Aproximación paleoambiental al yacimiento neolítico de La Draga

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ISSN: 0366-3272
Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. Sec. Biol., 110, 2016, 47-51
Aproximación paleoambiental al yacimiento neolítico de La Draga
(Banyoles); estudio de los restos de briófitos
Paleoenvironmental approach to the Neolithic site of La Draga (Banyoles);
study of the remains of bryophytes
Anna Franch1, Llorenç Saéz2,3 y Raquel Piqué1.
1. Departamento de Prehistoria. Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad Autónoma de Barcelona. Edificio B,
08193 Bellaterra.
anna.franch@e-campus.uab.cat, raquel.pique@uab.cat
2. Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología.
Facultad de Biociencias, Universidad Autónoma de Barcelona,
Edificio C, 08193 Bellaterra. llorens.saez@uab.cat
3. Societat d’Història Natural de les Illes Balears (SHNB).
C. Margarida Xirgu 16. E-07003 Palma de Mallorca
Recibido: 9 de diciembre de 2015. Aceptado: 9 marzo de 2016.
Publicado electronicamente: 15 de marzo de 2016.
Palabras clave: Arqueología, Prehistoria, Neolítico, Paleoecología, Leptodon smithii, Leucodon sciuroides, La
Draga (Banyoles), península ibérica.
Key words: Archaeology, Prehistory, Neolithic, Iberian Peninsula, Paleoecology, Leptodon smithii, Leucodon
sciuroides, La Draga (Banyoles), Iberian Peninsula.
Resumen
Las extraordinarias condiciones de conservación de la materia orgánica del yacimiento neolítico de La Draga
(Banyoles), datado en 5300-4900 cal BC, han permitido recuperar restos de musgos adheridos a un tronco de roble
utilizado como pilar. En este trabajo se presentan los resultados de su estudio y se discute el entorno paleoecológico
en que se desarrollaron, así como sus aportaciones a la interpretación del yacimiento. Los restos recuperados se han
identificado como musgos pleurocárpicos, concretamente Leucodon sciuroides (Hedw.) Schwägr. y Leptodon smithii
(Hedw.) F. Weber & D. Mohr. Estas especies son típicas actualmente de regiones mediterráneas húmedas, donde
viven en ambientes poco o moderadamente lluviosos pero con elevada humedad, rocío o nieblas frecuentes. Los
datos palinológicos y antracológicos del yacimiento han permitido documentar que estos musgos se desarrollaron en
bosques densos de robles. Así mismo los musgos aportan datos sobre las áreas de explotación de las maderas.
Abstract
Neolithic site of La Draga (Banyoles), dated to 5300-4900 cal BC, have an extraordinary conditions of
conservation of organic material. Recent studies have recovered remains of mosses adhered to an oak trunk used
as a pillar. In this paper the results of their study are presented and paleoecological environment in which they were
developed, as well as their contributions to the interpretation of the site is discussed. The recovered remains have been
identified as pleurocárpicos mosses, specifically Leucodon sciuroides (Hedw.) Schwägr. and Leptodon smithii (Hedw.)
F. Weber & D. Mohr. These species are currently typical in humid Mediterranean regions, live in environments where
light to moderate rain but with high humidity, dew or frequent fog. Anthracological and palynological field data have
documented that these mosses were developed in dense oak forests. Also the mosses provide data about exploitation
wood areas.
1. Introducción
El conocimiento sobre el paleoambiente
prehistórico está limitado por las características
de conservación de los contextos arqueológicos
de zonas templadas. En estos contextos la
conservación de la materia orgánica generalmente
es limitada, ya que solo se conservan los restos
de madera y semillas carbonizados y/o las partes
resistentes a la descomposición como el polen
o los fitolitos. Excepcionalmente, los restos no
carbonizados como la madera se pueden conservar
en ambientes con poca oxigenación y saturación
de agua, donde las actividades bacterianas son
bajas o nulas (Piqué, 2006). En la península ibérica
estas condiciones de conservación se dan en pocos
yacimientos arqueológicos, entre los que destacan
el yacimiento de La Draga (Bosch, et al., 2006,
2011) y pozos de cronología romana (Carrión &
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Rosser, 2010; Piqué, et al., 2015). Sin embargo
en estos contextos no se han descrito hasta la fecha
hallazgos de restos de briofitos.
El yacimiento de la Draga se localiza en el
margen este del lago de Banyoles (Fig. 1). Una
parte de los niveles arqueológicos ha permanecido
por debajo del nivel freático, desde el Neolítico,
permitiendo la conservación de los elementos
constructivos, artefactos de madera y las plantas
acumuladas por procesos naturales o por factores
antrópicos (Bosch, et al., 2000, 2006, 2011;
Palomo, et al., 2014). Entre los restos orgánicos
conservados en el yacimiento se han recuperado
restos de briófitos adheridos a uno de los postes
de sustentación. Estos restos constituyen el objeto
de estudio de este trabajo, que se ha centrado
en la identificación del material briofítico y la
discusión de sus posibles implicaciones a nivel
paleoambiental y paleoeconómico.
La conservación de la materia orgánica permite
que la Draga tenga un marco incomparable para la
interpretación de los contextos ambientales de una
comunidad neolítica en la zona mediterránea de
la península Ibérica. El estudio de los briófitos de
La Draga pretende contribuir a una reconstrucción
más completa del medio ambiente neolítico del
entorno de Banyoles. Este yacimiento ha sido
objeto de diversos estudios paleoambientales en
base a macrorrestos vegetales y restos polínicos
Figura 1.Localización del yacimiento de la Draga en la
península ibérica (Palomo, et al., 2014)
—
Location of the site of La Draga in the Iberian
Peninsula (Palomo, et al., 2014).
Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. Sec. Biol., 110, 2016
A. Franch, L. Saéz y R. Piqué.
(Caruso & Piqué, 2014; Burjachs, 2000; Pérez
Obiol, 1994; Piqué, 2000; Revelles, et al., 2014),
por lo tanto, el estudio de los briófitos permitirá
aportar nuevos datos para completar la imagen del
entorno y, a su vez, aportar datos para caracterizar
el entorno paleoecológico en el que vivieron las
comunidades neolíticas. La procedencia de los
briófitos también puede aportar información sobre
los procesos de obtención de los postes de madera,
la localización de las áreas explotadas, además
de los procesos de transformación y consumo de
estos elementos constructivos.
1.1. Historia de las investigaciones sobre
briófitos en arqueología
Los análisis sobre briófitos en arqueología se
iniciaron en la década de los 70 del pasado siglo, y
se enfocaron sobre dos cuestiones: paleoecología
y paleoeconomía. Desde el principio se planteó
la posibilidad que los briófitos fueron utilizados
por las sociedades prehistóricas, y se destacó su
potencial para obtener datos paleoambientales
(Dickson, 1973).
Destacan los trabajos realizados por
Williams (1976) en numerosas excavaciones en
las Islas Británicas, como por ejemplo Stilbury
Hill (Wiltshire) con una datación de 2145±95
BC, donde evidenció que a partir de la ecología
actual de las especies de briófitos identificadas,
se podían obtener indicadores de las condiciones
ambientales del neolítico.
También se han realizado diversos
trabajos orientados a resolver problemáticas
paleoeconómicas (Saatkaup, et al., 2011). Se ha
documentado el uso de musgos como aislante de
suelo y paredes, como en el caso del yacimiento
neolítico de Chalain (Francia), donde se propone
el uso de Neckera complanata (Hedw.) Huebener,
N.crispa (Hedw.), Anomodon viticulosus
(Hedw.) Hook. & Taylor, y Leucodon sciuroides
(Hedw.) Schwägr. (Bailly, 1997). También se
ha documentado su uso para impermeabilizar
embarcaciones durante la edad del bronce, como
por ejemplo en los botes de Briggy North Ferriby
(Islas Británicas) (Seaward & Williams, 1976).
Incluso se ha documentado el consumo humano
de musgos durante el neolítico. Concretamente
con la descubrimiento de la momia del hielo, Ötzi,
en 1992, se llevaron a cabo numerosos análisis que
permitieron identificar Neckera complanata en el
intestino y el recto de la momia (Dickson, et al.,
2005 y 2009). Como consecuencia del aumento
de los hallazgos de briófitos en contextos de
cronologías heterogéneas, desde el neolítico hasta
la época moderna, se ha identificado su uso como
elementos de vestuario, aislamiento, añadidos
para la cerámica, etc. (Constatin & Kuijper,
2002; Saatkaup, et al., 2011).
Actualmente, los briófitos ya son parte de los
estudios sobre medio ambiente en arqueología. La
Paleoambiente del yacimiento neolítico de La Draga (Banyoles); estudio de los restos de briófitos
aparición de datos de este tipo de materiales en
manuales de métodos y técnicas de arqueología
permiten aportar más información en este ámbito
de estudio (Reitz & Shackley, 2012).
2. Material y Métodos
2.1. El poblado neolítico de la Draga
El yacimiento de la Draga se encuentra
en el municipio de Banyoles (Pla de l’Estany,
Catalunya), en la ribera este del lago. Sus
coordenadas geográficas son 42º 7’ 35’’ latitud
norte, y 2º 45’ 35’’ longitud este, a una altitud de
172 m (Fig.1). El yacimiento fue descubierto en
1990 y ha sido objeto de diversas campañas de
excavación hasta la actualidad. El poblado ocupa
unos 8000 m2 de los que se han excavado apenas
un 10%, (Bosch, et al., 2000, 2006, 2011; Palomo,
et al., 2014; Tarrús, 2008). Se ha intervenido en
tres sectores (Fig.2). El sector A corresponde a
la zona más alta del yacimiento, donde el nivel
arqueológico ha quedado por encima del nivel
freático. En este sector los restos vegetales solo
se conservan carbonizados, con la excepción de
las puntas de los postes que están clavados en el
nivel de la creta lacustre que sí que se encuentra
49
bajo el nivel freático. En el sector B y D, el nivel
arqueológico se encuentra por debajo del nivel de
las aguas freáticas, por lo que los restos vegetales
se conservan también sin carbonizar. Finalmente
el sector C se sitúa actualmente bajo las aguas del
lago, por lo que también aquí la conservación de
los restos vegetales es excepcional. Las especiales
circunstancias de conservación del yacimiento se
deben a que el nivel arqueológico quedó incluido
en el nivel freático desde el neolítico, lo que ha
permitido recuperar un conjunto singular de
objetos de madera, entre estos más de un millar de
postes y diversas herramientas, fibras vegetales y
millares de semillas.
Las dos fases de ocupación documentadas
hasta la fecha han sido datadas entre 6270±40 BP y
6130±40 BP (5320–4980 cal BC, fechas calibradas
antes del presente mediante el programa OxCal
4.2.3 de Bronk Ramsey 2013) (fase I) y 6180±40
BP y 6010±40 BP (5210–4800 cal BC) (fase
II) (Palomo, et al., 2014). Las investigaciones
realizadas hasta la fecha han permitido documentar
que el asentamiento fue ocupado por una de las
primeras comunidades agrícolas y ganaderas
de la región, que practicaban una agricultura
cerealística, además de criar ovejas, cabras, cerdos
y vacuno.
Figura 2. Límites del yacimiento de La Draga y localización de los sectores excavados (Palomo, et al., 2014).
—
Boundaries of the site and localization of excavated sectors of La Draga (Palomo, et al., 2014).
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A. Franch, L. Saéz y R. Piqué.
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2.2. Procedencia de las muestras
Las muestras estudiadas proceden del
sector B. Estaban adheridas en la corteza de
un poste clavado en la creta lacustre, que fue
extraído durante la campaña del año 2013. Los
briófitos se encontraban en la porción del poste
que estaba dentro de la creta (Fig. 3a y 3b), por
lo que permaneció allí desde que el poste fue
clavado durante la ocupación neolítica, para ser
usado como pilar o sustentación de las estructuras
habitacionales, hasta el momento de su extracción
durante la excavación arqueológica. El poste (P1137) está confeccionado a partir de un tronco de
roble (Quercus subg. Quercus) que conservaba
la corteza, si bien presenta un extremo que se ha
trabajado para obtener una forma apuntada. No se
sabe la longitud original del poste, ya que la parte
superior que se encontraba por encima del nivel
freático se ha descompuesto. En el momento de
su excavación se había conservado una porción de
1,8 m aproximadamente.
Una vez en el laboratorio, se extrajeron los
restos de briófitos adheridos a la corteza, esta
extracción se llevó a cabo manualmente con la
ayuda de unas pinzas y una lupa binocular con
una magnificación de 8 a 40 aumentos. Los restos
de briófitos, una vez extraídos, se guardaron en
eppendorfs etiquetados, con una mezcla de agua
destilada, glicerina y alcohol, en una proporción
de un tercio de cada. Esta composición permite
que la muestra no se degrade.
A continuación se realizó una primera
observación, con la ayuda de una lupa binocular,
de la morfología y los aspectos generales de los
restos para determinar que se trataba de musgo, y
no de hepáticas o de algún otro tipo de planta.
Finalmente, las muestras (filidios y algunos
caulidios) se prepararon en un portaobjetos con
agua destilada y glicerina. Se observaron mediante
un microscopio óptico (Olympus BX41) de luz
transmitida con una magnificación de 140 a 900
aumentos. Para la determinación de los musgos se
ha utilizado Casas, et al. (2001).
3. Resultados
Los taxones identificados en la corteza del
P-1137 pertenecen al orden de las Leucodontales,
se trata de musgos pleurocárpicos, con caulidios
primarios prostrados, irregularmente ramificados
y caulidios secundarios tumbados o erectos.
Esporófitos con cápsula erecta y perístoma. Hemos
podido determinar que las muestras pertenecen a
la clase Bryopsida, orden Leucodontales, familia
Leucodontaceae: Leucodon sciuroides (Hedw.),
y a la familia de la Leptodontaceae: Leptodon
smithii (Hedw.) F. Weber & D. Mohr.
3.1. Leucodon sciuroides
Figura 3. (a) Imagen del poste de Quercus subg.
Quercus. (b) detalle de la corteza con los restos
briofíticos.
—
(a) Image of the Quercus subg. Quercus. (b)
detail of bark with remains of bryophytes.
2.3. Metodología de análisis
El material briofítico que procede de
ambientes húmedos o saturados de agua, se
mantuvo en una atmósfera húmeda para evitar
su descomposición. Por este motivo, una vez
extraída la corteza del tronco con los restos de
briófitos de la matriz sedimentaria, se procedió
a su conservación en un contenedor cerrado con
abundante agua.
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Morfología: Presenta caulidios primarios
reptantes, de los cuales nacen caulidios
secundarios de 10 a 30 mm, erguidos o arqueados,
diversas veces bifurcados o simples. Los filidios
presentan varios pliegues longitudinales y son
ovato-lanceolados, acuminados y sin nervio. La
células de los filidios son redondeadas en los
laterales y alargadas en el centro (Fig. 4a y 4b).
Las cápsulas pueden ser ovoides, elipsoidales o
cilíndricas, y presentan una seta largada (Casas, et
al., 2001; Guerra, et al., 2014).
3.2. Leptodon smithii
Morfología: La segunda especie identificada
es Leptodon smithii: se trata de un musgo
de tamaño medio, con caulidios primarios
prostrados adheridos al substrato, que emiten
caulidios secundarios pinnados, subcomplanados,
circinados en seco. Los filidios son ovados,
redondeados en el ápice y el margen es curvado
(Fig. 5a y 5b). El nervio es simple, y en general
no sobrepasa la mitad del filidio (Fig. 4a). Las
Paleoambiente del yacimiento neolítico de La Draga (Banyoles); estudio de los restos de briófitos
Figura 4. (a) Filidio de Leucodon sciuroides. (b) parte
del gametófito de Leucodon sciuroides.
—
(a) One of the leaves of Leucodon sciuroides.
(9) part of the gametophyte of Leucodon
sciuroides.
células son ovadas, lisas y de paredes gruesas. Las
cápsulas son elipsoidales y de seta corta (Casas, et
al., 2001; Guerra, et al., 2014).
3.3. Ecología
Los dos musgos identificados actualmente
son propios de zonas de clima mediterráneo y/o
submediterráneo (Fuertes, et al., 1997; Guerra,
et al., 2014). En altitudes bajas se asocian a una
vegetación de carácter perennifolio y caducifolio
con un estrato arbustivo muy desarrollado, y un
estrato arbóreo alto, donde Quercus ilex (encina)
es la especie dominante, mientras que los Quercus
sp. caducifolio (roble) se encuentran en zonas
sombrías y de mayor altitud. En altitudes medias
de clima submediterráneo, donde se registra
un grado mayor de humedad, se asocian a una
vegetación dominada por árboles de hoja caduca,
predominantemente Quercus sp. caducifolio
(roble), aunque también prospera vegetación
mediterránea más o menos resistente al frío como
Quercus ilex L. (encina).
A menudo aparecen con otras especies de
briófitos, Frullania dilatata (L.) Dumort., Zygodon
51
Figura 5. (a) Filidio de Leptodon smithii. (b) parte del
gametófito de Leptodon smithii.
—
(a) One of the leaves of Leptodon smithii. (b)
part of the gametophyte of Leptodon smithii.
rupestris Schimp. ex Lorentz, Orthotrichum
diaphanum Schrad. ex Brid., Syntrichia laevipila
Brid., Pterygynandrum filiforme (Hedw.) y Porella
platyphylla (L.) Pfeiff. (Casas, et al., 2001).
Estos taxones aparecen juntos de forma
recurrente en rocas o árboles vivos. Cuando se
encuentran adheridos en árboles, se localizan, por
lo general, hacia la parte basal del tronco, debido a
que la cercanía con la humedad del suelo favorece
su desarrollo. Pueden encontrarse rodeando todo el
tronco cuando los árboles se localizan en bosques
húmedos y cerrados con poca luz. En cambio, en
espacios o bosques abiertos, estos briófitos ocupan
las zonas más sombrías.
4. Discusión de los resultados
4.1. Origen de los briofitos
Uno de los aspectos de interés de la presencia
de los musgos en las maderas de La Draga es
comprender cómo y dónde se formaron. El origen
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y proceso de conservación de los restos puede
aportar datos sobre el proceso de construcción de
las estructuras de madera, concretamente sobre el
origen de las materias primas utilizadas.
Se descarta totalmente el crecimiento de los
musgos en el lugar donde se encontraba el poste en
el asentamiento. El tronco fue talado en el bosque
circundante y transportado al asentamiento para
ser utilizado como poste. Con este fin se apuntó
uno de sus extremos, pero no se extrajo la corteza
ni se llevó a cabo ninguna otra modificación. El
poste fue clavado en el suelo hasta alcanzar la
creta lacustre, donde se hundió más de un metro, y
allí permaneció hasta su excavación.
Una vez fue clavado el tronco en la creta
lacustre, la parte basal del pilar habría quedado
totalmente cubierto y en condiciones anaeróbicas.
En este contexto se puede descartar totalmente
el desarrollo in situ de los musgos ya que este
ambiente no permitiría el crecimiento de este tipo
de plantas. Así los musgos debieron colonizar el
árbol en el bosque donde se talaron los troncos.
En el momento de la extracción del tronco
durante la excavación se pudo constatar que los
musgos conservaban el color original, por lo que
se puede afirmar que apenas se degradó.
4.2. Paleoecología del yacimiento de La
Draga.
A partir de las características ecológicas
actuales de los taxones y su contextualización
con los datos paleoambientales obtenidos partir
de otros estudios realizados en el yacimiento de
La Draga se llevará a cabo una discusión sobre el
contexto en que se desarrollaron los musgos de La
Draga.
Los registros paleoambientales existentes
en el yacimiento de La Draga y Banyoles han
proporcionado datos relevantes sobre el paisaje
y su evolución durante el Holoceno que permiten
contextualizar el entorno en el que vivieron los
musgos.
Según se observa en los registros polínicos
de los sedimentos lacustres del lago de Banyoles
(Pérez-Obiol & Julià, 1994), el bosque
caducifolio de roble se expandió en la región a
inicios del Holoceno. La vegetación característica
del Pleniglaciar, dominada principalmente
por Pinus sp. (pino), Artemisia sp. y Poaceae
(gramíneas), fue reemplazada por una vegetación
arbórea dominada por Quercus sp. caducifolio
(roble) y Corylus avellana L. (avellano). En
la secuencia holocena se observa una rápida
colonización causada por una mejora de las
condiciones climáticas, que permitió que Quercus
sp. sustituyera a Pinus sp.
Los datos paleoambientales del yacimiento
de la Draga permiten caracterizar el paisaje vegetal
en el momento de la ocupación del asentamiento,
y por lo tanto conocer la composición de los
bosques circundantes en los que se desarrollaron
los musgos. Cabe señalar que los restos de maderas
Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. Sec. Biol., 110, 2016
A. Franch, L. Saéz y R. Piqué.
y carbones recuperados en el yacimiento reflejan
con toda probabilidad las especies locales ya que
la recolección de leña y madera para diferentes
finalidades generalmente se realiza en un radio
cercano al asentamiento. Los datos provienen,
mayoritariamente de los análisis polínicos
(Burjachs, 2000) y antracológicos (Caruso&
Piqué, 2014; Piqué, 2000) y de los restos de
semillas (Antolin, et al., 2013). Según estos
estudios en el área donde se sitúa el yacimiento,
en el margen del lago, crecía un bosque de ribera
compuesto por: Laurus nobilis L. (laurel), Ulmus
sp. (olmo), Fraxinus sp. (fresno), Corylus avellana
(avellano), Salix sp. (sauce), Alnus glutinosa
L. (aliso), Sambucus sp. (sauco), Populus sp.
(chopo), Clematis vitalba L. (clemátide) y Cornus
sanguinea L. (cornejo). En este entorno lacustre
crecían otras especies acuáticas e higrófilas como
las ciperáceas (Cyperaceae), los juncos (Juncus sp.)
y eneas (Typha sp.), propias de estos humedales.
A continuación se situaría un robledal, en el
que también prosperarían Acer sp. (arce), Buxus
sempervirens L. (boj), Tilia sp. (tilo), Prunus sp.,
Pinus tipo sylvestris/nigra (pino albar o negral) y
Taxus baccata L. (tejo). Estas especies arbóreas y
arbustivas ponen de manifiesto la presencia de un
robledal que gracias al régimen de temperaturas
y humedad se desarrollaría en cotas más bajas
que en la actualidad. En un ambiente más seco,
se desarrollaría un bosque mixto con especies de
carácter mediterráneo, aunque la presencia de las
especies propias de ambientes mediterráneos en
el yacimiento es marginal, lo que permite suponer
que estos bosques se situarían en zonas más
alejadas o tendrían una extensión más restringida.
Las coníferas, sobretodo abetos, aunque también
se ha documentado la presencia de pino (Pinus
tipo sylvestris/nigra) y tejo, podrían crecer en
zonas más elevadas (Antolín, et al., 2013;
Burjachs, 2000; Caruso & Piqué, 2014; Piqué,
1996, 1998, 2005). De acuerdo al registro polínico
de la excavación subacuática del yacimiento de la
Draga, se ha podido constatar la existencia de una
cobertura arbórea importante (media del 85,3%), y
en la que el bosque de ribera tendría una presencia
más restringida (media de 8,5%) (Burjachs,
2000).
El dominio del robledal a baja altitud denota
que durante la ocupación del asentamiento
el clima era más húmedo que el actual. Cabe
mencionar que los recientes análisis isotópicos
realizados por Aguilera et al. (2011), sobre los
anillos de Quercus pubescens y Quercus petraea
del yacimiento de La Draga permiten plantear
que durante la ocupación del yacimiento las
temperaturas eran ligeramente inferiores y la
disponibilidad del agua era mayor (Aguilera, et
al., 2011).
En este robledal denso podríamos situar los
musgos que hemos identificado en este trabajo, ya
que el nivel de humedad y la proximidad del lago
permitirían su aparición y desarrollo.
Paleoambiente del yacimiento neolítico de La Draga (Banyoles); estudio de los restos de briófitos
4.3. Aportación de los briófitos a la
interpretación del yacimiento
En el yacimiento de la Draga se han
documentado hasta la fecha más de un millar de
postes. El roble fue la especie más utilizada para
elaborar los postes, representan el 95% de los
postes analizados (Bosch, et al., 2000; López,
2015).
Leptodon smithii y Leucodon sciuroides
suelen colonizar árboles vivos y rocas (a menudo
calizas) situadas en zonas sombrías, ya que
requieren ambientes húmedos para desarrollarse,
aunque en algunas zonas son capaces de soportar
la desecación durante un largo periodo de tiempo.
Los musgos recuperados en el poste P-1137
es una caso extraordinario, únicamente se han
registrado e identificado briófitos en este tronco
objeto del presente estudio. Entre el millar de
troncos extraídos hasta la fecha no se había
registrado nunca la presencia de musgos en sus
cortezas. Esta ausencia de restos no puede ser
atribuida a la falta de conservación de la corteza,
ya que en los pilares estudiados entre 1990 y 1998
la tasa de conservación de ésta es altísima (Bosch,
et al., 2000). Por lo tanto, se tienen que considerar
otros factores para poder dar respuesta a su
ausencia en el registro. A continuación planteamos
dos posibles hipótesis que podrían dar respuesta a
esta cuestión.
La primera hipótesis permite plantear la
diversidad de procedencia del roble. La ausencia
de briófitos en los otros postes podría deberse
a que estos estaban ausentes originalmente en
el bosque. Los pilares fijados donde no se ha
documentado briófitos podrían provenir de áreas
abiertas y soleadas, y por lo tanto de una zona
más periférica del robledal. En cambio, el roble
con restos de briófitos podría haber sido extraído
de una ambiente más cerrado y húmedo, en un
lugar del robledal más denso. Siguiendo esta
hipótesis, el roble con restos de musgo adherido,
se encontraría en una zona interior del robledal, y
sería explotado cuando la parte periférica ya había
sido talada.
Una interpretación alternativa considera
un tratamiento diferencial de los pilares una vez
talados. Los troncos sin restos de briófitos fueron
talados en grandes cantidades y acumulados para
su posterior uso, causando la degradación de los
restos vegetales adheridos. Esto plantearía una
tala masiva del robledal para la construcción
del poblado. Y situaría el tronco con restos de
briófitos como un pilar de reparación o anexado
posteriormente, talado y fijado en un periodo
de tiempo corto, que permitió la conservación
de Leptodon smithii y Leucodon sciuroides. No
obstante, algunos estudios recientes (Táborská,
et al., 2015) indican que algunas especies de
briófitos pueden mantenerse durante períodos
relativamente largo sin degradarse, mientras
la corteza se conserve en buenas condiciones.
Estos estudios se han centrado en otras especies
53
leñosas distintas, Fagus sp. y Abies sp., por lo
que sería necesario ampliar nuestro conocimiento
sobre cómo afectan a los briofitos los procesos de
degradación de la corteza en el caso de Quercus
sp., que es la especie sobre la que se encontraban
los restos de briofitos de La Draga.
Por el momento no es posible profundizar
en estas cuestiones, para poder contrastar estas
interpretaciones, sería necesario considerar
los análisis dendrocronológicos de los pilares,
todavía en curso, que permitirían determinar
los momentos de tala de los postes y su posible
contemporaneidad.
5. Conclusiones
Destacar la importancia de los estudios
de briófitos, aunque no se trata de un material
arqueológico registrado de forma recurrente,
permite plantear cuestiones sobre la formación
de los conjuntos arqueológicos y aportar datos
paleoecológicos a nivel local.
El estudio permite determinar que los musgos
se desarrollaron en un ambiente con una densa
cobertura arbórea donde los robles y el bosque de
ribera constituirían la vegetación dominante. Estos
bosques crecerían a baja altitud, en un ambiente
más húmedo que en la actualidad.
Este bosque sería explotado para la
obtención de materia prima para el levantamiento
de viviendas. En este proceso se transportaron los
musgos al yacimiento, donde se han conservado
debido a su rápida inclusión en la creta lacustre
y a las condiciones anaeróbicas. El estudio
efectuado permite plantear la necesidad de un
buen conocimiento de los procesos de formación
del conjunto briológico y arqueológico para su
interpretación.
Agradecimientos
Trabajo realizado en el marco del proyecto
“Organización social de las primeras comunidades
agrícola-ganaderas a partir del espacio doméstico.
Elementos estructurales y áreas de producción y
consumo de bienes. Arquitectura en madera y áreas
de procesado y consumo de alimentos”(HAR201238838-C02-01 y HAR2012-38838-C02-02),
financiado por Ministerio de Economía y
Competitividad - Subdirección General de
Proyectos de Investigación, y del Proyecto “La
Draga en el procés de neolitització del nordest peninsular” (437 K117), financiado por el
Departament de Cultura de la Generalitat de
Catalunya. Raquel Piqué y Anna Franch son
miembros del grupo de investigación AGREST
(2014SGR1169), financiado por AGAUR.
Agradecemos al equipo de La Draga el apoyo para
la realización de este trabajo.
Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. Sec. Biol., 110, 2016
A. Franch, L. Saéz y R. Piqué.
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