La jugada del experto El arresto de Elba Esther Gordillo en manos de la PGR por cargos de malversación de fondos es un fuerte paso adelante por parte de la administración de Peña Nieto para establecer su autoridad y legitimidad a los ojos del público mexicano, así como para mandar un mensaje al resto de los sindicatos del país. El arresto se presenta luego de el éxito de la reforma educativa en el Congreso, con lo que el gobierno ganó elogios de observadores internacionales por considerarlo un ataque al poder del sindicato de maestros, el SNTE, pero que generó importantes reacciones de escepticismo entre los críticos nacionales por considerar que el gobierno no continuaría con la implementación de la nueva ley. Los hechos de ayer destruyen cualquier duda acerca de la seriedad del gobierno de Peña para controlar al sindicato y movilizar el poder soberano del Estado contra los llamados poderes fácticos. La caída del poder de Elba Esther Gordillo ha sido precipitada. A principios de la década de 2000, era secretaria general del Partido Revolucionario Institucional (PRI) hasta que una disputa con el entonces candidato presidencial, Roberto Madrazo, terminó en su expulsión del partido. Después, formó una alianza con el Partido Acción Nacional (PAN) y ayudó a Felipe Calderón a ganar la elección de 2006. Después de seis años en los que su poder creció y creció, parecía estar dispuesta a repetir la experiencia, pero esta vez con el PRI. Hace tan solo un año y medio, el Partido Nueva Alianza (PANAL), el brazo político del SNTE, acordó una alianza con el PRI rumbo a las elecciones de 2012. Sin embargo, dicha alianza se rompió pronto, generando preguntas acerca de la relación entre la líder sindical y el PRI y confirmando que la antigua disputa entre Gordillo y el partido no había sido resuelta. En diciembre pasado, cuando la reforma educativa fue aprobada, fue claro que la brecha entre ambas partes se había ensanchado. Y el caso en contra del infame personaje es una clara señal del dominio del Estado sobre el SNTE. Además del SNTE, el PAN también debería estar preocupado por el arresto. Elba Esther Gordillo es un ataque al histórico record de la administración calderonista, que se negó a enfrentarse al SNTE y a Gordillo durante su sexenio. Este hecho no sólo desacredita al PAN frente a la opinión pública, sino también amenaza al partido con acusaciones de fracaso para detener a los poderes fácticos. El arresto del martes no sólo va a legitimar y consolidar el apoyo popular hacia, , la agenda de reformas en México, sino que también manda un contundente mensaje a los otros líderes sindicales del País. Las implicaciones de esto para las reformas en otras áreas de la economía y el sector público, incluyendo la energética, no deben ser subestimadas.