SENTENCIA NÚM .188/2004 En la ciudad de Huelva, a veintiocho de diciembre de dos mil cuatro. Esta Audiencia Provincial, compuesta por los Magistrados anotados al margen y bajo la ponencia del Iltmo. Sr. D. Luis G. García Valdecasas y García Valdecasas, ha visto en grado de apelación el Juicio Verbal nº469/03 procedente del Juzgado de 1ª Instancia nº1 de La Palma del Condado, en virtud del recurso interpuesto por Leticia. ANTECEDENTES DE HECHO Primero.- Aceptamos los correspondientes de la sentencia apelada. Segundo.- Por el Juzgado de Primera Instancia nº1 de La Palma del Condado, y en los autos ya referidos, se dictó en fecha 18 de mayo de 2.004 Sentencia cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: ,FALLO: Que ESTIMANDO PARCIALMENTE la demanda presentada por la Procuradora Dª Remedios García Aparicio, en representación de Dª Leticia , DEBO HACER los pronunciamientos siguientes: a) DECLARO la nulidad de la donación efectuada por D. Juan Alberto a D. Aurelio y Dª. Lorenza del animal objeto del presente juicio. b) Y DECLARO no haber lugar a la acción reivindicatoria ejercitada contra D. Aurelio y Dª. Lorenza. Todo ello sin hacer expresa imposición de costas procesales." Tercero.- Notificada la sentencia a las partes, la representación de Leticia interpuso recurso de apelación contra la misma, dictándose por el citado juzgado Providencia de fecha 28 de mayo de 2.004 por la que se tenía por preparado el recurso, y dado traslado a las demás partes, fueron remitidos los autos a esta Audiencia para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO Primero.- Por la actora se formuló demanda de juicio verbal civil sobre reivindicación de la propiedad y restitución de animal doméstico, respecto de un perro, solicitando se condenara a los demandados a restituirle el mismo y se declarara nula la transmisión realizada por Juan Alberto a los señores Aurelio Lorenza. Frente a la sentencia de instancia interpone recurso la parte actora solicitando su revocación y se dicte nueva sentencia por la que se estime íntegramente la demanda y se declare reivindicable el perro por haber sido privado del mismo ilegalmente, y se condene a los señores Lorenza Aurelio a restituirlo a su propietaria. Manifiesta en primer lugar la apelante que no concurre en los adquirentes la buena fe exigida por el artículo 464 del Código Civil en su párrafo primero. Sobre la buena fe de los adquirentes, la irreivindicabilidad de la cosa mueble consagrada en el artículo 464 del Código Civilestá condicionada al requisito de que concurra buena fe en el adquirente. La parte actora sostiene que dicha condición no se 1 da en el caso de autos porque sabían que el perro no era del señor Juan Alberto sino de la actora. La Sala no comparte lo expuesto en el recurso, no olvidemos que con arreglo a lo dispuesto en el artículo 434 del Código Civil, "la buena fe se presume siempre y al que afirma la mala fe de un poseedor corresponde la prueba", y en este supuesto es difícil sostener que había mala fe en la actuación de los señores Lorenza Aurelio , máxime cuando el señor Juan Alberto -ante la petición de quedarse con el perro que le hicieron- tras indicarles que al no ser el propietario tenía que consultarlo, posteriormente les entrega el perro -y si bien lo hizo sin consultarlo con la señora Leticia )- debe concluirse como muy acertadamente expone el Juez a quo que los señores Aurelio Lorenza creyeron ,de buena fe adquirir la propiedad del animal de quien tenía autorización de su legitimo propietario". Segundo.- En segundo lugar se alega errónea interpretación del artículo 464 del Código Civil. Como acertadamente señala el juez de primera instancia, hoy prima en el Tribunal Supremo la interpretación germanista del artículo 464 del Código Civilcon arreglo a la cual la posesión de las cosas muebles adquirida de buena fe equivale a título de dominio de las mismas, que las hace irreivindicables, salvo que se dé alguno de los dos supuestos que menciona el inciso segundo del mismo párrafo primero del citado artículo, pérdida o privación ilegal, (así lo manifiestan explícitamente lassentencias del Alto Tribunal de 25 de febrero de 1992 y de 15 de febrero de 1990, si bien ambas reconocen que aunque no en una línea pacífica y uniforme). En derecho germánico se distinguía entre cosas muebles según se hubiera perdido la posesión voluntaria o involuntariamente. En cuanto a estas últimas podía exigir de cualquier tercero su restitución. Pero en cuanto a las primeras, en las que el propietario las había dado voluntariamente a otro en comodato, arrendamiento, depósito o prenda, sólo tenía acción personal contra él, pero no podía reivindicarla frente a un tercero, es decir, podía exigir su devolución del cesionario, pero no del tercero. Lo que se expresaba en dos principios: ,allí donde hayas puesto la confianza, allí has de buscarla" y ,que la mano guarde la mano". El primer inciso del párrafo primero del artículo 464 del Código Civil"La posesión de los bienes muebles, adquirida de buena fe, equivale al título" consagra una regla general: El adquirente posesorio de buena fe goza de un título que hace irreivindicable la cosa poseída, es decir que se le dota de un título por cuya virtud nadie le puede privar de la cosa alegando que quien se la transmitió no era dueño (para unos, es un auténtico título de dominio con el que el adquirente de la posesión adquiere la propiedad, y, para otros, es un título constitutivo de la prueba del derecho en base al cual el adquirente de la posesión queda exonerado de la necesidad de probar que es propietario); Y el segundo inciso "Sin embargo, el que hubiese perdido una cosa mueble o hubiese sido privado de ella ilegalmente, podrá reivindicarla de quien la posea" una excepción a esa regla general: el verdadero dueño puede reivindicarla frente al adquirente posesorio de buena fe si la hubiese perdido o hubiese sido privado de ella ilegalmente. Aludiendo la "perdida" a extravío de la cosa y en la expresión "privación ilegal" la doctrina se muestra partidaria de un concepto restrictivo de privación ilegal de la posesión, haciéndola equivalente a la sustracción, por lo que solo tendrá cabida la sustracción delictiva (así, robo, hurto, apropiación indebida, estafa), quedando fuera aquellos supuestos en los que el dueño se hubiera desposeído voluntariamente de la cosa en favor de otro (arrendatario, depositario, datario) que luego transmite la cosa a un tercero de buena fe. Se basa en la idea de que quien se desposee voluntariamente de una cosa, confiado en la lealtad del que la recibe, no puede ya reivindicar la cosa si 2 éste último, traicionando esa confianza en él depositada, la enajena a un tercero de buena fe. En el caso de autos, ninguna duda existe de que la actora dejó voluntariamente el perro a Juan Alberto, por lo que no estaríamos ante un supuesto de "privación ilegal" equivalente a "sustracción" que es aquel en el que el artículo 464 del Código Civil admite la reivindicación de la cosa mueble. En consecuencia, deberá concluirse que no puede prosperar la acción reivindicatoria por no haberse producido un supuesto de privación ilegal del bien, y concurrir buena fe en el adquirente, requisito indispensable para la irreivindicabilidad de los bienes muebles. Tercero.- A pesar de rechazarse las pretensiones de la recurrente no se le imponen las costas ocasionadas en esta instancia, al apreciarse, al igual que se hace en la sentencia de instancia, dudas de derecho, y concurrir dos intereses legítimos e igualmente dignos de protección como son el de la demandante y el de los demandados, proveniendo la prevalencia del de los demandados de la imposible protección de ambos que obliga a tener que optar por uno en detrimento del otro. Vistos los preceptos legales citados, concordantes y demás de general, pertinente y obligada aplicación FALLO Desestimamos el recurso de apelación interpuesto por la representación de Leticia contra la sentencia dictada en los autos a que se contrae el rollo de Sala y su primer grado por el Sr. Juez de Primera Instancia nº1 de La Palma del Condado en fecha 18 de mayo de 2004, y confirmamos la indicada resolución, sin hacer especial imposición de las costas procesales de esta alzada. A su tiempo, devuélvanse los autos originales al Juzgado de su procedencia, con certificación de la presente y despacho para su cumplimiento y debidos efectos. Así por esta nuestra sentencia, de la que se llevará testimonio al rollo de Sala, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACIÓN.- Leída y publicada ha sido la anterior sentencia por el Iltmo. Sr. Ponente que la suscribe en el día de la fecha, estando el Tribunal celebrando Audiencia Pública. Doy fe. 3