8 de Setiembre ATRÁS VENÍA EL METIDO Lectura: Juan 21:15-22 "Volviéndose Pedro, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba." iempre hay un metido. En todos los grupos sociales hay alguien que se caracteriza por pretender involucrarse donde no lo llamaron, por querer saber todo; un metido, o entrometido. Cuando leo el pasaje de hoy me da la sensación que Juan es uno de estos. Luego del desayuno que Jesús comparte con siete de Sus discípulos a orillas del mar de Galilea, el Señor mantiene con Pedro un diálogo breve y peculiar, del que el apóstol no sale muy bien parado. Entonces el Señor le invita a caminar. Parece que Jesús y Pedro deben hablar en privado; los demás lo entienden así, y permanecen donde estaban. Salvo uno; Juan quiere oír, quiere saber. Y Pedro, a quien recién Jesús había revelado cómo sería Su fin, pregunta por el de Juan. ¿Por preocupación? ¿O por curiosidad, para saber qué había preparado Dios para su condiscípulo? La respuesta de Jesús es clave en esta lectura bíblica. En pocas palabras, Él afirma que cualquiera sea el plan que tenga para Juan, a Pedro no le importa, pues él debe ocuparse en hacer Su voluntad. ¿Qué a ti? Es decir, ¿qué te importa?, nos confronta con una pregunta. ¿No deben importarnos nuestros hermanos? Por supuesto que sí; deben preocuparnos aquellos a quienes amamos, por mandato del Señor. ¿Qué debe importarnos de nuestros hermanos? Su bienestar y salud, su prosperidad y felicidad, su bendición y vida espiritual. Pero el trato personal de Dios con cada uno de ellos, es un asunto personal de cada uno de ellos. S Álvaro Pandiani, Uruguay Amar y ser entrometido son cosas diferentes