Estamos muy contentos

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Peticiones de Oración:
1.
Siervos de Dios dispuesto a servir al
Señor: estudiantes del Southern Baptist
Theogical Seminary. (859) 351-1365.
* Omar Loza, de Perú
* Lucas Almeyda, de Brasil
* Roberto Carrera, de Panamá
* Y hay otros estudiantes también….
2. Que se levanten más Misioneros y
también pastores. Para cubrir las
necesidades de diferentes ciudades
dentro de los Estados Unidos.
3. https://www.namb.net/cities/
Una Información detallada sobre las
32 ciudades de los Estados Unidos,
que se necesitan Misioneros para
plantar Iglesias.
Por favor mándenos información: Conferencias,
Conciertos, Bosquejos de sermones, Bautismos,
Aniversarios, etc... Y peticiones de oración al:
V-Presidente de la Confraternidad
Pastor Francisco V. Llerena
1.
www.cbkentucky.org
Nuestra página de Kentucky.
2. Si Ud. es Pastor o Misionero de una
Iglesia Bautista. Ud. está invitado a
nuestra Cena Anual de Diciembre. Le
esperamos a Ud. y a su Familia, por favor
confirmar su participación.
Confraternidad De
Misioneros/Pastores de KY
“Unidos para conquistar el Mundo”
Presidente de la Confraternidad
Pastor Jaime Masso
(270) 804-0200
Jaime.masso@hotmail.com
V-Presidente de la Confraternidad
Pastor Francisco V. Llerena
(502) 686-0952
tuamigollerena@hotmail.com
December/Diciembre 2013
“Conciencia
Ministerial”
No hay error alguno en el uso del
adjetivo
que
sigue
al
substantivo
“conciencia”. Quienes de alguna forma
servimos al pueblo en obediencia a la
vocación y al mandamiento recibido de Dios,
somos
ministros.
Ministros
por
administración
de
Dios,
para
que
anunciemos cumplidamente Su Palabra
(Colosenses 1:25). Ministros por el don de
la gracia de Dios, otorgado según la
operación de su poder (Efesios 3:7).
“Ministros competentes de un nuevo pacto,
no de la letra, sino del espíritu; porque la
letra mata, más el espíritu vivifica” (2
Corintios 3:6). Ministros de Jesucristo a
los gentiles del mundo, ministrándoles el
Evangelio de Dios, como una ofrenda
agradable, para que lleguen a alcanzar la
santificación por
el
Espíritu
Santo
(Romanos 15:16).
Siendo ministros de Jesucristo se
impone una toma de conciencia a todos los
niveles. El Evangelio no nos mide por
nuestra profesión, sino por nuestra
integridad vocacional. Por eso el uso de
nuestros dones según el destino marcado.
Judas era ministro de Jesús, pero
fracasó; Demás era ministro, pero abandonó;
Tomás era ministro, pero dudó; Pedro era
ministro, pero negó; Moisés era ministro,
pero desconocía el poder milagroso de la vara
que tenia en su mano. La lista se haría muy
larga. Nuestro mejor ejemplo es Pablo. Pablo
se consideraba ministro de Cristo y vivió su
vocación hasta las últimas consecuencias,
enfrentándose a todos los obstáculos que se
le opusieron. Todo ministro de Cristo tiene
un trabajo que llevar a cabo, unas
obligaciones que cumplir, una influencia que
ejercer en la sociedad.
Las tentaciones para apartarle del
ministerio son, en esta época desequilibrada
y predominante materialista, más fuertes que
en tiempos pasados. Los enemigos de vuestra
vocación están en todas partes: En los
devanes políticos, en las dudas intelectuales,
en las exigencias económicas, en la propia
familia, dentro de la iglesia, en el interior de
uno mismo, en el cansancio, en el
interrogante de si merece o no la pena tanta
lucha, en el escaso fruto del mucho trabajo,
en las traiciones y deserciones de los más
queridos….
Ejercemos nuestro ministerio en
medio de un círculo de personas y
circunstancias que nos son totalmente
contrarias. Pero a las llamadas tentadores de
los enemigos hemos de responder con la
firmeza y convicción de Nehemías: “Yo hago
una grande obra, y no puedo ir; porque
cesaría la obra, dejándola yo para ir a
vosotros” (Nehemías 6:3).
Sin este sentido de la responsabilidad
ministerial es imposible lograr una mente
estable y equilibrada. Nehemías responde así
a los enemigos del pueblo de Dios, que eran a
la vez propios. Pablo se enfada contra los
enemigos que tenía dentro del mismo
pueblo, con aquellos que se suponían puestos
para ayudarle. Les grita: “De aquí en
adelante nadie me cause molestias; porque
yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor
Jesús” (Gálatas 6:17).
El Evangelio nos pide que amemos a
los enemigos, pero no que les permitamos
sembrar la duda en nuestras almas; el
Evangelio nos pide que soportemos a los
hermanos débiles, pero no que les dejemos
usar su pretendida debilidad como arma para
sembrar el desconcierto en la congregación;
el Evangelio nos pide que hagamos caso
omiso de las criticas, pero no que
aguantemos sin reaccionar las calumnias de
los maliciosos; el Evangelio nos pide que
seamos humildes con los hermanos de
carácter fuerte, a fin de ganarles para la
verdad, pero también nos dice que no
echemos las perlas de nuestro ministerio a
los puercos que merodean en las iglesias con
la única intención de mancharlo todo; el
Evangelio nos manda que ayudemos a
nuestros compañeros del ministerio, pero no
nos exige que permanezcamos inmóviles
cuando los envidiosos, los frustrados vierten
su amargura contra los que son usados en
más amplia capacidad que ellos.
La conciencia educa. Nuestro sentido
de la conciencia ministerial debe ser el
primer pensamiento que ocupe nuestra
mente al levantarnos y al acostarnos.
Titulo: “Conciencia Ministerial”
Autor: Juan A. Monroy
Editorial: “La Voz Eterna”
Fuente: Año XVII, Febrero, 1979, Numero 2
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