zona residencial fuera de murallas, pero también se debe procurar en la llamada Β no evitar una modernización oportuna, salvando, naturalmente, todo aquello que pueda restar valor, vista e interés a la zona A. También desearía esta Corporación se lograse sin prisas, pero sin pausa, «murallas limpias», es decir, librar de todo aditamento, tanto interior como exteriormente, tan insigne como singular monumento, justamente valorado por todos cuantos lo conocen y de él ¡se han ocupado, obligando a las empresas de alumbrado a retirar cuanto antes los antiestéticos postes y palomillas que invaden el paseo superior con su maraña de cables, supresión reiteradamente interesada por la Comisión Provincial de Monumentos, sin que haya sido atendida; poner en práctica, de conformidad con el programa de la segunda parte del plan de conservación, la expropiación de los edificios adosados a idichas murallas; seguir la labor iniciada de urbanizar la zona circundante de la Santa Iglesia Catedral, y liberar a la antigua iglesia de San Francisco de la antiestética y mal cuidada capilla de la Soledad, regida por la Orden Tercera, para así dejar totalmente despejado el muro sur de aquélla y visible su belleza artística y severidad gótica, facilitando luz y sol a la iglesia a través de los ventanales, ahora ocultos por dicha capilla. LA PLAZA (DEL DUQUE DE LA VICTORIA, EN SEVILLA En la sesión celebradla por esta Real Academia de San Fernando el día 24 de octubre de 1966 fue aprobado un dictamen de la Comisión Central de Monumentos, siendo ponente el Excmo. ¡Sr. D. Diego Ángulo Iñíguez, relativo a la decoración de Monumento histórico-artístico de interés local a favor de la casa-palacio de la plaza del Duque de la Victoria,, en Sevilla. Situada en el corazón |de Sevilla y ocupando casi todo el frente de una de las principales plazas de la ciudad antigua, su propietario tuvo el gran acierto, y puso en ello un esfuerzo excepcional, de crear una gran obra arquitectónica dentro de ia tradición de los principales monumentos renacentistas y mudejares de la ciudad. Se trata de una obra realizada con los materiales más nobles y de la mejor ealidad, tanto en su hermosa fachada renacentista de piedra como en los hierros, cerámicas y maderas de su exorno interior. No existe en Sevilla casa de su importancia artística que represente como ella ese resurgir de los estilos e industrias tradicionales del primer tercio del siglo y que refleje de manera más patente el — 93 deseo de fomentar ese renacer de las artes decorativas que mayor floreciemiento habían alcanzado en la ciudad en sus mejores tiempos. En su gran fachada de piedra, donde el arquitecto, sin plagiar, enlaza con temas la Sala Capitular de la catedral, lucen cuatro espléndidas rejas, ejemplos excepcionales del arte de la rejería del siglo actual. La yesería morisca ly plateresca decora patios y salones múltiples, constituyendo el último gran capítulo, y probablemente el más inteligente, de esa tradición romántica que en España mira a la Alhambra y al Alcázar y que ha dejado interesantes ejemplos en algún palacio real. Este arraigo del estilo morisco hasta principios del siglo xx es un fenómeno paralelo al del gótico del xv en Inglaterra y representa indudablemente una modalidad de la historia de nuestra arquitectura moderna. La cerámica vidriada, renacida por estos años gracias al entusiasmo de su historiador Gestos, cuenta en esta casa con un museo del mayor interés, y el arte de la forja en las múltiples rejas de su interior ha dejado también un selecto muestrario de su renacimiento en vísperas de la Exposición Ibero-Americana. La carpintería, de tipo morisco, completa el conjunto de estos interiores. A este valor, como museo de las artes decorativas del primer tercio del siglo, hijas del más laudable deseo de fomentar la mejor calidad de la artesanía sevillana, se agrega el que mucha parte de esa decoración interior procede de casas sevillanas antiguas (la petición de la Academia de Sevilla habla de artesonados mudejares, rejas, puertas, azulejos, columnas, capiteles, etc.). Por todo lo expuesto esta Real Corporación se adhiere al deseo ¡de la Academia de Sevilla en la solicitud para que urgentemente sea declarada Monumento histórico-artístico de interés local la casa-apalcio de la plaza del Duque de la Victoria, en Sevilla. CONJUNTO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE HUESCA En lu sesión celebrada por esta Real Academia el día 21 de noviembre de 1966 se aprobó el siguiente dictamen de la Comisión de Monumentos, siendo ponente D. Miguel Aranda García, relativo a la declaración de Conjunto histórico-artístico a favor de la ciudad de Huesca'. Sin entrar a repetir los datos históricos de la ciudad, perfectamente expuestos en la solicitud, es un hecho que la ciudad de Huesca conserva varios edificios de 94 —