El Batallón de Inteligencia 601 fue una unidad especial de inteligencia del Ejército Argentino, cuya estructura fue creada a finales de la década de 1970 y disuelta en el año 1985.2 Es célebre por participar en el terrorismo de Estado en Argentina y en la Operación Condor. Su personal recolectó y se infiltró en guerrillas y organizaciones de derechos humanos, al tiempo que coordinó contra los miembros de estas organizaciones asesinatos, secuestros y otros abusos. Doctrina del accionar represivo Las acciones llevadas adelante por las fuerzas armadas (FFAA), por las fuerzas de seguridad (FFSS) y por el personal civil de inteligencia (PCI), derivadas de la aplicación de las orientaciones estratégicas y operacionales de carácter general detalladas en la directiva 1/75 del Consejo de Defensa, se destacan los siguientes puntos: “3. Finalidad La presente Directiva tiene por finalidad instrumentar el empleo de las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales y otros organismos puestos a disposición del Consejo de Defensa para la lucha contra la subversión, de acuerdo con lo dispuesto por los Decretos 2770, 2771, 2772 (…) 6. Ideas Rectoras a. Concepción Estratégica (…) 3. Dado que la subversión ha desarrollado su mayor potencial en los grandes centros urbanos y en algunas áreas colindantes, el esfuerzo principal de la ofensiva será llevado sobre el eje TUCUMÁN, CÓRDOBA, SANTA FE, ROSARIO, CAPITAL FEDERAL, LA PLATA”. Para complementar el accionar represivo, la directiva contempla: “Aniquilar los elementos constitutivos de las organizaciones subversivas a través de una presión constante sobre ellas” (y) “Eliminar y desalentar el apoyo que personas u organizaciones de distintos tipos puedan brindar a la subversión” (Ítem 6.b.3 y 4). Solo a manera de ilustrar las circunstancias que forman parte de este análisis, se menciona que también es parte de la directiva, el anexo “Plan Funcional de Acción Sicológica a la Directiva del Consejo de Defensa 1/75 (Lucha contra la Subversión)”. Doctrina General del Accionar Represivo Las directivas arriba enunciadas fueron explicitadas en instrucciones de carácter operacional por medio de la directiva 404/75, emanada del comando en jefe del Ejército y dirigida a las unidades del Ejército, y que expone en su libro Memoria debida el capitán (R) José Luis D’AndreaMohr. En el aspecto relacionado con los objetivos y metodologías a implementar, se destaca: “3. ORGANIZACIÓN a) Elementos orgánicos 1) Cdo. Grl. del Ej. yForm. (s) (2) 2) GGUUB e IIMM (3) 3) Gendarmería Nacional b) Elementos bajo control operacional 1) Policía Federal Argentina 2) Servicio Penitenciario Nacional 3) Elementos de Policía y Penitenciarios Provinciales c) Elementos bajo control funcional Secretaría de Informaciones del Estado 4) MISIÓN DEL EJÉRCITO Operar ofensivamente (…) en el ámbito de su jurisdicción y fuera de ella en apoyo de las otras FFAA para detectar y aniquilar las organizaciones subversivas (…)”. Además: ”a) Tendrá responsabilidad primaria en la dirección de las operaciones contra la subversión en todo el ámbito nacional. (4) b) Conducirá, con responsabilidad primaria, el esfuerzo de inteligencia de la comunidad informativa contra la subversión (…) c) Establecerá la V-F (léase vigilancia de fronteras) necesaria a fin de lograr el aislamiento de la subversión del apoyo exterior. 5. IDEAS RECTORAS a) Conceptos estratégicos 1) La actitud ofensiva a asumir por la Fuerza, más los elementos puestos a su disposición, debe materializarse a través de la ejecución de operaciones que permitan ejercer una presión constante, en tiempo y espacio, sobre las organizaciones subversivas. No se debe actuar por reacción sino asumir la iniciativa en la acción, inicialmente con actividades de inteligencia, sin las cuales no se podrán ejecutar operaciones, y mediante operaciones psicológicas. Las operaciones serán ejecutadas: a) En todo el ámbito de la jurisdicción de la fuerza, en forma simultánea, con el objeto de lograr un efecto de inestabilidad permanente y el desgaste progresivo de las organizaciones subversivas. b) Con un ritmo y amplitud que restrinja la libertad de acción de las organizaciones subversivas, impidiéndoles realizar acciones de emergencia.” La directiva está firmada por Jorge Rafael Videla, entonces teniente general y comandante en jefe del Ejército, y de ella se desprende que se establecieron plazos para la ejecución de los planes, que tenían carácter general y que fueron el sustento del plan global de represión formalizado el 24 de marzo, pero planificado y puesto en práctica con anterioridad. (5) Asimismo, en estas operaciones se establece la eliminación, lisa y llana, del oponente. Se basa en el Reglamento del Ejército RC-9-1 “Operaciones contra elementos subversivos”, (6) cuya parte pertinente define: “4003 i) Aplicar el poder de combate con la máxima violencia para aniquilar a los delincuentes subversivos donde se encuentren. La acción militar es siempre violenta y sangrienta (…) dado que cuando las FFAA entran en operaciones no deben interrumpir el combate ni aceptar rendiciones. (…) 5007 h) las órdenes: como las acciones estarán a cargo de las menores fracciones, las órdenes deberán aclarar, por ejemplo, si se detiene a todos o a algunos, si en caso de resistencia pasiva se los aniquila o se los detiene, si se destruyen bienes o se procura preservarlos. (…) 5013 Emboscada: esas oportunidades no deben ser desaprovechadas, y las operaciones serán ejecutadas por personal militar, encuadrado o no, en forma abierta o encubierta”. (7) Por otro lado, con la finalidad de establecer bases doctrinarias para la capacitación y ejecución de operaciones de seguridad, el Reglamento RE-10-51 “Instrucción para operaciones de seguridad”, según define en su Introducción, buscó satisfacer la necesidad de “proporcionar conceptos precisos sobre el mejor proceder en la ejecución de operaciones de seguridad”. En el punto 3002, apartado 8, explicita: “8) Elementos a llevar Se recomienda contar con palos, cuerdas y capuchones o vendas para el transporte de detenidos…”. (8) Coherente con las directivas arriba transcriptas, y en plena implementación del Plan Represivo Nacional, se dictó la orden de operaciones 9/77 del Cuerpo I de Ejército (zona I en la planificación represiva). Esta fue firmada por el general de división, Guillermo Suárez Mason —comandante de la zona I—, y distribuida a todos los jefes de subzona para su aplicación y a los otros comandantes de zona (Cuerpos de Ejército II, III y V y zona de defensa IV) para su conocimiento, con el objetivo de marcar una línea de acción y sentar doctrina operativa. Esa orden de operaciones establecía la necesidad de “incrementar las actividades de inteligencia, como recurso destinado a aumentar los índices de presión sobre el accionar del oponente e impedir errores que se reviertan desfavorablemente sobre la fuerza”. La emisión de órdenes específicas y concretas desde las unidades menores para cumplir con las misiones operativas habría sido llevada a cabo por las unidades de inteligencia — responsables de interrogatorios y tormentos de detenidos—, con el propósito de mantener la secuencia operacional de las unidades a partir de la información que se obtenía y que ellos mismos procesaban. Para una mejor comprensión, se ordenan los conceptos de las directivas mencionadas: mantener la “responsabilidad primaria en la dirección de las operaciones contra la subversión en todo el ámbito nacional…” y conducir “con responsabilidad primaria, el esfuerzo de inteligencia de la comunidad informativa contra la subversión…”, circunstancia que lleva al cumplimiento de la meta estratégica de “no actuar por reacción, sino asumir la iniciativa en la acción, inicialmente con actividades de inteligencia, sin las cuales no se podrán ejecutar operaciones, y mediante operaciones psicológicas”. •