CRÍMENES DE ODIO IRLANDA: Irlanda no recoge sistemáticamente la tipificación de los crímenes de odio (Ley de Justicia Penal -2006- y Ley de Procedimiento Criminal -1967-). Sí prohíbe expresamente la incitación al odio. La Ley de 1989 tipifica como delito “la incitación al odio contra cualquier grupo de personas por razón de su raza, color, nacionalidad, religión, origen étnico o nacional o la pertenencia a la comunidad nómada o grupo minoritario de indígenas”. Se prohíbe el uso de palabras, el comportamiento o la publicación o distribución de material que sea amenazante, abusivo o insultante y destinado al fomentar el odio. Según la Ley, son punibles los hechos siguientes con el objetivo de fomentar el odio: “publicar o distribuir material escrito, el uso de palabras o comportamiento o exhibir material escrito, distribuir, mostrar o reproducir una grabación de las imágenes visuales o sonidos; un elemento de difusión, la preparación o la posesión de escritos o grabaciones de imágenes visuales o sonidos”. En algunas legislaciones se establece explícitamente que el delito de incitación al odio puede ser intencional o cometerse también por negligencia. En el Derecho interno de Irlanda se exige expresamente la intencionalidad. Se prevé una pena de prisión de dos años. Ahora bien, la represión de la incitación al odio no tiene la misma intensidad según lleve o no aparejada la comisión de delitos conexos como el delito de blasfemia. Legislación conexa: Por su parte, el art. 8 de la Constitución de Irlanda de 1922 reconoce a todos los ciudadanos la libertad de conciencia y a la libre profesión y práctica de la religión, con sujeción al orden público y a la moral, sin que ninguna Ley pueda prohibir o limitar el libre ejercicio del mismo, o dotar de ninguna preferencia ni imponer discapacidad alguna a causa de la creencia o condición religiosa ni hacer ningún tipo de discriminación en cuanto a las ayudas estatales entre las escuelas bajo la dirección de las diferentes confesiones religiosas. El artículo 9 de la Constitución reconoce el derecho a la libertad de expresión así como el derecho a reunirse pacíficamente y sin armas y a formar asociaciones o sindicatos siempre que sus fines no sean contrarios a la moral pública. Las leyes que regulan la forma en que el derecho de formar asociaciones y el derecho de reunión puede ejercerse no harán distinción política, religiosa o de clase. La Ley de Justicia Criminal de 2008, en su anexo 5 (asistencia judicial) incorpora el texto de la Decisión Marco del Consejo de la Unión Europea sobre el reconocimiento mutuo de las resoluciones de embargo preventivo en el marco un procedimiento penal. El propósito de la Decisión marco es establecer las reglas bajo las cuales un Estado miembro deberá reconocer y ejecutar en su territorio una resolución de embargo preventivo dictada por una autoridad judicial de otro Estado miembro en el marco de un procedimiento penal. En su considerando 6 establece que nada de lo dispuesto en la presente Decisión marco podrá interpretarse como una prohibición de la negativa a trabar los bienes sobre los que ha sido dictada una orden de embargo preventivo cuando haya razones para creer, sobre la base de elementos objetivos, que la resolución de embargo se emite con el propósito de perseguir o castigar a una persona por razón de su sexo, raza, religión, origen étnico, nacionalidad, idioma, opiniones políticas orientación sexual, o que la situación de dicha persona pueda quedar perjudicada por cualquiera de esta razones. En la lista de delitos comprendidos en la decisión marco se refiere al racismo y la xenofobia. Ley de Seguridad Marítima de 2004, recoge el Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la navegación marítima, hecho en Roma el 10 de marzo 1988 que se funda, entre otros aspectos, en la necesidad de contribuir a la progresiva eliminación de las causas subyacentes del terrorismo internacional y a que presten especial atención a todas las situaciones, incluyendo el colonialismo, el racismo y situaciones de comunicación y violaciones flagrantes de los derechos humanos y las libertades fundamentales que pueden dar origen al terrorismo internacional y puede poner en peligro la paz internacional y la seguridad. También deben tenerse en cuenta las previsiones sobre prohibición de discriminación sexual, racial y religiosa contenidas en la sección 15 de la Ley de Igualdad de Estatus de 2000, con el fin de evitar la discriminación en el acceso a la vivienda y a otros bienes o servicios. BÉLGICA: En cuanto a los motivos de odio, además del origen nacional, la raza o la religión, se contempla “la orientación sexual, el estado civil, el nacimiento, los medios económicos, la edad, las convicciones religiosas o filosóficas, el estado de salud actual o futuro, la discapacidad o cualquier otra característica física” (Ley de 25 de febrero de 2003 "destinada a combatir la discriminación y la modificación de la Ley de 15 de febrero de 1993, que establece el Centro de Igualdad de Oportunidades y la Lucha contra el Racismo”). Tras la modificación de 2009, se recoge “la edad, la orientación sexual, el estado civil, el nacimiento, los medios económicos, las convicciones religiosas o filosóficas, las convicciones políticas, las convicciones sindicales, el idioma, el estado de salud actual o futuro, la discapacidad, las características físicas o genéticas o el origen social”. El odio, el desprecio o la hostilidad basada en los motivos expuestos se configura como una circunstancia agravante en relación con un determinado número de delitos. Estos delitos son “el asalto sexual y violación, el asesinato y el asalto, la no asistencia a persona en peligro, la violación de la libertad personal y de la inviolabilidad de la propiedad privada cometidos por particulares, el acoso, los insultos al honor o la reputación de una persona, los incendios y la destrucción de bienes muebles”. Según la Ley contra el racismo, el odio o la violencia deben ser llevados a cabo en las circunstancias descritas en el art. 444 del Código Penal. Este requisito implica que la discriminación debe tener lugar: “en los lugares públicos, en los lugares que sean accesibles a un número limitado de personas, en cualquier lugar si hay testigos presentes, mediante la distribución de textos, ya sea por venta o exhibición pública o mediante el envío o la proclamación de textos a varios individuos”. En Bélgica se castiga el simple apoyo individual a un grupo cuyo objetivo sea la incitación al odio. Para el delito de incitación al odio se prevé una pena de un año de prisión. Como medida complementaria, se contempla la recogida y publicación de datos estadísticos sobre racismo y crímenes discriminatorios (20 de febrero de 2003).