FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES INSTITUTO DE INVESTIGACIONES DE LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA (PYME) Boletín Pyme Nº 160 – Año XIV Abril de 2014 Editorial A comienzos de este año económico, encontramos prudente analizar la situación Argentina en el contexto mundial y el americano en particular ya que los números explican claramente que se ha perdido un liderazgo otrora ostentado y hoy añorado y cuya pérdida es de lamentar por su implicancias internas. En materia de inflación, el año 2013 ubica a nuestro país en el segundo lugar (28.4%) en América Latina luego de Venezuela (56,2%), y muy lejos de los restantes países ya que quien nos sigue es Uruguay con 8.5% y luego tenemos casos como Colombia con una inflación de 1.9%. En la ponderación con nuestros hermanos latinoamericanos también perdemos largamente en otras comparaciones. En los diez años de 2003 a 2013 nuestras exportaciones crecieron un 177%, mientras nuestro vecino Paraguay, por ejemplo, creció en sus envíos 731%, Bolivia 639%, Perú 365%, Colombia 352%, Uruguay 341%, Ecuador 327%, Chile 290%, Venezuela (!) 252%, y Brasil 229%. El único país latinoamericano cuyas exportaciones crecieran menos que las Argentinas fue México con 130%. En la “década ganada” en 2012 el crecimiento del PBI del 1.9% nos ubicaba en noveno lugar entre once; el aña pasado, mejoramos y junto a Uruguay estábamos en cuarto lugar con 4.5% (perdón, caíamos varios puestos por cuanto el análisis de los números – oficiales - finales decía 3.2%) En este contexto es loable considerar que – aparentemente – existe la intención de sincerar ciertas pautas (índices de inflación, de crecimiento, tarifas, subsidios, tipo de cambio, etc.) que permitan planificar – al menos en el corto plazo – sobre bases “aceptables” si no “creíbles” Otro aspecto positivo es el que el BCRA bien profundizando su política de restricción monetaria, ya que la base monetaria se mantenía en los niveles de Diciembre pasado, es decir más de dos meses de emisión cero, y ésos se evidenció en la presión sobre el dólar extraoficial, manteniendo la brecha entre el oficial y el blue en torno al 50% de manera sostenida y sin presiones variables como en meses anteriores. Asimismo, luego del abrupto sismo originado por la devaluación y ajustes tarifarios, la presión inflacionaria parece atenuarse y se esboza la posibilidad de enfrentar un año que culmine con no más de un 30%, pero en función de una caída de la demanda interna y una adecuación de la oferta a esa realidad, sumada a las políticas restrictivas citadas del BCRA – en la medida que pueda mantener cierta independencia de Economía – y una posible recuperación del sector comercial externo en función de la demanda internacional, la producción nacional, y tipos de cambio reales atractivos. Horacio A. Irigoyen Análisis de Coyuntura La inflación sigue siendo un factor preocupante, a la luz de lo observado en los tres meses transcurridos (13%) frente al anterior en que el mismo período habíamos soportando una muy alta inflación (¿) del 5.6%. Si nos guiáramos por lo acontecido en este período la expectativa anualizada de inflación para este año sería superior al 35%, especialmente si tenemos en cuenta que los rubros más sensibles al ajuste en este período fueron alimentos y bebidas. Tenemos un reflejo inmediato de estas cifras en el comportamiento de las paritarias en marcha (p,e. docentes) y “suspendidas” y en los ajuste de los índices de pobreza e indigencia. A pesar del ajuste cambiario aún no se perciben incentivos para inversión en áreas críticas para el desarrollo, como las tecnológicamente avanzadas que permitirían una mayor y mejor ocupación. El efecto de cara al segundo trimestre del año encierra el marco de los ajustes salariales, la incógnita del reflejo de la eventual mejora de la competitividad externa fruto de la devaluación y la demanda de los mercados y el reflejo de estas situaciones en las economías regionales. Los ajustes practicados recientemente ocasionaron una disminución y encarecimiento del crédito que influye negativamente en las posibilidades de inversión directa. Existe una notoria disminución en el nivel de actividad económica que preanuncia una posible entrada en un proceso de recesión del que el actual “estancamiento” suele ser el inevitable preludio. Por un lado la escalada de costos para todas la actividades, la disminución de recursos por achicamiento de los subsidios y las dificultades para llegar a buen términos en las negociaciones paritarias, permiten prever una disminución clara de la demanda interna que fuera el motor – hasta fines de 2013 – de la economía. La inflación sigue siendo el factor más preocupante. Si observamos el último trimestre de 2013 vemos que la suba fue de 8% que. Anualizada, superaría el 36%. Pero el primer trimestre de este año refleja una suba de 4.6% en Enero, un 4.5% en Febrero y una estimación de un 3.5% para Marzo, es decir un acumulado de 13.1% y que, anualizado sería superior al 60%. Las negociaciones paritarias en ciernes contemplan esta realidad y sus consecuencias sobre los precios son inevitables. El conjunto de estos factores no enfrenta a una segunda mitad del año donde seremos testigos de grandes distorsiones de los precios relativos y una creciente puja por la participación en los (cada vez más exiguos) ingresos. De acuerdo a lo expuesto es preciso implementar a la brevedad un programa antiinflacionario, no por razones políticas, ni hasta económicas, sino de supervivencia del sistema. Mientras tanto, desde el flanco fiscal aumentan los problemas; la recaudación de Marzo, de $ 78.719 millones refleja en su moderado crecimiento la influencia de la inflación. El aumento nominal de la misma está cuatro puntos por debajo del promedio del primer bimestre. El mes pasado los ingresos de AFIP crecieron un 30.6% frente al mismo mes de 2013. Como consecuencia de los efectos inflacionarios y la negativa de las autoridades a reflejar eso en las bases imponibles de diversos tributos, en el caso de Bienes Personales se observó un aumento del 71%, mientras que IVA – que también refleja el impacto inflacionario – registró un aumento interanual de 39%. Dentro de este marco resulta llamativo el comportamiento de los ingresos de la seguridad social que aumentaron 24% mientras que el año anterior, en es mismo mes, el incremento había sido de 33%. En el lado del comercio exterior, las retenciones a las exportaciones reflejaron una suba del 33% en tanto los derechos de importación, 28%. El Impuesto a las Ganancias reflejó un aumento del 27.8%, que obedecería, según lo expresado por el Director de AFIP, a las devoluciones a los contribuyentes de los gastos efectuados en el exterior con tarjetas, mientras el impuesto a los cheques aumentó frente a Marzo de 2013 un 29.3%. Esta flaqueza en el lado de las recaudaciones impulsó a las autoridades a determinar que no habrá prórrogas para los vencimientos de Abril y Mayo de Impuesto a las Ganancias y a los Bienes Personales. Las autoridades apuntan evidentemente a lograr una fuerte recaudación ante la falta de ajustes por inflación, el exiguo ajuste d los mínimos no imponibles en el primero de los tributos y la ausencia de moderación en los mínimos del piso de Bienes Personales, que es el mismo desde 2007. Se observa una clara desaceleración en el ritmo de crecimiento de la recaudación desde Enero, incluso en aquellos rubros donde era esperada una marcada recuperación por efectos de la devaluación, como en los recursos sobre las exportaciones. Lo observado en los recursos de la seguridad social muestra claramente la caída en el dinamismo del mercado laboral. Una clara situación negativa surge de considerar que los ingresos bien disminuyendo relativa y progresivamente, mientras el gasto público sigue creciendo a un ritmo mayor que aquellos, aunque aún estamos a la espera de datos oficiales sobre la ejecución presupuestaria de Febrero.(en Enero el gasto había crecido un 44%). Posiblemente la evidencia de la distorsión entre ingresos y gastos, y la caída relativa del crecimiento de aquellos haya influido en la decisión gubernamental de acelerar los tiempos de proceder a recortar los subsidios en algunos servicios públicos. Mientras tanto, observamos una disminución en la actividad del comercio exterior que, ante la ausencia de datos actualizados, podemos extraer del intercambio con Brasil; según datos provenientes de instituciones del país hermano, en Marzo las exportaciones Argentinas con ese destino fueron 16.8% inferiores a las del mismo mes del año anterior; asimismo las importaciones Argentinas desde Brasil cayeron un 15.3% en la comparación interanual.. El comercio bilateral entre los dos países refleja una contracción de 16%. Sin duda los efectos del ajuste de las posiciones exportadoras a los nuevos tipos de cambio y a la absorción de los mayores costos internos debido a la inflación y los esperados ajustes de salarios, tardarán en reflejarse en los resultados de la balanza comercial, a la espera de considerar de que manera el BCRA convalida una tendencia a evitar una sobrevaluación de peso por ausencia de actividad positiva respecto del tipo de cambio y su ajuste al ritmo de la inflación. Por otra parte, si bien los precios internacionales oscilan bastante en los últimos tiempos, aún continúan siendo positivos para los productos argentinos, máxime cuando las noticias respecto de rendimientos y marcha de la incipiente cosecha son alentadoras. Habrá que verificar en el mediano plazo la tendencia de ajustes del tipo de cambio, de la marcha de la inflación (es decir los costos) y el cuadro de situación que se hagan los productores para sus decisiones de venta, ingreso de divisas y propensión a nuevas inversiones. Por el lado del consumo interno, se bien observando una tendencia a la disminución de la actividad global. Sin considerar los aspectos dinerarios, las ventas minoristas en el mes de Marzo reflejan una disminución en volúmenes del orden de 7,2% respecto del mismo mes del año anterior, según informa la CAME. La entidad informa que habría que remontarse al mes de Octubre de 2009 para encontrar registros de una caída de consumo interanual superior a la indicada. No solamente la magnitud llama la atención sino el hecho de que se trata del tercer mes consecutivo que la entidad da cuenta de caídas en el consumo. La caída se verifica en casi todos los rubros y es liderada por los electrodomésticos, aspecto que se asocia a la disminución en las facilidades otorgadas por los operadores de tarjetas de crédito, aunque también influye la caída del poder adquisitivo de los salarios. Con los guarismos citados el promedio de caída de ventas interanual en el primer trimestre asciende a 5.8%. Horacio A. Irigoyen Se deja constancia de que las opiniones vertidas en los trabajos que se publican son de exclusiva responsabilidad de sus autores.