Caminos de Clío (51886)

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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................ 2
BIOGRAFÍA DE CLÍO ..................................................................................................................... 4
PARADIGMAS FUNDADORES .................................................................................................... 5
a)
POSITIVISMO ....................................................................................................................... 5
b)
MATERIALISMO HISTÓRICO .......................................................................................... 6
c)
EL HISTORICISMO ............................................................................................................. 8
LA ESCUELA DE LOS ANNALES Y LA NUEVA HISTORIA ............................................... 10
a)
Marc Bloch, Lucien Febvre y los combates por la historia .................................................... 10
b)
Fernand Braudel y la economía del mundo .......................................................................... 11
c)
La etapa actual: Clío cambia de piel. Las nuevas miradas de la historia ................... 12
•
La historia de la cultura ..................................................................................................... 12
•
La historia serial ................................................................................................................ 13
LA HISTORIA SOCIAL ................................................................................................................. 14
CLÍO VA A LA ESCUELA: HISTORIA DE LA EDUCACIÓN ............................................... 15
a)
Un reencuentro necesario .................................................................................................. 15
b)
Los desarrollos de la historiografía de la educación en México: un inventario prospectivo 15
CONCLUSIONES........................................................................................................................... 17
1
INTRODUCCIÓN
Los Caminos de Clío: Perspectivas y debates de la historiografía contemporánea de
Belinda Arteaga Castillo se enfoca en 4 puntos particulares:
1. En el primer punto nos plantea los paradigmas fundadores: positivismo,
historicismo y marxismo.



Positivismo: La posibilidad de controlar el futuro se encuentra en el
fondo del optimismo de los hombres y sus triunfos sobre la
naturaleza.
Materialismo histórico: El enfoque materialista que Marx propone es
re significar la historia e intenta rebasar tanto el empirismo
descriptivo como el idealismo interpretativo que dota al historiador
del poder suficiente como para superponerse a su objeto de estudio.
Historicismo: Para el historicismo es el historiador y no los hechos la
clave de la construcción histórica. “La filosofía de la historia no se
ocupa del pasado en sí ni de la opinión que de él se forma en
historiador sino de ambas cosas relacionadas entre sí” (Collinwood).
Para el historicismo existen paradojas, dudas, contradicciones. Vale el
ethos lo mismo que la psique. Los hombres en su pluralidad, las
individuaciones, las particularidades.
2. El segundo punto es la escuela de los Annales y la nueva historia.
La escuela de Annales nace en 1929 y se remonta a la primera guerra mundial, en
esta revista se escribe la historia transformando al historiador en un investigador,
aparecen la intención y la experiencia de la interdisciplinariedad. Se construyen
programas de investigación que se focalizan sobre la región y la localidad como
ámbitos sugerentes para el oficio de historiador.
En una segunda etapa de la revista “Annales cambia porque todo cambia
alrededor de él: los hombres, las cosas, el mundo en una palabra… Expliquemos el
mundo al mundo”. Se busca explicar la historia tomando contexto y el momento
que se vive en la historia tomando en cuenta todos los factores que en ella aparecen
para explicar lo que sucede.
En la etapa actual: Clío cambia de piel. Las nuevas miradas de la historia.

La historia de la cultura: se estudia el comportamiento de las culturas, de la
sociedad, sin centrarse en el comportamiento económico pero sin dejarlo del
2

lado, resaltando una realidad etnográfica, sus iconos, sus costumbres y
dialéctica, etc.
La historia serial: se propone construir, a partir de sus objetos de estudio,
series analíticas que se constituyen en sus propias lógicas, cronológicas,
nucleaciones, se realiza a través del dominio de la cuantificación como
instrumentos indispensables de la nueva historia.
3. La historia social
La historia social que propone Annales no ocupa un lugar en las historias seriales.
Su rango distinto, y a la vez preferente, tiene que ver, por un lado, con la
interdisciplinariedad y, por el otro, con la lectura compleja de los escenarios
historiográficos y sus interacciones-articulaciones dialécticas.
4. Clío va a la escuela: la historiografía de la educación.
a) Un recuento necesario
La historia de la educación consagrada a la historia institucional, ideológica o
monográfica a una problemática original en las que se plantea analizar las
relaciones complejas que ligan la escuela a la sociedad, valorizando, al mismo
tiempo: nuevos conceptos, temas, escenarios, actores, fuentes y temporalidades.
b) Los desarrollos de la historiografía de la educación en México: un inventario
prospectivo.
La historia se instituye como tarea académica y como formación profesional. La
investigación se nutre de marcos teóricos. En 1973 se funda el Seminario de la
Educación del ahora CIESAS, que logra construir investigaciones sobre el
magisterio, la historia comparada de la educación rural de los años treinta y la
educación de la mujer. La lectura interdisciplinaria de la historia de la educación,
como historia social, ha permitido asociar este campo específico con el de la
historia de la cultura, las mentalidades, la mujer, la familia, la sexualidad, el
trabajo, las religiones, etc.
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BIOGRAFÍA DE CLÍO
Clío o Kleio es la Musa de la Historia; es decir, una de las nueve deidades que
habitaban con Apolo en el Parnaso y que presidían las artes liberales, en especial la
poesía. De la unión de Zeus con la titania Mnemosine (La Memoria) es que nacen
las musas; Zeus yace con Mnemosine nueve veces con la intención de engendrar a
estas diosas para que nada de lo que se dé en su reino sea olvidado y para registrar
la hazaña de los dioses que vencieron a Cronos y que ahora reinan en el cielo
(Zeus), en los mares (Poseidón) y en las profundidades donde moran los muertos
(Hades).
Su nombre significa alabar, ensalzar, celebrar. Era su principal ocupación mantener
siempre vivo el recuerdo de los actos generosos y de los grandes triunfos por eso
es la musa de la Historia y orienta a los historiadores de hoy día.
Clío tuvo un hijo con Píero, el cual se ha conocido como Jacinto (amante del dios
Apolo) a quien Afrodita había inspirado el amor tras haberse burlado del que ella
sentía por Adonis. Algunas fuentes afirman que Clío también fue madre de
Himeneo (dios de las ceremonias del matrimonio).
Se la representa sentada o de pie con un rollo de papeles o una caja de libros. Otros
Atributos: los libros, el rollo de pergamino, la tablilla de escritura y estilo, el cisne y
la trompeta. Su figura se representa con un manuscrito en la mano y junto a ella,
un cofre donde guarda sus libros. Lleva una corona de laurel. En ocasiones
sostiene una clepsidra, que es un antiguo reloj que trabaja con el flujo del agua y se
usaba para medir el tiempo de algunos discursos.
La Clepsidra es un reloj antiquísimo que opera con el flujo del agua. Fue creado
por los babilonios y perfeccionado posteriormente. En Grecia se usaba algunas
veces para regular la extensión de algunos discursos. El reloj clepsidra fue
utilizado en Europa hasta la invención del reloj de péndulo.
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PARADIGMAS FUNDADORES
La historiografía que nos proponemos revisar nace y se desarrolla a mediados del
siglo pasado, al lado de los grandes cambios que la revolución industrial y la
expansión del capitalismo maduro en el nivel mundial trajeron consigo.
Partimos de tres corrientes que, como paradigmas fundadores, habrían de signar
con sus asertos no sólo los debates respecto de la historia y su quehacer, sino que
abandonarían los recintos académicos y saldrían a la calle impactando con sus
poderosas utopías de la vida misma al construir, al lado de visiones respecto de la
realidad, los hombres y su tiempo, convocatorias políticas organizadas en función
del futuro como proyecto.
a) POSITIVISMO
Los hombres del siglo XIX atestiguaron la transformación acelerada del mundo.
Ésta comprendió no solo la producción y sus recursos sino las formas hasta
entonces dominantes de entender la realidad e interactuar en y con ella.
Las ciencias naturales avanzaron en el conocimiento de las leyes que determinaban
la regularidad de los comportamientos de la materia. Las hipótesis centrales
basaban en la evidencia, la experimentación y la capacidad comprobatoria la
verdad de sus hipótesis.
Estas preocupaciones se encuentran presentes también en las ciencias sociales y,
por ende, en la historiografía positivista que se propone encontrar las leyes
generales reguladoras del devenir social.
De ahí que la recuperación central de esta historia sea, como afirma Ranke, “solo
mostrar lo que realmente aconteció”.
La permanencia de estos hechos en relación con la regularidad, que es, a fin de
cuentas el asidero de la predictibilidad, es decir, de la capacidad anticipatoria de la
ciencia histórica positiva basada en leyes generales que explican la particularidad y
le dan sentido.
La evolución natural el progreso como sino de la marcha histórica, la sociedad
pasada en términos de organismo vivo, son los asertos sobre los cuales se
constituye esta mirada de la historia.
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Los positivistas decimonónicos, influidos por el pensamiento predominante de su
tiempo, ven con optimismo el futuro que ofrece la posibilidad de ascenso de la
humanidad a estadios cualitativamente superiores de la vida. Su confianza se
centra en la racionalidad y la certeza. Por esta razón se sumergen en un laberinto
de documentos, actas, registros y luego enuncian con precisión la historia como
hecho.
La ciencia y sus instrumentos fueron la base argumentativa de esta nueva mirada y
la historia se constituyó en un quehacer que se supuso riguroso, sistemático,
objetivo.
b) MATERIALISMO HISTÓRICO
Carlos Marx se encuentra con la miseria y la explotación, pero también con el
socialismo como imaginario de sociedad futura en la que los obreros serán la
vanguardia orgánica responsable de reconstruir el mundo.
La apuesta teórica de Marx se asienta en la contradicción, la dialéctica y la lucha de
clases.
No se trata sólo de describir desde una actitud contemplativa lo que ocurre en el
mundo, se trata de transformar por la vía de la praxis y de resolver a favor de los
desposeídos el nudo contradictorio del capitalismo.
Piensa en la revolución posible, y construye la poderosa utopía que más tarde
pueblos enteros perseguirán como el destino.
Desde la perspectiva de la producción, el enfoque materialista que Marx propone
resignifica la historia e intenta rebasar tanto el empirismo descriptivo como el
idealismo interpretativo.
Las tesis de Marx apuntarán al descubrimiento de las leyes generales que rigen la
vida social. Como él, supondrá un futuro mejor como resultado de una serie de
rupturas. La revolución entendida como conflagración violenta mediante la cual
los sujetos históricos construyen la nueva realidad es, pues, la alternativa para la
marcha ascendente de la historia.
Marx alude al socialismo científico y al materialismo histórico como propuestas
centrales que, al lado del método dialéctico, se constituyen en formas de entender
el mundo, articular explicativamente sus comportamientos estructurales y
propositivamente sus planteamientos políticos.
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Sus preocupaciones centradas en el presente no desconocen la naturaleza histórica
del mundo. Sus hipótesis tienden también a predecir y lo hace a partir del análisis
del capitalismo como modo de producción y de las sociedades de su tiempo como
formaciones sociales determinadas históricamente.
Su agudeza crítica, su convicción política, su lucidez, la explotación, la
desesperanza y su resolución dialéctica en la lucha de clases primero y después en
el ascenso de la clase obrera como vanguardia revolucionaria lo llevan a la
comprensión de la lógica subyacente que mueve industrias y mercados, que dan
sentido al dinero y explican los contratos, los salarios, la ganancia.
Marx aspiró a conocer la realidad como totalidad compleja, sus propuestas
metodológicas para aprehender los procesos sociales en su historicidad plena se
encuentran desarrolladas a lo largo de su obra, pero los textos clave para atender la
metodología que aplica al análisis de un momento específico es, sin duda, La lucha
de clases en Francia, 1848-1851 y El dieciocho brumario de Luis Bonaparte.
El capitalismo demuestra por la vía de los hechos su capacidad reproductora,
transformadora y emuladora. La resistencia histórica de los capitalistas a ceder aun
mínimamente sus parcelas de beneficio niega las hipótesis marxianas sobre el
futuro de la humanidad.
El marxismo se desplazó gradualmente de los sindicatos y los partidos políticos a
los institutos de investigación y los departamentos de universidad.
Marx transitó de la filosofía a la política y de ahí a la economía, los neomarxistas
prefirieron discutir sobre cuestiones epistémico-metodológicas. Optaron por
tradiciones premarxistas y recuperaron categorías y conceptos no marxistas. Ello
no implicó una renuncia a la lucha contra el orden establecido como principio ni
una capitulación. Las distancias que se plantearon fueron de la pertenencia formal
al análisis desde fuera, o bien la abstención.
A finales de los años sesenta y principios de los setenta una nueva crisis económica
capitalista y movimientos estudiantiles en un gran número de países sacudió a los
teóricos marxistas. En este periodo se realizan esfuerzos explicativos sobre las
clases sociales, la filosofía y la cultura.
La influencia del marxismo en esta década rebaso las fronteras tanto geográficas
como disciplinares. En ese momento, el tránsito de la teoría de las barricadas a la
academia se trastoca y puede observarse un movimiento que va de los partidos a
las universidades y de ahí a las calles.
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En esa década el materialismo histórico y las corrientes neomarxistas encontraron
su sitio en la historiografía mundial. En los años ochenta las bases teóricas del
marxismo empezaron a ser cuestionadas desde dentro.
Nuevos problemas y corrientes surgieron que obligaron a la teoría a generar
nuevas interrogantes y respuestas originales.
La crisis económico-política de los países del Este iniciada en la Unión Soviética, la
posterior desaparición de lo que hoy se conoce como socialismo real, la caída del
Muro de Berlín y la socialización de informes secretos sobre el comportamiento del
estalinismo y de las burocracias militares que se entronizaron tras la llama
“Cortina de Hierro”, movieron a los herederos de la escuela marxista a
replantearse seriamente el paradigma en su conjuntos o bien algunas de sus
hipótesis centrales. La necesaria revisión de la utopía es, en nuestros días, una
tarea provocadora para quienes se resisten a aceptar “el fin de la historia” y al
capitalismo como única vía.
La separación entre el terreno teórico e investigativo de la ortodoxia tiene que ver
con la urgencia de crear alternativas a partir de una crisis, de largo alcance, que
afecta todos los terrenos de la vida humana y que comporta lo mismo peligros que
oportunidades.
Los clionautas marxistas frente a la opción de archivar el pasado pueden, por el
contrario, transformarlo en una magnífica caja de Pandora que otorgue al hombre,
a pesar de todos sus males, el don de la esperanza.
c) EL HISTORICISMO
El historicismo, nace como reacción frente al positivismo. Se ubica en el campo
propiamente historiográfico y desde el pretende resolverse. El historicismo es el
historiador y no los hechos la clave de la construcción histórica. El historiador
apela a los hechos, los construye, decide sobre ellos en la medida que los
selecciona, los ordena y, sobre todo, los interpreta.
La lógica que otorga al historiador, transforma en crítica el fundamento empírico
de los documentos y las fuentes en que el positivismo creyó encontrar la resolución
absoluta de la objetividad.
El peso que se atribuye al sujeto como resignificador de los hechos revierte la
postura epistemológica del positivismo, pero no se detiene en un subjetivismo que
podría colocar al investigador y su materia de trabajo. No se niega al científico de
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la historia sino que se propone una resolución diléctica e interactuante a partir de
la cual entre sujeto y objeto se establece un cierto equilibrio y una cierta obligación
de verificación mediante fuentes confiables y directas. Collinwood reconoce “La
filosofía de la historia no se ocupa del pasado en si ni de la opinión que dé él se
forma el historiador sino de ambas cosas relacionadas entre sí”. Carr sintetiza “Un
proceso continuo de interacción entre el historiador y sus hechos, un dialogo sin
fin entre el presente y el pasado”.
Los historicistas argumentan que solo desde una lectura inteligente del pasado este
deja de ser algo muerto y se transforma en proceso vivo y, por lo tanto, histórico.
Una historia-hechos carente de vida y de interpretación, los historicistas proclaman
una historia viva, presente, en la que los valores, las ideas, las pasiones toman su
lugar en los procesos.
En la historia confluyen, la lógica y la racionalidad y los motivos profundos,
internos e inconscientes que cobran significado solo a partir de la interacción
simbólica, de la moral o de los sentimientos humanos.
El historiador no puede resolver, todas las incógnitas ni explicar con certeza las
tramas en su totalidad. Suponen que a lo largo de los siglos han regido leyes,
continuidades, regularidades. El historicismo existen paradojas, dudas y
contradicciones.
Bernetto Croce, reconoce este paradigma el papel del hombre como constructor de
procesos históricos, pero no el hombre como individuación inexistente, sino el
hombre en sociedad, el hombre colectivo, el hombre en relación con los otros.
Reconoce al individuo, sus prácticas, sus identidades, sus formas de pensar e
imaginar como elemento consustancial a lo histórico; no atribuye solamente a los
grandes hombres el peso definitivo sino a las colectividades que serán, como
fuerzas, como actores, responsables de la marcha de los tiempos.
Una de las aportaciones más importantes de esta escuela es el haber abierto la
posibilidad de realizar lecturas del pasado en donde los valores, la cultura, el
lenguaje, las mentalidades, los hombres y las fuerzas sociales, la vida y la muerte
tienen un lugar, son reconocidos, forman parte de la historia y del quehacer del
historiador.
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LA ESCUELA DE LOS ANNALES Y LA NUEVA
HISTORIA
La escuela de los annales nace en 1929 y se remota como proyecto a los años
inmediatos de la Primera Guerra Mundial. Sus antecedentes contradicen en parte
la afirmación de Jacques Le Goff, en el sentido de vincular directamente el
surgimiento de la revista en torno a la cual se nuclean los intelectuales que
sostienen este paradigma de la gran depresión del capitalismo mundial. Sin
embargo, el “Crack” o crisis del sistema financiero capitalista mundial puso en
entredicho no solo la idea de progreso material y de acumulación continúa como
cualidades inherentes del capitalismo.
De ahí el título con que aparece la revista por primera vez: Annales de historia
económica y social, responda claramente a las incertidumbres de ese tiempo.
Otro elemento cobrara forma en la propuesta de Annales, la Primera Guerra
Mundial conduce al cuestionamiento de un mundo que ha rebasado, esta vez a
partir de la violencia, los límites de los estados nacionales.
a) Marc Bloch, Lucien Febvre y los combates por la historia
Desde la esfera de la historia de la civilización y no de la barbarie, de cualquier
signo y tiempo. Marc Bloch y Lucien Febvre, los padres fundadores de los Annales,
libran sus “combates por la historia”
Aparecen entonces la intención y la experiencia de la interdisciplinariedad. Se
pregunta y se indaga dentro de los espacios de reflexión de la psicología, la
antropología, la lingüística, la sociología y, muy cercanamente, de la geografía.
Los descubrimientos de las ciencias exactas, una vez más, alentaron a los
clionautas acerca de las necesidades de incluir entre sus hipótesis las nociones de
probabilidad, relatividad y de transitar de lo visible a lo invisible.
Con relación a los paradigmas fundadores de la historiografía contemporánea, la
escuela de los Annales se ubica en franca ruptura respecto algunas categorías del
marxismo, entre otras de la lucha y el conflicto, su aspiración a la totalidad y su
postura crítica, contestataria, casi militante.
En este desenlace influirá sin duda su postura respecto del historicismo y el
marxismo, con los cuales debaten teóricamente pero no rompen del todo. Antes
bien, Annales aspira a ubicarse en un lugar central, ideal para una estrategia de
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poder. Desde ahí logran captar la simpatía y la colaboración de historiadores como
Pierre Vilar, Jean Bruhat y otros que simpatizan con los referentes de la izquierda.
La “nueva historia” que ellos platean invoca una serie de rupturas y
originalidades. Una de ellas tiene que ver con el tiempo histórico, otra la historia
total en la cual tiene su lugar la economía con sus fluctuaciones, ciclos y
variaciones, apoyada en estadísticas que cuantifican los movimientos de los
precios, del consumo, de los privilegios y la pobreza, la demografía, la cultura, la
geografía, etc.
Las mentalidades, entonces, implican la aproximación a un tiempo largo con sus
propios ciclos y ritmos en donde tradiciones y herencias toman su lugar
explicativos. Marc Bloch sienta así las bases de una historia de las ideas renovadas
que se nutriría más de los hechos de la vida cotidiana que de obras teóricas.
Esta primera etapa de Annales, rica y sugerente, no impacto sin embargo de
manera importante el mundo académico.
La continuidad fue entonces tarea de Febvre y de sus seguidores, que dieron a
Annales la fuerza suficiente no solo para permanecer sino para transformarse.
b) Fernand Braudel y la economía del mundo
La segunda etapa de la revista Annales se escribe en el contexto del fin de la
Segunda Guerra Mundial.
Al terminar el conflicto, la revista cambia su nombre al de Annales, economía,
sociedad, civilización y uno de sus fundadores, sobreviviente de la catástrofe
explica: “Annales cambia porque todo cambia alrededor de él: los hombres, las
cosas, el mundo en una palabra… acabado ese mundo de ayer, acabado para
siempre ¡al agua, os digo.
La segunda generación de los Annales privilegia lo económico por sobre otras vías
exploradoras como las mentalidades.
La apuesta de Braudel se centra en la “ampliación del proyecto histórico, de lo
social al estudio de la civilización, rasgo significativo en la posguerra.
En esta historia en el tiempo histórico se distinguen tres peldaños; el factual, que se
resume en hechos perentorios, casi instantáneos, el conyuntural y cíclico, que se
ocupa de la duración de mediano alcance, y la larga duración, que es siempre un
tiempo largo y casi inamovible.
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Desde este panóptico, Braudel constituye un imperio que incide no solo sobre el
debate académico sino que involucran una red de control que va de diversos
centros de investigación a congresos, publicaciones y fondos financieros para la
investigación.
El paradigma que el construye contiene contradicciones, supresiones y sobre todo
una serie de supuestos por discutir como el de la desigualdad, la jerarquía y la
marginación como cualidades inherentes y no eliminables de la historia de la
humanidad. El capitalismo entronizado como única realidad posible, la
subordinación del sujeto al tiempo y a las estructuras.
c) La etapa actual: Clío cambia de piel. Las nuevas miradas de la
historia
1969 Annales sufre un cambio notable. En primer lugar, los historiadores
pertenecientes a esta tercera generación promueven el abandono de los grandes
espacios económicos y el reflujo de lo social hacia lo simbólico y lo cultural.
Braudel erigió la historia, como casa acogedora de las ciencias sociales solo para
derrotarlas, sus discípulos recuperan las perspectivas y los hábitos de la
antropología para subsumirlos a la historiografía.
En segundo término, la organización interna de la revista transita de una dirección
única a un directorio en el que permanece Braudel pero se incluyen Andre
Burguiere, Marc Fero, Jacques Le Goff, Emmanuel Le Roy Ladurie y Jacques Revel.
•
La historia de la cultura
Los Annales se decide por explorar el funcionamiento de la familia, de la escuela,
el lugar y la imagen del niño de la mujer, las prácticas de la sexualidad. La historia
social en su pluralidad, contingencias iconográficas, etnográficas y simbólicas mas
que en sus comportamientos económicos o políticos.
Aparece una topografía estética que reconstruye imágenes, ideaciones, discursos
según se hable de un pueblo, de las mujeres, los inmigrantes, los marginados.
Tópicos ignorados la sexualidad, la educación, los hábitos íntimos y los ritos
colectivos son reconstruidos por la mirada interesada del historiador.
La historia de la cultura material tiene la ventaja de hacer reaparecer al hombre
que las series demográficas, las series de precios y productos. Se trata de un
hombre productor-consumidor de objetos y significados materiales y culturales.
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La desventaja de centrar en el ámbito de la cultura la posibilidad de cambio, las
oposiciones entre elites y pueblo, la dialéctica misma de la historia.
El historiador no puede más que vincular estos tres niveles de análisis pues la
producción, difusión y recepción activa de los significados culturales pasa por
actores y fuerzas sociales, y por una serie de mediaciones y mediadores que no
pueden ser ignorados.
Este sentido importa conocer a la familia, la escuela y la iglesia como instituciones
mediadoras específicas en la producción y difusión de lo cultural, también como
recintos del poder y como fuerzas del poder.
•
La historia serial
La relatividad, la síntesis postergada parecen ser los signos que orientan las nuevas
miradas de Clío. Annales, el historiador contemporáneo se encuentra enfrentado a
una realidad fragmentada cuya recomposición, si es que es posible, no le
corresponde.
La historia serial se propone construir, a partir de sus objetos de estudio, series
analíticas que se constituyen en sus propias lógicas, cronologías, nucleaciones.
La historia serial tiene virtudes, una de ellas es la capacidad de descubrimiento, la
curiosidad cifrada, en lo oculto. Perversiones: se adscribe al ordenador, al dominio
de la cuantificación como instrumentos indispensables dela nueva historia.
La vía abierta por cierto número de historiadores, la de buscar, más allá de la
multiplicación de las temporalidades y de los objetos históricos, un entramado
dialectico de estos en una articulación que conviene de la mejor manera a lo que
especifica tal o cual momento histórico.
Este entramado que no puede sino construirse a partir de una matriz económicosocial. El entramado son las instituciones: la familia, la escuela, la iglesia, el estado.
Desde lo social es lo económico, político y por supuesto humano, la historia de las
instituciones arroja luz sobre significados, saberes y pareceres, refieren también a
las experiencias de actores que se mueven e interactúan en estas esferas de
complejos involucramientos y que designan y son designados por una historia que
aun cuando inquieta no puede renunciar a la mirada crítica, a la lectura interesada
de la vida.
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LA HISTORIA SOCIAL
El historiador debe conservar la conciencia de la historia como ciencia social,
ciencia de fondo y no de las formas, ciencia del tiempo y no de instante.
Pierre Vilar.
Para Pierre Vilar, mimbro de la escuela de los Annales, el objeto de la historia es la
dinámica de las sociedades humanas.
La materia histórica la construyen varios tipos de procesos: los que tienen que ver
con las masas de hombres (demografía), masas de bienes (economía), masa de
pensamientos y creencias, mentalidades, imaginarios, mitos, etc.
La historia, según Vilar, no puede ser el simple retablo de las instituciones, ni un
simple relato de los acontecimientos, pero no puede desinteresarse de estos
procesos que vinculan la vida cotidiana con los hombres y la dinámica de las
sociedades de que forman parte.
El historiador habrá de distinguir muy pronto entre el tiempo de larga duración,
entre los procesos de la lenta marcha, los ciclos coyunturales y los simples
acontecimientos.
Vilar explica a lo largo de toda su producción su adscripción a los núcleos duros
del paradigma marxista, pero contribuye con la mirada del historiador a la
elaboración de una ciertas problematización y a unas ciertas metodologías que
transforman al materialismo histórico en una propuesta historiográfica.
La historia social que propone ANNALES no ocupa un lugar en las historias
seriales, su rango distinto, y a la vez preferente, tiene que ver, por un lado, con la
interdisciplinariedad y, por el otro, con la lectura compleja de los escenarios
historiográficos y sus interacciones-articulaciones dialécticas.
Esta historia social confronta una serie de problemas teóricos que conviene utilizar.
En primer lugar la relación de la historia social y económica.
En segundo lugar la definición teórica de los grupos sociales. La historia social no
puede resolver problemas sino anotando la necesaria toma de posesión por parte
del historiador a favor de un paradigma teórico que le permitirá superar el
empirismo e interpretar la realidad a la cual se aproxima.
Otro campo principal de la historia lo constituye el estudio de los movimientos
sociales. Esta historia carece de fuentes escritas, pues con frecuencia se refieren a
14
movilizaciones de grupos iletrados. En estos casos el historiador recurre al análisis
de su acción o bien de la historia oral como herramienta sujeta a las supresiones,
juicios valoraciones de la memoria de los sujetos.
La educación comprendida como proceso social es también campo privilegiado de
la historia social.
CLÍO VA A LA ESCUELA: HISTORIA DE LA
EDUCACIÓN
a) Un reencuentro necesario
El comienzo de los años setentas, es considerado como u periodo clave en el
desarrollo de la historia de la educación. Con el impulso novador y sugerente de
las lecturas y miradas que las escuelas de los ANNALES propone y la historia
social como campo especifico, plantea:
La historia de la educación consagrada a la historia institucional, ideológica o
monográfica a una problemática original en las que se plantea analizar las
relaciones complejas que ligan la escuela a la sociedad, valorizando, al mismo
tiempo:
 Nuevos conceptos
 Temas: movimientos sociales-educación, cambio y resistencia.
 Escenarios
 Fuentes
 Temporalidades
La historia de la educación amplía su mirada y se entiende como una ecuación
compleja en el que ocurren no únicamente formas instituidas o propiamente
escolares sino también otras mediaciones como la familia, la iglesia, los medios de
comunicación y otros actores sociales.
b) Los desarrollos de la historiografía de la educación en México: un
inventario prospectivo
Las investigaciones de la historia de la educación realizadas en México permiten
constatar en enriquecimiento similar experimentado en otros países. También la
asimilación lenta, gradual y permanente de las nuevas lecturas historiográficas y
elaboración de campos problemáticos, ejes temáticos y herramientas metodológicas
adscritas a la nueva historia.
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Si bien la historiografía de la educación en México, cuya existencia puede constatar
desde finales del siglo XIX, fue ciertamente débil, negada por la academia y sin
soportes institucionales, logró sostenerse gracias a la labor de unos cuantos autores
que legaron obras trascendentes sin formación formal histografica.
A partir de los años cincuenta, la historia se instituye como tarea académica y con
formación profesional.
En la década de los setenta nació y maduró el seminario de historia de la educación
en México, que dirigió la doctora Josefina Vásquez en l9976. Los principales
aportes fueron la ruptura con la historia sobre acontecimientos orientada hacia las
instituciones escolares, las ideas pedagógicas y las leyes educativas, y poner en
vinculación entre lo educativo y lo social en sus órdenes político, económico y
social.
En 1973 se funda también el seminario de la educación del ahora CIESAS, que
logra construir investigaciones sobre el magisterio, la historia comparada de la
educación rural de los años treinta y la educación de la mujer.
En los años ochenta y particularmente en el segundo lustro marca el inicio de una
diversificación notable y de un desarrollo cualitativo dentro de la historia de la
educación, que se reflejó no sólo en el surgimiento de nuevos objetos de estudio,
problemas, paradigmas interpretativos o fuentes sino en la creación de
instituciones especializadas, la organización de seminarios interinstitucionales y
publicaciones para la difusión de los hallazgos y los debates.
Actualmente la lectura interdisciplinaria de la historia de la educación, como
historia social, ha permitido asociarse este campo específico con el de la historia de
la cultura, las mentalidades, la mujer, la familia, el trabajo, las religiones, etc.
16
CONCLUSIONES
La historia constituye en la actualidad una ciencia humana y permite producir un
tipo de conocimiento científico o acabado del pasado por medio de evidencias.
Pero si queremos entender que es la historia primero debemos detectar el pasado
como fenómeno de identificación: Dicha concepción histórica de su pasado común
es por tanto una pieza clave para la identificación, orientación y supervivencia de
cualquier grupo humano en el contexto natural y cultural donde se encuentre
emplazado.
Ninguna educación es más apta para los hombres que el conocimiento de las
acciones pasadas La historia abarca tal importancia ya que: “Vivir sin historia es lo
mismo que vivir sin memoria”. Todo grupo de hombres se aferra preconscientemente a su pasado, ya sea para la plena supervivencia de la especie, para
no olvidar los orígenes de una cultura, raza o civilización, en la actualidad para
afianzar o negar lazos políticos con países vecinos, etc. Y lo más importante la
historia y su importancia juegan un papel sumamente notable a la hora de barrer
la ignorancia que alimenta la imaginación y el misticismo del pasado humano. Los
caminos de Clío quieren dar a entender la importancia de la historia en la sociedad
y como esta contribuye al descubrimiento de la verdad y por ende evitar las
supersticiones (conocimiento científico). Así como empaparnos un poco de los
paradigmas que dieron origen a las teorías que hasta hoy en día los países siguen
con el fin de buscar un mejor futuro, así como ayudan a interpretar el mundo, claro
cada uno desde su propia perspectiva.
Bajo transformaciones culturales asociadas bajo el rotulo de la ilustración se pudo
dar inicio a lo que hoy conocemos como: Ciencias Históricas. Para poder entender
este nuevo concepto acuñado hace poco más de dos siglos debemos entender y
recurrir a la Gnoseología (facultad de conocer) y a la Epistemología (teoría del
conocimiento verdadero).
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