La protesta social y las perspectivas de la paz negociada con FARC

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La protesta social y las perspectivas de la paz
negociada con FARC y ELN
Luis Eduardo Celis
Analista de conflicto y construcción de paz
En medio de la crisis política generada por el profundo malestar social, que no
sólo está en el campo colombiano, donde la rabia y el desespero van creciendo
ante la dura realidad de la pobreza y la falta de condiciones de desarrollo y
posibilidades plenas de participación; que en este paro agrario, que ya va para
dos semanas, se han evidenciado de manera clara y ante las dificultades para
encontrar un camino de concertación entre organizaciones sociales, políticas y
la administración del presidente Juan Manuel Santos, el tema del proceso de
paz con las FARC y la eventual mesa de diálogo con el ELN se tensionan de
manera grave.
La protesta social en campos y ciudades, mesas de diálogo, conversaciones
con las guerrillas, dialogan y se retroalimentan de manera mutua, miran lo que
sucede en la otra y saben ambas que los temas y las realidades sobre las que
trabajan son las mismas, los problemas no resueltos en la Colombia rural y las
posibilidades de protesta y participación son los temas que dieron origen al
levantamiento armado hace medio siglo y que sin resolverse hoy, siguen
estando en el centro del debate nacional.
En momentos difíciles y tensos debe salir a relucir, la tranquilidad y la visión de
largo plazo de los y las estadistas, este es el momento del cierre del conflicto
armado, asumiendo reformas en los puntos que la han originado o que la
pueden mantener como es el caso de una expansión minero energética, con
graves afectaciones sociales, ambientales y territoriales y con poco consenso
nacional.
Las negociaciones con FARC, van bien, hay dinámica de trabajo en las dos
partes y han ido encontrando caminos de concertación concreto para ver un
recuento del último año desde la firma del acuerdo general sobre el cual
trabajan de manera concreta desde noviembre, pero firmado en agosto de
2012 y del cual se cumplió un año, en esta semana, recomiendo la lectura de
este compendio, de momentos y documentación:http://www.las2orillas.co/haceano-se-firmo-la-agenda-entre-el-gobierno-las-farc/
Si las negociaciones con FARC y la eventual con el ELN, son el camino
correcto para una ampliación de la democracia, vía reformas y garantías para
la competencia política, la forma en que se resuelva la actual coyuntura del
paro agrario tendrá una repercusión clave en el curso de estas negociaciones
de paz, no se puede pretender resolver temas estructurales de un día para otro
ni cambiar modelos de desarrollo de los últimos treinta años en un santiamén,
son temas estructurales de alto calado y que van a requerir debate y
movilización como lo estamos viendo; es en esta dinámica de confrontaciones
que debemos seguir en el camino de la concertación tanto social como política
para lograr el cierre del conflicto armado y la construcción de un nuevo
consenso social que haga posible la convivencia nacional, que no ha existido y
se ha expresado de manera grave en esta violencia de medio siglo.
Ante este reto, el de mantener el diálogo y la concertación con la protesta
social y con las mesas con las guerrillas de FARC y ELN, el presidente Juan
Manuel Santos, tiene que mostrar la casta de líder y saber sortear este difícil
momento y los organizadores, los múltiples organizadores del paro agrario,
tienen el reto de lograr concertaciones de corto plazo y mantener el debate
sobre los temas estructurales, del modelo de desarrollo en el campo y todos los
temas que están en el debate nacional como son los del derecho a la
educación, a la salud, en fin toda la agenda de controversias, que tendrán su
momento en el debate presidencial que se avecina, es decir, concertación
puntual hoy y debate estructural en las presidenciales, ése es el camino que
propongo para no descarrillar los procesos con FARC y el naciente con el ELN.
Mesura y responsabilidad política de todos los actores implicados es lo que se
impone, si queremos cerrar el conflicto armado no se puede aferrar todo a la
agenda social, política y económica, pero tampoco se puede esperar que las
conversaciones con las FARC y ELN avancen si no hay garantías para la
protesta social – una de las raíces de medio siglo de levantamiento armado- en
este difícil equilibrio entre racionalidad de mínimos, garantías de participación y
protesta y logros concretos que alivien el sufrimiento del campesinado
colombiano, se dirime esta crisis.
Y frente al vandalismo, del que se discute, luego de la jornada del jueves 29
que desafortunadamente se tomó parte de la protesta social, pacífica y alegre,
hay que actuar, el vandalismo, distorsiona y va contra el legítimo derecho de
protesta y movilización social, en esto, hay que lograr un amplio acuerdo social
y político que rechace estas formas de acción que ahuyentan a la ciudadanía.
Las mesas de diálogo y negociaciones con FARC y ELN, son claves para
lograr un nuevo pacto social que está germinando en ciudades y campos, y que
no se puede malograr, es un propósito de mayorías nacionales y en esto no
podemos dejarnos descarrilar por las minorías que se sienten cómodas en esta
violencia.
Edición N° 00366 – Semana del 30 de Agosto al 5 de Setiembre de 2013
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