El dativo pág. 1 de 2 EL DATIVO En principio el dativo es el caso que sirve para expresar la persona interesada en el proceso verbal o afectada por él en un sentido amplio (la que recibe los efectos, el beneficio, el daño, etc., de la acción verbal). Este valor unitario se manifiesta de diversas formas e incluso a veces el dativo puede referirse a una cosa y no a una persona: 1. Dativo complemento indirecto El complemento indirecto es el segundo complemento obligatorio de algunos verbos que necesitan dos complementos, y representa por lo tanto el término final de un proceso verbal que ya tiene un primer complemento, bien sea este un complemento directo o un suplemento. Depende, pues, de verbos como "dar", "enviar", "anunciar", etc. (dare, mittere, nuntiare,...). Veniam alicui dare: "Dar el perdón a alguien" 2. Dativo suplemento En este caso el dativo es el complemento general de un verbo que necesita este complemento; se trata, pues, de un complemento obligatorio con un valor similar al del complemento directo, pero en dativo; aparece por ejemplo con verbos que significan "agradar", "perjudicar", y otros. En latín también hay verbos con suplemento en genitivo y con suplemento en ablativo. Helena Menelao nupsit: "Helena se casó con Menelao" 3. Dativo de interés (complemento circunstancial) Tradicionalmente se analizan así distintos dativos que tienen como nota común el hecho de que no son obligatorios, por lo que podrían ser analizados como complementos circunstanciales: a) Dativo de provecho y dativo de daño Expresa la persona beneficiada o perjudicada por la acción verbal. Quidquid discis tibi discis: "Lo que aprendes lo aprendes en tu provecho" b) Dativo ético Indica afectividad, implicación íntima o emocional de la persona en el proceso. Casi siempre está representado por un pronombre personal. Maiorem adoptavi mihi (Ter.): "El mayor me lo adopté" El dativo pág. 2 de 2 c) Dativo simpatético El dativo simpatético representa a un ser u objeto completo y otro nombre representa a una parte de este ser u objeto; es una construcción semejante a "le lavé las manos a Antonio" y por su sentido podría sustituirse por un complemento del nombre: "lavé las manos de Antonio". Omnes dentes labefacit mihi (Ter.): "Me escacharró todos los dientes" d) Dativo de relación o iudicantis Indica la persona a juicio de la que es cierto lo que indica el verbo. Namque erit ille mihi semper deus (Virg.): "Pues él siempre será un dios para mí" 4. Dativo posesivo Expresa el poseedor de una cosa que aparece en nominativo, siempre acompañado del verbo sum. Algunos lingüistas incluyen este tipo dentro del dativo de interés. Sunt nobis mitia poma (Virg.): "Tenemos manzanas dulces" NOTA: La manera normal de expresar el nombre de una persona en latín, según lo visto, podría ser, por ejemplo, mihi nomen est Antonius, pero aparece mihi nomen est Antonio porque el dativo mihi atrae el caso de Antonius. 5. Dativo agente El agente de la voz perifrástica pasiva aparece obligatoriamente en dativo; en los demás casos el agente puede salir en dativo, pero no es lo normal: lo habitual es el ablativo, con o sin la preposición a/ab. Liber legendus mihi est: "El libro ha de ser leído por mi" 6. Dativo de finalidad (complemento circunstancial) Nunca es una persona, sino aquella cosa que es el término final de la acción verbal; este dativo aparece mucho en el lenguaje militar, sobre todo en expresiones hechas como receptui canere, praesidio relinquere, etc; cuando este dativo aparece con el verbo sum, este se traduce por "servir de". En muchas ocasiones aparece un segundo dativo que puede interpretarse como un dativo de daño o de provecho. Cohortes praesidio castris relinquere: "Dejar cohortes para la protección del campamento" Hoc est mihi curae: "Esto me sirve de preocupación" Receptui canere: "Tocar a retirada"