La relacion de una pareja homosexual masculina desde su mundo social: una historia de vida. FUENTE: PSICOLOGIA.COM. 2003; 7(1) Juan Oswaldo Gómez González. Universidad Católica de Colombia. E-mail: jogg@tutopia.com PALABRAS CLAVE: Homosexualidad, Pareja, Gay, Identidad, Relación, Género, Rol. KEYWORDS: Homosexuality, Couple, Gay, Identity, Relation, Gender, Roll. [artículo especial] [7/5/2003] Resumen Se realizó una Historia de Vida de una pareja homosexual masculina y se describió el cambio en la concepción de la relación de pareja con personas del mismo sexo, orientado por la siguiente pregunta: ¿Cuál es el significado del mundo de la vida de una pareja homosexual y cómo se construye de acuerdo con su contexto social a través de su propia historia?. Se utilizó un procedimiento guiado por los planteamientos de la investigación cualitativa en el campo social y se realizó análisis de contenidos a la información recolectada. Los resultados muestran una semejanza con las características internas de la dinámica de las parejas heterosexuales y se devela en su interior la carencia de modelos de comportamiento homosexual que lleva a establecer roles de género difusos, conflictos en el ejercicio del poder, reglas poco claras y caóticas en las que prima el interés personal sobre el bienestar de la pareja. Se percibe, así mismo, una vida sexual inestable e inadecuada con respecto a las normas sociales y de vida en pareja que genera discriminación y severos juicios sociales. Desde la perspectiva psicológica, estas características comportamentales adquiridas a través de la misma historia de aprendizaje de cada uno de ellos, facilita el desequilibrio emocional y al interior de la relación. Abstract A Life History’s homosexual couple are presented and describe the change of the conception to homosexual relationship. The question are: ¿which is the main of world life homosexual couple and how is building according to him social context across to himself history? To use a qualitative research in social psychology, and to accomplish content analysis. The result indicate a similarities with inside characteristics of the heterosexual couples and in his inside has lacks of behavior homosexual models, which to make a establish confused gender roles, conflicts of the power uses, not much clear and chaotic rules that prefer a personal interest over well-being’s couple. To observe, a unstable and inadequate sexual life with regard to social standard and couple life which to generate discriminate and severe social judgment. From psychology perspective, this behavioral characteristics acquired across the same learning history’s, supply the emotional and relationship imbalance. Introducción Para enmarcarse en el contexto en el cual se realizó la investigación se debe entender la homosexualidad no solo desde un punto de vista biológico y psicológico, sino como una construcción desde y para lo social, haciéndo enfásis en qué es en sí misma y cómo es la vida del individuo homosexual, su percepción y su propia forma de interpretar la realidad individual y social. Se toman en cuenta las diferentes percepciones que tiene la sociedad acerca de la vida de las personas homosexuales, bien sean hombres o mujeres, y se tiene presente que en la actualidad lo que antes era considerado un tabú, un fenómeno o simplemente una conducta desviada, ha tomado gran importancia y relevancia no sólo en el plano social sino en todas las áreas del saber humano. En este orden de ideas, se considera de gran importancia mencionar las diferentes interpretaciones que se han hecho en torno a la conducta homosexual, desde la filosofía y los antiguos Griegos hasta nuestros días. Para realizar un análisis secuencial del fenómeno homosexual, en primer lugar se retoman algunas teorías metafísicas que buscan explicarlo, además de algunos conceptos acerca de su naturaleza y finalidad. Se hace imprescindible hacer referencia a los hallazgos biológicos en torno a la homosexualidad, para tal efecto, se retoman estudios que se realizaron décadas atrás, para poder estructurar una idea global de las diferentes explicaciones con respecto a la naturaleza de la conducta homosexual, desde el punto de vista neurobiológico. Es así, como Masters y Johnson (1979), concluyen que lo máximo que se puede decir a este respecto es que en algunos casos la predisposición hormonal puede interactuar con factores sociales para promover una orientación homosexual. En este mismo sentido, Dörner (1998) llegó a la conclusión que la homosexualidad puede deberse a una deficiencia de andrógenos en los machos y exceso de andrógenos en las hembras durante el periodo de organización sexual del cerebro, también ésta se puede producir por la deficiencia de la enzima 21’ hidroxilasa en el feto, dado que esta enzima inhibe la producción de andrógenos dando lugar a una “feminización” del cerebro y que se puede manifestar en un comportamiento femenino, en el caso contrario, lo que ocurre es una producción excesiva de andrógeno lo cual puede predisponer a la homosexualidad femenina. Es importante mencionar que en la mesa redonda de París (1979), cuyo tema central fue “Le regard des autres”, desde el punto de vista de la biología, habló la señora Thibault quien como bióloga afirma que ésta rama del saber no tiene nada que decir sobre esta conducta, ya que la homosexualidad es un comportamiento como cualquier otro, solamente es un problema con respecto a un modelo heterosexual dominante, que la excluye; desde el punto de vista de la ley penal el jurista Brongersma mencionó que la ley penal, según la concepción moderna, debe limitarse a reprimir los actos que evidentemente son nocivos para el ciudadano individual o para la sociedad como tal en general, y como los actos homosexuales no son nocivos, es necesario constatar que la ley penal no ha de intervenir en la homosexualidad. La compleja vida sexual de los seres humanos, permite llegar a pensar que se requiere una visión amplia respecto a las posibles variaciones y matices que la integran. La Psicóloga Thomas (1998), menciona que: “La única naturaleza de los seres humanos es la cultura, por ello no existe una ley natural para el amor o para la sexualidad; ni la masculinidad, ni la feminidad, ni el amor, ni el erotismo son naturales; todos estos conceptos son constructos culturales e históricos... la ley natural del instinto y de la cópula se volvió insuficiente para explicar la complejidad de lo humano, en particular en materia de sexualidad, de deseo, de erotismo, de placeres y de prácticas de sí, conceptos que pertenecen definitivamente a la cultura” (p. 14-19). En este mismo sentido Ardila (1998), afirma que la naturaleza de la orientación sexual se construye dentro de una sociedad particular, la homosexualidad debe verse como un rol social. Así pues, plantea varías teorías, desde la Psicoanalítica, la cual hace referencia a un padre pasivo y distante, y una madre posesiva y competitiva; de otro lado la teoría del aprendizaje la cual propone que el ser humano aprende este comportamiento a través del refuerzo o la gratificación que recibe por la conducta homosexual, conducta que, según se expone, es adquirida o aprendida durante la adolescencia, en la mayoría de los casos. Otra teoría es la genética, que describe cómo los factores genéticos, hormonales y neuroanatómicos difieren en las personas homosexuales y heterosexuales, los cuales marcarían esta diferencia. Del mismo modo, en cuanto a sus orígenes, cada vez es más claro que la homosexualidad, según datos de varias investigaciones (Isay, 1989), es el resultado de la actuación conjunta de factores biológicos, psicológicos y sociales; para este teórico, los esfuerzos para cambiar el comportamiento homosexual a heterosexual hacen daño a la autoestima del hombre “gay”, y los esfuerzos para cambiar la sexualidad fundamental parece que son inútiles. A su vez Ardila (1998), resalta la importancia del aprendizaje social en la adquisición de las actitudes, valores y pautas de comportamiento en el ser humano, se plantea que la mayor parte de la conducta humana es aprendida del medio que rodea a la persona, aprendizaje que no necesariamente implica enseñanza, durante el cual se encuentran periodos de gran sensibilidad y permeabilidad, como lo es la primera infancia, para llevar a cabo tal aprendizaje con mayor facilidad. Empero, el mismo Ardila plantea que no hay que olvidar que la persona “gay” aprende de su entorno las actitudes hacia la homosexualidad cuya influencia viene marcada por el entorno social y por su familia, actitudes que por cierto son negativas y pueden crear determinados conflictos en el individuo. En complemento a lo planteado anteriormente y como que teoría guío esta investigación, García (1995) plantea que desde que una persona descubre que es homosexual hasta que lo acepta, pasa por cinco fases hasta llegar a vivir su homosexualidad de forma positiva. La primera fase es la “sensibilización” donde se descubre que se siente algo que no corresponde a lo esperado. En la segunda etapa, “la toma de conciencia de deseos hacia el mismo sexo”, se asume la homosexualidad pero no hay una identificación con esta orientación. En la etapa de “reconocimiento y autodefinición como homosexual”, se mantiene una doble vida pero se enfatiza la necesidad de estar en contacto con otras personas homosexuales. Ya en la Cuarta etapa de “aceptación de la propia homosexualidad’, la persona se siente orgullosa de ser homosexual y considera que ésta es la característica más positiva de sí mismo. Por último se encuentra la etapa de la “integración de la homosexualidad como parte de la identidad personal y social”, en donde se pone a la homosexualidad en un plano de igualdad con la heterosexualidad, ahora se le da el significado sexual y no se percibe como una característica de sí mismo. Dado el interés de esta investigación, se resaltó la importancia de la construcción de identidad de género, de rol, sexual e individual, entre otros constructos culturales. Es así como en este sentido Quintana (1993), citado por Lozano y Gómez (2000), señala que la familia es el escenario de socialización por excelencia el cual con su accionar construye distintas modalidades de ‘arquitectura individual y social’ que resultan efectivas para el desarrollo personal, social y cultural o que pueden ser creadoras de problemas que van de lo personal a lo interactivo. Partiendo de este punto, los autores citan a Sinergia (1998) y Martín-Baró (1983/1997), quienes definen la identidad de género como un proceso que se da a través de los patrones de crianza visibles en los juegos diferenciados, los discursos, el desempeño de roles, en las actitudes de los adultos frente a las respuestas emocionales de los niños y en los mismos comportamientos exigidos para varones y para mujeres. Por ello García y Gómez (2001), mencionan que los estudios de masculinidad plantean transformaciones profundas en el orden micro y mesosocial (personal, familiar, relacional entre pares, laboral, entre otros) tanto como en el macrosocial (orden económico, estructuras jurídicas, entre otras), pues basta con hacer exploraciones más o menos simples y sencillas en las poblaciones para comprobar cómo lo más arcaico de los imaginarios , anhelos y temores del ser humano continúan avalando la virilidad, la dominación, el control y el ejercicio de poder como una expresión legítima e ideal de ser hombre, en tanto que aspectos como la homosexualidad, lo femenino, la lúdica, la diversidad de identidades, la pasividad, la emocionalidad, etc., siguen siendo obstáculos en la lucha por la equidad entre “hombres y mujeres y varones”, de no-exclusión y respeto por las diferencias y por la diversidad de las opciones de construcción de mencionadas identidades (sexuales, de género, social, etc.). En razón del tema de estudio se hizo necesario aclarar los conceptos de normalidad y anormalidad para la psicología, por ello se destacó el papel de la cultura en relación con el comportamiento desviado de la norma; se citó a Ardila (1998), quien plantea que la conducta anormal está tan determinada culturalmente como la conducta normal y que los conceptos de normalidad y anormalidad cambian con las épocas, con las culturas y con el avance del conocimiento. Afirma adicionalmente, que las investigaciones que se han realizado con respecto a la patología de la homosexualidad han señalado que no existe una relación entre comportamiento homosexual y psicopatología y que las nuevas conceptualizaciones se han centrado en la homosexualidad como estilo de vida, tan sana y normal como la heterosexualidad. Para Ardila, la homosexualidad no es una enfermedad sino una variación de la expresión sexual normal, por ello afirma que el problema de la desviación no es inherente a ciertos tipos particulares de conducta, sino que es un fenómeno sociológico y por ello lo que hace que la homosexualidad sea una desviación son las evaluaciones, las respuestas de las personas a varias conductas y en general el hecho que la “gente” discrimina, estigmatiza y penaliza a quienes considera homosexuales. Desde otro ámbito, la posición del cristianismo frente a la sexualidad, evidencia la necesidad de plantear una ética sexual que supere las limitaciones actuales en éste plano y que modifique el concepto de sexualidad que se tiene actualmente y reivindique sus contenidos; surge la necesidad de crear una ética no restrictiva pero que a la vez haga justicia respecto a los “significados que la sexualidad comporta” (Botella y Fernández, 1998). Ahora bien, el mundo homosexual como tal encierra una serie de características propias, que si bien pueden ser semejantes al mundo heterosexual, su dinámica interna puede mostrar variaciones generadas precisamente por esa necesidad de ser reconocidos como independientes de cualquier otro contexto social. Por ello, en lo que a pareja se refiere (Bell y Weinberg, 1978) y (Ardila, 1998), encuentran una tipología de la experiencia homosexual dividida en cinco grupos y descritos así: a) Emparejados cerrados, formados por las parejas homosexuales estrechamente unidas, su relación está cerrada a una tercera persona. b) Los Emparejados abiertos forman las parejas homosexuales que viven juntas, pero que buscan también satisfacciones sexuales con otros. c) Los Funcionales son los homosexuales que organizan sus vidas alrededor de sus experiencias sexuales, sostienen una mayor actividad sexual con un número mayor de compañeros. d) Los Disfuncionales son personas homosexuales problemáticas porque su vida les ofrece pocas satisfacciones y les resulta difícil organizarla. e) Los Asexuales cuya característica más notable es su falta de contacto con otras personas. Sin embargo, Ardila (1998) afirma que en la mayoría de los casos las relaciones de pareja entre individuos homosexuales presentan problemas debido a la falta de modelos de roles útiles para ellos respecto a su vida y la forma como han de asumirla pues no saben cómo han de comportarse en las relaciones de pareja y buscan reproducir el modelo heterosexual bajo el cual fueron educados pues no conocen otras alternativas. Navarro y Pereira (2000) plantean que los estereotipos y las actitudes de la sociedad hacia las relaciones de pareja homosexual, vienen dados por una imagen de poca estabilidad en dichas relaciones y falta de compromiso entre sus miembros. De igual manera plantean que éstas parejas tienen características similares y comparten las problemáticas y la forma de resolución de conflictos de las parejas heterosexuales. En este sentido Canaparo (2000) alude que la pareja estable es una institución sancionada positivamente desde la cultura, pero sus reglas, explícitas o no, marcan la diferencia sexual como básica y determinante en el reconocimiento social de la misma; es así como cuando dos personas del mismo sexo deciden vivir en el marco de una pareja, lejos de una pretendida trasgresión, puede aparecer una callada estampa de lo que la institución pareja representa en el imaginario social. Pretender regularse de acuerdo a las formas heterocentradas puede constituir un intento de zafar al estigma social. En tal sentido, García (1995) mediante un reportaje realizado, encontró que aunque las parejas homosexuales son discriminadas por la constitución pues ella solo protege a las parejas conformadas por “un hombre y una mujer” así no estén casados pero que “hagan una comunidad de vida permanente y singular por un lapso no menor a dos años, y para todos los efectos civiles les adjudican a éstos el nombre de compañero y compañera permanente”, caso que no se da en las parejas conformadas por dos hombres o dos mujeres. Así, desde el punto de vista legal, Herrero (1996) encontró que las parejas conformadas por personas del mismo sexo están luchando por la igualdad de derechos en torno a las uniones maritales de hecho, para lograr la legalidad de las mimas. Por su parte Cajab y Purcell (1997), aseguran que el matrimonio ha significado cosas diferentes para las diferentes personas en las diferentes culturas, el matrimonio ha sido una parte del centro de sociedad: ha sido un medio de proteger y preservar el dominio, de garantizar el crecimiento de la población, de simbolizar y solidificar un compromiso amoroso; sin embargo, además el criar un niño es a menudo asociado con el matrimonio y, para muchos, puede ser su propósito principal, por ello el asunto del matrimonio del mismo-sexo ha traído impactos como la homofobia y el heterosexismo. En lo que se refiere a Colombia explícitamente, se encuentra en una publicación de la Gaceta de la Corte Constitucional (1994) la sentencia de una tutela donde se llegó a la decisión de determinar que los homosexuales no pueden ser objeto de discriminación en relación de su condición sexual, añade que el hecho de que su conducta sexual no sea la misma que adopta la mayoría de la población, no justifica tratamiento desigual. En dicho apartado se sanciona que los homosexuales tienen su interés jurídicamente protegido, siempre y cuando en la externalización de su conducta no lesionen los interés de otras personas ni se conviertan en “piedra de escándalo, principalmente de la niñez y la adolescencia”. Si los homosexuales adoptan una conducta diferente a la de los heterosexuales, no por ello jurídicamente carecen de legitimidad, así pues, en aras del principio de igualdad, consagrado en la carta como derecho constitucional fundamental de toda persona humana, no hay titulo jurídico que permita discriminar a un homosexual. Desde estos planteamientos Navarro y Pereira (2000), concluyen que la forma como las personas viven su homosexualidad tiene implicaciones personales y sociales e influyen en el establecimiento de sus relaciones de pareja, así, tanto las creencias, estereotipos y actitudes negativas de la sociedad frente a la homosexualidad son interiorizadas por los individuos, haciendo que las personas que sienten atracción por personas de su mismo sexo se sientan inmorales llevándolas a ocultar su orientación para evitar el rechazo social pero creándose en ellas un conflicto al momento de pensar positivamente en sí mismos. En relación al aspecto sexual Ardila (1998), plantea que no hay datos sobre el número de compañeros sexuales en homosexuales y en heterosexuales, sin embargo parece que el número de parejas estables que una pareja tiene es mayor en el caso de los homosexuales; empero, continua diciendo que un varón heterosexual hace el amor a lo largo de toda su vida con un par de decenas de mujeres, aunque ello cambie en las diversas culturas, pero rara vez superan el límite de veinte o treinta; en el caso los varones homosexuales los datos arrojan que ellos tienen relaciones esporádicas con varios miles de compañeros sexuales diferentes a lo largo de su vida, hasta llegar a cifras entre 1000 y 2000 hombres diferentes, y esto es considerado normal y es algo aceptado en general por la comunidad "gay". Ahora bien, con relación a la crianza de hijos por parte de personas homosexuales, Canaparo (2000), formula que el progresivo debilitamiento de la familia patriarcal, el desarrollo de nuevas técnicas reproductivas, la mayor equidad entre los géneros, el creciente interés de los hombres en la crianza de sus hijos y los profundos cambios culturales que tienden a despatologizar la homosexualidad, abren nuevas perspectivas para pensar en la parentalidad, proceso en permanente cambio. En un estudio realizado por Golombok (1996), se presentan los resultados de un trabajo longitudinal de la orientación sexual de adultos que habían sido criados en familias de lesbianas, hallándose que los adultos que habían sido criados por lesbianas reportan que en su niñez el ambiente familiar se caracterizó por una franqueza y aceptación de las relaciones “gays” y la mayoría de esos niños que crecieron en las familias de lesbianas se identificaron en la edad adulta como heterosexuales. Por último Golombok (1996), plantea que desde la perspectiva de teoría de aprendizaje social clásica, citando a Bandura (1977), los dos procesos que son importantes para el desarrollo del género de niños son el refuerzo diferencial y el modelaje de individuos del mismo-sexo, particularmente los padres del mismo-sexo; aunque alude que los teóricos del aprendizaje social se han enfocado en el papel del género en el desarrollo de conducta, en lugar de la orientación sexual en la medida en que los procesos de refuerzo y modelaje también aplicarían, a este respecto los teóricos del aprendizaje social contemporáneo creen que es el modelado de estereotipos de género quien promueve su mismo desarrollo; así, ya no se esperaría que las mujeres adoptaran una identidad de lesbiana simplemente observando e imitando a su madre lesbiana, dado que los estereotípos en estas familias son menos rígidos que en las familias heterosexuales y ellos están más abiertos a la aceptación de relaciones homosexuales o heterosexuales según se dé el caso. Debido a todo lo expuesto anteriormente se planteó la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuál es el significado del mundo de la vida de pareja en una relación homosexual masculina, y cómo se construye de acuerdo con su contexto social a través de su propia historia?. El objetivo general planteado es: Conocer a través de la historia de vida de una pareja homosexual, la importancia de su mundo social particular en la dinámica de la relación. Los objetivos específicos son: 1. Conocer el mundo de la vida de una pareja de hombres homosexuales, 2. Definir de qué manera el mundo de lo social interviene en la dinámica de su vida de pareja, y 3. Identificar desde la historia de vida de una pareja de hombres homosexuales, el cambio que se ha dado en la concepción de la relación de parejas homosexuales en su contexto social. Método Participantes Una pareja de hombres homosexuales Colombianos, de estrato socioeconómico medio, de 26 y 34 años, que viven en Bogotá, que han entablado varías relaciones de pareja y que con la actual pareja conviven por un tiempo de siete años, ello debido a que se considera que una relación con una duración como la de ésta pareja, ha atravesado por muchas de las fases del ciclo vital de una relación emocional. Técnicas e Instrumentos Se trabajó en esta investigación la entrevista en profundidad, dado que, según Ruiz (l996) es la que mejor permite al investigador acceder a ver cómo los individuos crean y reflejan el mundo social que les rodea. Adicional a ello se recurrió a la consecución de documentos personales, los cuales son cualquier tipo de registro no motivado o incentivado por el investigador, autobiografías, diarios personales, correspondencia, grabaciones y observación directa. Procedimiento Se desarrolló en tres etapas: En la etapa inicial se realizó el registro, trascripción y elaboración de los relatos de vida por medio de los instrumentos. En la Segunda etapa se llevó a cabo el análisis e interpretación de la historia de vida teniendo en cuenta lo plantado por Ruiz (1996), quien diferencia las perspectivas macrosociológicas en la cual la sociedad es la que construye, organiza y define el curso de las vidas individuales y la perspectiva microsociológica donde la cuestión es cómo el individuo percibe, evalúa y desarrolla su vida; el análisis se realizó desde ambas perspectivas. Por último en la Tercera etapa se procedió a la presentación y publicación de los relatos biográficos. Durante las entrevistas se abordaron los ejes temáticos propuestos en las categorías de análisis, lo cual no requirió de un protocolo estructurado de preguntas, sino una lista de tópicos temáticos. En el desarrollo de las entrevistas surgieron nuevas categorías de análisis, las cuales emergieron del contenido mismo de las vivencias y del acervo oral de los sujetos, dado que ellas no habían sido contempladas con anterioridad y que durante el trascurso de la investigación fueron demostrando su importancia, dando lugar a la recomposición de las categorías analíticas propuestas. Así, éstas categorías y subcategorías se pueden resumir de la siguiente manera: 1. Conformacion, Dinamica y Mundo De Pareja: Esta categoría pretende abordar toda la vivencia de mundos de pareja vividos por los individuos a través de su propia historia y la forma como han vivenciado su actual relación, 1.1 Vida y percepción de pareja, 1.2 Dependencia / independencia (emocional, económica, sexual), 1.3 Vidas de pareja previas y paralelas, 1.4 Sexualidad, 1.5 Construcción y ejercicio del poder, 1.6 Reglas al interior de la pareja, 1.7 Roles, y 1.8 Eventos estresores. 2. Agentes Socializadores: El objetivo bajo el cuál se creó esta categoría de análisis, fue lograr comprender cómo ha sido el proceso socializador de los sujetos y cómo ha sido percibido por ellos. 2.1 Agentes educativos y legales, 2.2 Influencia Cultural (Moral, Religiosa, social), 2.3 Influencia Familiar. 3. Mundo Social De La Pareja: Nace de la vivencia misma de todo ser humano inmerso en un medio social, que lo va formando y de una u otra manera va creando modelos de convivencia, 3.1 Formas de socialización, 3.2 Relaciones Familiares, 3.3 Percepción social, 3.4 Percepción de pares, 3.5 Socialización de la condición sexual, y 3.6 Perspectivas y expectativas personales frente a la paternidad. 4. Estilos De Personalidad: Esta Categoría surgió a través de la realización del trabajo de campo y de las experiencias narradas por los participantes, 4.1 Influencias del Aprendizaje, 4.2 Características de la personalidad, y 4.3 Expectativas y metas futuras. 5. Identidad Personal: Pretende esta categoría descubrir cómo ha sido el proceso de formación de cada una de estas dos identidades a través del tiempo y teniendo en cuenta los factores propios a ella, 5.1 Identidad de género, y 5.2 Autoesquemas. En la transcripción de las entrevistas se tomó en cuenta el sistema manual de tratamiento de la información textual propuesto por Valles (1997), quien plantea el método de las fichas índice. Se realizó la codificación de los datos obtenidos, lo cual estimula el descubrimiento no sólo de categorías sino también de sus propiedades y dimensiones; donde el investigador codificó los textos mediante fichas, lo cual generó la integración de dos operaciones analíticas clave, apoyadas igualmente en la comparación constante de la información, ellas son: 1. La búsqueda activa y sistemática de propiedades, 2. La escritura de notas de análisis e interpretación, para registrar las ideas que fueron surgiendo durante la codificación. Posteriormente se llevó a cabo el análisis descriptivo del texto producto de los datos recopilados durante el proceso de investigación, tomando como referente las categorías y subcategorías de análisis y contemplando los aspectos convergentes, divergentes y realizando por separado el análisis perteneciente a cada uno de los discursos, tratando de encontrar el sustento psicológico que los sujetos le confieren a sus experiencias de vida. Por último se realizó el análisis interpretativo de cada una de las categorías, junto con la discusión de los resultados, paso que para Potter y Wetherell (1987), citados por Lozano y Sánchez (2001), tiene por objeto acceder al conocimiento de las diferentes versiones que los sujetos tienen de su mundo circundante, para este caso en especial con relación a la vida de una pareja homosexual masculina y sus experiencias en su mundo social. Resultados Se presenta el análisis descriptivo de todas y cada una de las categorías y subcategorías preestablecidas y de las emergentes, bajo el sustento teórico propuesto y nuevos presupuestos científicos que apoyan los resultados obtenidos. 1. Dinámica De Pareja: Esta categoría describe cómo los individuos han conformado su mundo de pareja, las etapas por las cuales ha atravesado esta relación y los diferentes ciclos de vida que componen la unión conyugal, al igual que cada uno de los eventos manifiestos en una relación no sólo homosexual a lo largo de su trayectoria de vida. Así pues, algo que define a Santiago es la forma como él ha construido el concepto de vida en pareja y de amor, conceptos que aparentemente no están ligados al de fidelidad, sino más bien, se da como una forma de lograr la satisfacción de ciertas necesidades como la de compañía y enlace emocional con alguien; en este orden de ideas parece claro que Santiago interpreta el amor como una instancia, si así se puede llamar, a la cual se recurre para sentirse bien. Así mismo, a lo largo de la trayectoria de esta pareja, se evidencia que el concepto de amor esta muy ligado con el de libertad sexual, donde cada uno de los miembros de la pareja experimentan encuentros sexuales con personas diferentes a su compañero como una supuesta forma de evitar que la relación y el amor se acaben. Para esta pareja los sentimientos cobran vital importancia, pues es a partir de ellos que se va estructurando la vivencia, la dinámica y la persecución individual de los aportes, logros, fracasos y triunfos construidos a través de una expresión implícita o explícita, de enlace emocional y entrega mutua. La vida de pareja para éstas personas está llena de conflictos, de vicisitudes, de tensión y zozobra debido a la falta de claridad en las reglas que rigen la relación, pues éstas varían de acuerdo a las que se dan al interior de una pareja monogámica, todo ello se da no sólo como consecuencia de la falta de claridad en las reglas -las cuales son escuetas y han perdido funcionalidad, si alguna vez la llegó a tener- sino también de un debilitamiento del compromiso con la pareja, donde las expectativas y metas que se han creado cada uno con respecto a la relación han variado y ninguno de los dos tiene claridad de qué es lo que persigue el otro. También es claro que las reglas que se manejan al interior de la dinámica de esta pareja se basan en el establecimiento de relaciones paralelas y aunque no existe un acuerdo tácito de fidelidad sexual, sino más bien un compromiso de entrega y enlace emocional entre los miembros, éste acuerdo establece que no se deben considerar los contactos sexuales extraconyugales como una infidelidad, y que éstos se pueden dar siempre y cuando los miembros de la pareja estén al tanto y los aprueben. Es así, como a lo largo de la vida en pareja se establece un sinnúmero de relaciones ocasionales con personas diferentes, las cuales son contactadas a través de diversos medios como el internet, la visita a parques, los medios de transporte, centros comerciales, supermercados, baños públicos y en general cualquier sitio en el cual se pueda interactuar con una tercera persona, que esté interesada en participar en encuentros sexuales que tienen como fin la satisfacción de los miembros de la pareja y en especial, un supuesto aliciente para satisfacer las expectativas sexuales de Santiago, también se dan para mitigar la soledad y como una forma de llenar vacíos emocionales. Las características que enmarcan esta relación de pareja dejan entrever que cada uno de sus miembros ha generado sentimientos de dependencia y/o apego hacia la otra persona, los cuales son mantenidos por el otro, de manera tal que les es difícil romper esta cadena. Al ser un comportamiento que se ha reforzado a través de la permanencia de la relación, ha llegado a convertirse casi que en una estructura de personalidad y uno de los ejes principales que aún mantiene unida la pareja, donde ni ellos mismos perciben el grado tal de dependencia que se ha establecido, no sólo en términos sexuales sino en aspectos emocionales, necesidad de compañía, de índole económico y de vida total; esta dependencia no nace a partir del establecimiento de la relación de pareja sino que ha sido producto de toda una historia de aprendizaje. Además, se evidencia que en la dinámica de esta relación, se presenta la violencia conyugal a partir de manifestaciones agresivas de índole verbal y no verbal, lo cual genera un maltrato psicológico, hecho evidente en el menosprecio y la indiferencia, las cuales van reforzando las características comportamentales de los miembros de la pareja; en cuanto a la agresión física, está se da como consecuencia de la falta de control de la ira y como una forma poco funcional de hacer los derechos, cuando éstos se perciben vulnerados. Según los informantes, dicha pareja cumple con algunas características de la dinámica con relación al modelo heterosexual, pues es normal que se presenten conflictos, ejercicio del poder, emociones, sentimientos de ira, frustración, dolor, amor, pero que en general, la diferencia básica es el establecimiento poco funcional de reglas, como los acuerdos sexuales implícitos que se dan al interior de la pareja, los cuales generan disonancias al pretender ser una pareja cuyo núcleo es el enlace emocional, pero el énfasis esta dado únicamente en la actividad sexual. Se observa cómo los sujetos desde su infancia empiezan a consolidar, a través de su interacción social y familiar, patrones de desempeño que los hacen percibirse de diferentes maneras dentro de su contexto, es pues la forma como ellos van evaluando la eficacia de sus actuaciones y los premios o los castigos que son recibidos, los que van generando características de personalidad. Se observa cómo todo esto influye en la manera en que Andrés y Santiago deciden llevar una vida en pareja, donde esta delimitado claramente quién es el que ejerce el poder y quién es la persona que debe obedecer, se logra percibir cómo las reglas parecen ser algo implícito al interior de la relación, las cuales no pueden ser vulneradas pues ello podría generar tensión en la dinámica. Ya en la vida adulta, se inicia un ejercicio de esos roles que se forjaron a través de las vivencias y la experiencia vicaria, las cuales moldearon su forma de percibir el desempeño del hombre y de la mujer en la convivencia de pareja, y fortalecieron las convicciones que habían creado desde su infancia; es notorio entonces, que en ésta relación de pareja se ejercen los roles asignados culturalmente para una unión heterosexual, donde hay una figura que se encarga de proveer y satisfacer las necesidades del hogar y otra que se limita a atender al proveedor y a seguir de manera sumisa lo que él establezca. Se hace vital resaltar la importancia de la infancia en la formación y proyección de roles en la vida adulta de cada uno de los individuos, dado que las vivencias tales como abusos, satisfacciones, agresiones y tolerancias se ven reflejadas en las características personales. De lo anterior se desprende como conclusión, que el aprendizaje particular en la infancia de cada uno de los individuos marca una pauta en la forma en la cual ellos interpretan los roles que deben asumir y a su vez en el ejercicio del poder en sus relaciones interpersonales. Las reglas se dan de manera implícita o explícita, pero depende en últimas de la forma en que éstas sean interpretadas por la persona que ejerce el poder para que se dé su ejecución o no, delimitándose cada vez más las actuaciones y los espacios en los cuales los sujetos interactúan con su mundo social. Al indagar en la infancia de los actores sociales, se observa como uno de los principales entes formadores es la familia, quien trasmite valores, creencias, actitudes y es fuente de aceptación o de discriminación según el caso; en ella se dejan entrever las primeras formas de rechazo y castigo a las conductas homosexuales, así como la concreción de características de desempeño social elementales, según las concepciones que se daban al interior de cada familia. Es a través de la influencia social, por medio de la cual los individuos aprenden del sistema los valores propios de su cultura, los evalúan y juzgan su conveniencia o no, generando a partir de allí un comportamiento, ya sea acorde a los parámetros establecidos o distanciándose de ellos. Desde el punto de vista psicosocial es notorio el papel que desempeña el proceso educativo en la formación de patrones de comportamiento que definen a los individuos como entes socializadores, integradores de normas y valores que son aceptados por la elite y las características comportamentales que han de poseer los individuos en el desarrollo integral para consigo y los demás. La no aceptación de reglas y patrones moralmente aceptados redunda en un señalamiento y por ende aislamiento del sujeto. En cuanto a la socialización en general de los individuos se puede afirmar que a través de su historia de aprendizaje han generado formas propias de llevarla a cabo, las cuales les han garantizado una permanencia dentro de la misma y les brinda la posibilidad de ser parte activa al interior de un grupo que maneja normas y códigos propios, donde hay un trato desigual a las personas según su orientación sexual y se premian comportamientos que van adaptados a la norma. Por medio de la interpretación que ellos han hecho de su realidad y guiándose por los parámetros establecidos socialmente, la pareja no se encuentra en un continuo intercambio de experiencias y expectativas con el grupo social, se percibe como una pareja aislada, donde sus formas de contacto más frecuente se dan en la búsqueda de personas con las cuales satisfacer ciertas necesidades, su grupo de amigos es muy reducido y el tiempo empleado para las actividades de tipo social es limitado; ello se puede explicar por su misma historia de aprendizaje. Por ello, la forma como socializan su tendencia sexual esta limitada por el deseo de ser aprobados socialmente y por la convicción de ser éste un comportamiento que se aleja de los parámetros establecidos, lo cual los lleva a proyectar una imagen que no los ubique en una situación vulnerable. También es claro que para estos actores sociales en su desempeño interpersonal es de gran importancia los beneficios que puedan obtener de los demás, donde las relaciones que no proporcionen niveles altos de reforzamiento, no son validas; este aspecto se podría generalizar a su estilo de vida, pues se observa que en el ámbito sexual y emocional impera la norma de mayor beneficio a menor costo. Empero, la manera como los sujetos interpretan su interacción social, parece entrar en conflicto, no solo con lo estipulado socialmente como válido para los individuos en cualquier tipo de relación, sino que adicional a ello esta en contraposición con lo que su círculo social más cercano percibe de ellos y por lo cual también son señalados como una pareja atípica. Es de gran importancia resaltar que los sujetos han tenido dos mascotas a las cuales han educado y criado, convirtiéndose para ellos en un símbolo de la crianza y educación para con un hijo. Los patrones interiorizados a través de su ciclo vital se hacen presentes al momento de optar por la crianza de una mascota, cada uno de los espacios dedicados para tal fin guardan gran similitud con los parámetros establecidos en su proceso educativo. El hacerse cargo de la mascota, puede ser interpretado como una expresión inconsciente a un deseo de poder prolongar su propia existencia en otro ser, negándose a sí mismos la posibilidad de ser padres y actuando con sus mascotas como lo harían los padres con sus hijos y a su vez cumpliendo con las expectativas familiares y sociales de ser entes educadores. Así, los actores sociales hablan por sí mismos, dan cuenta de cómo ha influido su historia de vida en la manera de comportarse, de pensar y de sentir; se establecen conexiones entre la infancia de los individuos y su vida adulta, y para comprender muchos de los aspectos que los definen como individuos, se muestran claramente cómo intervienen en las actuaciones de ellos dentro de la sociedad y su desenvolvimiento en el plano de pareja. No se toma como característica de la personalidad la conducta homosexual, puesto que ella es una orientación sexual y no un estilo de comportamiento, pero si se resalta de manera puntual la forma como el proceso de socialización fue conformando características de personalidad definitorias. La construcción de la identidad de género esta estrechamente ligada con los patrones culturales, los cuales establecen la manera en que los individuos deben desenvolverse en la sociedad, aunque en el caso particular de Santiago, el desempeño de su rol no cumple con las expectativas creadas por la sociedad para los hombres, aunque ello no deteriora su autodefinición como hombre y las características comportamentales son las atribuidas a ellos. Discusión La discusión en esta investigación se realiza por medio de una confrontación entre los elementos encontrados en los resultados obtenidos a partir del análisis de las historias de vida, junto con la elaboración conceptual y los ejes temáticos abordados en la fundamentación bibliográfica y en material bibliográfico recopilado para llevarla a cabo. Se parte de la presunción que según concepciones teóricas, la conducta homosexual puede tener su origen en una base biológica claramente determinada, pero que también en la interacción con el medio ambiente los individuos, a través de procesos psicosociales, están en la capacidad de determinar su orientación sexual según sus expectativas y su experiencia personal. En este orden de ideas, se observa que desde la infancia Santiago manifiesta atracción hacia personas de su mismo sexo y sus procesos cognoscitivos se encaminan hacia la conformación de un vínculo homoerótico; mientras que en Andrés esto no es claro, pues aunque hay comportamientos exploratorios de la sexualidad con personas de su mismo sexo, no hay una pautas definitorias que puedan hacer pensar que se identifica como una persona homosexual. Se toma en cuenta que el principal ente formador de comportamientos, valores y normas es la familia, la cual está en un constante cambio y genera estilos propios de interpretar su realidad, y es en ella en donde los individuos empiezan a explorar el mundo; es así como Santiago va conformando de manera definitiva la forma como se ha de comportar en el medio social, pues es a través del maltrato físico por el cual estructura su comportamiento. Todo pareciera indicar que la dinámica familiar en la infancia de Santiago está dada por crisis constantes, las cuales llevan a las personas encargadas del cuidado y la protección de los hijos a descargar su ira en ellos sin pensar en las consecuencias que éste tipo de comportamientos pueda acarrear a los menores; daño que no es percibido ni siquiera por la misma víctima de maltrato, pues éste cree que fue su comportamiento el que lo llevó a recibir este tipo de castigo, maltrato que Santiago parece haber percibido como una forma de rechazo de su principal fuente de apoyo -representada en la figura materna brindada por su tía-, causando grandes vacíos en él, en los planos afectivo y personal. Mientras que para Andrés, la dinámica familiar en su infancia esta dada por una fuente de protección y apoyo, donde el maltrato no es común y el diálogo y afecto son las principales herramientas con las que se cuenta para la educación de los hijos. Otro aspecto importante es el abuso sexual en Santiago, del cual fue víctima a temprana edad, lo cual configura para él un mundo de satisfacciones y fuente de placer, pues no le daba la connotación como tal y adicional a ello se convirtió en la fuente primaria, y tal vez única, de reforzamiento en su hogar. Ya en la adolescencia se han conformado ciertos aspectos centrales de la personalidad de cada uno de los individuos; se encuentra así que a Andrés le han sido reforzadas una autonomía y autodeterminación, y al ser la persona centró atención, se siente querido, lo cual redunda en una buena autoestima; de otro lado se percibe en Santiago una persona que demuestra cierta inseguridad, con autoestima muy deteriorada y con niveles de necesidad de afiliación muy marcados, todo ello originado por los modelos parentales y la forma de interacción social que se generaron en su infancia. La adolescencia de Santiago está dada por el establecimiento de un vínculo de pareja el cual le exige, de manera implícita, la renuncia a su socialización por lo cual ésta es mínima, pero en el aspecto sexual inicia su exploración en el mundo homosexual, sin embargo el trato inadecuado continúa para él, ya no proferido por sus familiares sino en forma de violencia conyugal muy marcada. Las características de personalidad de estos dos individuos se pueden definir así: Santiago se caracteriza por ser una persona sumisa, dependiente, con una autoestima deteriorada, con bajo autoconcepto y una autodeterminación muy limitada; en tanto que Andrés es una persona con una autoestima elevada, autodeterminación y autoconcepto saludables, líder y dependiente de alguien a quien guiar. Se ven entonces los efectos del trato inadecuado recibidos en la infancia de Santiago, que según Vargas y Ramírez (1999), al llegar a la edad adulta redundan en una gran variedad de deficiencias en las esferas física, emocional, intelectual, social y comportamental. Estas deficiencias, en muchas ocasiones, les impide desarrollar un proyecto de vida constructivo y satisfactorio. Desarrollan una autoestima baja, sienten que no son importantes, que a nadie le hacen falta, que nadie los quiere, que son incapaces y que hagan lo que hagan nunca van a poder lograr lo que desean en su vida; no saben lo que quieren y no han logrado establecer una escala de valores que les permita desarrollar un proyecto de vida con el que se sientan autorrealizadas. Para el establecimiento de su vida en pareja, estos factores determinan el funcionamiento de la misma a través de los procesos de complementarse, donde encuentran mayor satisfacción en su relación, aunque el establecimiento de reglas poco funcionales genera malestar a largo plazo, dado que no son bien definidas y se establecen para satisfacer necesidades individuales; en lo que se refiere a la dinámica de pareja se puede decir que comparte características muy marcadas con la relación de una pareja heterosexual, con roles sexuales definidos y donde cada uno de ellos persigue una meta que se traduce en encontrar un complemento. Es en la vida adulta cuando esas personas empiezan a experimentar y a percibir de manera más marcada el rechazo de la conducta homosexual, lo cual es evidente por los entes legales y religiosos de la sociedad, y aunque no lo hacen manifiesto reiteradas veces en su discurso, es claro que para ellos la aceptación social es un factor importante pues es a través de ella que se logran la consecución de metas; la importancia que tiene la sociedad para ellos se observa en comportamientos tales como encubrir su verdadera relación, para que la sociedad no pueda reprocharles su comportamiento. Al detenerse a analizar detalladamente la vida de Santiago, se puede percatar que desde su infancia ha sido víctima de maltrato, ha desarrollado conceptos de sí mismo y una estructura del yo bastante debilitada; en sus interacciones de pareja este patrón se ha repetido, ha sido víctima de maltrato físico, psicológico y emocional, sus formas para resolver los conflictos conyugales son inadecuados, se evidencia en él una persona dependiente, sumisa, con bajos niveles de tolerancia a la frustración, sentimientos de inadecuación, poca eficacia y bajo talento social. Esto sugiere establecer un patrón de comparación entre las características de ésta persona con las de una mujer víctima de maltrato, pues según lo plantean algunos teóricos, él se podría ubicar dentro de lo que ellos denominan “el síndrome de la mujer maltratada”, (Corsi, 1994), dado que en sus características de comportamiento y en sus esquemas cognitivos se evidencia que éste maltrato ha influido de manera considerable. Es así como los factores de maltrato fueron creando en él un sentido de sí mismo con características propias, donde lo que imperaba eran los menosprecios, el desamor, la subvaloración, la inutilidad y la intolerancia; factores que cobran su importancia al momento que se estructuran características personales, las cuales tienen que ver con el desempeño social e individual. En tanto que según lo plantean Vargas y Ramírez (1999), las consecuencias de mayor impacto en la vida de los niños víctimas de trato inadecuado probablemente se evidencian en su desarrollo psicológico; los niños tratados inadecuadamente tienen problemas en el desarrollo del concepto de sí mismos, su autoimagen, su autoestima; confían poco en sus propias capacidades, se sienten inconformes consigo mismos, consideran que no merecen ser queridos, esperan que los otros les hagan daño y se sienten incapaces de tomar decisiones. Además se ha encontrado que estos niños tienen una gran dificultad para reconocer sus propios sentimientos y expresarlos de manera apropiada, son incapaces de diferenciar y decidir por sí mismos qué es correcto y qué incorrecto, lo bueno de lo malo, lo que deben o no hacer, entre otras. Si se analiza detalladamente esta relación, se observa que no se aparta mucho de la dinámica en las relaciones heterosexuales, donde los roles son claramente asignados, hay un ejercicio del poder delimitado, se presentan conflictos, hay lazos de unión, dependencia, expectativas futuras y necesidades compartidas que conllevan a la búsqueda de una estabilidad en todos los planos. También al profundizar en la vivencia social de los individuos, se observa una interacción muy limitada por el mismo estilo de vida que poseen y por la historia de aprendizaje de cada individuo donde se presentan carencias en este plano; sin embargo, es claro que para su reducido grupo de amigos son personas con debilidades y fortalezas a nivel personal, teniendo en cuenta que como individuos homosexuales son descritos de igual manera, mientras que como relación no son percibidos como una pareja funcional y no cumplen con las expectativas de modelo de vida conyugal. Es así como a través de los relatos brindados por los hablantes, se llegó al conocimiento de la vida de una pareja homosexual masculina y se pudo establecer los diferentes cambios que ha sufrido su relación a lo largo del tiempo, donde las influencias socio-culturales han ejercido gran importancia para el desenvolvimiento de los actores sociales en un medio que exige, comportamientos ajustados a ciertos parámetros preestablecidos y donde el desacato a ellos conlleva a la discriminación y señalamiento debido a la intolerancia aún presente en la sociedad; por ello, desde el campo de la psicología se hace necesario ampliar los horizontes en lo que se refiere al apoyo y atención a las personas que a causa de su orientación sexual han sido relegadas a un segundo plano y no se les presta la atención necesaria para que su calidad de vida mejore, por ello éste estudio es una clara invitación a los profesionales de la salud mental para que dirijan su mirada a una población, que como cualquier otra, tiene conflictos, diferencias, traumas, confusiones y dificultades en el ámbito individual y de pareja. Se plantea entonces, la necesidad de tratar con igualdad de condiciones a las personas indistintamente de su orientación sexual, pues como se observa, los conflictos propios de la vida en pareja, se aplican tanto para heterosexuales como para homosexuales, donde unos son más aventajados al contar con modelos de comportamiento, al no ser señalados y juzgados socialmente, contar con el apoyo familiar, social y con un profesional idóneo que lo percibe como igual. Bibliografía Ardila, R. (1998). Homosexualidad y Psicología. Bogotá. Manual Moderno. Bell, A. P. y Weinberg, M. S. (1978). Homosexualidades. Madrid. Debate. Botella, L. y Fernández, de M. A. (1998). La evolución de la sexualidad y los estados intersexuales. Madrid. Díaz de Santos S.A. Cabaj, R. P. y Purcell, D. W. (1997). On the road to same-sex marriage: A supportive guide to Psychological, political and legal issues. San Francisco. Jose Y-Bass Publishers. Canaparo, C. (2000). 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