, ni racimos, ni cortinas, ni inmensidad, sólo expansión y no hay promesas, ni lo nuevo o lo viejo, desencuentro de lo conocido y aires que resoplando de tu boca y entrando por mi oreja que resopla por mi boca y penetra en la base de tu cabeza, nos pierde o nos encuentra; nos detiene en cordones de sal, brindamos nuestro nacimiento piel adentro. Murmullan los fluidos y no me espera ni mi muerte, quizás no haya sombras en los rostros ni nombres amables, inexorables pupilas dilatadas, vapores, cortinas deshilachadas, sorbos, lamidos, estruendos; dejamos, sin ninguna delicadeza, que la tierra nos vaya tragando, en la caída, en un precipicio de efervescencia, cruda, enarbolada. Me pasmo, me despalabro. Nos despedimos con la vida, la llenamos en el último respiro y la exhalamos por el vientre. Se expande, explota y se relaja, y el tiempo detenido se resurge del gran estallido, las gotas caen de los toallones que retorcemos al salir de la ducha y de esa siembra crecen los colores y los mares y todo lo que nos queda por hacer es volver a nacer; encontrar nuestras partes, podemos regalarnos el olvido, estamos diseminados en un agua eléctrica que todavía vibra, no hay ejército, genética, historia, no hay nosotros, no hay nada; somos testigos, lo tenemos todo. Literatura y sueño Por Ivis Acosta Ferrer (*) Ahora me dispongo a traicionarte con mi literatura, bien sabes que con ella puedo ser otra entre otros, en otro tiempo, y eso no debería gustarte menos que si me fuera ahora mismo con aquel amante. La literatura es un pretexto para traicionar al ser amado, como el sueño. Ayer te traicioné en sueños, y no me arrepiento, bien sé cuánto me debes traicionar tú mientras estás despierto. El amor, lo sabemos, no es eterno. El amor es eterno cuando se abandona a tiempo, en plena guerra, eso deberías saberlo. Pero tú nunca has tenido tiempo de pensar en el amor, siempre cambiando de un lado para otro, amando superficialmente, dejándote convencer por el convite barato. No sé si he sido yo la que más te ha tenido para sí, la que más te ha guardado de tu naturaleza bruta y ambiciosa. Pero creo que ya me he cansado, y no quiero que este sentimiento se nos pudra por culpa mía. No quiero que me aborrezcas cuando duermes, ni que me beses en la frente como a una hermana. Sé que necesitamos estar lejos, ser tú y yo misma, no tener hijos, ser libres hasta que se nos haya olvidado tu forma y mi forma, ese suspiro que exhalamos al final de un orgasmo y que ya reconocemos cada uno en el otro. Cuando se haya olvidado la forma de tu mano en la mía, el paso acompasado, la cadencia del andar y del sexo, el olor de las mañanas y de las noches, el sudor, el sitio preferido para el beso, entonces quizás podamos volvernos a mirar como desconocidos, saber si nos gustamos o si nos hemos vuelto indiferentes. ¿Por qué tenemos que vivir en la mediocridad del día a día? ¿Por qué te pertenezco y exijo que me pertenezcas? Ese maldito sentido de posesión que se lo come todo: el respeto, la magia, el amor… Sin embargo llega el consuelo, ese sentimiento sedante y placentero que se impone con el tiempo. Consuelo de saber que uno tiene a alguien que casi le pertenece, por motivos desconocidos y algo indignos; tranquilidad paradójica de las noches que se debaten entre el abrazo cariñoso o forzado del amante real y la entrega total, voluntaria, al sueño liberador de las pasiones más atrevidas de nuestro subconsciente. Durante el sueño me desconozco, me libero y soy otras, por eso cada día duermo más, porque puedo, gracias a ese exquisito narcótico, recuperar esencias perdidas del ayer más remoto, de cuando era apenas una niña y mi cuerpo no se había aún abierto a la cosquilla del placer. Mediante ese canal expedito logro retrotraerme hacia los juegos inocentes de aquella callecita donde nací, cuando sólo importaba jugar con mis amigas, y no existían las prisas. Luego he volado en sueños hasta la adolescencia, esa etapa triste y anodina en que no era yo más que un espejo de los deseos de otros. Allí me he recreado volviendo a saborear el gusto de los primeros amores, el color de mi calle triste y antiguamente aristocrática, el dolor por la ausencia de mis padres cuando se fueron de viaje en aquella etapa en que yo más los necesitaba, las amistades que hoy no están pero que fueron en aquel momento ejemplo y diversión, el despunte de mi cuerpo como un arma poderosa de la que no tenía conciencia por entonces, el sexo al final de todos los caminos, para siempre a partir de ese momento. Ahora que conozco los códigos no haría la mitad de las cosas que hice entonces, pero haría otras en su lugar, quizás por eso sueño en las noches, intento recuperar esa vida que tenía y que con el tiempo se va yendo, vida por sueño, acción por literatura, pasión contra sabiduría, y poco más. (*) España Se fue Wini Yúston… Por Charly Morales Valido (*) Si hace unos días alguien hubiera dicho que Whitney Houston sería una de las protagonistas de la noche de los Grammys, le habrían freído el huevo más sonoro, escéptico y ridiculizante del milenio, y le palparían la frente para sentir la fiebre causante de tal delirio. Pero la vida es absurda, y la muerte más aún, y la malograda cantante fue encontrada muerta en la bañera de un hotel justo el día en que Adele arrasaba con los gramófonos que premian las ventas sobre la calidad, aunque digan que es lo mismo. Un sórdido final para quien fue el “rien va plus” del pop hace apenas una década, pero que de pronto desapareció tragada por la mala vida, por un carácter débil y una fuerte adicción, por ser, en resumen, todo lo que sus canciones criticaban. Haz lo que canto y no lo que hago. Admitámoslo, cubanos y cubanas que vivimos la furia del Guardaespaldas: decir Whitney por aquellos años era decir hasta aquí las clases, agárrate de la brocha, tápate con colcha, apaga y vamos, tumba catao y pon quinqué, a llorar que se perdió el teté, a recogerse a-aaaah… Ahora entiendo que hubo mucho de parafernalia mediática, de bombo premeditado y desleal, de un billete invertido sin miedo para construir una diva, pero… ¡qué clase diva! Aún me erizo cuando la escucho bajar hasta el silencio, roto por un baquetazo en seco que desataba un… “Andaaaaaaaaaaaaaaaaaaiiiiaaaaa lofiuuuuuuuuuuuuuuuaaaaiiiaaaa…” ¡Ñiiiiioój! güilolgüis Yo confieso que se me aguaban los ojos, y lo disimulaba mirando al piso, porque en Santa Clara los hombres no lloran, y menos en una beca donde machangos y jevitas se apiñaban ante el único televisor de toda la Che, con su espectacular antena de perchero contorsionista… Hija de Cissy Houston, prima de Dionne Warwick y ahijada de Aretha Franklin, “Wini” tenía todo lo que alguien de su belleza y voz podía necesitar, y así fue de drástica su caída, fue de veloz su ascenso: si el ryhtm & blues tuvo una recordista, esa fue Whitney Houston. Su primer álbum, “Whitney Houston” (1985), se convirtió en el disco más vendido de un artista debutante, ganó varios Grammys y logró algo que ni siquiera los Beatles consiguieron: siete veces consecutivas con el sencillo número Uno en las listas de popularidad de Estados Unidos. Regresó en 1987 con “Whitney”, donde destacó esa gozada que es “I Wanna Dance With Somebody”, y a finales de esa década ya había vendido 100 millones de discos en todo el mundo, con una voz que brotaba potente sin aparente esfuerzo, ni los aspavientos de la Celine. Así llegó 1992 y El guardaespaldas, una mierdaza como película, pero con una banda sonora memorable, y un Kevin Costner que después de bailar con lobos se merecía hacerlo con la novia de América, una mulata escultural por demás… Pero lo mejor fue que la “Wini” tomó una vieja canción de Dolly Parton y la hizo su tema por antonomasia, ese “I will always love you” que la identificará por siempre, y que en estos días siguen sonando a despedida, pero definitiva. Y la sagacidad que tuvo para escoger sus compositores y productores se le fue al carcañal eligiendo pareja, al enredarse con Bobby Brown, a quien mi generación conocía de la fiebre del “piwe”, cuando “brekeabamos” con MC Hammer y nos creíamos que Millie Vanilli cantaba. Como si fuera una gracia decía que su marido era su adicción, y con él se metía cuanta calada y esnifada consiguieran, y con su dinero se conseguía mucho… Vengan también pastillas, y la mujer del predicador no predicaba nada bueno, entre escándalos y broncas domésticas. Y ahora uno se pregunta ¿Qué necesidad tenía de eso? ¿A fe de qué alguien con ese don tenía que caer en ese remolino de vida? Aquella voz que fue descrita como “el manual de canto para todas las artistas” se volvió ronca, áspera y pródiga en gallos… Un desastre. Hace par de años vi escenas de un concierto en Australia que me hizo sentir bochorno ajeno y al principio culpé a Bobby Brown de arruinarle la vida con su machista envidia profesional, pero después recordé lo que siempre digo, por cínico que suene: el que por su gusto muere… Total, ella siempre supo que no era right, pero lo consideró okay, y se empeñó en make it anyway… Whitney nos legó varias de las canciones mejor interpretadas de todos los tiempos, y un espejo donde uno debiera mirarse y hacer luego lo que quiera, pero sabiendo a qué atenerse. Como le dije a Amy: descansa en paz “Wini”… aunque tenga que ser así… (*) Cuba http://againcharly.wordpress.com/ Una entrevista con el polifacético Enrique Piñeyro “Soy un recién llegado permanente” Por Susana Salina El encuentro se produjo en la oficina de la calle Cabello, pleno barrio de Palermo donde funciona Aquafilms, una productora de cine de la cual es director. Este hombre de múltiples aptitudes que nació en Génova, Italia en 1956, es además: médico, actor, director, productor de cine y ex piloto de LAPA (Líneas Aéreas Privadas argentinas). ¿Cómo se decidió por ser médico? Decidí estudiar medicina cuando escogí recorrer las provincias de Formosa y Salta. Allí tomé contacto con las reservas de matacos y todas, quedé impresionado porque venía de un colegio bilingüe en Olivos, y de pronto, me encontré con otro mundo. Luego empecé a trabajar de médico en el Hospital Materno Infantil, en la parte de Administración Hospitalaria, después hice una subespecialidad clínica que es la Medicina Aeronáutica. Nunca me interesaron las carreras, sino los proyectos, por eso, de lo único que tengo treinta años de experiencia en serio, es en cocinar. En todo lo demás, soy un recién llegado permanente. ¿Cómo se acercó al caso de la historia de Fernando Ariel Carrera, que podemos ver en el documental “El Rati Horror Show”? Fue a través de un video que me mostró mi hijo en YouTube, era un programa de Nelson Castro. En el medio de la exposición de los hechos apareció la intervención de la jueza Beatriz Bistué de Soler, me sorprendió el léxico bizarro que utilizaba, también su nivel intelectual llano para el desempeño de un trabajo mucho menos complejo que la de un juez en lo penal, y que haya sido quien tomó las responsabilidades por la condena de treinta años, cuando lo único que discutía era sobre la inconciencia de Fernando, me impactó sobre todo con la falta de argumentación para la sentencia, pero dije: “bueno, es parte del paisaje que nos rodea, como éste, deben haber cientos de casos”. Luego aparecieron Pablo Tesoriere que es un documentalista que hizo “Violencia en el Fútbol”, “Puerta 12″, y Pablo Galfre, periodista; me acercaron un proyecto para un documental más tradicional, de entrevistas, que se llamaba “Inocente”. Entonces, como no me gusta utilizar mucho ese recurso periodístico, porque considero que al tratarse de un producto audiovisual, se torna aburrido; empezamos a pergeñar “El Rati Horror Show” con un formato que nos permitiera exponer el caso y argumentarlo con medios cinematográficos, haciendo hincapié en los planteos netamente judiciales de la causa. ¿Cuál fue el objetivo de “El Rati Horror Show”? Que lo suelten a Carrera, después que metan en cana a los jueces, policías, a toda esa runfla. No puede haber bandas asociadas ilícitamente, administrando balazos, fallos o dictámenes. ¿Por qué eligió un documental para contar el caso? La ficción me parece mejor vehículo para transmitir desde lo emocional. El documental para la repercusión política, social y judicial, es mortal porque es real lo que pasa ahí; de hecho hoy está en la Corte. ¿La investigación le llevó mucho tiempo? Bastante poco, porque ya venía todo lo suficientemente avanzado. Germán Cantore, el editor y co-guionista de la película, tenía mucho manejo global del proceso, sólo había que preguntarle, por lo tanto, el trabajo de campo fue muy escaso. En términos de investigación, es tan grosero y burdo el manejo de la causa, que salta todo por doquier. Un tema importante que se resolvió de manera fortuita, fue ubicar a un testigo que aparece al final de la película y que surgió a partir del análisis del material de archivo. Lo pudimos encontrar el día del estreno, y así fueron apareciendo más personas que presenciaron la tragedia. ¿Cómo empezó con la actuación? En realidad soy carreras. Empecé hacía era teatro Después, comencé hasta que decidí un complicado vocacional que termina las de chico, desde la secundaria lo único que y jugar al rugby, no me importaba nada más. a volar y siempre me quedó picando el tema, a estudiar actuación con Lito Cruz, lo hacía mientras volaba. Trabajé hasta “Garage Olimpo”, luego tuve problemas en la compañía, a punto tal que cuando se preestrenó la película, eso fue un lunes, al martes siguiente el avión se cayó. ¿Cuál es el personaje que le gustó más interpretar? El de Tigre en “Garage Olimpo” y el de Aramburu en “Secuestro y Muerte”, que fue la apertura del BAFICI en 2010, y se estrenará el próximo 14 de mayo en el Cosmos-UBA. ¿Cómo los recrea? Básicamente lo último que hago es juzgarlos, trato de entrar en la lógica de cada personaje. Deben creer que están haciendo algo bien, de hecho en la tumba de Aramburu hay una invocación al pueblo y a la única verdad; y le decís:”pero gordo, hiciste un golpe de Estado, ¿qué estas diciendo?”. También me fijo en la forma de caminar para construir su personalidad. Pero esencialmente entro en su lógica, no toman el poder violentamente porque se creen malos, sino porque consideran que están sirviendo a la patria. Cometen delitos infernales, profanan tumbas, fusilan gente ilegalmente con el convencimiento de que le están haciendo un bien al país. Trato de fijarme qué es lo que hace que un tipo como Aramburu, que enarbola los valores cristianos, termine revolviendo sepulturas. Intento penetrar en eso que lo motivan a sacrificar sus propias convicciones religiosas, precisamente el trabajo del actor es defender esas coherencias. Por lo general, me siento bastante seguro con lo que hago. Empiezo a probar las líneas frente al espejo, y si me las creo, ya está listo el personaje, llevo catorce películas ejerciendo esta profesión. ¿Qué le gustaría hacer y siente que todavía le falta? Abrir un restaurante y hacer uso de mi experiencia. Me gustaría hacer ficción, una comedia, donde la gente no se muera y no haya que denunciar a nadie. Sinopsis El Rati Horror Show es un documental que retrata la dramática historia de Fernando Ariel Carrera, el caso de un hombre común condenado injustamente a treinta años de cárcel –no por error sino de manera deliberada– a través de la manipulación de una causa judicial. http://www.elratihorrorshow.com Amenazan a un testigo El testigo es un fletero llamado Luis Ríos. En la mañana del 25 de enero de 2005 barría la vereda de su casa en el barrio de Pompeya cuando sucedió todo. Su testimonio fue registrado tiempo después por el programa de tevé Cámara Testigo, pero nunca salió al aire. El tape luego fue utilizado por la producción de El Rati Horror Show. Allí, Ríos aparece unos pocos segundos, en los que narra lo que vio a un “Peugeot 504 negro con tres policías de civil, uno que saca la Itaka por la ventana y dispara, y el otro (el auto que perseguían) que acelera y pasa esta tragedia”. La visión de Ríos coincide con la tesis planteada por la película: que al momento de atropellar a los peatones, Carrera había recibido un balazo en la cara y estaba inconsciente. Un día después del estreno de la película, Ríos fue interceptado por un auto del que bajaron dos hombres armados, uno con una chapa policial. “Ojo con lo que decís, porque vas a terminar en el Riachuelo”, le dijo uno. El otro agregó: “si seguís así, vas a terminar con la boca llena de trapos”. Tiempogentino 24/9/2010. Femenino-Masculino: ¿Alguien sale ganando? Por Camila Parodi “Aunque los roles fisiológicos sean inmutables, si se los percibe diferentemente, lo que cambiará serán los hábitos mentales, los juicios perezosos, los intereses egoístas, la idea que cada unx se hace del Otro sexuado…” Françoise Héritier Como bien sabemos, las mujeres son sometidas a un trabajo de socialización que tiende a menospreciarlas e inferiorizarlas, naturalizado en las reproducciones de formas de ser y hacer, las mismas valoradas como negativas. Sin embargo, los varones también están encasillados y son víctimas, de manera más cautelosa, de esta representación de dominante del sistema patriarcal. Por eso al igual que las conductas y corporalidades de vergüenza y sumisión asumidas en las mujeres, aquellas que llevan a ejercer la dominación atribuidas a los varones, tampoco son naturales y son construidas de la misma forma que las anteriores, expresadas en un esquema binario de ideas-actos impuestos que recorre gran parte de nuestra historia, al cual Françoise Héritier llamará valencia diferencial de los sexos, donde inicialmente se caracterizará lo masculino como superior a lo femenino, sin embargo esto no implicará que las mujeres se encuentran en constante opresión y violencia ejercida por lo masculino, para corrernos de esa simple lectura inicial debemos separar a las mujeres de lo femenino, no nos referimos a la violencia ejercida por los varones hacia las mujeres en diversas situaciones, sino a la forma de desigualdad en la representación de lo femenino-sexo débil donde todo aquello que tenga relación alguna con esta representación de ideasactos se encontrará subordinado y menoscabado ante lo masculino-sexo fuerte, “no vivenciamos una guerra de los sexos sino el hecho de que ambos sexos son víctimas de un viejo y milenario sistema de representaciones desiguales.” (Héritier, Françoise, 2007) Pero dentro de este juego nadie saldrá ganando y el “privilegio” masculino no será más que una trampa, entonces la opresión y la desvalorización de lo femenino no serán necesariamente un beneficio para lo masculino, por el contrario lo masculino también acarreará opresiones e imposiciones dispuestas hacia él a través del mismo sistema de significaciones. La condición masculina en el sentido de vir supone un deber-ser (una virtus) que se inscribirá en los cuerpos bajo la escritura de un conjunto de disposiciones aparentemente naturales e indiscutibles, algunas veces visibles en una manera especial de comportarse, de mover el cuerpo, de relacionarse, de caminar, de demostrar cariño todas ellas responsables de las representaciones particulares asignadas al pensar y actuar, al ser varón, como identidad construida en esencia social y transformada, de ese modo, en destino, inmodificable y caracterizada por la virilidad es decir por la fuerza, la valentía, lo público e independiente, esta identidad se construirá ante y para los restantes varones y en contraposición con las características asumidas por lo femenino, limitando así también a los varones a una única conducta ‘la activa y fuerte’ desde la prohibición de demostraciones de delicadeza, de sentimientos, de miedos y todo aquello que se encuentre en intima relación con ‘lo femenino’. Creemos entonces que no podemos afirmar simplemente que estamos inmersos en un sistema donde las únicas perjudicadas somos las mujeres, sabemos bien que la violencia y la marginación se hacen y son más implícitas en nosotras, pero esto no quiere decir que los varones tengan que ser aquí vistos como los usureros de la situación, al imponernos roles fijos como naturales se nos elimina el momento de elección sobre nuestras formas de querer ser; para eso debemos quitar esa concepción de que la opresión la podemos encontrar en un sólo “lado” visto como desfavorecido (el femenino) y empezar a distribuirla de manera más equilibrada en ambos lados. Todos y todas perdemos en este juego, porque se nos limita (y nos limitamos) en nuestras decisiones reduciendo el abanico de deseos, elecciones, pasiones únicamente a los que nuestro sexo debe responder y por ende pertenecer. Las diferencias biológicas y la oposición entre lo idéntico-diferente de nuestros cuerpos no tienen porqué aplicarse como modelos incuestionables, y mucho menos implicar como consecuencia a la desigualdad jerárquica, es posible romper con este juego injusto al que estamos acostumbrados y acostumbradas de participar desde la construcción de identidades diversas, criticas y libres de prejuicios en busca de la igualdad para así poder cantarle: ¡piedra libre al patriarcado! Discriminación y Minorías sexuales: lo que se esconde tras el asesinato del Joven Zamudio en Chile Por Esteban Morales Gallardo Hace ya unas semanas, nos hemos enterado de la noticia de que un joven llamado Daniel Zamudio fue agredido y muerto por un grupo de neonazis los cuales, al parecer, sin mayor provocación, lo agredieron por el solo hecho de ser homosexual. Sea el odio, la intolerancia o el simple miedo a la otredad – o simplemente todo esto – lo realmente grave no es tan solo el repudiable hecho en sí mismo sino que también ver cómo, con el supuesto avance de las sociedades, existe un rechazo a lo diferente que cada vez se va generalizando. Este acto amparado bajo el estandarte del obsoleto Nazismo oculta, en la propia interpretación mediática, no más que la propia exacerbación de un tipo de visión y orientación social, dirigida por los gobiernos herederos de la dictadura, que genera enormes diferencias y pánico hacía aquellos efectos que la incorporación de un modelo culturalmente diferente ha tenido en Chile. Ante este escenificación que han hecho muchos noticiarios, se abren muchas dudas respecto a aquellos “daños colaterales” que, parafraseando a Zygmunt Bauman, van detrás de cada palo de ciego que las diferentes políticas prefieren dar. Con ello, es posible dar cuenta de ciertos móviles tras este acto: Estamos en presencia de una juventud abandonada en la inercia de la modernidad neoliberal. Su comportamiento y oportunidades se ven limitados hacia el consumo conspicuo de bienes materiales y simbólicos que no generan una cohesión suficiente que convoque a los sujetos hacia la comunidad e igualdad que proponen verborreicamente los Estados. Un sentimiento de abandono del Estado cristalizado en la búsqueda de soportes existenciales y de sentido por parte de los victimarios los cuales, a propósito de las ideas contradictorias presentes en la región, buscan en referentes contradictorios experiencias, convocatoria e identificación lo cual, en principio, será una posición que busca ser alternativa a un modelo de desarrollo percibido como ajeno. Esta negación del modelo imperante, es producto de la poca inclusión que encuentran tanto las minorías sexuales, como también los victimarios, sintiéndose, ambos, abandonados a su suerte. Ante el hecho, el Estado, mediante los medios, actuó enérgico en promover una ley antidiscriminación que intente frenar actos como lo ocurrido con Zamudio. Si bien es una iniciativa que no deja de tener buenas intenciones, ésta, como forma estandarizada de impartir orden, normas y punición, no guarda ninguna relación con la realidad de los países Latinoamericanos en los cuales, me atrevo a decir, prácticamente todas sus problemáticas se correlacionarían con la pobreza por lo que una ley antidiscriminación sería, a lo menos, una acción descontextualizada. Ante tales elementos presentes en las bambalinas, estamos frente a un hecho que, si bien pareciese aislado, no lo es dado que solo es producto de una sociedad que estandariza resultados y tipos de ser, sin darle la cabida a los otros, en cuanto a la cabida de sus opiniones y formas de crear sentido. Entonces, ¿Qué se podría hacer para cambiar esta realidad?, Si no es posible generar cambios reales sobre los temas relacionados con la discriminación entonces ¿qué será posible hacer? La solución creo que está, precisamente, en levantar diferentes opiniones que generen una intercultura de forma que en la propia forja de opiniones y de voluntades se vean superadas los conceptos importados de una institucionalidad que carece de oídos. Con ello, propongo que la respuesta ante tal problemática es posible encontrarla en los marcos que el Estado aún tiene la solución en sus manos. Para que este proceso sea fructífero, primero debe existir ese espíritu de protesta que logre articular a las diversas organizaciones sociales y ONG’s hacia un fin común en el que actúen no solo a partir de acabar con los costos del mal llamado desarrollo. Se necesita educar para actuar y, de ese modo, influir en las decisiones desde abajo hacia arriba. Sin embargo con un sistema político sustentado en una dictadura económica, es muy difícil la voluntad de generar un cambio. Sin este cambio seremos testigos de muchos asesinatos de muchos jóvenes que, al igual que Zamudio y sus agresores mueren o van a la cárcel, más que por su propia condición de pertenecer a una minoría o a un grupo violento, por el simple hecho de ser pobres o diferentes a los parámetros que los procesos de modernización exigen. Cristián Demaría, el hombre del siglo XIX que reivindicó los derechos de la mujer Por Susana Salina “Me propongo estudiar la condición en que nuestras leyes civiles colocan a la mujer, es decir, los derechos que le conceden y las obligaciones que le imponen; y demostrar por su examen que, encerrando su círculo de acción entre lo más estrechos límites, impiden el libre ejercicio de sus facultades, atentan contra su libertad, que no está en el poder humano menoscabar, sin faltar a los principios absolutos e inmutables de justicia, y son una rémora para su perfeccionamiento, lo que redunda en perjuicio de la humanidad entera, pues la aniquilación o el mutilamiento de una de las partes componentes, importa siempre una perturbación en el orden armónico del todo.” Cristián Demaría Fue abogado penalista y juez, un ser inusitado para su época. Ana María Cabrera lo rescató del olvido y lo revivió a través de su obra Cristián Demaría por los derechos de la mujer. Bernabé, el padre de Cristián, debió exiliarse en España a causa de las diferencias políticas con el gobierno de Rosas. En Madrid, conoció a Rosario, una apasionada por el tango flamenco. Se enamoraron y, en mayo de 1848, se casaron. El 20 de septiembre de 1849 nació Cristián Demaría. Por ese entonces, la Argentina se recomponía de sus etapas turbulentas, el padre de Cristián soñaba con el retorno, y como consecuencia la familia Demaría emprendió el viaje. Rosario estaba muy enferma, tenía tuberculosis, el 20 de julio de 1854 falleció en Buenos Aires. Bernabé fortaleció el lazo con su hijo y no se apartó ni un instante de él. Cristián, el aparecido ¿Cómo se asomó Cristián a tu vida? – Apareció cuando transitaba por la trama narrativa de Felicitas Guerrero. Encontré pocos documentos donde lo mencionaban, ocupaba un segundo plano, la figura preponderante era Bernabé Demaría. Mientras buscaba datos sobre él, se me apareció, porque no lo puedo decir de otra manera, el nombre de Cristián Demaría, y con él su tesis doctoral que se titulaba “La condición Civil de la Mujer”, fechada en 1875, ¡no lo podía creer! Comencé a hurgar hasta que la conseguí, cuando la empecé a leer percibí que era un adelantado, no de un siglo sino de dos. ¿Cómo fuiste construyendo el personaje? – No contaba con muchos elementos, solo con escasos registros y mi imaginación. Lo concebía como un joven delgado, tímido, posicionado detrás de ese padre poderoso, que fue escribano, escritor de teatro y pintor campestre. Sin embargo, a la hora de intervenir, lo hizo de una manera certera cuando Felicitas Guerrero decidió enfrentar a Enrique Ocampo, su asesino, para dejarle en claro, de una vez por todas, que no lo amaba. La pasión silenciosa que Cristián tenía por ella, la hizo manifiesta al momento de defenderla de su homicida. Empujó la puerta cuando escuchó el tiro, y se lanzó contra Enrique Ocampo. Ese hecho, fue un disparador para comenzar a recrear su historia. Además, me enteré que a la hora de escoger una profesión, se decidió por la carrera de derecho. Fui a la iglesia de Dolores. Allí, en las actas de nacimientos, estaban inscriptos sus hijos. En la Corte Suprema nadie lo conocía, y para colmo el archivo estaba en pleno proceso de organización, y tenían todo sin fichar. Fue una tarea dificilísima, aún así, logré localizar los registros sobre las defensas que realizó Cristián. A medida que iba descubriendo sus trabajos, su compromiso en proteger la dignidad de la mujer, me enamoraba cada vez más de su personalidad. Para la caracterización de Cristián, intenté penetrar en la mirada de un hombre dotado de una particular sensibilidad capaz de captar el tema de la violencia. Trabajé sobre esa temática estudiando y leyendo de bibliografías psicológicas. La novela histórica ¿Por qué elegiste una obra literaria como la novela para presentar a Cristián en sociedad? – Porque, por lo general, intento rescatar a personajes desconocidos de la historia. En esos silencios que se deja, se introduce la ficción literaria. Vengo del campo de las letras, lo mío no es la historia, que tiende a la verdad, sino a la literatura que se inclina a la verosimilitud. Por medio de la novela histórica voy reconstruyendo lo que pudo haber sido. Extraigo toda la información posible del contexto de la época, de la vida cotidiana como recetas de cocina. Además, porque concibo a la novela histórica como aquella que invite a una reflexión, abra puertas sobre temáticas que aún siguen vigentes y continúan preocupándonos. Que pueda ser capaz de provocar una inquietud que permita profundizar y actuar en consecuencia por la liberación de la mujer. Redescubriendo al abuelo ¿Pudiste contactarte con alguien de su familia? – El proceso de la escritura, es tan mágico, tan lindo por la gente que voy conociendo, por los hechos que se van enlazando. En 1998 una de las nietas de Cristián pasó por la Feria del Libro y compró la novela Felicitas, con la certeza de que otra pavada más habían escrito sobre su abuelo. Mientras viajaba hacia Adrogué, leía el libro, a medida que lo hacía, lloraba. Al otro día, llamó a sus parientes que salieron a comprar la novela donde se resaltaba la figura de Cristián, como el único hombre que salió a defender a Felicitas cuando Enrique Ocampo la mata. Se acercaron para una de las presentaciones de la obra, charlamos, y ahí se enteraron que su abuelo había hecho una tesis dedicada a la mujer. Cuando les manifesté que estaba escribiendo un libro sobre Cristián, se sorprendieron, porque esperaban que fuera sobre papito Bernabé, el bisabuelo, y no sobre él. Un hombre atípico ¿Fue un anacrónico? – Sí, claro. Fue un hombre atípico para su generación. Que alguien, para esa época, se presentara con una tesis sobre La condición civil de la mujer, donde el mal trato era tan común, era algo insólito. Solo basta tener en cuenta algo muy simple, como eran los periódicos de aquel momento. La sección correspondiente a la parte política estaba destinada a los hombres y las novelas folletinescas, a las mujeres. El diario estaba bien diferenciado. A medida que me acercaba a él, por medio de sus trabajos, más me resultaba producto de mi quimera. Tal es así, que dormía cerca de su copia fotográfica, única existente, obsequio de una de sus nietas. Necesitaba tener la certeza que haya sido real, más aún, cuando leí los casos que defendió. Se omitió tanto sobre Cristián, que cuando busqué en los diarios de la época, no encontré nada, salvo en La Tarde, un periódico local de Dolores, provincia de Buenos Aires, que dedicó unas breves palabras a su muerte: <<El Dr. Cristián Demaría se aleja de los suyos y de sus numerosos amigos dejando entre ellos la impresión profunda que causa siempre la desaparición prematura de un hombre joven aún e inteligente. Había heredado de los Demaría el carácter, la inteligencia y la honradez. Fue como magistrado recto y laborioso, sobresaliendo como criminalista, a cuyo estudio se había dedicado con preferencia desde sus primeros años. Severo e inquebrantable, no hubo influencia de poderosos que hiciera variar su acción de la justicia, y medía con la misma vara y pesaba en la balanza de Themis, tanto al infeliz proletario con al más encumbrado burgués. Muere pobre a pesar de sus largos años de servicios prestados a la provincia…>> “Cristián fue una persona sensible y fuerte al mismo tiempo. Su feminismo era humanismo, porque se puso del lado de la mujer y la defendió. Deseo que ocupe el lugar que se merece en la historia. Un modelo para imitar en esta lucha en pos de la mujer digna y respetada junto al hombre, pero sometida, jamás”, concluyó Ana María. Alika, la más bonita Por Daniela Dicipio “El mundo es machista y no hay un equilibrio entre lo masculino y lo femenino. La televisión, la publicidad, la pornografía, la moda… Eso es machista, que traten a la mujer como un pedazo de carne. El rasta busca el perfecto equilibrio entre las fuerzas de la naturaleza, entre lo masculino y lo femenino. Cada uno en su vida elige lo que más le gusta sin discriminar.” Alika Explosiva cuando sus manos agarran el micrófono y, con una terrible calma, dispara palabras de alto rango connotativo. Su nombre significa “La más bonita” y es de origen africano. Ella con toda su energía es un huracán que mueve y sacude la cabeza de quien la escucha por primera vez. Uruguaya nacionalizada argentina, no revela su edad, pero nació a fines de los ‘70 dentro de un hogar de clase trabajadora. Junto a su madre de marcadas raíces guaraníes y su padre charrúa pasaron su infancia en Montevideo hasta que cumplió los seis años y se mudaron a El Jagüel, partido de Esteban Echeverría. Actualmente vive en San Martín. En 1994 fundó Actitud María Marta, una de las primeras bandas de rap de nuestro país. Con mucha influencia del Hip Hop, en 1999 comenzó su propio proyecto basado en un género y modo de vida Rastafari. Alika aclara en sus entrevistas que ser Rasta, habla de ser justo y vivir con dignidad un modo de vida que “eleva tu estilo de vida. Vas a tener más salud, vas a ser más consciente. Todos somos reyes y reinas, dioses y diosas”. Y que en el “Hip Hop al agarrar un micrófono podés decir todo lo que pensás pero con el reggae sumó el contenido espiritual: mente, corazón y espíritu”. Y así lo hace en sus canciones, ya que Alika habla y vomita en sus letras conceptos como el respeto, la dignidad, la educación y la opresión, la confianza en uno mismo, la manipulación de los medios, el rol del consumo, las brechas económicas, los problemas barriales, la religión, el machismo y la ideología. Se independizó y hoy su éxito en el exterior del país supera a la mayoría de las bandas nacionales de mayor trayectoria. Tocó en los principales festivales del género en los Estados Unidos, México, Chile y Brasil codeándose con las principales leyendas de la música de Jamaica. Grabó su último disco junto a Mad Professor y lo vende solo por iTunes. Alika es, también,la Nueva Alianza, la banda que formó y cuyo concepto gobierna su hip-hop, y su lírica combativa. La chica terremoto tiene opiniones que resuenan en las cabezas, habla de las mismas cosas que muchos músicos argentinos denunciaron en momentos críticos de nuestro país. Por momentos la crisis fue o es política, pero en clara coincidencia y reflejo en sus canciones, las encuentra en la sociedad, en el estilo de vida, en la cultura y es la decisión de cada persona poder cambiarla. Así se hacen los grandes, así se hace la música. Preguntas picantes… Aclaraciones necesarias… Conceptos de vida Algunas preguntas y respuestas en entrevistas realizadas a Alika, la princesa del soundsystem – Tu lírica está claramente impregnada de un mensaje rasta, antiimperialista, y está la paradoja de que tu línea de ropa se vende en locales que se encuentran en los Shoppings –significante por excelencia del consumismo capitalista- y en los locales Cristóbal Colon e Isabel la católica, dos reconocidos colonialistas, conquistadores y opresores, ¿Qué les decís a los que no ven compatible este vínculo? Yo no puedo andar diciéndole a la gente que cambie el nombre de su local, hay que respetar también. Yo soy una mujer que trabaja de manera independiente y eso es parte de mi proyecto, es mi trabajo, a mi nadie me regala nada y me parece que estoy en todo mi derecho de trabajar con una línea de ropa o de zapatillas o lo que sea. Y sí, es compatible con lo que digo, en ningún momento me contradigo. No entiendo cuando dicen eso de la ropa. Les diría a los que me cuestionan que se pongan a trabajar, que tengan sus propios proyectos, y que está bien ir para delante, el progreso económico de igual forma está bien. Discografía No dejes que te paren (2000) Sin intermediarios (2003) Razón, mediación y acción (2005) Educate yourself (2008) Mad professor Meets Alika (2009) Website oficial: www.alika.com.ar