Tácticas para negociaciones Distributivas El manual Harvard Business Press. Serie Pocket Mentor, propone una serie de tácticas aplicables, teniendo en cuenta los tipos de negociaciones: En la mayoría de las negociaciones distributivas, la ganancia de una parte representa una pérdida para la otra. Se pueden emplear varias técnicas para lograr ganancias y evitar pérdidas. No divulgue información significativa acerca de sus circunstancias. Es mejor no divulgar por qué quiere hacer un trato, sus verdaderos intereses o limitaciones de negocios, sus preferencias entre asuntos u opciones o el punto en que usted se retiraría. Es ventajoso dejar que la contraparte sepa que usted cuenta con alternativas si fracasa la negociación. Aprenda todo lo que puede acerca de la contraparte. Investigue por qué desea hacer un trato, sus verdaderos intereses y restricciones de negocios y sus preferencias entre asuntos u opciones. Establezca un ancla. Muchas veces la oferta inicial fija el rango del tira y afloja. Los estudios ponen de manifiesto que a menudo los resultados de la negociación se correlacionan con la primera oferta; por lo tanto, comience en el punto apropiado. Es mejor establecer un ancla cuando se tiene una fuerte idea del precio de reserva de la contraparte; su propuesta debe ubicarse en esa cifra o levemente por encima de ella. No sea demasiado agresivo ni codicioso; de lo contrario, es posible que la contraparte se retire. Siempre esté preparado para explicar por qué su oferta es justificable. Nota: si más tarde descubre que su punto de anclaje está fuera del rango del otro negociador, tendrá que echar pie atrás con elegancia. En este caso, cerciórese de no dar señas de que la oferta inicial es definitiva. Asimismo, tenga a mano un razonamiento diferente para sustentar su cambio a una oferta menos agresiva. Aleje la discusión de las anclas inaceptables. Si el otro negociador hace la primera oferta, usted debe reconocer y resistirse a la potencialidad de ésta como ancla psicológica. No permita que ella determine el rango de regateo a menos que considere que es un punto de partida razonable, si piensa que el ancla propuesta sugiere un rango de regateo desfavorable o inaceptable, aleje la conversación de los números y propuestas. En lugar de eso, concéntrese en los intereses e inquietudes. Haga preguntas que se centren en los intereses y las motivaciones que subyacen la posición de la otra parte. Dichas preguntas podrían dejar traslucir nueva información que lo ayude a reorientar su propuesta. Después de cierto tiempo, ponga su propia cifra o propuestas sobre la mesa, sustentada en razonamientos sólidos. En la medida de lo posible, evite comparar las dos ofertas en la forma directa. Si la oferta inicial del oponente no era seria y usted no la toma en cuenta, posiblemente él haga lo mismo. Si era seria y si el otro negociador alude a ella otra vez, debe pedirle con todo respeto que explique por qué dicha oferta es razonable. Haga jugadas cautelosas que impliquen concesiones. En una negociación tradicional sobre números, que va y viene, un movimiento atrevido indica gran flexibilidad adicional en cambio, un movimiento muy pequeño indica que el negociador está acercándose a su precio de reserva. En este punto, las personas tienden a avanzar en incrementos cada vez menores, y la contraparte con frecuencia espera un patrón conductual de ese tipo. Aunque no es necesario que usted siga estas convenciones, sí es necesario comprenderlas; posiblemente sus ofertas y contraofertas se interpretan bajo esta luz. Por lo tanto, si hace un movimiento audaz pero no está dispuesto a ir mucho más lejos, debería dejarlo en claro. Éste también preparado para explicar la razón por la que ésta dispuesto a hacer esta importante concesión y espere que su explicación sea puesta a prueba por la contraparte. Use el tiempo como herramienta de negociación. Fije una fecha límite para cualquier propuesta de compra. De lo contrario, tal vez el vendedor lo haga esperar a la espera de otra oferta mejor. Ofrezca varias propuestas y considere paquetes de opciones. Ofrezca al menos dos propuestas y, cuando sea posible, paquetes de opciones. Por ejemplo, podría ofrecer US$18.000 por un paquete que incluya velero y remolque o US$6.000 por el velero solo. Al plantear opciones, la otra parte no se sentirá atrapada en un ultimátum. Posiblemente esta última compare las propuestas entre sí en lugar de hacerlo en relación con las metas originales y eso puede ser ventajoso para usted. Aproveche, pero no se deje atrapar por el poder de lo que es justo y legítimo. A nadie le gusta que se aprovechen de él. Muchas veces las conversaciones fracasan cuando una de las partes está convencida de ser justa y de que la otra no lo es. Lo que a usted le parece justo depende de gran medida de su punto de vista. Si la otra parte mantiene una posición que usted considera injusta, pregúntele: “¿Qué le hace pensar que suposición es justa?”. Luego, después de manifestar que comprende el punto de vista de la otra parte, explique por qué esa posición le parece injusta. Recurra a criterios externos y a indicadores de sentido común que legitimen su postura. Por ejemplo, “El precio solicitado de $20.000 por metro cuadrado por un local minorista en la planta baja, ubicado en el sector comercial del centro de la ciudad, parece excesivo. Sé, por ejemplo que tres locales similares a dos cuadras de su propiedad se alquilaron hace poco en menos de $17.000 por metro cuadrado”. Dé señas de su interés en cerrar el trato. Haga saber a la contraparte cuándo usted esté cerca de un trato aceptable para que no espere muchas más concesiones.