El manejo de este doble discurso llevaba a situaciones absurdas desde el Poder Judicial y las instituciones policiales. Como ejemplo se cita el siguiente caso: después de la clausura de radio Ñandutí, su director, Humberto Rubin, organizó paneles y mesas redondas en el local de esta emisora sobre temas de interés nacional. Aún cuando dejó de regir el estado de sitio, “las autoridades dicen que estas reuniones no están prohibidas, pero que la gente no puede entrar a ellas, medida administrativa que ha causado un gran impacto en la opinión pública, por lo novedosa e imaginativa” (NN.UU.-CES, 1988:1187). Recién en los últimos años de la dictadura hubo cierta autolimitación de la violencia oficial cuando el gobierno entendía que ella podía causarle desprestigio interno o sanciones internacionales y que esta pérdida era superior a los beneficios obtenidos con su uso. La limitación no provenía de controles ni límites propios del sistema institucional, sino de cálculos de costo-beneficio del poder. SÌntesis y CaracterizaciÛn del RÈgimen 1954 - 2003 En consecuencia, no tuvieron vigencia los derechos, las libertades ni las garantías, e incluso aquellos sancionados legalmente eran denegados en la práctica. 150 En opinión de esta Comisión de Verdad y Justicia algunas de las violaciones de derechos humanos reconocidos en los principales derechos humanos violados por el stronismo abarcan los señalados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y en la Convención Americana de Derechos Humanos, como de primera generación, se citan a continuación: El derecho a la vida y a la seguridad (desaparición de personas y ejecuciones extrajudiciales). El derecho a la integridad personal, a no ser torturado ni sometido a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. El derecho a no ser arbitrariamente arrestado o detenido, y el derecho al hábeas corpus (negación del hábeas corpus). El derecho a la dignidad de las personas (denigración pública de los opositores y los disidentes). El derecho a la justicia, a la defensa, garantía del debido proceso judicial y a la presunción de inocencia (procedimientos judiciales arbitrarios, negación de existencia legal, sumisión de la judicatura, etc.). El derecho a la libertad de conciencia, de pensamiento y de religión (discriminación ideológica, persecución a los miembros de las iglesias que cuestionaban el sistema).